Il Trovatore

ABAO Bilbao Opera, clausura la 71ª Temporada de ópera de Bilbao con un título imprescindible del repertorio, y de los más aplaudidos por el público: IL TROVATORE, con el patrocinio de la Fundación BBVA. Estrenada en 1853, es la segunda ópera de la denominada “trilogía romántica” de la producción verdiana que forman Rigoletto (1851), el propio Il Trovatore (1853) y La Traviata (1853). ABAO ha programado cuatro funciones para los días 20, 23, 26 y 29 de mayo en el Euskalduna Bilbao. La representación del sábado 20 dará comienzo a las 19:00h, y el resto de las funciones se iniciarán las 19:30h.

Basada en el drama El Trovador de Antonio García Gutiérrez, el momento histórico reflejado es entre los años 1412 y 1416, y la acción se traslada de Zaragoza a las montañas de Bizkaia. La ópera desarrolla dos líneas argumentales: la venganza de la gitana Azucena, cuya madre e hijo mueren en la hoguera, y el triángulo amoroso en el que Leonora es disputada por dos pretendientes enemigos que representan a familias enfrentadas. Pugnas, venganza, celos y muerte en una historia apasionada y brutal.

En ABAO Bilbao Opera se ha representado en 14 ocasiones, siendo uno de los títulos que iniciaron las temporadas de ópera en el Festival de 1953. La última vez fue en 2008, con el proyecto Tutto Verdi.

MELODÍAS CAUTIVADORAS Y EXCELENCIA VOCAL
Ópera romántica y emotiva, posee espléndidas y cautivadoras melodías, así como escenas de conjunto y arias de gran efecto dramático. Es además una “ópera de cantantes” que requiere un elenco de auténticos especialistas tanto musical como teatralmente.
Interpreta el difícil rol de Leonora, Anna Pirozzi, una soprano en pleno apogeo de sus extraordinarias facultades y una fulgurante carrera internacional, para encarnar un personaje lleno de pasión. La soprano tiene abundantes momentos de lucimiento, como las arias “Tacea la notte placida” y “D’amor sull’ali rosee”, elegantes y de gran finura.

Ekaterina Semenchuk, una mezzosoprano de enorme inteligencia vocal, profundos matices y de referencia en el dramático rol de Azucena, la gitana que maneja la trama de la ópera y en la que confluyen los móviles del odio y la venganza, tiene su gran momento en “Stride la vampa”, una pieza espectacular para cualquier mezzo dramática.

El reconocido tenor Celso Albelo, es Manrico, un personaje que requiere lirismo pero también tonos heroicos, con momentos sublimes como la cabaletta “Di quella pira, l’orrendo fuoco…” junto al coro, o el recitativo “Ah si ben mio”, de melancólica belleza.

El Conte di Luna, es el personaje malvado de la ópera, lujurioso, celoso y vehemente, interpretado por Juan Jesús Rodríguez, una de las voces de barítono más atractivas del panorama actual. Su aria “Il balen del suo sorriso” ofrece momentos de emocionada nobleza. Juan Jesús Rodríguez ha recibido el pasado mes de abril el premio a la Mejor Voz Masculina en los Tutto Verdi International Awards por el rotundo éxito que ha tenido en cada una de sus intervenciones dentro del proyecto Tutto Verdi y por
ser uno de los barítonos verdianos más importantes del mundo.

Acompañan a este cuarteto protagonista un conjunto de conocidas voces con solidez y armonía: Riccardo Fassi como Ferrando, Belén Elvira como Inés, Gerardo López encarnando a Ruiz, y David Aguayo y Martín Barcelona como Gitano y Mensajero, respectivamente.

FRANCESCO IVAN CIAMPA, UN EXPERTO VERDIANO AL FRENTE DE LA BOS En el apartado musical, Francesco Ivan Ciampa, experto verdiano y asiduo de los grandes coliseos líricos internacionales dirige a la Bilbao Orkestra Sinfonikoa en una partitura arrolladora, tan melódica como enérgica, impregnada de cambios de tono violentos, fuertes emociones, ritmo vigoroso y fuerza expresiva.

El Coro de Ópera de Bilbao, dirigido por Boris Dujin, completa este apartado y cuenta con dos momentos singulares con el “Miserere” y el conocido y popular “Coro di Zingari” uno de los momentos más esperados de la ópera. El COB ha sido galardonado con el Premio Especial de los Tutto Verdi International Awards de ABAO Bilbao Opera por su compromiso con la asociación a lo largo de los últimos 30 años, sin cuya presencia y excelencia artística no habría sido posible llevar a cabo las
temporadas de ópera en Bilbao ni el proyecto Tutto Verdi, en el que han participado en todos los títulos del programa.

