Kaspar Hauser. El huérfano de Europa en los Teatros del Canal

Teatros del Canal

La compañía La Phármaco aborda el mito de Kaspar Hauser a través de un solo de danza contemporánea
Luz Arcas, Premio Ojo Crítico de Danza 2015 y una de las grandes promesas de nuestra escena, protagoniza la pieza
El jueves 24 tendrá lugar un encuentro con el público al finalizar la función, con entrada libre hasta completar aforo

Los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid presentan el estreno absoluto de la última creación de la compañía La Phármaco, titulada Kaspar Hauser. El huérfano de Europa, dentro de la programación del XXXIII Festival de Otoño a Primavera.

El montaje, un solo de danza contemporánea que podrá verse en la Sala Negra de los Teatros del Canal del 22 al 25 de marzo, está interpretado y coreografiado por Luz Arcas, Premio Ojo Crítico de Danza 2015 y una de las figuras con más proyección de la escena dancística española de los últimos tiempos. El jueves 24, la artista ofrecerá un encuentro con el público tras finalizar la función, con entrada libre hasta completar aforo.

“Mirarlo todo con los ojos de quien no esperaba ni necesitaba el mundo”. Así introduce La Phármaco el leit motiv de su nueva creación, que ahonda en los misterios del controvertido personaje que le da título a su obra, Kaspar Hauser, conocido como “el huérfano de Europa”. La pieza es un espectáculo físico que dialoga con la Historia para reflejar nuestra época, bailando, como la propia formación afirma, “la naturaleza poética y salvaje de lo humano”.

El 26 de mayo de 1828 un extraño joven que apenas lograba mantenerse en pie apareció como salido de la nada en una plaza de Nüremberg. El chico, que portaba una carta anónima con algunos datos contradictorios sobre su procedencia, fue acogido enseguida por todo el país como un experimento social, político y filosófico. A las seis semanas hablaba con cierta fluidez y podía leer y escribir. Se supo que había vivido en un calabozo y que, hasta el momento de ser encontrado, nunca había visto a ningún ser humano. Los médicos decretaron que no era un loco ni sufría más retraso que el que le había provocado el aislamiento.

Con una sensibilidad especial para la pintura y la equitación, apasionado por la lectura y la música, Kaspar nunca resolvió quién se encontraba al otro lado de los espejos, tampoco logró asimilar la idea del Dios único, le repelían las imágenes cristianas y odiaba el latín, no diferenciaba los acontecimientos soñados de los vividos y atribuía voluntad a todos los seres inanimados. El joven murió asesinado en extrañas circunstancias el 17 de diciembre de 1833. En su lápida puede leerse: “Aquí yace Kaspar Hauser, enigma de su tiempo. Su nacimiento es desconocido. Su muerte, un misterio”.

Sobre la obra, la compañía avanza: “en la danza de Kaspar Hauser, el motor de movimiento es siempre trágico: imaginamos la peculiaridad de sus texturas, que nacen de una extrema hipersensibilidad, de una reacción física contra lo real (Kaspar no soportaba la luz, podía ver en la oscuridad, percibía la fuerza magnética de metales, animales y personas y le dolían la mayoría de los aromas, sonidos y sabores)”. Pero Kaspar Hauser encarna, sobre todo, el conflicto natural con “lo otro”, supone bailar la implacable violencia del mundo con la naturaleza intacta de aquel chico conocido como “el huérfano de Europa”.

Una gran promesa de la danza contemporánea española

Desde su nacimiento, en el año 2009, La Phármaco, con la bailarina y coreógrafa Luz Arcas al frente, se ha propuesto recuperar el concepto clásico de ceremonia escénica: el espectáculo total, donde los elementos expresivos se reúnen y se afinan en una misma tonalidad, comprometida con el mensaje. La compañía cree que la danza no se limita a una cuestión de géneros ni de estilos, sino que su labor es tratar de hacer visible lo que estaba oscuro. Partiendo de la premisa de que la danza es un arte culto, que dialoga con las voces fundamentales de nuestra Historia, La Phármaco encuentra en los clásicos de la literatura universal un espejo apropiado para reflejar nuestra época, al tiempo que reivindica la ceremonia escénica como mecanismo necesario, social y humanista.

Entre sus creaciones destacan El libro de los venenos (2009, Premio Injuve y Málaga Crea 2009), El monstruo de las dos espaldas (2010), Antes fue siempre fuego (2012), Sed erosiona (2012), Éxodo: primer día (2013, nominada a los Premios MAX y a los Premios del Teatro Andaluz por Mejor Espectáculo de Danza y Mejor Intérprete Femenina de Danza y seleccionada para el catálogo del AECID 2015) y La voz de nunca (2014, coproducida por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales y ganadora del Premio a la Mejor Intérprete Femenina de Danza en los Premios del Teatro Andaluz en 2015).

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