Celso Albelo

Celso Albelo continúa ampliando su repertorio con un nuevo debut. Tras realizar la proeza, la pasada temporada, de cantar en una misma semana el papel de Manrico de Il Trovatore (Verdi) y el de Arturo de I Puritani (Bellini), el tenor de Tenerife se enfrenta a otro reto en su trayectoria, el de incorporar el icónico personaje del caballero Des Grieux de Manon de Massenet inaugurando la temporada de la Ópera de Oviedo. La cita que marca su regreso al Teatro Campoamor de la capital del Principado será el 10 de septiembre (con funciones también los días 12, 14 y 16 del mismo mes), poniendo su voz y temperamento teatral a un papel fundamental del repertorio francés que se suma a los muchos que ya ha interpretado en este ámbito, como Werther (Werther, Massenet), Guillaume Tell (Guillaume Tell, Rossini), Tonio (La fille du régiment, Donizetti), Fernand (La favorite, Donizetti), Gérald, (Lakmé, Delibes), Nadir (Les pêcheurs de perles, Bizet) o Roméo (Roméo et Juliette, Gounod), entre otros. Se da la circunstancia que varios de ellos los ha interpretado –e, incluso, debutado– ante público francófono en Mónaco, Bélgica o Francia.

Junto al bel canto romántico, la ópera francesa ha sido uno de los pilares de la carrera de Celso Albelo, por ello incorporar a Des Grieux se convierte en un paso importante. “Más que un reto, lo considero un regalo”, afirma el cantante, “sobre todo después de haber disfrutado tanto con el otro gran papel de Massenet para mi cuerda, el genial Werther, ambos excelentes ejemplos de la increíble fuerza dramática que el compositor consigue con sus personajes y en sus partituras, que son sin duda de lo mejor del teatro musical francés. Con líneas melódicas maravillosas y una orquestación plena de colores, Manon es sin paliativos una auténtica obra maestra”.

Inspirada en L’histoire du chevalier des Grieux et de Manon Lescaut (1731) de Antoine-François Prévost Michael, la obra de Massenet regresa a Oviedo para celebrar el 75º aniversario de temporadas operísticas ininterrumpidas en el Teatro Campoamor; con este mismo título se reinauguró el coliseo ovetense tras la guerra, con la legendaria Victoria de los Ángeles como protagonista, de quien en noviembre se celebra su centenario. “La Ópera de Oviedo ofrece estas funciones en memoria de la gran cantante española y para mí y para el resto de mis compañeros de reparto es un honor formar parte de este proyecto”, asegura Celso Albelo, quien compartirá escenario con la soprano Sabina Puértolas en el papel de Manon. La producción lleva la firma del maestro asturiano Emilio Sagi y se trata de una coproducción de la Ópera de Oviedo con el Teatro Municipal de Santiago de Chile y la Ópera de Tenerife, con escenografía de Daniel Bianco y vestuario del afamado diseñador chileno Pablo Núñez.

La trayectoria artística de Celso Albelo le convierte en uno de los tenores españoles más destacados de su generación, con destacadas actuaciones en los principales coliseos españoles –Teatro Real, ABAO Bilbao Opera, Palau de Les Arts de Valencia, Ópera de A Coruña, Gran Teatre del Liceu de Barcelona, Teatro de La Maestranza de Sevilla– y del mundo, desde Nueva York a Milán y desde Viena a París o a Tokio.

Próximamente le esperan títulos como Don Pasquale (debut en el Teatro Municipal de Santiago / Ópera Nacional de Chile), su debut como Hoffmann en Les contes d’Hoffmann (Opéra Royal de Wallonie – Liège, Bégica) o su primer Rodolfo de La Bohème (Teatro La Fenice de Venecia).

Festival de Peralada

Plácido Domingo y Ermonela Jaho han protagonizado esta ópera de Jules Massenet, en versión concierto.

Es la primera vez que se ha representado esta ópera en el Festival y ha contado con un elenco extraordinario: Plácido Domingo (Athanaël), Ermonela Jaho (Thaïs),

Jean Teitgen (Palémon), Elena Copons (Crobyle), Lida Vinyes (Myrtale), Maife Nogales (Albine), Cristina Díaz (Sirviente) y Sara Blanch (el Encantadora). Han estado acompanyados por el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real de Madrid, dirigidos por el maestro Patrick Fournillier.