UNA PRODUCCIÓN INTIMISTA Y TEMPESTUOSA, ESTRENO NACIONAL
La producción procedente de La Fenice di Venezia es una propuesta de Lorenzo Mariani, estreno nacional. La puesta en escena, con un diseño intimista, bello y armonioso, está inspirada en la película “El séptimo sello” de Ingmar Bergman, y refleja todos los elementos del drama con fortaleza y brío escénico.

Toda la escenografía de William Orlandi se presenta dominada por una gran pantalla donde se proyectan diferentes fondos e imágenes de alta calidad, que recrean una atmósfera nocturna y tempestuosa. La iluminación de Fabio Berettin y el trabajo de video proyección de Mattia Diomedi, contribuyen a la espectacularidad del conjunto escénico.

EVA SANDOVAL INTRODUCE LA ÓPERA DE VERDI EN EL CICLO EL ABC DE LA ÓPERA
El ciclo “El ABC de la Ópera” tiene como objetivo promover el conocimiento de la ópera en sentido participativo, construyendo a través de conferencias y encuentros con expertos, una red de experiencias culturales innovadoras, en espacios de participación asequibles a toda la sociedad. El programa descubre los aspectos más relevantes de cada título de la temporada, en una conferencia la víspera del estreno en el auditorio de la Universidad de Deusto, en colaboración con DeustoBide.

El viernes 19 de mayo, la musicóloga y divulgadora cultural Eva Sandoval, será la encargada de desvelar los entresijos de esta ópera y la obra de su compositor. Informadora de Radio Clásica de RTVE desde 2008, ha presentado programas como “Té para tres”, “Grandes ciclos”, “Música viva” o “Estudio 206”. En la actualidad dirige junto a Clara Sánchez el magazine “Café Zimmermann”, con entrevistas y actuaciones musicales en directo, y el espacio de cultura contemporánea “Miramondo múltiplo”, junto a José Luis Besada. Participa como presentadora de los conciertos de la Orquesta Sinfónica y Coro RTVE en “Los conciertos de La 2” y de óperas en “El palco”, así como en otros eventos musicales televisados. Colabora en revistas de divulgación musical,
escribe regularmente notas al programa para las principales instituciones musicales españolas, presenta conciertos, imparte conferencias, ejerce como moderadora o participante de mesas redondas y presenta discos de música clásica.

Para acceder a esta actividad gratuita es necesaria acreditación previa llamando al teléfono 944 355 100. La conferencia será retransmitida en directo a través del canal de ABAO Bilbao Opera en YouTube.

CONGRESO VERDI FOR THE AGES: PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Coincidiendo con las funciones de Il Trovatore, ABAO Bilbao Opera presenta una nueva actividad cultural de carácter y repercusión internacional, el Congreso Verdi for the Ages: Pasado, Presente y Futuro.

Este encuentro que reunirá a algunas de las figuras más relevantes del universo verdiano para debatir los diversos aspectos de las obras del compositor, celebrar y reflexionar sobre el éxito y el significado del ciclo Tutto Verdi, lo que ha aportado a la ciudad de Bilbao y a dónde ir a continuación, tendrá lugar los días 27, 28 y 29 de mayo en el Bizkaia Aretoa de la Universidad del País Vasco, será de acceso gratuito, y se retransmitirá por streaming.

Durante tres días, una treintena de musicólogos, críticos, historiadores, sociólogos, agentes, directores artísticos e intérpretes, debatirán sobre el pasado, el presente y el futuro de la obra verdiana, desde documentos históricos, contexto cultural o género, a prácticas escénicas, marketing o tecnología, hasta el sector lírico en el contexto actual y futuro. Serán seis sesiones temáticas en
formato de ponencia libre, mesa redonda o talleres, y se espera una amplia participación de aficionados, curiosos y público en general.

El comité del congreso está formado por Roberta Montemorra (Universidad de Massachusetts), Alessandro Roccatagliati (Universidad de Ferrara) y Víctor Sánchez Sánchez (Universidad Complutense Madrid), bajo la coordinación y presidencia de Francesco Izzo (Universidad de Southampton).

