Raffaella Lupinacci
Entrevista a Raffaella Lupinacci, la Adalgisa en la Norma del Teatro de la Maestranza

Raffaella Lupinacci es una de las mezzosopranos más destacadas y
solicitadas de su generación. Alberto Zedda
la seleccionó para la Accademia Rossiniana de Pésaro. Ahora regresa a España por segunda vez, al Teatro de la Maestranza de Sevilla con el rol de Adalgisa, en la Norma de Bellini. Una oportunidad para escuchar una de las voces belcantistas más destacadas que esperamos regrese pronto a nuestro país.

Brío Clásica: ¿Cómo es el carácter de la Adalgisa de Raffaella Lupinacci?

Raffaella Lupinacci: Adalgisa es un personaje dulce, atento, ingenuo… Y trataré de transmitir de la mejor manera esas características mediante un fraseo cuidado y respetuoso con el estilo y la escritura belliniana… En esta producción en concreto, la acertada interpretación musical del Maestro Yves Abel y la íntima y elegantísima regia de Nicola Berloffa contribuyen a la exaltación de los rasgos humanos de cada personaje.

B.C: Abordar un rol absolutamente romántico como Adalgisa, ¿requiere realizar algún cambio en la vocalità o la expresividad? Sobre todo, con respecto a roles menos románticos.

R.L: Requiere más bien el conocimiento del estilo específico, en este caso el estilo belcantista, que obviamente tiene que ir acompañado de un gran dominio técnico.

B.C: Un personaje tan intenso como Adalgisa atrapa, al menos durante la función, ¿cómo se libera de un personaje después de darlo todo en escena?

R.L: Pues la verdad es que uno difícilmente se libera de los roles interpretados la misma noche de la función, y solo al día siguiente, aunque no siempre, consigue reconectarse con la realidad…

B.C: ¿Qué diferencias ve en la escritura de Rossini con respecto a la de Bellini y Donizetti?

R.L: Rossini presenta un canto con una agilidad más desenfrenada. En Donizetti y Bellini también están presentes las agilidades, pero son más suaves y se desarrollan dentro de una gran estructura dominada por el legato, y el arte del rubato encuentra mayor espacio.

B.C: Ha trabajado con el Maestro Alberto Zedda en su Accademia Rossiniana de Pésaro. ¿Qué ha significado para usted el encuentro con el Maestro Zedda y qué aprendió con él?

R.L: El encuentro con el Maestro fue fundamental no solo porque me dio la oportunidad de comenzar mi carrera como cantante profesional, sino sobre todo porque me introdujo en el buen gusto, en el estilo del belcanto, en prestar atención a la palabra, en no dar nada por sentado… Además, me hizo más fuerte como mujer y como artista, con sus consejos y sus formas tan directas. Creyó en mí desde el primer momento y le estaré eternamente agradecida por ello.

B.C: ¿Y es verdad que también ha trabajado con Mirella Freni?

R.L: Ay… ¡Ya me hubiera gustado! Pero cuando comencé mi carrera, la señora Freni ya se había retirado de los escenarios… De todas formas, es cierto que asistí a una Masterclass con ella en Vignola y conservo con cariño una partitura de Bohème con una dedicatoria suya… Tengo un bellísimo recuerdo de “alumna”…

B.C: Ha cantado varios roles del repertorio mozartiano como Cherubino, Dorabella o Donna Elvira. ¿Le gustaría cantar otros roles de Mozart en un futuro? ¿Qué se necesita, en su opinión, para cantar bien Mozart?

R.L: ¡Amo a Mozart! Y por supuesto que deseo cantar todavía mucho Mozart… Pienso en Sesto, Idamante y otros muchos roles de óperas menos conocidas. La elegancia mozartiana es única, y la búsqueda de la homogeneidad del sonido está en la base de la ejecución vocal mozartiana. Me parece que es, sin duda, uno de los compositores más difíciles de afrontar.

B.C: Y si le proponen dos obras para las mismas fechas, Mozart y Donizetti, ¿por cuál se decide y por qué?

R.L: ¡Qué pregunta cruel! Probablemente Donizetti porque me permite expresar también el lado más trágico de mi vocalità y de mi carácter.

B.C: ¿Hacia dónde evoluciona su voz?, ¿Piensa en Verdi?

R.L: Por el momento, todas mis atenciones están puestas en el belcanto o en aquello que ahora está más cercano. Veremos cómo se desarrollará mi voz con el tiempo…

B.C: También aborda el repertorio barroco, que como el belcanto, tiene sus peculiaridades, ¿qué cambios vocales, de expresión y estilo realiza al adentrarse en este repertorio? Ha grabado el dúo “Son nata a lagrimar” de “Giulio Cesare” de Händel con el contratenor Raffaele Pe, ¿le gustaría interpretar el rol de Cornelia en escena? ¿Y alguna obra de Bach?

