Arabella

Entre el 24 de enero y el 12 de febrero, a las 19.00 horas, el Teatro Real ofrecerá siete funciones de una nueva producción de Arabella, de Richard Strauss (1864-1949), que se presentará por primera vez en Madrid, 90 años después de su estreno en Dresden.

La génesis de esta ópera se remonta a 1927, cuando Strauss le pidió al poeta y dramaturgo Hugo von Hofmannsthal (1874-1929) –con quien colaboró en seis óperas– un texto que emulara El caballero de la rosa, con la que ambos habían triunfado. La comedia debería desarrollarse nuevamente en Viena, pero ahora con la trama desplazada al año 1860, cuando el imperio austrohúngaro se resquebrajaba bajo los oropeles de una aristocracia corrupta e hipócrita, empeñada en esconder su decadencia y ajena a las convulsiones políticas y sociales que se fraguaban fuera de los salones y las fiestas nocturnas.

El enredo parte de un tema aparentemente muy sencillo: un noble empobrecido por el juego y el despilfarro ofrece la mano de su hija mayor, Arabella, a ricos pretendientes, para así salvar a su familia de la trágica ruina económica.

La protagonista acepta ese papel degradante con arrojo, ocultando su humillación en un juego de seducción que cree controlar, hasta acabar con un rico y hosco provinciano ajeno a la hipocresía y depravación de los salones vieneses, en un agridulce ‘final feliz’, incapaz de ocultar los malos presagios de un futuro inquietante.

Esa alienación del convulso contexto político y social que retrata la ópera, la viven, también, curiosamente, el compositor y el libretista, creando una “comedia lírica” con reminiscencias de la opereta y el vodevil en los albores del nazismo, cuyos malos augurios afectarían al mismo estreno de la ópera, que ya no pudo ver Hofmannsthal, muerto repentinamente el 15 de julio de 1929, dos días después del suicidio de su hijo.

Las desavenencias con el régimen nazi apartaron del cargo de director musical de la Ópera de Dresden a Fritz Busch, dedicatario de la partitura, que iba a estrenar la obra. Lo mismo pasó con la soprano Lotte Lehmann, que no pudo interpretarla. Fueron reemplazados por el director Clemens Krauss, en el foso, y la que sería su mujer, la soprano Viorica Ursuleac, como protagonista, pero una convención de líderes nazis, a poca distancia del Teatro, acaparó todas las atenciones, pasando el estreno de Arabella casi inadvertido.

La ópera ha experimentado una creciente revalorización en los últimos años, gracias a interpretaciones musicales y dramatúrgicas más hondas y serias, que profundizan en lo que subyace bajo los cánones de la comedia.  La música de Strauss, que nace de la prosodia de un texto de gran voltaje teatral, rico en requiebros y dobles sentidos, va dando voz a un reparto de personajes caricaturescos, perfilados con sutiles leitmotiv que articulan y entrelazan vals, polonesas, melodías eslavas, partes cantadas y habladas, con una orquestación genial, cristalina y minuciosa, que alcanza vuelos de grandísimo ímpetu emocional.

El director de escena Christof Loy, que siente por Arabella una especial afinidad, lleva profundizando en la lectura dramatúrgica de la obra desde hace casi dos décadas, ya que la producción que se verá en Madrid fue concebida inicialmente para la Ópera de Gotemburgo, en 2006, evolucionando desde entonces hasta su actual recreación en el Teatro Real.

Loy despoja la comedia de adornos, decoración palaciega y trajes engalanados, transformando su lujoso hotel en un espacio diáfano concebido por el escenógrafo y figurinista Herbert Murauer, en el que paneles deslizantes van dejando al descubierto las estancias interiores donde se desarrollan las sucesivas escenas de la ópera, transformando al espectador en un voyeur.

Los cantantes, actores y bailarines, ataviados en blanco y negro, se mueven como en una gran coreografía emocional, despojados de sus máscaras, en una lectura de gran hondura psicológica y meticuloso trabajo actoral, en el que destacan Sara Jakubiak (Arabella), Josef Wagner (Mandryka), Sarah Defrise (Zdenka), Martin Winkler (Conde Waldner), Matthew Newlin (Matteo) y Anne Sofie von Otter (Adelaide), que estrenó la producción.

