¡Solo Música!

Una gran fiesta musical para disfrutar de las sinfonías más emblemáticas y conocidas del Romanticismo interpretadas por cuatro grandes orquestas españolas y con el prestigioso director James Conlon al frente. Todo un festín musical que se desarrollará durante el fin de semana del 18, 19 y 20 de junio en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional y a precios muy asequibles (entre 5 y 15 euros). En suma, una oportunidad de oro para escuchar música en vivo de primerísima calidad, dirigida por un gran director e interpretada por las mejores orquestas de nuestro país.

Esta es la propuesta de ¡SOLO MÚSICA!, el maratón musical bienal que el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) y el Auditorio Nacional de Música (ambas unidades del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, INAEM, perteneciente al Ministerio de Cultura y Deporte), organizan desde hace diez años para conmemorar el “Día de la Música”, jornada que se celebra en toda Europa cada 21 de junio con la llegada del solsticio de verano.

Bajo el sugerente título de “Duelo Romántico” y apoyado en una llamativa imagen obra del ilustrador madrileño Iván Solbes, la nueva edición de ¡SOLO MÚSICA! pretende, al igual que las anteriores, convertirse en una gran fiesta, en una jornada de celebración en la que el Auditorio abre sus puertas de par en par a todo el mundo, acercándose a nuevos públicos, especialmente a aquellos poco habituados a la experiencia de la música clásica en directo. Todo ello a través de grandes conciertos de calidad, dirigidos por maestros de primera fila, con las mejores orquestas del panorama nacional y a precios asequibles.

Las anteriores ediciones de ¡SOLO MÚSICA!, celebradas en 2011, 2013, 2015, 2017 y 2019, reunieron a cerca de 100.000 espectadores.

A diferencia de anteriores ediciones en las que el maratón musical se celebraba a lo largo de un día completo, en esta ocasión y observando las medidas de seguridad que impone la actual situación sanitaria, la sesión se desarrollará a lo largo de un fin de semana, con cuatro conciertos repartidos entre el viernes 18, sábado 19 y domingo 20 de junio.

Estos conciertos tendrán como eje central las sinfonías nº 1, 2, 3 y 4 de Schumann y de Brahms -ocho sinfonías en total- en un amistoso “duelo romántico” en el que estos dos emblemáticos músicos del Romanticismo, muy vinculados entre sí a nivel personal se “enfrentan” en un apasionante vis a vis dirigido por un solo maestro: James Conlon, uno de los más brillantes y versátiles directores musicales de todo el panorama mundial. Según ha afirmado James Conlon, “interpretar estas ocho sinfonías es un reto para cualquier director, un tour de force en el que es preciso encontrar el equilibrio entre la búsqueda de la perfección formal y la libertad creativa del romanticismo”. Esta nueva edición de ¡SOLO MÚSICA! es la primera que cuenta con un director de orquesta extranjero, por lo que nuestra cita bienal alcanza un perfil más internacional. Al mismo tiempo, y para llevar a buen puerto este apasionante maratón, James Conlon se pondrá al frente de las orquestas españolas más importantes: Orquesta Nacional de España, Orquesta Sinfónica de Galicia, Orquesta Sinfónica de Castilla y León y Joven Orquesta Nacional de España.

Los dos protagonistas de esta nueva edición de ¡SOLO MÚSICA!, Robert Schumann (1810-1856) y Johannes Brahms (1833-1897), responden a los paradigmas de los artistas de la generación romántica, para los que el eje central de la existencia era el amor apasionado y a menudo no correspondido, la exaltación de los sentimientos, la admiración de la naturaleza y la fuerza dramática de los paisajes, así como un innegable sentimiento trágico de la vida; aspecto este último que en el caso de Schumann se hizo realidad en su turbulenta biografía. Ambos compositores compartieron una profunda y enriquecedora amistad, siendo Brahms admirador de Clara, la esposa de Schumann, a su vez pianista y compositora, e innegable fuente de inspiración para el trabajo de los dos músicos. La obra de Brahms, 22 años más joven que Schumann, estuvo muy influida por la de éste.

Según apunta el maestro Conlon, “nos encontramos ante dos visiones distintas pero complementarias del Romanticismo, la obra de dos autores que escribieron algunas de las páginas más conmovedoras y brillantes de todo este periodo”. Ambos compusieron respectivamente 4 grandes obras sinfónicas, cuya “integral” -ocho sinfonías- podrá escucharse en esta nueva edición de ¡SOLO MÚSICA!

El programa completo de ¡SOLO MÚSICA 2021! es el siguiente:

Viernes 18 de junio
20:00h ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
Sinfonía nº 1 de Schumann
Sinfonía nº 1 de Brahms

Sábado 19 de junio
12:00h ORQUESTA SINFÓNICA DE GALICIA
Sinfonía nº 2 de Schumann
Sinfonía nº 2 de Brahms

20:00h ORQUESTA SINFÓNICA DE CASTILLA Y LEÓN
Sinfonía nº 3 de Brahms
Sinfonía nº 3 de Schumann

Domingo 20 de junio
12:00h JOVEN ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
Sinfonía nº 4 de Schumann
Sinfonía nº 4 de Brahms

Localidades individuales a partir de 5 euros     

¡SOLO MÚSICA! mantiene su objetivo de abrir la música en directo a todo el público, ofreciendo precios asequibles para una experiencia musical de excelencia. Así, las localidades sueltas tienen un precio de 5 a 15 euros para el público general y de 4 a 12 euros para menores de 30 años.
Están disponibles en los canales habituales de venta del CNDM: taquillas del Auditorio Nacional y red de teatros del INAEM, por teléfono en el 91 193 93 21 y en este enlace.