Plácido Domingo debutó en el Festival de Peralada el año 1991 con Otello i ha vuelto en varias ocasiones, la última en 2011. La soprano, Ermonella Jaho, debutó el año pasado en Peralada, como protagonista de la ópera Madama Butterfly.

El legendario, Plácido Domingo, ha interpretado con gran fuerza y personalidad teatral su rol del monje Athanaël, vencido a los encantos de la cortesana Thaïs, rol interpretado por Ermonela Jaho que ha vuelto a enamorar al público de Peralada. Uno de los momentos brillantes y esperados por el público ha sido cuando ha llegado la célebre Meditation, el interludio para violín solo y orquesta que divide en dos la ópera y marca la conversión espiritual de la protagonista.

Thaïs, una de las óperas más bonitas de Jules Massenet, con libreto de Louis Gallet, se ha escuchado esta noche en versión concierto, en tres actos y siete escenas. Se estrenó en la ópera de París el 16 de marzo de 1894.

Esta noche también ha destacado la intervención del Coro Titular del Teatro Real de Madrid, desde 2010. Actualmente lo dirige el maestro Andrés Máspero. Ayer con Jonas Kaufmann y hoy en Thaïs, la música ha ido a cargo de la Orquesta Titular del Teatro Real, que han conseguido hacer sonar las notas impecablemente.

Una noche de gran calidad vocal e instrumental, una Thaïs de gran belleza que perdurará en la memoria del público. Los aplausos han sido sonoros y también los bravos haciendo salir a los artistas más de una vez al escenario, una vez terminado el espectáculo. Incluso las cigüeñas han aplaudido.

Werther

Werther se ha representado por primera vez en El Palau de les Arst de Valencia, en el transcurso de cinco representaciones. La Orquesta de Comunitat Valenciana, magníficamente dirigida por el húngaro Henrik Nánási, ha sido la gran triunfadora. Los resultados tanto en el plano vocal como escénico han sido más discretos.

Jules Massenet (1842 –1912) llegó a componer hasta veinticinco óperas siendo las más conocidas y representadas Manon (1884), Werther (1892) y Thaïs (1898). También cabe citar otros títulos como Le Cid (1885), Esclarmonde (1889), La Navarreise (1894), Le Jongleur de Notre-Dame (1902) y Don Quichotte (1910). Ya, en 1880, Massenet comenzó a barajar la idea de componer una ópera basada en la obra de Goethe Die Leiden des jungen Werther (Las desventuras del joven Werther) de 1774.

Durante un viaje que el compositor junto a su editor Georges Hartmann realizaron a Bayreuth, en 1886, para escuchar Parsifal, tuvieron ocasión de visitar la ciudad de Wetzlar cerca Frankfurt, donde Goethe había escrito su obra. Es, a partir de entonces, cuando Massenet inicia la composición de Werther, con un libreto de Édouard Blau, Paul Milliers y Georges Harmant, quienes adaptan la obra de Goethe, dándole mucha más relevancia al personaje de Charlotte, la mujer idealizada por Werther, por la que siente una incontrolable pasión amorosa. Una vez concluida la composición en junio de 1887, Massenet la ofreció a La Opera-Comique de París, cuyo director Leon Carvalho la rechazó por considerar que el argumento era demasiado triste para interesar al público.

Finalmente, la ópera traducida al alemán, se estrenó con gran éxito en el Teatro Hofoper de Viena el 16 de febrero de 1892. La versión en francés fue estrenada en La Opera de Ginebra el 27 de diciembre de 1892 y el 16 de enero de 1893 se produjo el estreno en La Ópera-Comique de París, donde fue alabada por la crítica aunque recibida con reticencias por el público.

La ópera tuvo una gran aceptación en los principales teatros de todo el mundo. Durante la primera mitad del Siglo XX, fue representada con cierta regularidad en Francia y de manera más intermitente en el resto del mundo, destacando la extraordinaria creación de Werther realizada por el gran tenor francés Georges Thill, junto a la magnífica Charlotte de la soprano Ninon Vallin, que puede escucharse en la grabación discográfica de 1931, dirigida por Elie Cohen al frente de la Orquesta de La Ópera-Comique, remasterizada en CD por EMI en 1989 y aún con mejor sonido por NAXOS en 2000.