R.L: El barroco es un mundo musical que me gusta mucho. Quizás más que Cornelia me gustaría llevar a escena el personaje de Sesto. Bach es, indudablemente, un compositor de gran interés y genialidad… La verdad es que no he tenido muchas ocasiones de acercarme de manera concreta a su música, pero estaré muy feliz de hacerlo cuando se presente la ocasión.

B.C: De los roles que interpreta, ¿hay alguno de ellos que haya significado realmente un desafío vocal e interpretativo?

R.L: Probablemente el rol de Arsace en “Aureliano in Palmira”, que interpreté recientemente en el Rossini Opera Festival, porque es un rol que requiere una extensión considerable, tanto en el grave como en el agudo. Es un rol masculino y muy débil desde el punto de vista de la dramaturgia, a pesar de ser un príncipe… Además, es un rol muy largo… Solo al final, después de tantos dúos y conjuntos, se llega a una larga y articulada gran scena… Y a eso se añade el hecho de haberlo debutado en el Rof, lo que no lo hizo nada fácil… Fue, sin duda, una gran responsabilidad pero también una experiencia que me ha regalado satisfacciones indescriptibles desde cualquier punto de vista.

B.C: Por supuesto un cantante tiene sus profesores de canto, de repertorio, etc, pero usted dispone de un vocal coach. ¿Qué diferencia tiene con los profesores tradicionales y qué le aporta a usted esta figura vocal?

R.L: En mi caso, mi vocal coach es el maestro de técnica “tradicional” con quien estudio y me reúno desde los inicios de mi carrera. Paralelamente, preparo los roles con diversos maestros especializados en mi repertorio.

B.C: Volvamos la vista atrás, ¿cuáles fueron sus primeros pasos en el mundo de la música?

R.L: Comencé a la edad de seis años estudiando piano. Con quince años, empecé a ir al Conservatorio y me diplomé en canto lírico.

B.C: Y una vez que decidió convertirse en cantante profesional, ¿le fue difícil identificar su vocalità?

R.L: La vocalità de la mezzosoprano es siempre muy particular porque, de hecho, engloba dos tipos de vocalità, y es el color el que determina la característica específica de la mezzosoprano. Yo he tenido la suerte de estar rodeada de oídos muy instruidos que han sabido dirigirme de inmediato por el buen camino … me estoy refiriendo al Maestro Zedda y al Maestro Fernando Opa.

B.C: Por cierto, ¿cuáles son sus mezzosopranos del pasado (y también del presente) de referencia?

R.L: Sin duda alguna, Lucia Valentini Terrani, Fiorenza Cossotto, Jessye Norman, Elina Garança…

B.C: La palabra es para usted muy importante, podemos observarlo en su bonito fraseo y en su amor por los idiomas. ¿Qué importancia tiene para usted la manera de decir las cosas? ¿Es verdad que estudió lenguas extranjeras en la universidad?

R.L: ¡Gracias por el halago! Un buen fraseo es la base… la atención a la palabra es fundamental. En las palabras encontramos el significado de lo que cantamos, y por tanto los colores, los matices, las emociones… Y sí, soy licenciada en lenguas y literaturas extranjeras con una tesis de licenciatura sobre “Didone ed Enea” de Purcell.

B.C: Es la segunda vez que podemos escucharla en España y nos parecen muy pocas, ¿podremos verla más a menudo en un futuro próximo? ¿qué otros compromisos le esperan después de esta “Norma” en Sevilla?

R.L: Espero poder cantar mucho más en España… Es una tierra y una cultura que me gustan mucho… Próximamente cantaré Angelina en “La Cenerentola” de Rossini en la Staatsoper Hamburg, y luego será el turno de Romeo en “I Capuleti e i Montecchi” en la Opera Royal de Wallonie… Más adelante, debutaré como Elisabetta en “Maria Stuarda” en Atenas, luego estaré nuevamente en Hamburgo y retomaré el personaje de Sara en “Roberto Devereux” en el Festival Donizetti 2024.

La reconocida mezzosoprano italiana Raffaella Lupinacci será Adalgisa en las funciones de Norma de Bellini, con dirección musical de Yves Abel y regia de Nicola Berloffa, que se podrá ver en el Teatro de la Maestranza de Sevilla los días 12, 15 y 18 de noviembre. En esta producción procedente del Teatro Regio di Parma, realizada en coproducción con el Teatro Municipale di Piacenza y el Teatro Comunale di Modena, la mezzosoprano calabresa compartirá escenario con la soprano Yolanda Auyanet (Norma), el tenor Francesco Demuro (Pollione), y el bajo Rubén Amoretti (Oroveso).

