85 Quincena Musical de San Sebastián

Del 1 al 30 de agosto, la 85 Quincena Musical de San Sebastián reeditará su compromiso de llevar música y danza en vivo para todos los públicos a las principales salas, espacios culturales y otros lugares de la ciudad, y también a otras localidades de Gipuzkoa, Araba, Navarra y Lapurdi. Con la Quincena, el mes de agosto se convierte en el momento ideal para disfrutar de la cultura en vivo, con propuestas de formatos diversos, desde los más clásicos a los más innovadores, en las que artistas locales e internacionales y el público se dan la mano para crear grandes momentos de música clásica.

Más de 70 citas que conforman un amplio catálogo pensado para que cada cual pueda diseñar a partir de él su propia Quincena.
A continuación, detallamos los conciertos y espectáculos que tendrán lugar en el Auditorio Kursaal y en el Teatro Victoria Eugenia, ciclos fundamentales de una edición que, como anunciamos semanas atrás, acompañará el cartel realizado por Jose Zugasti.

Ciclo de grandes conciertos del Auditorio Kursaal
El ciclo se abre con la doble presencia de la Orchestre Philharmonique du Luxembourg, bajo la dirección de su titular, Gustavo Gimeno. El primero de los conciertos (1 de agosto) supone el debut en la Quincena del pianista Bruce Liu, ganador de la Chopin Piano Competition en 2018; este premio avala su reputación como unos de los grandes talentos de su generación y ha contribuido a su status de estrella del rock dentro de la música clásica. Interpretará el Concierto para piano nº5 “Egipcio” de Camille Saint- Saëns. En la segunda parte del concierto, se podrá disfrutar de la Quinta sinfonía de Mahler, popularizada por su presencia en la banda sonora de Muerte en Venecia, de Visconti.

En el segundo concierto (2 de agosto) la Philharmonique du Luxembourg contará con la complicidad del Coro de Voces Mixtas Easo y del bajo moscovita Alexander Vinogradov (habitual en las temporadas de la Staatsoper Berlin, Teatro Bolshoi, Ópera Nacional de París, Teatro alla Scala, Metropolitan Opera, Royal Opera House Covent Garden…) para abordar una de las partituras más infrecuentes de Shostakovich: La ejecución de Stepan Razin. Esta obra, que se interpreta por primera vez en la Quincena y que se caracteriza por su complejidad, constituye la narración, maravillosa desde el punto de vista musical, del destino de este cosaco que, en el siglo XVII, se rebeló contra el Zar Alexei. En la segunda parte, se escuchará La Sinfonía fantástica de Berlioz, que, como indica su subtítulo, describe las vicisitudes vitales de un artista.

Los días 8 y 10 de agosto se estrenará una nueva producción operística promovida por la Quincena Musical: una relectura de la popular Carmen, de Bizet, firmada por Emilio Gómez. Una de las óperas más representadas de la historia se traslada a la posguerra española: Carmen es una gitana rebelde y apasionada que, en los años 50, desafía las normas sociales de la época; la cultura gitana se coloca frente a la influencia creciente de la cultura urbana. Así, esta ópera regresa a la Quincena 16 años después, tras su última puesta en escena en 2008. En el apartado musical, Euskadiko Orkestra interpretará desde el foso bajo la dirección musical de José Miguel Pérez-Sierra, recientementre nombrado director musical del Teatro de la Zarzuela de Madrid; el elenco de solistas lo encabezan la mezzosoprano tunecino-canadiense Rihab Chaieb (Carmen) y el tenor ucraniano Dmytro Popov (Don José), que a lo largo del mes de mayo interpretarán Carmen en el prestigioso festival de de ópera de Glyndebourne, en Inglaterra; junto a ellos, Miren Urbieta-Vega (Micaela), Simón Orfila (Escamillo), Marifé Nogales (Mercedes), Helena Orcoyen (Frasquita), José Manuel Díaz (Dancaire), Juan Laborería (Morales), Mikel Zabala (Zúñiga) y Aitor Garitano (Remendado); y los pasajes corales serán
interpretadas por las voces de Easo Abesbatza.