Han transcurrido ochenta y seis años y aquella grabación de Werther continua siendo una auténtica referencia. La versión en italiano de Werther tuvo como gran protagonista a Tito Schipa, quien ya la interpretó en Liceu de Barcelona, en diciembre de 1918, y mantuvo en su repertorio durante tres décadas, existiendo muchas grabaciones de la famosa aria del Acto III “Pourquoi me reveiller” en italiano “Ah! Non mi ridestar” y también del aria del Acto I “Allors, c’est bien ici…O Nature” en italiano “Allor sta propio quá…..O natura” y una selección de la ópera junto a la Charlotte de la mezzo Gianna Pederzini grabada en 1940. Schipa fue el modelo de otros tenores italianos como Giuseppe Di Stefano, Ferruccio Tagliavini, Cesare Valletti y Carlo Bergonzi que interpretaron esta ópera en puntuales ocasiones durante los años cincuenta y sesenta del pasado siglo.

Sin embargo, el auténtico resurgir de Werther se produjo cuando el gran Alfredo Kraus la incorporó a su repertorio, en enero de 1966, en el Teatro Municipale de Piazenza, cantada en italiano; aunque pronto el tenor canario interpretará la versión en francés, cuyo primer testimonio es la toma en directo realizada en el madrileño Teatro de la Zarzuela en 1969, donde Kraus compartía reparto con la exquisita Charlotte de Victoria de Los Angeles, quien ese mismo año había intervenido en una magnífica versión discográfica realizada por EMI, junto al excelente Werther del gran tenor sueco Nicolaï Gedda, dirigidos de manera espléndida por Georges Prêtre, al frente de la Orquesta de la Ópera de París. Alfredo Kraus interpretó Werther durante treinta años, en innumerables representaciones por todos los grandes teatros del mundo, compartiendo repartos con magníficas Charlotte, entre ellas: Tatiana Troyanos, Teresa Berganza, Elena Obraztsova, Regine Crespin, Frederica von Stade o Martha Senn.

Numerosas tomas en directo tanto en audio como en video, acreditan la extraordinaria interpretación que Alfredo Kraus realizó de Werther, existiendo también una referencial grabación discográfica, con excelente sonido, realizada en estudio por EMI, en 1979, con dirección orquestal de Michel Plasson al frente de la Orquesta Filarmónica de Londres, donde Kraus compartía reparto con la excelente Charlotte de la mezzo Tatiana Troyanos. El Werther de Alfredo Kraus, sintetiza el estilo aristocrático de Georges Thill con el colorido vocal de Tito Schipa. Después de Kraus cabe destacar las interpretaciones realizadas por Roberto Alagna y Jonas Kaufmann. El tenor francés Jean François Borras, quien ha interpretado Werther en las funciones del El Palau de Les Arts, tuvo su gran oportunidad al sustituir a un indispuesto Jonas Kaufmann, en el transcurso de una representación de Werther, en 2014, en el Metropolitan de Nueva York, ello supuso su debut en este papel que ha interpretado con cierta frecuencia en los últimos años.

El Werther representado en el valenciano Palau de Les Arts, es una coproducción de este Teatro y la Ópera de Montecarlo, con dirección escénica de Jean Louis Grinda, y escenografía de Rudy Sabounghi, con la presencia, desde el mismo comienzo de la Ópera de un gran espejo donde se refleja un Werther de ensangrentada camisa. Súbitamente el espejo se rompe, es atravesado por el protagonista y su troceada moldura se desplaza a los extremos del escenario, volviendo a recomponerse en diferentes momentos: la preciosa escena del “Claro de luna” en el Acto I y en todo el Acto IV, con el que finaliza la representación.

La historia es mostrada a modo de un largo flach-back, empezando por el final, donde Werther contempla el trágico desarrollo de su vida en los últimos seis meses, que constituyen el período de tiempo entre su propia muerte y el momento en que se siente atraído por su ideal femenino representado por Charlotte. El modo de relatar la historia es interesante, aunque resulta un tanto fallido, ya que este procedimiento narrativo típicamente cinematográfico (recuerda el utilizado por Billy Wilder en sus famosas películas: Perdición y El crepúsculo de los dioses) requiere la continua presencia escénica del protagonista, algo que no ocurre en Werther.