FUNDACIÓN BBVA: IMPULSO AL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO Y CULTURAL
La Fundación BBVA, cuyo rasgo diferencial es el impulso al conocimiento tanto científico como cultural, articula su programa de Música como un recorrido completo por las distintas formas en que la sociedad puede beneficiarse y disfrutar de esta manifestación artística. Así, promueve la creación de obra nueva con encargos de composición y hace posible su preservación y difusión por medio de grabaciones en colaboración con sellos e intérpretes de primera línea.

Fomenta la música en directo a través de ciclos de conciertos que, de forma gratuita, ponen al alcance del público ensembles y solistas de referencia en el repertorio contemporáneo. Organiza ciclos de conferencias y edita publicaciones para comprender mejor el trabajo de ciertos autores o sumergirse en el estudio de determinados períodos compositivos y lleva a la práctica proyectos de investigación y creación altamente innovadores con las Becas Leonardo en Música y Ópera.

Organiza simposios especializados sobre gestión de orquestas, colabora con formaciones musicales y teatros de todo el país y reconoce la excelencia a través del Premio Fronteras del Conocimiento en Música y Ópera y el Premio de Composición AEOS-Fundación BBVA, en colaboración con la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas. El esfuerzo sostenido de la Fundación en este ámbito ha sido reconocido con el Premio Ópera XXI a la Mejor Iniciativa de Mecenazgo.

Las representaciones de Il Trovatore están patrocinadas en exclusiva por la Fundación BBVA, principal patrocinador de ABAO Bilbao Opera, que contribuye de esta manera a fomentar la cultura operística y a llevar al público espectáculos de la máxima calidad.

La Fundación BBVA ha sido reconocida con el premio a la Mejor Institución en los Tutto Verdi International Awards, por su rasgo diferencial en la búsqueda de la excelencia con impulso al conocimiento tanto científico como cultural. Por su apoyo a la música y a la ópera con una categoría propia en los Premios Fronteras del Conocimiento. Por su apoyo constante y decidido como patrocinador principal, sin interrupción durante diecisiete años, a todas las actividades de ABAO Bilbao Opera y en especial el Proyecto Tutto Verdi.

© Foto di Michele Crosera

Ekaterina_Semenchuk

El lunes 4 de octubre a las 20 horas, el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) en coproducción con el Teatro de La Zarzuela inaugura la vigésimo octava edición del Ciclo de Lied. Con diez conciertos programados de octubre de 2021 a julio de 2022, este año nos visitarán de nuevo las voces líricas más importantes de la actualidad, desde Ekaterina Semenchuck a Christian Gerhaher, pasando por Marlis Petersen, Eva-Maria Westbroek, Matthias Goerne, Katharina Konradi, André Schuen, Mark Padmore, Julia Kleiter, Anna Lucia Richter y Josep-Ramon Olive, un amplio conjunto que agrupa timbres, extensiones, caracteres y estilos de diversa índole y se reparten programas siempre cargados de interés, presentando al público madrileño lieder y canciones del más diverso signo.

La encargada de inaugurar el ciclo será la mezzosoprano bielorrusa Ekaterina Semenchuk en su segunda visita a esta serie musical. Semenchuk estará acompañada por Semjon Skigin al piano para ofrecer un programa monográfico de dos series de canciones rusas: Despedida de San Petersburgo de Mihail Glinka y Canciones y danzas de la muerte de Modest Mussorgski. Las entradas de todos los conciertos del ciclo de Lied programados para este otoño, con un precio general de 8 a 35 euros, están a la venta en las taquillas del Teatro de La Zarzuela, teatros del INAEM, www.entradasinaem.es y en el teléfono 91 193 93 21.
Ekaterina_Semenchuk
Melancolía rusa
Según la musicóloga Cristina Aguilar: «Nunca la melancolía constituyó una seña de identidad nacional tan clara como en Rusia. Fiódor Dostoievski sostenía: «Los hombres realmente grandes deben experimentar, a mi entender, una gran tristeza». En música se cobijaba bajo el amplio paraguas de la protiazhnaya (протяжная), género popular en el que se inspiraron los compositores rusos en los siglos XVIII al XX. O eso querían hacernos creer, ya que su característico contorno melismático –que hoy se relaciona más con Kirguistán o Kazajistán– tuvo muy poco espacio. Pero lo que ansiaban los autores rusos era alimentar ese sentimiento que creían entrever en el canto popular: una tristeza ancestral se emparentaba con esa «gran alma rusa» de Dostoievski, Tolstói o Gógol, similar a la que destila de los edificios soviéticos».