El 11 de agosto, la música barroca resonará en el Kursaal: Masaaki Suzuki, que hace dos años participó en el Ciclo de Órgano de la Quincena, regresa al festival, en esta ocasión, al frente del Bach Collegium Japan, el conjunto barroco formado por intérpretes de instrumentos originales y coro fundado en 1990 por el propio Suzuki, intérprete de Bach, organista, clavecinista, director de orquesta y musicólogo de renombre internacional. Será una ocasión excepcional para disfrutar de este conjunto especialista en la obra del compositor barroco, ya que se prodiga poco en Europa; de hecho, es la primera vez que actúa en el festival. Bach Collegium Japan se define como un grupo que “transmite la música de Bach al futuro”.

El 17 de agosto, tendrá lugar el primero de los dos conciertos que la Budapest Festival Orchestra, la formación liderada por Ivan Fischer, ofrecerá en una nueva visita a la Quincena. Uno de los alicientes principales de este concierto lo constituye el debut en el festival de la reconocida violinista moldava Patricia Kopatchinskaja. Descrita por The New York Times como "una intérprete de inusual energía expresiva, desarmante informalidad y ambición teatral”. Patricia Kopatchinskaja interpretará el Concierto para violín nº2 de Bela Bartok, compositor del que es especialista. Completan el programa la Obertura sobre temas hebreos de Prokofiev y la Sinfonía nº7 de Dvorak.

Al día siguiente (18 de agosto), Mozart será el principal protagonista de la velada, con la Sinfonía nº38, “Praga” y el Réquiem, obra inserta ya en el acervo cultural universal en la que acompañarán a la orquesta el Orfeón Donostiarra y los solistas Anna Lena Elbert, Olivia Vermeulen y Hanno Müller-Brachmann.

El 23 de agosto, el Kursaal acogerá la Missa Solemnis, obra coral por excelencia de Beethoven, y la más difícil de este compositor, técnicamente hablando. Está considerada por algunos como la mejor misa jamás compuesta y no se interpreta en Quincena desde 2003. Bajo la dirección del director francés Jérémie Rhorer, quien fuera discípulo de Marc Minkowski, William Christie y Christopher Hogwood, interpretarán la partitura Euskadiko Orkestra, el Orfeón Donostiarra y los solistas Chen Reiss, Victoria Karkacheva, Maximilian Schmitt y Hanno Müller-Brachmann. Meses antes de dirigirla en la Quincena, Rhorer dirigirá a su conjunto Le Cercle de l’Harmonie en la interpretación de la Missa Solemnis en la Philharmonie de Paris, y estos días dirige el estreno de la La voz humana, una nueva producción del Teatro Real que reúne la obra homónima de Poulenc y Erwartung, de Schönberg.

El 25 de agosto será el día de la danza en el Kursaal, de la mano de la francesa Compagnie Käfig, del coreógrafo Mourad Merzouki, y su espectáculo Folia. Este montaje de danza y música en vivo a caballo entre el barroco y los ritmos callejeros, que toma por título el nombre de una danza popular en la corte castellana del siglo XVII, nace gracias al mestizaje y al encuentro entre Merzouki y Frank-Emmanuel Comte, líder del grupo Le Concert de l’Hostel Dieu. El resultado es una mezcla asombrosa de danza y baile contemporáneo con música popular, barroca y hip hop; un espectáculo que “va in crescendo […] mezclando estilos, bailarines y músicos […] para condensarse al final en una espiral de energía irresistible", según Le Figaro.

El 27 de agosto, el festival dará la bienvenida a una de las grandes figuras de la dirección de orquesta, Riccardo Chailly, en la que será su tercera vez en la Quincena. Si en 1997 y 2003, ofreció sendos conciertos junto a la Royal Concertgebouw Orchestra de Ámsterdam, en esta ocasión llega a San Sebastián con su actual orquesta, la Orchestra Filarmonica della Scala de Milán. Conforman el programa del concierto la Sinfonía nº5 de Tchaikovsky y las suites nº1 y nº2 de Daphnis y Chloé, de Ravel.