El escenario que aparece en los dos primeros actos es el jardín de la casa donde vive Charlotte y como fondo un bosque de verdes colores en el arranque del verano donde transcurre el Acto I, que deriva a las ocres tonalidades del otoño durante el Acto II. El escenario del Acto III, resulta muy convencional, con una gran sala en la casa matrimonial de Charlotte, cuyos elementos principales son un clavicordio, y una iluminada vitrina que contiene una colección de pistolas. La escenografía solo adquiere relevancia al comienzo del Acto IV, con una proyección donde puede verse la figura frontal de Charlotte, con un rostro desencajado, dentro del marco reconstruido de ese gran espejo, corriendo sobre la nieve hacia la casa de Werther.

Poco acertada esa presencia de celestiales angelitos, con sus correspondientes alas, que aparecen rodeando a Werther y Charlotte al final de la ópera. Tampoco la iluminación consigue dar realce a la sencilla escenografía.

En una ópera como Werther, donde el entramado orquestal resulta fundamental siempre imbricado en la acción dramática: La Orquesta de la Comunitat Valenciana fue la gran triunfadora de estas representaciones, espléndidamente dirigida por el húngaro Henrik Nánási, quien consiguió extraer de todas las secciones orquestales, expresivas sonoridades, que ya se ponen de manifiesto en la ejecución de la obertura inicial con momentos de gran tensión dramática en la ejecución de ese tema musical recurrente, que traduce la pasión que Werther siente por Charlotte y que enlaza con los bucólicos acordes que muestran ese otro tema también recurrente de la naturaleza, con brillantes intervenciones solistas del violín concertino.

El sonido orquestal resultó verdaderamente sublime en la interpretación de “El Claro de Luna” en el Acto I, que se convierte en el tema musical esencial de la ópera, y donde destacó de sobremanera el sonido de los violonchelos.

Magnífica la respuesta orquestal en el transcurso del Acto III, en el acompañamiento de las arias de Charlotte, con especial referencia a las intervenciones del saxo, en la segunda aria “Va! Laisse couler mes larmes!” y también las intervenciones de los chelos y el arpa en la famosísima aria de WertherPourquoi me reveiller”. Resaltar la gran interpretación orquestal de la obertura del Acto IV, que lleva por subtítulo “La nuit de Noël”. Magnífica prestación del corno inglés dándole realce a los pasajes de mayor tensión dramática. Excelente sonido de los metales en especial de las trompas. Destacar el solo de órgano como coda conclusiva del dúo de Charlotte y Albert en el Acto II. Solo cabría reprochar un excesivo volumen del sonido orquestal, que, en algún momento, tapó a las voces.

Werther es una ópera de verdadero lucimiento para los dos protagonistas a través de numerosas arias y ariosos, junto a cuatro grandes dúos. En su interpretación de Werther, el tenor francés Jean Louis Borrás, mostró adecuación idiomática y estilística, con una voz lírica de bonito timbre y aceptable volumen, aunque algo ligera y que solamente adquiere rotundas dimensiones en el registro agudo. En sus intervenciones se echó en falta más variedad de acentos, que dotaran a su canto de auténtica expresividad. Realizó una notable interpretación llena de melancolía en ese canto a la naturaleza que constituye el recitativo-aria “Alors, c’est bien ici……Ô nature, plein de grâce” del Acto I. Ya, en el Acto II, mostró en su aria “Un autre est son époux!” ese grado de frustración que le produce ver a Charlotte ya casada con Albert.

Borrás ofreció sus mejores momentos en la famosa aria “Pourquoi me reveiller” insertada en el gran dúo del Acto III con Charlotte, interpretada por la mezzo Anna Caterina Antonacci, quien muestra su gran calidad de interprete al penetrar plenamente en la psicología del personaje, aunque con una voz bastante agostada, con un importante vibrato en todos los registros, escaso volumen y una gama de graves prácticamente inaudibles. Estas carencias se hacen patentes en sus dramáticas intervenciones del Acto III: el aria de las cartas “Werther! Werther…Qui m’aurait dit la place” aceptablemente resuelta, y mostrando auténticos problemas en “Va! Laisse couler mes larmes!» tan exigente en el registro grave.