El crítico Santiago Martín Bermúdez comenta: «Despedida de San Petersburgo no es tanto un ciclo como una serie de canciones en secuencia no del todo dramática. En sus Memorias, Glinka cuenta que le vino a la cabeza un bolero y que le pidió a Nestor Kukolnik que le proporcionara texto para esa idea, y así fue surgiendo el ciclo. El experto británico David Brown desdeña este ciclo por ser poco digno de Glinka. Y le reprocha falta de ‘rusiedad’, como pidiéndole a Glinka ‘Sea usted lo bastante ruso’. Mussorgski  escribió más de cuarenta canciones como piezas sueltas. Sólo diecisiete están agrupadas en ciclos como Los Cantos y danzas de la muerte (1875-1877), que pone en música poemas del príncipe Golenshchev-Kutzov. Al parecer, el compositor fue quien sugirió al poeta que escribiera los textos, que iban a ser ocho, pero que quedaron en cuatro debido a su distanciamiento personal con el príncipe en determinado momento. Se trata de descripciones de la muerte, con un pavor no disimulado que, por instantes, puede resultar en fascinación. A lo largo de estas secuencias la muerte se presenta socarrona o bien disfrazada de benefactora; con el aspecto de un seductor o envanecida por su éxito. Nunca feroz, nunca violenta en sí misma, aunque en una ocasión la guerra le dé un triunfo apoteósico».

Las excelentes cualidades vocales de Ekaterina Semenchuk (Minsk, 1976) han reafirmado su reputación como una brillante cantante en el mundo de la ópera por su rango excepcional y técnica inigualable. Ha cantado en escenarios como el Metropolitan Opera de Nueva York, la Ópera de París, el Teatro Mariinsky, el Carnegie Hall, el Suntory Hall, la Ópera de Los Ángeles, La Scala, etc, junto a maestros como Valeriy Gergiev, James Conlon, Nicola Luisotti, Zubin Mehta y James Levine, entre otros. En el ámbito concertístico ha interpretado el Requiem de Verdi con James Gaffigan, Valeriy Gergiev, Gustavo Dudamel, James Levine, Das Klagende de Mahler en el Festival Ravinia, el Requiem de Dvórak con L’Orchestre de Paris y James Conlon, Giovanna d’Arco de Rossini y La Mort de Cleopatre de Berlioz con la Orquesta Sinfónica de Lucerna bajo la batuta de James Gaffigan. Ekaterina colabora habitualmente con grandes pianistas como Semion Skigin, Julius Drake, Dmitry Efimov, Julius Drake y Helmut Deutsch.
Su repertorio también incluye el Stabat Mater de Pergolesi y Rossini, la Missa Solemnis de Beethoven, las Sinfonías 2, 3 y 8 de Mahler, Pulcinella y Edipo Rex de Stravinski, Hour of Soul (Concierto para percusión, mezzosoprano y orquesta) de Gubaidulina, From Jewish Folk Poetry de Shostákovich, Kindertotenlieder de Mahler, Les nuits d’été de Berlioz y Scheherazade de Ravel, entre otras.  Semenchuk es una artista de estudio consolidada con múltiples  grabaciones entre las que destacan su Jocasta (Stravinsky: Oedipus Rex) bajo la dirección de Valery Gergiev con la Orquesta y el Coro de Mariinski para el sello Sony Classics y Amneris en Aida de Verdi con Sir Antonio Pappano y la Orchestra dell ’Accademia Nazionale di Santa Cecilia para Warner Classics, interpretación que es considerada «una de las mejores grabaciones para ese rol» (Gramophone Magazine).

Fotografía: Alexey Kostromin

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El programa de mano de este segundo recital del Ciclo de Lied, organizado a la limón por el Teatro de la Zarzuela y el Centro Nacional de Difusión de la Música, contiene un delicioso artículo de la musicóloga Cristina Aguilar que empieza así:” Nunca la melancolía Constituyó una seña de identidad nacional tan clara como en Rusia. Fiódor Dostoievski sostenía: «Los hombres realmente grandes deben experimentar, a mi entender, una gran tristeza»”.

Y ha sido Ekaterina Semenchuk (Minsk, 1976) y su pianista acompañante Semjon Skigin los encargados de transmitir esa carga melancólica rusa descrita tan acertadamente por Dostoievski. Lo hacía con un repertorio muy poco frecuente en este ciclo de Lied, algo que se agradece. Tampoco se puede decir que sea su repertorio habitual, pero sin duda demuestra un dominio absoluto a la hora de ejecutarlo. Un programa dividido en dos partes de temáticas diferentes. Unas  obras de carácter más popular en la primera parte con música de Nikolái Rimski-Kórsakov, César Cui, Mili Balákirev, Aleksandr Borodín y Modest Músorgski. Y una segunda parte cargada de romanticismo y dedicada exclusivamente a Piotr Ilich Chaikovski.