El 30 de agosto clausurará la Quincena la Orchestre Philharmonique de Radio France, bajo la dirección del finlandés Mikko Franck, titular de la orquesta desde 2015. Esta orquesta, muy presente en la Quincena en la década de los 90, presenta un programa eminentemente francés en el que destaca el Concierto para violonchelo y orquesta en re menor de Lalo, que interpretará Sol Gabetta. El programa lo completan el Preludio a la siesta de un fauno, de Debussy, que, aunque no fue compuesta para danza, han sido mucho los coreógrafos que han trabajado sobre ella; Shéhérezade, ouverture de Féerie, que se sepa, la primera incursión de Ravel en la música orquestal; y la suite de El pájaro de fuego, compuesto por Stravinsky por encargo de Sergei Diaghilev para los Ballets Rusos.

Teatro Victoria Eugenia
El 6 de agosto la Compañía de Flamenco Úrsula López presentará el espectáculo Comedia sin título. La danza, el baile y el flamenco en la resurrección de Federico García Lorca, estrenado hace unos días en el Festival de Jerez con gran acogida por parte de crítica y público. En tierra hostil, bajo el dominio de los mismos que asesinaron al poeta, la obra de Federico García Lorca sobrevivía, entre otras cosas por mor de los flamencos; esta obra repasa el flamenco de dentro y del exilio, el que se construyó bajo el franquismo y también entre los desterrados, en el exilio. En esta puesta en escena conviven los bailes «puros», de Gades a Farruco, con las dramaturgias que en su tiempo llevaron, de la mano de Lorca, al flamenco a los escenarios más vanguardistas del mundo. Úrsula López plantea este espectáculo como continuación de “El maleficio de la mariposa”, que puso en escena estando al frente del Ballet Flamenco de Andalucía y que en 2022 presentó en la Quincena con gran éxito.

El 19 de agosto debutará en el festival la jovencísima pianista Alexandra Dovgan. Alumna protegida de Grigory Sokolov, el gran pianista ha dicho de ella: “Esta es una de esas raras ocasiones. A la pianista Alexandra Dovgan difícilmente se le puede llamar niña prodigio, porque aunque es una maravilla, no es un juego de niños. Se trata de la interpretación de una persona adulta. Le auguro un gran futuro”. A sus 17 años, su fulgurante carrera le ha llevado ya a tocar en el Festival de Salzburgo, Philharmonie de Berlín, Concertgebouw de Ámsterdam o a interpretar bajo la dirección de Gustavo Dudamel con la Mahler Chamber. Interpretará obras de Beethoven, Schumann, Rachmaninov y Scriabin.

El 20 de agosto el conjunto vocal Cappella Mariana y el grupo instrumental Constantinople ofrecerán el concierto titulado Odisea de Krystof Harant, construido sobre una idea de Vojtech Semered y Kiya Tabassian. La peripecia vital de este noble checo, viajero, humanista, soldado, escritor y compositor terminó prematuramente en 1621, cuando fue ejecutado por participar en la Revuelta Protestante de Bohemia. Pero para entonces había peregrinado de Praga a Jerusalén, pasando por Venecia, Chipre, el Sinaí y El Cairo, odisea de la que dejó constancia en sus libros de viajes. El concierto constituye un viaje musical al mundo de Krystof Harant a través de su propia música y de otras músicas mediterráneas, o de carácter orientalizante, que pudo escuchar a lo largo de su viaje, llegadas hasta nuestros días a través de la tradición oral, y también de su libro de viajes, en la narración, en esta ocasión, del actor Ramón Barea.

El 26 de agosto, en el marco de la Quincena Infantil, Easo Abesbatza y Easo Sinfonietta estrenan Egia ala geRuza, ópera infantil sobre textos de Alicia en el País de las Maravillas y A través del espejo, de Lewis Carroll, y música de Walter Slaugther. Bajo la dirección y la coordinación de Gorka Miranda y la dirección musical de Lucía Arzallus, dirección de escena de Guillermo Amaya, textos adaptados por Marta García y con arreglos musicales de Iñaki Carcavilla, este espectáculo se propone descubrir las diversas capas del lenguaje y se adentra, para ello, en los matices descriptivos de la realidad y en el juego simbólico de la verdad y la mentira.