Muestra una matizada línea de canto en el precioso dúo con Werther del “Claro de Luna” en el Acto I, en comparación con la interpretación más plana de Jean François Borras. Antonacci también está notable en el dúo final con Werther, donde Borrás abusó de las notas afalsetadas, con perdida de afinación en alguna de ellas.

Muy bien la Sophie de Helena Orcoyen, una voz ligera de timbre penetrante y bien proyectada, que se luce en su recitativo-aria del Acto I “Frère, voyez le bouquet….Du gai soleil, plein de flamme”, donde muestra una juvenil alegría ligando bien las frases y ofreciendo unos magníficos agudos. También destaca su interpretación en el dúo con Charlotte “Bonjour, grand soeur!» del Acto III, donde su alegría y desenfado contrasta con la tristeza de su abatida hermana.

Muy discreta la interpretación del bajo-barítono Michael Borth, como Albert, mostrando auténticas limitaciones en un papel de cierta exigencia, sobre todo en el aria “Elle m’aime elle pensé a moi” del Acto I o en el dúo con Charlotte “Trois mois! Voici trois mois” del Acto II, donde se ponen de manifiesto sus carencias vocales e interpretativas.

Aceptable interpretación de Alejandro López como Le Bailli (El magistrado padre de Charlotte). Exagerada caracterización de Moisés Marín y Jorge López interpretando respectivamente a los borrachos Schmidt y Johann, con una notable interpretación de su dúo “Vivat Bacchus, Semper vivat” en el arranque del Acto II, que suele cortarse, pero que si está incluido en esta producción.

Buenas interpretaciones de los niños de La Escolania de la Mare de Déu dels Desemparats y de las niñas de La Escola Coral Veus Juntes de Quart de Poblet.

Texto: Diego Manuel García Pérez
Fotografías: Tato Baeza

Werther

Henrik Nánási dirige por tercera vez a la Orquestra de la Comunitat Valenciana tras sus celebrados trabajos en ‘El castillo del duque Barbazul’ y ‘Macbeth’. Jean-Louis Grinda firma este montaje con escenografía y vestuario de Rudy Sabounghi, iluminación de Laurent Castaingt y videocreación de Julien Soulier. El tenor Jean-François Borras (Werther) y la soprano Anna Caterina Antonacci (Charlotte) protagonizan esta nueva coproducción con la Ópera de Montecarlo.

El Palau de les Arts Reina Sofía retoma el repertorio francés con un nuevo montaje de ‘Werther’, de Massenet, coproducido con la Ópera de Montecarlo, que se estrena el próximo sábado, 20 de mayo.

“Werther” -según ha destacado el Intendente Davide Livermore en su presentación- “constituye uno de los títulos imprescindibles de la ópera francesa y también la obra cumbre de Jules Massenet, un autor imprescindible en la historia de Les Arts, donde se ha podido escuchar anteriormente ‘Manon’, ‘Thaïs’ y ‘Le Cid’.”

“Un siglo después de que Goethe sentara las bases del Romanticismo con su novela epistolar, Massenet legó su alma y conciencia como artista en este canto al amor romántico, desesperado y trágico, donde convergen los profundos razonamientos del impulsor del ‘Sturm und Drang’ alemán junto con el sensible melodismo francés del S. XIX.”

Se trata, como ha apuntado Livermore, de la segunda nueva producción de la Temporada 2016-2017, para la que Les Arts ha reunido un destacado elenco creativo y artístico: Henrik Nánási, director musical; Jean-Louis Grinda, director de escena; el tenor Jean-François Borras, en el papel de Werther; y la soprano Anna Caterina Antonacci, en el rol de Charlotte.

El director húngaro Henrik Nánási regresa al foso de Les Arts tras sus celebradas incursiones con la Orquestra de la Comunitat Valenciana con ‘El castillo del duque Barbazul’, de Bartók, y ‘Macbeth’, de Verdi. El titular de la Komische Oper de Berlín ha mostrado su satisfacción por regresar a Valencia y trabajar con la OCV, de la que elogia “su versatilidad y talento”.