Considerada como una de las intérpretes más destacadas de Belcanto del circuito lírico actual, Raffaella Lupinacci hará su debut en la temporada operística del conocido teatro de la capital hispalense. “El rol de Adalgisa requiere mucha sensibilidad y gusto a la hora de porgere la palabra en el contexto musical. Además, dada su aguda tesitura, exige una gran flexibilidad vocal y todo un dominio técnico y estilístico a la intérprete”, señala Lupinacci, que ya cantó este rol belliniano en el escenario del teatro La Monnaie- De Munt de Bruselas.

Formada en la Accademia Rossiniana de Alberto Zedda, Raffaella Lupinacci se ha convertido en una de las voces habituales en el cartellone del prestigioso Rossini Opera Festival, donde el pasado verano recibió el elogio unánime de la crítica especializada con el personaje rossiniano de Arsace en el dramma serio Aureliano in Palmira, que aplaudió sus dotes actorales, su control del fiato, la nitidez en la coloratura y el amplio abanico de colores que fue capaz de recrear con su interpretación del rol escrito para el castrato Velluti.

Raffaella Lupinacci, que cuenta además con una carrera universitaria en lenguas extranjeras, ha cantado en numerosos teatros y festivales de renombre internacional como el Teatro Massimo de Palermo, el Teatro San Carlo de Nápoles, el Theater an der Wien, la Dutch National Opera de Ámsterdam, la Royal Opera House Muscat, la Korea National Opera, el Teatro Comunale di Bologna, la Fondazione Arena di Verona, el Wexford Festival, el Donizetti Opera Festival, o la Ópera de Florencia, entre otros.

Además, ha participado en producciones de grandes figuras de la escena como Mario Martone, Davide Livermore, Ferzan Özpetek, Rosetta Cucchi, Pier Luigi Pizzi o Giorgio Strehler. Entre los directores de orquesta con los que ha colaborado, destacan, los nombres de Francesco Lanzillotta, Michele Mariotti, Enrique Mazzola, Daniel Oren, Gianluigi Gelmetti o Sesto Quatrini. Y en su agenda de próximos compromisos, figuran dos importantes citas: el debut en la Staatsoper Hamburg con rol protagonista de La Cenerentola de Rossini, y el rol de Romeo junto a la soprano Rosa Feola (Giulietta) en I Capuleti e i Montecchi de Bellini en la Opéra royal de Wallonie, bajo la batuta de Maurizio Benini.

Con estas palabras Annalisa Stroppa define al personaje de la ópera Norma de Bellini que defenderá los días 2, 4, 5 y 7 de diciembre en su esperado regreso al Teatro Colón de Buenos Aires: “Adalgisa es un papel fascinante que se enfrenta a Norma por amor, pero a quien se une al comprender el drama que atraviesa”.

La mezzosoprano italiana debutó en el mítico escenario argentino en agosto de 2012 de la mano de Riccardo Muti (I due Figaro, Mercadante). “Cantar en el Colón es una gran experiencia para cualquier músico o cantante, ya que se trata de uno de los teatros con mejor acústica de los que he escuchado, siendo además una sala inmensa y de impresionante belleza”. Stroppa no ha vuelto a actuar en Argentina desde ese ahora lejano debut. “Ha pasado mucho tiempo y muchos personajes desde esos inolvidables I due Figaro que llevamos a varias ciudades con el maestro Muti y que marcaron el comienzo de mi carrera, por eso me hace especial ilusión que el entendido público de Buenos Aires pueda escucharme en el momento vocal que ahora estoy viviendo y que me ha permitido ir ampliando mi repertorio”, apunta la cantante. La intérprete italiana, sin duda una de las mezzosopranos que más está dando que hablar en el panorama internacional, se ha metido en la piel de Adalgisa de Norma en varios escenarios, desde el Teatro Massimo de Palermo al Gran Teatre del Liceu de Barcelona, pasando por el Staatstheater Wiesbaden –junto a Edita Gruberová–, el Teatro Verdi de Padua o el Carlo Felice de Génova.

Annalisa Stroppa aterrizará en Argentina después de haber interpretado el personaje protagonista de Carmen este verano en el Festival de Bregenz (Austria), a Siébel de Faust de Gounod en la inauguración de la temporada del Teatro Real de Madrid y a Fenena de Nabucco en Padua. Entre sus próximos compromisos destacan su regreso a Padua con La Cenerentola, Il Barbiere di Siviglia en Berlín, su debut como Nicklausse de Les Contes d’Hoffmann en Nápoles, Madama Butterfly en Múnich, el Stabat Mater de Rossini en Verona y Così fan tutte en Las Palmas de Gran Canaria.

Annalisa Stroppa

Teatro Colon

Fotografía: Víctor Santiago

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