Muchas son las cualidades vocales de esta mezzosoprano bielorrusa. Emite con la misma naturalidad y facilidad las notas más graves como las agudas y se recrea en un registro central poderoso. Todo en un perfecto equilibrio y solvencia. Tampoco le falta teatralidad, sobre todo en alguna de las propinas con las que obsequió al público de manera muy generosa. Sea cual sea el repertorio, Ekaterina Semenchuk lo solventa de manera impecable y con una seguridad en cada uno de los terrenos que pisa que no deja de sorprender.

Acompañada al piano por Semjon Skigin, uno de los máximos representantes de la legendaria escuela de piano de San Petesburgo. Debutaba en este Ciclo de Lied con una técnica y maestría impresionantes.

Altísimo el nivel del Ciclo de Lied que continúa el el 12 de noviembre con el bajo Franz-Josef Selig, acompañado al piano por Gerold Huber. ¡Imprescindible!

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El Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) en coproducción con el Teatro de la Zarzuela, presentará el próximo lunes 8 de octubre a la mezzosoprano bielorrusa Ekaterina Semenchuk en su primera visita al Ciclo de Lied, que en esta temporada cumple su XXV edición. Semenchuk llega acompañada por Semjon Skigin al piano para ofrecer un programa monográfico de canciones de los grandes compositores rusos del siglo XIX: Rimski-Kórsakov, Chaikovski, Músorgski y Borodin, a los que se añaden Balákirev y Cui. Las entradas, con un precio general de 8 a 35 euros, están a la venta en las taquillas del Teatro de la Zarzuela, teatros del INAEM, www.entradasinaem.es y 902 22 49 49.

La melancolía como esencia de un pueblo

Según la musicóloga Cristina Aguilar: «Nunca la melancolía constituyó una seña de identidad nacional tan clara como en Rusia. Fiódor Dostoievski sostenía: «Los hombres realmente grandes deben experimentar, a mi entender, una gran tristeza». En música se cobijaba bajo el amplio paraguas de la protiazhnaya (протяжная), género popular en el que se inspiraron los compositores rusos en los siglos XVIII al XX. O eso querían hacernos creer, ya que su característico contorno melismático –que hoy se relaciona más con Kirguistán o Kazajistán– tuvo muy poco espacio. Pero lo que ansiaban los autores rusos era alimentar ese sentimiento que creían entrever en el canto popular: una tristeza ancestral se emparentaba con esa «gran alma rusa» de Dostoievski, Tolstói o Gógol, similar a la que destila de los edificios soviéticos».

Excelentes cualidades vocales

Las excelentes cualidades vocales de la mezzosoprano bielorrusa Ekaterina Semenchuk (Minsk, 1976) han reafirmado su reputación como una brillante cantante y su pertenencia a la ópera en su vertiente más dramática junto a su procedencia, le otorgan un bagaje perfecto para ejecutar el programa de esta velada. Semenchuk ha cantado en escenarios como el Metropolitan Opera House de Nueva York, la Opéra National de París, el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, el Carnegie Hall de Nueva York, el Suntory Hall de Tokio, la Ópera de Los Ángeles, el Teatro alla Scala de Milán, etc., junto a maestros como Valery Gergiev, James Conlon, Nicola Luisotti, Zubin Mehta y James Levine, entre otros. En el mundo de ámbito concertístico ha James Gaffigan (interpretado el Requiem de Verdi), Valery Gergiev, Gustavo Dudamel, James Levine, Das Klagende de Mahler en el Festival Ravinia, el Requiem de Dvořák con L’Orchestre de Paris y James Conlon, Giovanna d’Arco de Rossini y La mort de Cléopâtre de Berlioz con la Orquesta Sinfónica de Lucerna, bajo la dirección también de Gaffigan. Su repertorio también incluye los Stabat Mater de Pergolesi y Rossini, respectivamente, la Missa Solemnis de Beethoven, las Sinfonías nº 2, 3 y 8 de Mahler, Pulcinella y Oedipus Rex de Stravinski, Hour of Soul (Concierto para percusión, mezzosoprano y orquesta) de Gubaidulina, Cantos y danzas de la muerte de Músorgski, De la Poesía Popular Judía de Shostakóvich, Kindertotenlieder de Mahler, Les nuits d’Été de Berlioz y Shéhérazade de Ravel, entre otras muchas obras. Esta imtérprete colabora de forma habitual con grandes pianistas como Semion Skigin, Dmitry Efimov, Julius Drake y Helmut Deutsch.