Jean-Louis Grinda, director de la Ópera de Montecarlo (Mónaco) y del Festival Chorégies d’Orange (Francia), estrena su tercera puesta en escena en Valencia después de ‘Tosca’ y ‘Amelia al ballo’ y ‘The Telephone’.

Según explica el ‘regista’ monegasco, la dramaturgia de la nueva producción, con escenografía y vestuario de Rudy Sabounghi, iluminación de Laurent Castaingt y videocreación de Julien Soulier, plantea “realizar la historia de Werther a la inversa”.

“El punto de partida es la muerte de Werther. En el momento de su agonía, durante esos segundos en los que le parece ver toda su vida, intenta comprender cómo ha llegado hasta allí y revivir su aventura con Charlotte”, apunta Grinda.

“Todo ocurre a través de un espejo roto, que simboliza la vida que él atraviesa y mediante el cual establece un diálogo, no sólo consigo mismo sino también con Dios. Todo se desarrolla con ese trasfondo hasta el final. Entonces surge la pregunta: ¿Seguirá viviendo y buscando eternamente ese instante de felicidad que haya podido tener?”.

Musicalmente, Massenet escribió uno de los papeles más temidos para tenor, equiparado por sus exigencias con el Tristán de Wagner. Jean-François Borras, que debutó en Les Arts en ‘Manon’ en el año 2010, regresa al centro de artes como uno de los intérpretes de referencia de este rol, “su preferido”, como él mismo señala, y que requiere de una “gran entrega física y vocal”.

“En toda la partitura tengo cuatro arias y tres dúos. Al no haber coro, todo descansa sobre tres personajes y es, por tanto, un rol muy exigente pero que estoy convencido de que es el papel que todos los tenores desean cantar algún día”.

Para dar vida a Charlotte, Les Arts presenta a la soprano Anna Caterina Antonacci, que canta por primera vez en el centro operístico. Consolidada como una de las sopranos más distinguidas de su generación por su timbre extraordinario y sus excelentes dotes teatrales, la diva italiana regresará a finales de junio -tal y como ha recordado Livermore- para cantar ‘La mort de Cléopâtre’, de Berlioz, en el concierto que la OCV ofrecerá en el Palau de la Música, con Roberto Abbado como titular.

Sobre su personaje, la estrella italiana ha remarcado la dualidad que afronta toda la ópera entre sentir y deber sentir. “Es un personaje muy sutil, una burguesa muy alejada de la heroína de la tragedia griega, que, además, en esta producción sale de la historia real para situarse en un recuerdo”, afirma.

Completan el reparto de ‘Werther’ Helena Orcoyen (Sophie), Iuliia Safonova (Käthchen) y los artistas del Centre Plácido Domingo: Michael Borth (Albert), Alejandro López (Le Bailli), Moisés Marín (Schmidt), Jorge Álvarez (Johann) y Fabián Lara (Brühlmann). Asimismo, el Intendente Livermore ha destacado la excelente labor de las voces infantiles de la Escolania de la Mare de Déu dels Desemparats y de la Escola Coral Veus Juntes de Quart de Poblet en esta producción.

Además del estreno de ‘Werther’, el sábado 20, Les Arts ha programado más funciones los días 23, 26, 28 y 31 de mayo.

Nancy Fabiola Herrera

La mezzosoprano española Nancy Fabiola Herrera regresa a España esta vez para debutar en Europa un papel fascinante, el de Dalila, de la ópera Samson et Dalila, de Camille Saint-Saëns, rol que la intérprete canaria cantó por primera vez en una espectacular nueva producción del Festival Amazonas de Ópera de Brasil en abril de 2009. En esa ocasión estuvo dirigida por el regista asturiano Emilio Sagi en un montaje “espectacular, muy estético, pero que profundizaba en la tortuosa relación de los protagonistas”, afirma la cantante, quien ha escogido la Ópera de Oviedo para debutar el rol en Europa. El público del Campoamor de la capital asturiana ya conoce las virtudes de la mezzosoprano en las lides del repertorio francés, ya que allí debutó con su inigualable Charlotte del Werther, de Massenet (septiembre de 2012).