David Afkham, gran conocedor de la música de Richard Strauss, dirigirá su segunda ópera en el Teatro Real, después de Bomarzo, en 2017, ya que La pasajera, de M. Weinberg, prevista para junio de 2020, se canceló por la pandemia. Estará al frente del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, que interpretarán la ópera por primera vez en Madrid, reparando una laguna inexplicable en el acervo musical del Teatro Real.

ACTIVIDADES PARALELAS

AGENDA | ACTIVIDADES PARALELAS

16 de enero al 2 de febrero | Teatro Real, Sala de actividades paralelas

Taller: Comprender a Strauss: Arabella

A lo largo de cinco sesiones, el musicólogo Luis Gago abordará la música y el contexto de Strauss para comprender su universo compositivo y su importancia en la ópera de comienzos del siglo XX.

18 de enero, a las 19.00 horas| Residencia de estudiantes

Conferencia: El segundo y último viaje a Viena de Richard Strauss y Hugo von Hofmannsthal

El musicólogo Luis Gago ofrece una conferencia en torno a la relación y colaboración entre el compositor y el libretista.

19 de enero, a las 20.15 horas | Teatro Real, Sala Gayarre

Enfoques: charla con David Afkham (director musical de Arabella), Christof Loy (director de escena de Arabella), Joan Matabosch (director artístico del Teatro Real), Luis Gago (musicólogo) y Charo Romo (traductora).

Participan: Dean Power (tenor) y Riccardo Bini (pianista)

 

22 de enero, a las 12.00 y a las 17.00 horas | Teatro Real, Sala Gayarre

¡Todos a la Gayarre! IV: Talleres musicales para toda la familia, con dirección y presentación de Fernando Palacios.

La bella y orgullosa Arabella

24, 26 y 31 de enero, a las 11.30 horas; 28 de enero, a las 12.30 horas | Museo Nacional del Romanticismo

Muestra: Los bailes de máscara en el siglo XIX.

25 de enero, a las 12.00 horas; 1 y 8 de febrero a las 17.00 horas | Museo de Historia de Madrid

Visita: El papel social de la mujer en Madrid en la segunda mitad del siglo XIX.

9 de febrero, a las 12.00 horas | Museo de Arte Contemporáneo de Madrid

Visita guiada por los fondos del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid que reflejan temas relacionados con Arabella.

Por María Ángeles Salvador, directora de la institución

No es necesaria inscripción previa

14 y 16 de febrero, a las 17.30 horas | Museo Nacional de Artes Decorativas

Visita-taller: máscaras para adultos

La Orquesta y Coro Nacionales de España interpretarán por primera vez la Ópera (en su versión concierto) Tristan und Isolde de Richard Wagner, bajo la batuta de su director titular y artístico David Afkham, los próximos jueves 17 y domingo 20 de octubre.

En esta ópera cumbre programada por la OCNE participarán aclamados solistas internacionales como Petra Lang, Violeta Urmana, Fran Van Aken, Roman Sadnik, Boaz Daniel o Brindley Sherratt, entre otros.

Debido a la duración de la obra, los días y horas de los conciertos son diferentes a los del resto del ciclo, celebrándose el jueves 17 de octubre a las 19 horas y el domingo 20, a las 17 horas.

David Afkham DIRECTOR

Petra Lang (Isolda) SOPRANO

Violeta Urmana (Brangania) MEZZOSOPRANO

Frank Van Aken (Tristan) TENOR

Roman Sadnik (Melot) TENOR

Boaz Daniel (Kurwenal) BARÍTONO

Brindley Sherratt (Marke) BAJO

Roger Padulles (Un marinero; un pastor) TENOR

Angel Rodriguez Torres (Un timonel) BARÍTONO

Pedro Chamizo PUESTA EN ESCENA

Jordi Francés ASISTENTE  DEL DIRECTOR MUSICAL

Rupert Dussmann MAESTRO  REPETIDOR

Antonio León SOBRETÍTULOS

RICHARD WAGNER (1813–1883)

Tristan und Isolde (Ópera en versión concierto)