Ciclos paralelos
En el marco de la 85 Quincena Musical de San Sebastián, se desarrollarán, además, otros ciclos que completan su oferta: Música Antigua y Música de Cámara, ambos en el Museo San Telmo; Órgano, Música Contemporánea, Jóvenes Intérpretes, Quincena Andante, Jornada Inaugural, Quincena Infantil y Tabakalera Dantzan. En estos ciclos se incluirán homenajes a dos artistas guipuzcoanos cuyo centenario se conmemora en 2024: Eduardo Chillida y Néstor Basterretxea. La programación completa se dará a conocer en las próximas semanas.

Abonos y entradas
Ya está abierto el periodo en el que los Amigos de la Quincena pueden adquirir de forma prioritaria abonos y entradas sueltas (hasta el 8 de abril). A las ventajas y descuentos establecidos el pasado año se suma ahora el hecho de que el Amigo que nos presente a un nuevo amigo estará exento de pagar la cuota de Amigo del año próximo.

Además, quien así lo desee puede darse de alta como Amigo de la Quincena, en la web o en las oficinas del festival, y disfrutar de ventajas como la opción de adquirir el abono, comprar entradas sueltas de forma prioritaria con respecto al público en general y beneficiarse de descuentos, etc. La venta general de entradas sueltas arrancará el 21 de mayo.

Venta de abonos y entradas

El plazo para que los Amigos de Quincena reserven sus abonos y entradas finaliza el lunes 8 de abril.

Quien lo desee puede darse de alta como Amigo y beneficiarse de sus ventajas. La venta general de entradas comenzará el 21 de junio. Las entradas se podrán adquirir en quincenamusical.eus y en las taquillas del Kursaal y Teatro Victoria Eugenia.

María José Montiel

La mezzosoprano madrileña María José Montiel debutará el próximo 19 de noviembre en Liverpool (Inglaterra) intepretando una de las obras que la ha hecho famosa en el mundo entero, la Messa da Requiem de Giuseppe Verdi. La diva española subirá al escenario del Liverpool Philharmonic Hall junto a la Royal Liverpool Philharmonic y al Royal Liverpool Philharmonic Choir, todos bajo la dirección de Vasily Petrenko, acompañada de la soprano Ainhoa Arteta, del tenor David Butt Philip y del barítono Bryn Terfel. Montiel ha interpretado esta obra maestra de Verdi en escenarios de todo el mundo colaborando con directores de la talla de Riccardo Chailly, con quien realizara varias giras interpretando este Requiem, sin duda una de sus obras favoritas.

Después de este nuevo debut, María José Montiel viajará a Valencia para ofrecer un concierto benéfico para la Fundación Columbus, de la que ella es embajadora y que recauda fondos para niños con patologías graves y enfermedades raras. Seguidamente realizará un recital en la Sociedad Filarmónica de Alicante y ya en enero de 2018 participará en el concierto DIVAS junto a las sopranos Ainhoa Arteta y Pilar Jurado en el MadWomanFest.

En próximos compromisos interpretará Shéhérazade de Ravel y las Siete Canciones populares españolas de Falla junto a la Orquesta Nacional de España (enero 2018), participará en el ciclo Opera Stars Concerts en la Naples Opera de Estados Unidos con un recital junto al maestro Ramón Tebar, regresará a Barcelona con el Requiem de Verdi con la Simfònica del del Liceu dirigida por Josep Pons (febrero), debutará como Princesa de Eboli de Don Carlo en la Ópera de Tenerife y también regresará al Teatro de La Zarzuela de Madrid con un recital junto al piano de Rubén Fernández Aguirre.

