Matthias Goerne y su trilogía liederística de Franz Schubert

Matthias Goerne

Con Schwanengesang (Canto del cisne) termina el ciclo que esta temporada ha ofrecido Matthias Goerne sobre Franz Schubert. Todo el universo liederístico de Schubert junto a Die schöne müllerin (La bella molinera) y Winterreise (Viaje de invierno).

El 30 de abril Goerne y Hinterhäuser abordaban Winterreise. Un ciclo de canciones compuestos inicialmente para tenor, pero dejando abierta la posibilidad de ser interpretadas por voces más graves que pueden dotar de mayor intensidad y oscuridad cada canción. Siendo también interpretada en ocasiones por voces femeninas. Y es que Winterreise, a diferencia de otras obras, a través de sus dinámicas, tempos o fraseos, proporciona una variedad de posibilidades interpretativas casi infinitas.

Y Matthias Goerne es un de esos intérpretes que dota a Winterreise de vida propia. Goerne profundiza en la intimidad de este viaje de invierno como nadie. La flexibilidad de su voz baritonal, descubre siempre nuevos matices en este conjunto de canciones para que nunca nos cansemos de escucharlas. Este dramático viaje a la soledad sobre versos de Wilhelm Müller, describen el momento emocional de un Schubert abandonado por una mujer. Las canciones van desgranando, mediante la desesperanza, el vagar por ese viaje hacia la melancolía.

Apenas una semana después, el 8 de mayo, Goerne, en esta ocasión acompañado al piano por el veterano Alexander Schmalcz, que sustituyó a un enfermo Hinterhäuser, ofreció Schwanengesang. Los poemas que forman este ciclo de canciones, a diferencia de los otros dos ciclos, no pertenecen solamente a un autor. En este caso son tres los poetas elegidos, Ludwing Rellstab, Heinrich Heine y una última de Seidl que ha sido omitida en este recital. Parece que no formaba parte del cuerpo inicial y solo fue añadida por la superstición de que no fueran 13, sino 14, las canciones que componen este ciclo.

Esta última recopilación de canciones fue realizada por el editor Hanslinger y el hermano de Schubert, tras la muerte del compositor, ante la enorme producción de canciones que había compuesto, casi compulsivamente, antes de su muerte. Menos conocidas que los dos ciclos anteriores, Schwanengesang no trata solamente de una materia. En ellas aparecen temas dedicados al amor, al desamor, la mitología y, uno de los temas preferidos de Schubert, el viaje, del que trata Aufenthalt (Lugar de reposo).

Goerne ha utilizado casi todos los recursos que posee, que no son pocos, para desgranar cada una de las piezas que conforman este ciclo. Desde la exaltación vocal, tal vez algo exagerada de Der Atlas (El Atlas), al dramatismo turbador de Der Doppelgänger (El doble), con el que Goerne es capaz de transmitir las más profundas y desgarradoras tensiones psicológicas. La ejecución de Alexander Schmalcz al piano, fue el marco y el camino perfecto para la interpretación de Goerne. Sutil, enérgico y delicado. Todo en el momento y la medida justa.