Opera en tres actos

La duración aproximada de la obra (incluidos dos descansos) será de 4 horas y 30 minutos

DAVID AFKHAM, director

David Afkham, Director Titular y Artístico de la Orquesta y Coro Nacionales de España desde septiembre, ha presentado con la OCNE en las últimas temporadas destacadas obras como  Gurrelieder de Schoenberg, Sinfonía núm. 6 de Mahler, Sinfonía núm. 9 de Bruckner, Sinfonía fantástica de Berlioz, Réquiem de Brahms, Die Schöpfung de Haydn, así como también representaciones semiescenificadas de Die fliegende HolländerElektraLa pasión según San Mateo El castillo de Barbazul.

Sus futuros compromisos como director invitado incluyen a la Sinfónica de Chicago, Orquesta de Filadelfia, Filarmónica de Münchner, HR Sinfonieorchester Frankfurt, Sinfónica de radio sueca, Orquesta de la Academia Santa Cecilia y Orquesta Sinfónica de NHK, su debut con la Sinfónica de Pittsburgh, Orquesta de Minnesota y Dresden Filarmónico.  Como director de ópera,  David Afkham hizo un debut notable en el Festival de Ópera de Glyndebourne en 2014 con La Traviata de Verdi, repitiendo la producción en gira.

En 2017, dirigió Bomarzo de Ginastera en el Teatro Real de Madrid en una nueva producción. En la temporada 18/19 debutó en la Ópera de Frankfurt con Hänsel & Gretel, seguido de la Ópera de Stuttgart con Der fliegende Holländer. Su futuros planes incluyen RusalkaParsifalThe Passenger de Weinberg, Così fan tutte Arabella. Nacido en Friburgo, Alemania, en 1983, Afkham comenzó a estudiar piano y  violín a los seis años en su Friburgo natal. A los 15 años ingresó en la Universidad de Música de la ciudad para continuar sus estudios de piano, teoría musical y dirección, y continuó sus estudios en la Escuela de Música Liszt en Weimar. David Afkham fue el primer receptor de la beca «Bernard Haitink para Jóvenes Talentos» y asistió a Haitink en numerosos proyectos, incluidos los ciclos sinfónicos con la Sinfónica de Chicago, la Orquesta Concertgebouw y la Orquesta Sinfónica de Londres. Fue el ganador del Concurso de Dirección Donatella Flicken 2008 en Londres, del Premio Nestlé y Festival de Salzburgo de Jóvenes Directores en 2010. Afkham fue director asistente de la Gustav Mahler Jugendorchester entre 2009 y 2012.

Entre los proyectos más destacados como director invitado se incluyen la Orquesta Sinfónica de Londres, la Orquesta Philarmonia, la Orquesta Concertgebouw, Staatskapelle Berlín, DSO –Berlín, Staatskapelle Dresden, Orquesta Nacional de Francia, Orquesta de Cleveland, Filarmónica de Los Ángeles, la Chamber Orchestra of Europe y la Mahler Chamber Orchestra.

Bomarzo

A unas dos horas en coche al norte de Roma, se encuentra la pequeña y encantadora localidad medieval de Viterbo, en la región del Lazio. A las afueras de Viterbo, en Bomarzo, se levanta el Castello degli Orsini. Perteneciente a los Orsini, una de las más rancias e ilustres familias de la Italia medieval. Pier Francesco Orsini, hijo de Giovanni Corrado Orsini y Clarice Anguillara, consiguió heredar el ducado años después de la muerte de su padre. En 1550, tras el fallecimiento de su esposa, Giulia Farnesio, el duque Orsini se retiró a vivir a Bomarzo rodeado de artistas y literatos, y se dedicó a la construcción del llamado Parco dei Mostri o Sacro Bosco, el jardín de Bomarzo. Un espacio en el que destacan las enigmáticas y torturadas esculturas que se esconden en la frondosidad de su vegetación. La ópera Bomarzo narra los delirios de este duque extravagante, jorobado hasta la deformidad y obsesionado por la inmortalidad. Sus sueños muestran la vida de lujuria y corrupción de las familias nobles de una de las épocas más atractivas de la historia, el cinquecento italiano.

