Julia Lezhneva en el Festival de Peralada

Julia Lezhneva

El Festival Castell de Peralada, ha celebrado su treinta y una edición, ofreciendo una variada programación que incluía varios recitales líricos, entre ellos, los ofrecidos por la joven soprano rusa Julia Lezhneva y el veterano tenor norteamericano Gregory Kunde, que tuvieron lugar respectivamente los días 5 y 6 de Agosto en la Iglesia del Carmen de Peralada.

Julia Lezhneva (Isla de Sajalin, Rusia, 5 de diciembre de 1989) es una de las grandes figuras de la lírica actual. Especialista en los repertorios barroco, mozartiano y rossiniano. Su carrera está resultando meteórica, desde su actuación en la gala inaugural del Festival Rossini de Pesaro en su edición de 2008, cuando solo contaba diecisiete años. En mayo de 2010 fue invitada por Kiri Te Kanawa a la gala de entrega de premios “Classical Brit Awards” en el londinense Royal Albert Hall. La gran soprano neozelandesa al presentarla dijo de ella: “De vez en cuando aparece un talento verdaderamente excepcional y pienso que Julia Lezhneva es precisamente eso. El brillo de la voz y su técnica impresionan profundamente”. En octubre de 2010 se produjo su triunfo en el Concurso Internacional de Ópera en Paris, y desde entonces su carrera ha adquirido especial relevancia, actuando en multitud de recitales por todo el mundo, y también interpretando diferentes papeles operísticos como la Asteria de Tamerlano de Händel, dirigida por Mark Minkowski (uno de sus mentores) que supuso su debut en el Festival de Salzburgo en 2012. Ha cantado la Rosina de El barbero de Sevilla de Rossini, así como roles mozartianos como Fiordiligi de Così fan tutte y Zerlina de Don Giovanni con el que debutó el pasado junio en el Liceu de Barcelona.

Voz de precioso timbre y con una extraordinaria capacidad para la coloratura, junto a un excelente fraseo. Todo ello se puso de manifiesto en su recital de Peralada, acompañada al piano por Mikhail Antonenko. Inició el programa con la dificilísima aria “Agitata da due venti” de la ópera Griselda de Antonio Vivaldi, donde mostró auténtico virtuosismo con absoluto dominio del canto de agilidad y una emisión segura y límpida, solamente alterada por algún agudo forzado o cierta dificultad en los saltos de octava con graves un tanto artificiosos. Como contrapunto a este aria dominada por la pirotecnia vocal, la cantante brilló de sobremanera en su siguiente intervención “Carmelitarum ut confirmet ordinem….O nox dulcis” del motete Saeviat tellus inter rigores de Händel, donde brilló su voz auténticamente angelical, verdaderamente de ensueño, sobre todo en la sección final “O nox dulcis, quies seren” con magníficas regulaciones del sonido y un fiato casi inextinguible. En el recitativo-aria “Exulta, exulta a cor…..Care deus cordis amantis” del motete In caelo stelle clare de Nicola Porpora, volvió a mostrar su virtuosismo, aunque con una línea de canto de cierta monotonía expresiva. Resaltar su interpretación del “Alleluia” conclusivo del aria, con una brillante resolución de la coloratura, destacando las ejecuciones de notas picadas-ligadas. La primera parte del recital concluyó con su interpretación del Andante “Tu virginum, corona” seguido del Allegro final “Alleluia” pertenecientes al motete Exultate, jubílate de Mozart, realizando una buena interpretación del Andante, con excelente fraseo y magnífica ejecución de trinos, volviendo a mostrar su maestría en la resolución de la compleja coloratura del “Alleluia” final.

Ya, en la segunda parte, interpretó La regata veneciana, conjunto de tres canciones: “Anzoleta avanti la regata”, “Anzoleta co passa la regata” y Anzoleta dopo la regata”, compuestas por Rossini hacia 1857, con texto atribuido a Francesco María Piave en dialecto veneciano. En su interpretación, Lezhneva siguió exhibiendo su impoluta línea de canto, aunque carente de la necesaria expresividad, para mostrar el humor y gracejo que requieren están canciones rossinianas. Seguidamente, abordó tres lieder de Franz Schubert: “Nacht und Träume”, “Die junge Nome” y “Im Frühling”, bien cantados, con un buen dominio idiomático, aunque sin el necesario estilo y expresividad que requieren estas obras. Su mejor prestación se produjo en el bellísimo “Im Frühling”, con una excelente compenetración de voz y piano.

Ya, en la conclusión del recital, la soprano rusa volvió a brillar de sobremanera en la preciosa aria “Tanti affetti” de La Donna del Lago de Rossini, con excelente dominio del canto legato, y un magnífico fraseo, destacando, su interpretación de la sección final “Fra il padre, e fra l’amante”, introduciendo las pertinentes variaciones en sus cuatro repeticiones. Buena actuación del pianista Mikhail Antonenko, como acompañante y en sus interpretaciones solistas de la Partita nº 2 de Johann Sebastian Bach y el Impromtu nº 3 de Franz Schubert.

Ante los continuos aplausos, la cantante ofreció tres bises, el primero de ellos un aria del compositor barroco Carl Heinrichs Graun, contenido en su última grabación discográfica, repitió el “Alleluia” del motete de Porpora, para concluir con la preciosa canción “Daisies” de Sergei Rachmaninov.