Más info.

Plácido Domingo como Macbeth en el Palau Les Arts de Valencia

La nueva temporada del Palau de Les Arst de Valencia, se ha iniciado con seis exitosas representaciones del verdiano Macbeth, interpretado por Plácido Domingo, con una masiva asistencia de público, que demuestra el auténtico tirón de este incombustible cantante, dedicado en los últimos años a roles baritonales.

Giuseppe Verdi sentía una especial admiración por las obras teatrales de William Shakespeare, adaptando en su época juvenil el Macbeth, y ya en su brillante senectud: Otello, y un compendio extraído de Las alegres comadres de Windsor y Enrique IV, con el título de Falstaff, que se convierten en sus dos últimas y geniales óperas.

El gran maestro de Busetto, tuvo en mente llevar al mundo de la ópera otros dramas shakesperianos: La Tempestad, Hamlet o El Rey Lear, proyectos que nunca llegaron a materializarse. La composición de Macbeth supuso para Verdi un auténtico reto, ya que en la mitad del siglo XIX, resultaba impensable una obra donde se planteaba la desmedida pasión por el poder y la manera de conseguirlo a cualquier precio, incluso mediante la traición y el asesinato, en contraposición con las historias trágicas de corte romántico, que tanto gustaban al público italiano de entonces. El estreno de Macbeth tuvo lugar en el Teatro Della Pergola de Florencia el 14 de marzo de 1847, con mucho éxito para su autor, quien tuvo que salir al escenario a saludar al público hasta en treinta y siete ocasiones. Verdi revisó ampliamente esta partitura para ser representada en la Ópera de París, en 1865.

Las principales modificaciones incluían una nueva aria para Lady Macbeth “La luce langue” en el Acto II, la reescritura de algunos pasajes de la escena de las apariciones espectrales del Acto III, la inclusión de un ballet en ese mismo acto, un nuevo comienzo del Acto IV, con el coro de exiliados “Patria opressa” y un nuevo final, que incluía una música estructurada en forma de fuga para la batalla, a la que sigue un coro triunfal “Victoria! Victoria”, eliminando la muerte en escena de Macbeth de la primera versión “Mal per me che m’affidai”.

Macbeth desapareció prácticamente de los escenarios después de las funciones parisinas de 1865, con muy escasas representaciones durante la primera mitad del Siglo XX. La recuperación definitiva de esta partitura se produjo en la apertura de la temporada del Teatro alla Scala de Milan el 7 de diciembre de 1952 con la extraordinaria e inigualable creación de Lady Macbeth realizada por María Callas, con una magistral concertación y dirección musical de Victor de Sabata. Aquella función scalígera fue grabada en directo y se mantiene desde entonces como auténtica referencia de esta ópera. También cabe señalar, las grandes aportaciones realizadas a partir de los años setenta del pasado siglo, por directores como Riccardo Muti y el desaparecido Claudio Abbado, quienes nos han legado grabaciones discográficas y tomas en video altamente representativas de este atractivo título verdiano.

La versión representada en el Palau de les Arts es la de 1865, excluyendo el ballet del Acto III, y el coro triunfal conclusivo de la ópera “Victoria! Victoria”, y recuperando el final de la versión de 1947, con el aria del Macbeth “Mal per me che m’affidai”.

Es una verdadera lástima que esta producción no incluya ese brillante coro final y el ballet del Acto III, teniendo en cuenta que el Palau de les Arts dispone de un excelente cuerpo de baile.

Esta producción fue realizada conjuntamente por el Teatro dell’Opera di Roma y el Festival de Salzburgo, donde se produjo su estreno en 2011, con dirección del prestigioso regista Peter Stein.

En esta reposición valenciana ha asumido la dirección escénica Carlo Bellamio, quien resuelve con pericia el montaje escénico de la batalla final, donde los contendientes utilizan espadas auténticas que al golpearse llegan a producir chispas. También, resulta auténticamente novedoso representar a las tres brujas por bailarines que actúan y simulan cantar, labor que realizan miembros del coro femenino disfrazados de árboles. Los cuatro asesinos de Banquo, también aparecen disfrazados de bailarines, y en este caso, son las voces masculinas del coro las que cantan ocultándose bajo grandes capas negras. Sin embargo, Carlo Bellamio descuida el control de los movimientos en escena de cantantes y coro, en muchos momentos, auténticamente erráticos.