Este jardín de los monstruos fue la inspiración de Manuel Mújica Láinez para su obra literaria Bomarzo y el libreto de la ópera del mismo nombre, a la que puso música Alberto Ginastera.

No es fácil adentrarse en esta producción sin tener las claves que proporciona la lectura de la obra. Lo primero que sorprende es la ausencia del barroquismo del libro de Láinez. Esto crea un enorme abismo que no permite conectar del todo con la historia. Este Bomarzo de Pierre Audi aparece desnudo ante el público desde la primera escena. Un gran agujero negro domina todo el escenario en el que las diferentes edades del duque de Orsini deambulan entre sueños y pesadillas. Mientras, aparecen proyectados los vídeos de Jon Rafman que muestran esculturas del jardín de los monstruos y una aproximación a su mundo onírico.

La escenografía traslada perfectamente el carácter opresivo y claustrofóbico que sufre el protagonista, pero de ella se ausentan los ornamentos literarios que mejor conectan con la época que relata. El resultado es inquietante y la partitura de Ginastera, maestro en la descripción de los más bajos instintos a través de la música, no hace sino potenciar esa inquietud. Si se trataba de conseguir este efecto, está plenamente logrado.

La versión musical que ofreció David Afkham fue brillante. Precisión milimétrica para una percusión que inunda la partitura. Como acertada fue la intervención del elenco vocal, muy ajustado cada uno a su personaje. Lástima que para una ópera cantada en español, apenas se les entendiera a ninguno.

La actuación del coro, situado en el foso junto a alguno de los miembros de la JORCAM, ofreció alguno de los momentos más destacados de la representación. Sobre todo la joven Patricia Redondo en la canción del pastorcillo. Magnífica dirección de Andrés Máspero y Ana González.

Este Bomarzo es más teatral que operístico. Para ello solo hay que resaltar la buena actuación de John Daszak interpretando a Pier Francesco Orsini. Su personaje no descansa en toda la obra y consiguió transmitir el verdadero tormento de Orsini a través de su dramatización y de su desgarradora voz. A pesar de ser británico, su dicción fue mejor que la de algunos nacionales.

El joven barítono Germán Olvera fue un perfecto Girolamo, frívolo y despectivo. No tuvo mayor problema en cantar completamente desnudo sobre una plataforma. Valor no le falta.

La contralto Hilary Summers interpretó a Diana Orsini. La peculiaridad de su voz dotó de mucho carácter el papel de abuela del protagonista. Una voz que nota el paso del tiempo y que resultó muy apropiada al personaje.

La soprano Nicola Beller Carbone, como Julia Farnese, cumplió muy bien con su papel con una más que agradable voz.

Interesante y potente fue también la voz y la interpretación del barítono Thomas Oliemans como Silvio de Nardi.

Milijana Nicolic es la mezzosoprano que dio vida a Pantasiela, uno de los papeles más extensos de la obra que defendió con soltura, tanto en lo vocal como en la interpretación.

Sensación contradictoria la que deja Bomarzo que era, a pesar de todo, imprescindible en la programación de un Teatro Real que esta temporada está saldando algunas deudas históricas con la programación de determinadas obras y autores.

Texto: Paloma Sanz
Fotografías: Javier del Real
Vídeo: Teatro Real

BOMARZO
Música de Alberto Ginastera (1916-1983)
Ópera en dos actos, Libreto de Manuel Mújica Lainez, basado en su novela homónima
Estrenada en el Lisner Auditorium de Washington D. C. el 16 de mayo de 1967
Nueva producción del Teatro Real, en coproducción con De Nationale Opera de Amsterdam
D. musical: David Afkham
D. escena: Pierre Audi
Escenógrafo e iluminador: Urs Schönebaum
Figurinista: Wojciech Dziedzic
Dramaturgo: Klaus Bertisch
Creador de vídeo: Jon Rafman
D. coro: Andrés Máspero
D. coro Pequeños Cantores: Ana González
Reparto: John Daszak, Germán Olvera, Damián del Castillo, James Creswell, Hilary Summers,
Milijana Nikolic, Nicola Beller Carbone, Thomas Oliemans, Albert Casals, Francis Tójar

Críticas