Herrera regresa al escenario ovetense después de cosechar un nuevo éxito en su carrera, esta vez con la ópera de Daniel Catán Florencia en el Amazonas tanto en la Washington National Opera como en la Ópera de Los Ángeles (Estados Unidos), finalizando un año en el que, además, llevó su aplaudida visión de la protagonista de Carmen, de Bizet, a Sidney, Melbourne, Moscú y Roma. “Me alegro enormemente de regresar a la Ópera de Oviedo porque disfruto muchísimo cantando en esa ciudad, en la que se vive la música y la cultura, una feliz excepción en el panorama español. El Campoamor, además, me trae bellísimos recuerdos no solo por el Werther de hace un par de años, sino también por la gala en la que allí participé y en la que recibí el premio a la Mejor Cantante de Zarzuela en 2008”, apunta, aunque reconoce que ahora regresa con un personaje muy diferente: “Dalila no tiene mucho que ver con Charlotte, ya que la primera es como un demonio, todo sensualidad y maldad, y la segunda una mujer sensible y romántica”.

Después de su Dalila en Oviedo -con funciones en enero (28 y 31) y febrero (3 y 6)- , Nancy Fabiola Herrera viajará al Teatro Arriaga de Bilbao para ofrecer un recital junto a Rubén Fernandez Aguirre antes de cantar una gala junto a otras estrellas como Stephen Costello y Angela Meade en la Academy of Vocal Arts de Filadelfia (Estados Unidos), de interpretar Carmen en Menorca y de participar en un concierto junto a la Gewandhaus Orchestra dirigida por Josep Pons en Leipzig (Alemania).

Alagna

ABAO-OLBE (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera) comienza 2015 con Werther de Massenet, paradigma del Romanticismo. Los próximos días 17, 20, 23 y 26 de enero, con el patrocinio del Departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco, sube a escena este título basado en el clásico de la literatura universal “Los sufrimientos del joven Werther” de Goethe que trata sobre la experiencia profunda del amor que no encuentra la felicidad. Una ópera que según el director artístico de la Asociación Bilbaína, Cesidio Niño:”es un pequeño dardo que nos llega directamente al corazón y en la que todos nos vemos representados, de ahí el hipnotismo y la emoción que causa”.

Este drama lírico en cuatro actos y cinco cuadros de argumento extremadamente romántico narra la historia de amor imposible entre Werther y Charlotte y destaca por su delicada línea melódica y elegante revestimiento orquestal. Para dar vida a los personajes de esta tragedia y afrontar su complejidad musical ABAO-OLBE ha reunido un elenco encabezado por Roberto Alagna, uno de los tenores más aclamados en la actualidad, que debuta en la Asociación para dar vida a ‘Werther’, el poeta melancólico. Este rol, considerado como uno de los papeles capitales para la tesitura de tenor, es conocido como “el Tristán francés”. A su lado, la mezzosoprano Elena Zhidkova retorna a Bilbao para dar vida a su enamorada ‘Charlotte’. Junto a ellos completan el cartel la soprano Elena de la Merced como ‘Sophie’, el barítono Manuel Lanza como ‘Albert’, el bajo Stefano Palatchi como ‘Le Bailli’, el tenor Jon Plazaola como ‘Schmidt’, el bajo Fernando Latorre como ‘Johann’, el tenor Martín Barcelona como ‘Brühlmann’ y la soprano Susana Cerro como ‘Käthchen’.

La dirección musical está a cargo del maestro Michel Plasson, un gran especialista en el repertorio francés, quien debuta en la Asociación para al frente de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa abordar esta partitura de esmerada, poderosa, bella y rotunda orquestación cuyos momentos emblemáticos aún hoy causan gran efecto sobre el público. Junto a ellos el coro infantil Gaudeamus Korala.
En el escenario una producción, aristocrática y cautivadora, del Teatro Regio di Torino concebida por David Alagna, debutante en Bilbao, que recrea maravillosamente el entorno de la ciudad y el interior de las mansiones señoriales donde se mueven todos los protagonistas.

Conferencia sobre “Werther”

Con el fin de analizar, con carácter previo al estreno, los aspectos más relevantes de esta ópera de Massenet, ABAO-OLBE ha organizado una conferencia, de entrada libre, para el viernes 16 de enero en el Hotel Ercilla a las 20.00 horas. En esta ocasión, Fernando Fraga, escritor y crítico musical, descubre los entresijos de Werther.

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