24 horas mientiendo

El Teatro de la Zarzuela acogerá del 29 de junio al 14 de julio ‘¡24 horas mintiendo!’, una disparatada comedia musical de Francisco Alonso en la que nada es lo que parece y que servirá de fin de fiesta de la temporada 2017/2018. En esta ocasión, el libreto que escribieran Francisco Ramos de Castro y Joaquín Gasa para el estreno de la obra en 1947 ha sido actualizado por el último Premio Nacional de Literatura Dramática, Alfredo Sanzol.

Esta versión libre de Sanzol y la dramaturgia de Jesús Castejón tejen un espectáculo chispeante donde aparecen reflejados algunos de los males de la sociedad de entonces y de ahora, centrados en el cinismo del mundo de la gastronomía, la política y el espectáculo.

La obra, repleta de situaciones especialmente hilarantes provocadas por las mentiras de todos los protagonistas que tratan de aparentar lo que no son, está dirigida y protagonizada por Jesús Castejón, quien redescubre «aquellos olores, sonidos, rumores y melodías por los que había transitado a muy corta edad cuando los teatros de España eran mis primeros lugares de juegos y aventuras»; se trata de una comedia que, asegura, «se enmaraña de la forma más divertida posible» lo que hace de ella «un gran musical español, como lo fue en la época de su estreno».

La dirección musical corre a cargo de Carlos Aragón, que recalca la singularidad de la pieza como comedia musical lo que la emparenta con los musicales que tanto en Broadway como en Hollywood vivían su época dorada en los años 40 del pasado siglo. Pero esa singularidad, dice, “radica, además, en su formato más castizo, porque se trata de una revista brillante, hilvanada a través de un argumento entre inverosímil y surrealista. Es un auténtico vodevil». Aragón ocupará el podio del foso junto con la Orquesta de la Comunidad de Madrid (formación titular del Teatro).

‘¡24 horas mintiendo!’ es una historia de gente muy particular de la farándula: el matrimonio formado por Casto y Casta, y sus dos hijas, Charito y Totó. La familia pretende encerrarse en su casa para ensayar una revista que les saque de la mala situación económica en la que se encuentran, pero mientras permanecen allí recluidos hacen creer a los demás que su ausencia se debe a que han salido de gira por América con su compañía artística. Y a partir de ahí, el enredo supino.

Para que el divertido tinglado que se monta llegue al mejor de los puertos, sobre las tablas estarán, además de Castejón (Casto), un plantel de cantantes y actores de primera línea como Gurutze Beitia (Casta), Estíbaliz Martyn (Totó), Nuria Pérez (Charito), Joselu López (Ricardo, novio de Charito), Enrique Viana (Amo Lolo, el picajoso y ocurrente mayordomo que todo lo sabe y a todo le saca punta), Raffaela Chacón y Mario Martín (propietarios de los restaurantes que alimentan a la familia de artistas, que a su vez son padres de Ricardo, y que las circunstancias les llevarán a fingir que ellos son los mismos anfitriones Casto y Casta), Ángel Ruiz y Cecilia Solaguren (Fernando y Laura, padres de Fernandito, novio a su vez de Totó, y uno de los elementos por los que el nudo de la mentira no deja de crecer), José Luis Martínez y María José Suárez (Bombardino y Magdalena, matrimonio de políticos corruptos), y Luis Maesso (Fernandito). A lo largo de la representación estarán acompañados por ocho bailarines, que, asimismo, cantan y actúan como el que más.

La escenografía es de Carmen Castañón, el vestuario de Ana Garay, la iluminación de Eduardo Bravo y la coreografía de Nuria Castejón. El disfrute, sin duda, está servido.

Revista o comedia Musical La revista o comedia musical española fue una versión sofisticada afín a la ideología del público que demandaba este tipo de espectáculos. Pero en los años de postguerra en España la censura condicionaba temas y argumentos, así que el deleite de la pequeña burguesía se conformaba con una comicidad casi ingenua y de buen tono; todo se plantea entre un conformismo amable y nada comprometido con los grandes ideales o los valores sociales.

En su momento ‘¡24 horas mintiendo!’ fue considerada una obra con mucha agilidad y movimiento escénico, así como un excelente ejemplo de espectáculo apto para todos los públicos y repleto de plumas, lentejuelas y sombreros de frutas. Las melodías alonsinas aparecen salpicadas de notas exóticas —gracias a la maestría de Alonso— con «elocuencia, garbo y poderío melódico» en los ritmos y melodías americanas, así como en los españoles o europeos.

Las virtudes del Proyecto Zarza

Otro de los atractivos que tiene esta producción que cierra la temporada del Teatro de la Zarzuela es la confirmación de las virtudes del Proyecto Zarza (zarzuela hecha por jóvenes para jóvenes) que comienza a lograr uno de los objetivos primordiales por los que vio la luz: crear una cantera de cantantes que lleguen a la “primera división” de nuestro teatro musical. En esta producción tenemos varios ejemplos: Nuria Pérez y Joselu López, que formaron parte del jovencísimo elenco protagonista de ‘La revoltosa’ que en la pasada temporada significó el exitoso punto de partida de la iniciativa, y que en estas funciones son indiscutibles protagonistas.

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