Chailly

Tras la premiada y elogiada grabación de las Sinfonías de Brahms, Riccardo Chailly presenta junto a la Gewandhausorchester su personal visión de las Serenatas de Brahms. Esta grabación da nueva luz a estas obras injustamente olvidadas y raramente incluidas en los programas de conciertos. Con su lanzamiento, que forma parte de un ambicioso “proyecto Brahms”, Chailly recupera la atención sobre estas obras, no sólo como precursoras de las sinfonías sino como obras poderosas e individuales.

Próximos conciertos en España
11.02.15 Madrid, Auditorio Nacional, Temporada Ibermúsica

Programa:
F. Mendelssohn (1809-1847)
Concierto para violín y orquesta nº 2 en Mi menor, Op. 64

G. Mahler (1860-1911)
Sinfonía nº 1 en Re mayor, “Titán”

Julian Rachlin, violín
Gewandhausorchester Leizpig
Riccardo Chailly

12.02.15 Madrid, Auditorio Nacional, Temporada Ibermúsica

Programa:
P. I. Chaikovski (1840-1893)
Concierto para violín y orquesta en Re Mayor, Op. 35

S. Rachmaninoff (81873-1943)
Sinfonía nº 2, en Mi menor, Op. 27

Julian Rachlin, violín
Gewandhausorchester Leizpig
Riccardo Chailly

La Boheme

n el arranque de la temporada 2012-2013, el valenciano Palau de Les Arts, sigue apostando por títulos muy conocidos y populares del repertorio. Después del brillante Rigoletto, que inauguró la temporada, se ha escenificado una magnífica producción de La Bohème, con un entusiasmado público que abarrotó la sala y aplaudió reiteradamente tanto al finalizar el Acto II, como al final de la representación.

En primer lugar, destacar la atractiva y muy original escenografía del turinés Davide Libermore, también responsable de la dirección escénica y la iluminación. Nos propone una escenografía de la buhardilla de los bohemios, en los simétricos Actos I y IV, donde el caballete pictórico de Marcello, ya desde el mismo inicio de la ópera, toma vida para recoger una filmación de las aguas del Mar Rojo, coincidiendo con las primeras frases de Marcello “Questo mar rosso…”, que se proyecta en una de la paredes laterales de la estancia. A continuación se proyecta un decorado estático-dinámico, donde puede verse fluir el humo que emanan las chimeneas de los edificios parisinos, con iluminación diurna y nocturna, para mostrarnos el transcurso del tiempo.
Estos aditamentos, confieren un toque complementario y urbano, al habitáculo parisino donde trabajan el poeta Rodolfo y el pintor Marcello, acompañados por sus amigos. Cambiantes pinturas, de carácter impresionista, que van apareciendo en el marco pictórico de Marcello, y que, también al unísono, se van proyectando.
Libermore se ha inspirado en la película Dreams (Sueños) de Akira Kurosowa, para insertar las proyecciones de Paolo Gep Cucco, en su retrato del París de finales del Siglo XIX.
El bullicio y la alegría, queda perfectamente plasmado en el multitudinario Acto II, en la terraza de café Momus, con la presencia al fondo del más genuino símbolo parisino: La Torre Eiffel. Este segundo acto, hablando en términos fílmicos, se convierte en un verdadero plano-secuencia, donde los ojos de los espectadores convertidos en cámara, pueden moverse libremente para focalizar las diferentes acciones que se plantean. En contraposición, aparece ese austero y gélido decorado del Acto III, muy en consonancia con la música y acción teatral que se nos muestra.