La escenografía de Ferdinand Wögerhauer resulta minimalista a ultranza, con poquísimos objetos, entre ellos, el panel que se desliza por el escenario, con una puerta por la que sale Lady Macbeth en el comienzo de su actuación, y donde penetra Macbeth para asesinar al Rey Duncan, reapareciendo en el desarrollo de la escena del sonambulismo de Lady Macbeth. Destacar el excelente diseño de iluminación a cargo de Joachim Barth, con unos fondos de escenario proyectados en diferentes colores, siempre en función del desarrollo dramático de la acción. Y, esa iluminación zonal, cuando emerge del suelo, una gran marmita, en la escena de las brujas del Acto III. Muy atractivo el diseño de vestuario a cargo de Anna María Heinreich, totalmente adecuado -es muy de agradecer- a la Escocia del Siglo XI, en que se desarrolla la acción.

La Orquesta de la Comunidad Valenciana, volvió a demostrar su excelente calidad, con una dirección el húngaro Henrik Nánási, flexible, contrastada, de gran fuerza dramática y bien concertada, facilitando la labor de los cantantes. La orquesta exhibió un sonido brillante y compacto. Todo ello, ya se puso de manifiesto en la interpretación de la obertura inicial, donde se alternan contundentes sonoridades, con una secuencia orquestal recurrente y de gran belleza, que volverá a reaparecer en la escena del sonambulismo de Lady Macbeth del Acto IV.

Destacar la interpretación de esa música brillante, en forma de marcha cuando aparece el rey Duncan y su comitiva, en el Acto I, o de esos momentos musicales llenos de ligereza y colorido durante el banquete del Acto II, en contraste con los lúgubres e inquietantes sonidos de la escena anterior , en la que se produce el asesinato de Banquo. Gran actuación orquestal en los concertantes conclusivos de los dos primeros actos, en la introducción musical del coro “Patria oppressa!”, al comienzo del Acto IV, así como de la brillante fuga en la batalla final. Dentro de la magnífica prestación de todos los miembros de la orquesta, cabe destacar las excelentes intervenciones solistas de Cristina Montes al arpa, el corno inglés de Ana Rivero; y, especialmente, del oboe de Christopher Bowman, el clarinete de Joan Enrinc Lluna y la flauta de Alvaro Octavio.

Extraordinaria prestación del Coro de la Generalitat Valenciana, muy bien dirigido por su titular Francesc Perales, en sus numerosas intervenciones a lo largo de toda la representación, con ese sonido chirriante y mórbido del coro femenino en las escenas donde aparecen las brujas, y en especial en el coro del Acto III “Tre volte miagola la gatta in fregola”. Componentes del coro masculino, también tienen una gran actuación en la escena del asesinato de Banquo, en el Acto II cantando “Chi v’impone unirvi a ni” con esa sombría y amenazadora frase “Trema, Banquo! Nel tou fianco”. El coro en pleno, realiza brillantes intervenciones en los concertantes, destacando sobremanera, la imponente coral “L’ira tua formidabile e pronta” del concertante que cierra el Acto I. De impresionante fuerza dramática resultó su interpretación de “Patria oppresa!” en el arranque del Acto IV.

Las apariciones escénicas de Plácido Domingo, se convierten en verdaderos eventos que mueven a una ingente cantidad de público, para escuchar a un artista que ha sabido conjugar su excelente calidad vocal e interpretativa, con una tremenda capacidad para potenciar su imagen a través de los medios de comunicación y convertirse en uno de los grandes fenómenos mediáticos de los últimos cincuenta años. En junio de 2009 tuve ocasión de escucharle, precisamente en este Palau de les Arts, una de sus últimas intervenciones como tenor, en su notable interpretación del Siegmund de La Walkiria, con dirección de Zubin Metha, donde el cantante ya con sesenta y ocho años, mostraba una ostensible merma de su registro agudo, conservando aún su bello centro y gran capacidad interpretativa.

