Ballet

Los días 7, 8, 9 y 10 de enero de 2016 el Teatro de la Maestranza de Sevilla presenta Aalto Ballett Essen interpretando Romeo y Julieta, con música de de Sergei Prokofiev y coreografía de  Ben Van Cauwenbergh. Y a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla bajo la dirección de Johannes Witt y Yannis Pouspourikas.

Romeo y Julieta

El amor absoluto e incondicional de Romeo y Julieta inspiró a muchos compositores desde Bellini a Gounod, Tchaikovski y Bernstein pero es sin duda la partitura de Prokofiev que se ha acercado más a la tragedia Shakespeare.

Prokofiev estaba buscando algo lírico cuando le vino en mente la más conocida y trágica pareja de Shakespeare: Romeo y Julieta. Pero la transformación del hito literario del año 1596 en gran ballet amenazó con fallar, ya que “personas vivas pueden bailar y personas moribundas no bailan acostadas”. Si Romeo solo llegara un poco antes y encontrara a Julieta viva, la historia pudiera tener un final feliz.

Prokofiev estaba dispuesto a hacer algo para solucionar el problema coreográfico y transformar en éxito su ballet en su país natal. Al final decidió sin embargo quedar fiel a la obra y encontró la solución para el final mortal en un universo sonoro abrumadoramente conmovedor. El enclavamiento del material literario mundial y la expresión musical altamente emocional hace de Romeo y Julieta uno de los ballets más significantes.

A través de sus temas de amor tierno de ensueño, expresiones pujantes de hostilidad y dramáticas escenas de lucha, esta tragedia de Shakespeare crea el amor, los celos, el odio, el perdón y la muerte en todos sus sentidos. La interpretación del director artístico Ben Van Cauwenbergh combina la historia de la obra de Shakespeare y la inmediatez del lenguaje musical de Prokofiev con el vocabulario dancístico neo-clásico para crear una velada de ballet intemporal en la cual la Muerte mantiene al Amor vivo.

Plasson

El pasado 16 de diciembre el Teatro Real estrenó, en versión concierto, Roméo et Juliette, de Charles Gounod. Una fantástica noche de ópera gracias, principalmente, a la batuta del Maestro Michel Plasson. Obtuvo de la Orquesta un sonido refinadísimo y de una delicadeza y romanticismo que logró momentos cargados de emoción, como el final del II acto. Su batuta fue sin duda lo mejor de la noche.

En el papel de Roméo, papel que conoce a la perfección, Roberto Alagna. Su presencia en el escenario sigue cargada de cierto magnetismo. De gran expresividad teatral (algo exagerada en algunos momentos), se podría decir que su voz está en franca decadencia. Su línea vocal es muy buena, pero hubo demasiados detalles que la dejaron en evidencia. Apurado en los agudos y alguna nota desafinada. Esperaba mucho más en su debut.

Sonia Yoncheva brilló como Juliette por la intensidad y potencia de su instrumento, al que debe aprender a embridar en algunos momentos. Una emisión natural y ligera que fue creciendo con la obra y alcanzó unos momentos finales llenos de emoción.

Destacar, por su brillantez, a Marianne Crebassa, en el papel de Stéfhano. Y lo peor de la noche, Laurent Alvaro, como Capulet, con una emisión muy desagradable.

El resto del reparto: Diana Montague, Mikeldi Atxalandabaso, Antonio Lozano, Joan Martín-Royo, Damián del Castillo, Toni Marsol, Roberto Tagliavini y Fernando Radó, estuvieron a gran altura. Todo ellos ayudados desde el foso por el Maestro Plasson, siempre atento y cuidando a los cantantes.

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