Brundibár, ópera en familia en el Teatro Real

Brundibár

Se ofrecerán 12 funciones matinales de la ópera Brundibár: 6 dirigidas a los centros escolares y 6 abiertas a todo el público, el próximo fin de semana (9 y 10 de abril) y el domingo 24 de abril.

El Teatro Real, en colaboración con el Centro Checo de Madrid, ha organizado una pequeña exposición con dibujos pintados por prisioneros de Terezín, incluyendo el cartel, invitación y bocetos de Brundibár.

Asimismo, las dos instituciones han traído a Madrid a Dagmar Lieblová, superviviente del Holocausto que cantó la ópera en el coro de niños de Terezin.

Brundibár será grabada para su distribución audiovisual internacional.

El Proyecto Pedagógico está patrocinado por La Caixa y cuenta con el apoyo del Banco de España.

El próximo fin de semana (sábado, 9 de abril, y domingo, 10 de abril) y también el domingo, 24 de abril, el Teatro Real presentará seis funciones matinales (a las 11.00 y a las 13.00 horas) de su nueva producción de la ópera infantil Brundibár (El abejorro) del compositor checo Hans Krása (1899-1944), con libreto de Adolf Hoffmeister (1902-1973), reconocido caricaturista, ilustrador, escritor y diplomático judío que sobrevivió al Holocausto exilándose en Estados Unidos.

Esta divertida fábula musical, entrañable exaltación de la solidaridad, unión, fantasía e ingenio, será interpretada por solistas y coro de los Pequeños Cantores de la JORCAM (dirección de Ana González) y de la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid (JORCAM), bajo la dirección musical de Jordi Francés. La dirección de escena es de Susana Gómez, con escenografía de Ricardo Sánchez-Cuerda, figurines de Gabriela Salaverri e iluminación de Alfonso Malanda.

Hans Krása compuso Brundibár en 1938 para un concurso del Ministerio de Educación de su país, pero debido a la persecución antisemita la ópera tuvo su estreno clandestino en un orfanato judío, en 1941, antes de que el compositor fuera deportado a Terezín. Este campo de concentración, situado en una antigua fortaleza a 60 km de Praga, fue utilizado por la propaganda nazi como una ‘ciudad balneario’ ejemplar, donde los reclusos judíos podían trabajar, estudiar e incluso desarrollar diversas actividades artísticas, como se puede ver en la película Der Führer schenkt den Juden eine Stadt (El Fhürer regala una ciudad a los judíos), que incluye un fragmento de una representación de Brundibár.

En realidad Theresienstadt era un lugar de tránsito para campos de exterminio, donde acabó la mayoría de su población, incluyendo sus cerca de 50.000 niños. Ese fue el destino de Hans Krása, que acabó sus días en Auschwitz, y también de Viktor Ullmann (1898-1944), autor de la ópera El emperador de la Atlántida, que se podrá ver en el Teatro Real el próximo mes de junio.

En este contexto de angustia e incertidumbre, entre los muros de Terezín, Hans Krása volvió a escribir la ópera de memoria, para montarla con los niños y jóvenes del campo y la ayuda de otros reclusos provenientes del mundo de las artes escénicas.

Una pequeña exposición en la séptima planta del Teatro Real muestra la invitación, cartel y partitura de Brundibár, así como algunos dibujos de los prisioneros que dan cuenta de la vida en el interior de la terrible fortaleza.

Brundibár se representó en Terezín  55 veces, llenando de alegría la vida de los niños, como recuerda Dagmar Lieblová (1929), superviviente del Holocausto que vino a Madrid para los ensayos finales y estreno de la producción: “En Terezín participé en los ensayos de la ópera de Hans Krása y Adolf Hoffmeister, compositor y libretista de ‘Brundibár’,  hoy famosa en todo el mundo. Cantaba entonces en el coro. Los ensayos empezaron en algún momento a principios del año 1943. Para todos los participantes era un gran acontecimiento. Desde el principio estuvimos totalmente entusiasmados.”

“Tanto en los ensayos como en las representaciones no podíamos pensar en si teníamos hambre, o si nos amenazaban todo tipo de enfermedades, o si cualquier día nos podían enviar a otro campo de concentración. Cantábamos con alegría y con entusiasmo”.

“Brundibár  era para nosotros como un cuento sobre la vida normal. Sobre el mundo en el que se vendían bollos y helados, donde los niños iban a la escuela y no tenían que llevar una estrella amarilla. Canté en el estreno del día 23 de septiembre y después ya solo en unas pocas representaciones más, ya que en diciembre de 1943 nuestra familia fue enviada a Auschwitz-Birkenau. A pesar de eso, para mí ’Brundibár’ en Terezín supuso una experiencia inolvidable para toda la vida.” 

En la nueva producción de Brundibár, Susana González humaniza los animales y acerca los niños a un mundo más próximo a su universo infantil y juvenil actual, en una propuesta escénica sencilla y tierna, llena de poesía. La ópera, de 45 minutos de duración y cantada en castellano, está íntegramente interpretada por niños y jóvenes, con excepción del papel titular, que encarna el barítono Jorge Marín Rodríguez.