La meta ambicionada por Puccini, al componer La Bohème, era lograr un continuum musical y
dramático, en el que las arias, duettos y demás números tradicionales, se insertasen perfectamente en la textura orquestal, que
estructura una música variopinta y siempre de calidad extrema. El gran Riccardo Chailly, con la Orquesta de la Comunidad Valenciana, logró introducirnos en la riquísima paleta orquestal de esta partitura.
Chailly consiguió los mejores resultados musicales –como no- en ese extraordinario Acto III, mostrando la riqueza de los temas, enlazados por una exquisita orquestación, que se convierte en uno de los momentos más perfectos de todo el repertorio.
También en ese Acto IV, donde la música transita de la comedia al más puro drama. En suma, gran trabajo directorial, al frente de la magnífica orquesta valenciana, del gran maestro milanés, quien ya en 1998, para el sello DECCA, con la Orquesta del Teatro alla Scala, nos legó la mejor versión discográfica moderna de esta ópera, con unos excelentes Angela Gheorghiu y Roberto Alagna. Amén, de las históricas y antológicas versiones discográficas de Herbert von Karajan, al frente de la Filarmónica de Berlín, también para DECCA, con Luciano Pavarotti y Mirella Freni, de 1973, y la dirigida por Sir Thomas Beecham, para EMI, al frente de la Orquesta de la RCA, con Jussi Björling y Victoria de los Ángeles, de 1956.
En esta representación, brilló a bastante altura un casi desconocido –por su transformación física- Aquiles Machado, quien me confesó después de la función, haber perdido cincuenta kilos, ¡que se dice muy pronto! El tenor venezolano conserva su bonito timbre y una depurada línea de canto, en un papel como Rodolfo que ha interpretado mucho en teatro en los últimos quince años. Su voz ha ganado en anchura y redondez, a costa de perder su insolente agudo de antaño. Tuve ocasión de escucharle en Santander un Fausto en 2000, donde la voz se expandía brillantemente hacia arriba. Su “Che gelida manina” estuvo muy bien cantada, aunque el agudo resultó algo tirante, rozando el pertinente do4, nota fácil para él hace unos años. De cualquier forma su prestación vocal fue muy notable durante toda la ópera, sobre todo en el Acto III, empastando bien con la soprano israelí Gal James, también una esforzada Mimi, que fue a más –incluso con más volumen vocal- conforme avanzaba la representación, para cantar muy bien el Acto III, sobre todo ese extraordinario cuarteto, que, en realidad, son dos dúos: el de Rodolfo y Mimi, y en otro plano dramático el de Marcello y Musetta. En el Acto IV, la actuación de Gal James, muy metida en la piel de la moribunda Mimi, cala hondo y llega a emocionar.
El barítono Massimo Cavalletti, está en posesión de un considerable volumen vocal, que le permite traspasar sin ningún problema la orquesta, incluso cuando esta emite en forte. No es un intérprete excesivamente refinado, pero complementa su canto con una buena actuación escénica. Sin duda, sus mejores momentos los ofrece en el Acto III, en sus dúos con Mimi, Rodolfo y una Musetta, magníficamente interpretada por la joven soprano valenciana de apenas veintiocho años Carmen Romeu, alumna de la insigne profesora Ana Luisa Chova. Romeu tiene una impactante aparición en el Acto II, dotando a su personaje de verdadero desenfado y fino erotismo. Canta muy bien su famoso vals. Muy bien su prestación en el Acto III peleándose con Marcello. Ya en el Acto IV, su actuación adquiere tintes auténticamente dramáticos. Una cantante, sin duda, con bastante futuro.

Del resto del amplio reparto, cabe destacar el trabajo del bajo Gianluca Buratto, en el rol de Colline, quien canta con buen estilo dramático su famosa aria del Acto IV “Vecchia zimarra”.
También, es preciso señalar la buena actuación del joven barítono Mattia Olivieri como Schaunard. Este cantante está en posesión de una bonita voz y, en la actualidad, está integrado en el Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo, adscrito al Palau de Les Ars.

Como siempre, gran actuación del Coro de la Generalitat Valenciana, dirigido por Francesc Perales, reforzado en ese multitudinario Acto II, por la Escola Coral Veus Juntes de Quart de Poblet, dirigida por Jordi Blanch, y por la Escolanía de la Mare de Déu dels Desemparats dirigida por Luís Garrido. Sus actuaciones se producen solamente en el Acto II, saliendo todos a saludar en su conclusión, y siendo recompensados por largos y sonoros aplausos de un público entusiasmado.
En fin, una magnífica Bohème, ópera esencial de todo el repertorio, y siempre de actualidad desde su estreno en el Teatro Regio de Turin el 1 de febrero de 1896, con dirección musical de un jovencísimo Arturo Toscanini.

Críticas