RIENZI en el Teatro Real en versión concierto

El 21 de mayo el Teatro Real estrena Rienzi, uno de los títulos emblemáticos de la grand opéra romántica en versión de concierto, preludio a las conmemoraciones del bicentenario del nacimiento de Richard Wagner que tendrán lugar el próximo año.
Alejo Pérez estará al frente de 13 solistas, cerca de 100 cantantes del Philharmonia Chor de Viena y el Coro Titular del Teatro Real y los 122 músicos de la Orquesta Titular del Teatro Real, repartidos entre foso y escena.
El tenor Andreas Schager , que sustituye a Burkhard Fritz en el papel titular, encabeza el reparto al lado de la soprano Anja Kampe y la mezzosoprano Claudia Mahnke.
Ópera en cinco actos de Richard Wagner (1813-1883) basada en la novela Rienzi , the Last of the Roman Tribunes , de Bulwer-Lytton, y escrita dentro de los principios formales de la grand opéra francesa, entonces en su apogeo.
La creación de Rienzi pasó por varias fases y se gestó en diferentes ciudades: Riga, en 1838, los dos primeros actos, y en Boulogne-sur-mer y París , en 1839 y 1840, los tres últimos. A pesar de la poderosa presión de Meyerbeer para que Rienzi se representase primero en Berlín y después en París, la ópera sólo logró su primera presentación pública el 20 de octubre de 1842, en Dresde, cuando Wagner ya había concluido Der fliegende Holländer (El holandés errante) y iniciado la composición de Tannhäuser.
La trama de la ópera se basa en el ascenso y caída del tribuno del pueblo Rienzi, quien se propuso, en 1347, instaurar en Roma una república conforme al modelo de la Antigüedad. Tras liderar una insurrección popular, hubo de abdicar siete meses más tarde y huir al exilio. Rehabilitado por la Iglesia romana pasados siete años, regresó a la ciudad eterna, donde fue asesinado.
Buena parte de los rasgos de Rienzi asumen los presupuestos de la grand opéra , cuyos contrastes entre la trama histórica, colectiva y grandiosa, y el drama del protagonista, hondo y singular, vertebran la estructura de la ópera, oponiendo escenas íntimas e intensas a finali espectaculares y de gran complejidad escénica.
El éxito del estreno Rienzi fue colosal, quizás el más grande y unánime en la vida de Wagner. Sin embargo el compositor sometió la partitura a varias revisiones y se alejó de ella progresivamente, casi renegándola al final de su vida. Este rechazo fue apropiado por los wagnerianos más acérrimos, que no han permitido que la obra se estrenara jamás en el Festival de Bayreuth, ni siquiera después de la “revisión” de Cósima Wagner para adaptarla a los principios estéticos del Musikdrama.
Tampoco fue ajeno al devenir de la obra su estrecho vínculo con la biografía de Adolf Hitler, que la escuchó con entusiasmo a los 17 años, la utilizó para la inauguración del Congreso del NSdAP, en Núremberg, en 1939 y finalmente se apropió de la partitura autógrafa, que pasó a formar parte de su colección privada y desapareció durante el bombardeo de Berlín.
Hoy, 170 años después de su estreno, Rienzi puede apreciarse dentro del contexto estético de su creación, en el marco de la gran opéra del siglo XIX y como un peldaño importante en la carrera de Richard Wagner, antes de emprender el camino que lo consagraría como un icono de la creación operística de todos los tiempos.