Ese mismo año inició una segunda y exitosa carrera como barítono: Domingo canta papeles de barítono, con voz de tenor, y por mucho que quiera oscurecer la emisión, no tiene impostación baritonal, lo que desvirtúa sus interpretaciones de roles verdianos como Simón Boccanegra, Rigoletto, Il conte di Luna de Il Trovatore, Giorgio Germont de La Traviata o Francesco Foscari de I due Foscari. En estas funciones valencianas se le ha podido escuchar en el papel de Macbeth, su última creación baritonal verdiana, con desiguales resultados dadas las dificultades de este personaje. Ya, con casi setenta y cinco años, Domingo se mostró corto de fiato, lo que le causaba auténticos problemas para ligar largas frases, como en el caso de ese extenso soliloquio “Sappia la sposa mia” que realiza antes de asesinar al rey Duncan en el Acto I. También, resultó ostensible una disminución de volumen, que le hacía perder presencia vocal en los dúos junto a la poderosa Lady Macbeth de Ekaterina Semenchuk, y hacerle prácticamente inaudible en los concertantes.

Su actuación mejoró sensiblemente en los dos últimos actos, ofreciendo una buena interpretación en la escena de las apariciones espectrales del Acto III, y cantar de manera muy notable el aria “Pietà, rispetto amore” del Acto III, aunque lejos de las interpretaciones de voces baritonales italianas de esplendida línea de canto, como Renato Brusson, Piero Capuccilli o Leo Nucci, por no citar a los norteamericanos Sherrill Mines, y sobre todo a Leonard Warren, quienes se permitían, incluso, concluir este aria con un monumental agudo. Domingo realizó su mejor intervención, cantando, más bien recitando, el aria conclusiva de la ópera “Mal pe me che ma’affidai”. Es preciso señalar, que a pesar de las limitaciones expuestas en su interpretación de Macbeth, Domingo sigue mostrando -milagrosamente a sus años- una gran belleza tímbrica, unida a una magnífica actuación escénica, siendo intensamente aplaudido al final de la representación.

Ekaterina Semenchuk como Lady Macbeth, mostró un gran poderío vocal, junto a una notable actuación teatral, que ya se puso de manifiesto en su entrada escénica recitando con verdadero estilo “Nel dì della vittoria io le incontrai” para derivar al canto con una excelente interpretación del recitativo-aria “Ambizioso spirto tu sei, Macbetto……Vieni! T’afretta!”, cantado con auténticos acentos verdianos y concluir con la cabaletta “Or tutti sorgete”, moviéndose bien en el registro central y agudo, aunque mostrando cierta inconsistencia en la gama de graves y algunos problemas en las agilidades de la cabaletta, que también vuelven a producirse en ese reiterado brindis de marcado carácter belcantista “Si colmi il calice”, durante la escena del banquete con la que finaliza el Acto II. La mezzo rusa realizó una buena interpretación del aria “La luce langue” en el inicio del Acto II, aunque con dificultades en la emisión al si natural agudo en la parte final del aria, y faltándole incisividad en el fraseo para mostrar la maldad intrínseca del personaje. Notable fue su interpretación de la gran escena del sonambulismo, en el Acto IV, dotando a su interpretación de patéticos acentos, con una matizada línea de canto, aunque cortando feamente la ascensión al re sobreagudo final. Señalar sus magníficas intervenciones en los dúos con Macbeth, sobre todo el conclusivo del Acto III “Ove son io?” finalizado con la vibrante stretta “Ora di morte e di vendetta”. Cabe destacar sus intervenciones en los concertantes, donde su voz emergía con fuerza, por encima de coro y orquesta emitiendo en forte.

El papel para tenor de MacDuff, resulta secundario en esta ópera, pero tiene una intervención de auténtico lucimiento en el recitativo-aria “O flgli miei…..Ah, la paterna mano” una de las páginas más bellas compuestas por Verdi e interpretada de manera notable, aunque con algún problema de afinación por Giorgio Berrugi, quien exhibe una bonita voz, aunque en exceso lírica, para un personaje que requiere un tenor lírico-spinto, como es el caso del gran Carlo Bergonzi, quien nos ha legado una extraordinaria y referencial interpretación de esta página.

El bajo Alexander Vinogrador cantó de manera correcta el papel de Banquo, mostrando una voz de cierta rotundidad pero con una poco refinada línea de canto, en su dúo con Plácido Domingo, en el arranque de la ópera, mejorando su actuación en el aria “Studia il passo, o mio figlio….Come dal ciel precipita” que precede a su asesinato en el Acto II. Bien el resto de los interpretes secundarios, destacando Federica Alfano, en su corta intervención como Dama de Lady Macbeth en la Escena de sonambulismo.

Texto: Diego Manunel García Pérez
Fotografía: Tato Baeza

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