¡SOLO MÚSICA! es posible gracias a colaboradores habituales del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) como son la Orquesta Nacional de España, la Joven Orquesta Nacional de España, el Auditorio Nacional de Música (en los tres casos unidades del INAEM) y Radiodiotelevisión Española, que ofrecerá contenidos de esta nueva edición dentro de su programación dedicada a la música clásica. En esta VI entrega de ¡Solo Música!, el CNDM extiende su colaboración a otras dos grandes orquestas españolas como son la Orquesta Sinfónica de Galicia y la Orquesta Sinfónica de Castilla y León.

James Conlon, la batuta más exigente

James Conlon, uno de los directores más versátiles y prestigiosos de la actualidad, ha cultivado un vasto repertorio sinfónico, operístico y coral. Ha dirigido prácticamente todas las orquestas sinfónicas importantes de Estados Unidos y Europa desde su debut con la Filarmónica de Nueva York en 1974. Gracias a sus giras por todo el  mundo, su extensa discografía y videografía, numerosos ensayos, apariciones frecuentes en medios de comunicación y sus conferencias, James Conlon es uno de los intérpretes de música clásica más reconocidos de nuestros tiempos.

James Conlon es desde 2006 director musical de la Ópera de Los Ángeles y en septiembre de 2021 asumirá el cargo de asesor artístico de la Ópera de Baltimore. Ha sido director principal de la Orquesta Sinfónica Nacional RAI en Turín, Italia (2016-20); director principal de la Ópera de París (1995-2004); director general de Música de la Ciudad de Colonia, Alemania (1989-2003), dirigiendo simultáneamente la Orquesta Gürzenich y la Ópera de Colonia; y director musical de la Orquesta Filarmónica de Róterdam (1983-1991). Ha trabajado como director musical del Festival de Ravinia, sede veraniega de la Sinfónica de Chicago (2005-15), y actualmente es director musical laureado del Festival de Mayo de Cincinnati, el festival coral más antiguo de los Estados Unidos, donde fue director musical durante 37 años (1979-2016), marcando uno de los períodos más largos de cualquier director de una institución de música clásica estadounidense.

Como director invitado en el Metropolitan, ha dirigido más de 270 actuaciones desde su debut en 1976. También ha dirigido en importantes teatros de ópera y festivales, como la Ópera Estatal de Viena, Festival de Salzburgo, La Scala, Ópera de Roma, Mariinski, Covent Garden, Ópera Lírica de Chicago y Teatro del Mayo Musical Florentino.

Como director musical de la Ópera de Los Ángeles desde 2006, James Conlon ha dirigido más actuaciones que cualquier otro director en la historia de la compañía; hasta la fecha, casi 400 representaciones de más de 50 óperas diferentes de más de 20 compositores. Los aspectos más destacados de su mandato en la Ópera de Los Ángeles incluyen la dirección del primer ciclo de El anillo del nibelungo de la compañía; el inicio de la innovadora serie Recovered Voices, un compromiso continuo con la puesta en escena de obras maestras de la ópera europea del siglo XX que fueron suprimidas por el Tercer Reich. Entre las actuaciones que dirige durante la temporada 2020-21 de la compañía se encuentra una puesta en escena de El amante anónimo, de Joseph Bologne, Chevalier de Saint-Georges, un destacado compositor negro de la Francia del siglo XVIII. Conlon volverá a actuar en vivo en el Dorothy Chandler Pavilion en producciones de Don Giovanni, de Mozart, y Aida, de Verdi.

En un esfuerzo por llamar la atención sobre obras menos conocidas de compositores silenciados por el régimen nazi, James Conlon se ha dedicado a una amplia programación de esta música en Europa y América del Norte. En 1999 recibió el Premio Zemlinsky, con sede en Viena, por sus esfuerzos para llevar la música de ese compositor a la atención internacional; en 2013 recibió el Premio Roger E. Joseph en el Instituto Judío de Religión del Hebrew Union College por sus extraordinarios esfuerzos para erradicar la discriminación y los prejuicios raciales y religiosos; y en 2007 recibió el premio Crystal Globe de la Anti-Defamation League. Su trabajo en nombre de compositores suprimidos llevó a la creación de la Fundación OREL, un recurso imprescindible sobre el tema para amantes de la música, estudiantes, músicos y académicos, y la Iniciativa Ziering-Conlon para Voces Recuperadas en la Escuela Colburn.

La extensa discografía y videografía de James Conlon se puede encontrar en los sellos Bridge, Capriccio, Decca, EMI, Erato y Sony Classical. Sus grabaciones de producciones de la Ópera de los Ángeles han recibido cuatro premios Grammy, dos respectivamente por Los fantasmas de Versalles, de John Corigliano, y Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, de Kurt Weill.

James Conlon tiene cuatro doctorados honorarios y ha recibido muchos otros premios. Fue nombrado Commendatore Ordine al Merito della Repubblica Italiana por Sergio Mattarella, presidente de Italia. También fue nombrado Commandeur de L’Ordre des Arts et des Lettres por el Ministro de Cultura francés y, en 2002, aceptó personalmente el más alto honor del país, la Legión de Honor, de manos del entonces presidente de Francia, Jacques Chirac.

El pasado sábado 22 de junio, el Auditorio Nacional de Música acogió la quinta edición (las cuatro anteriores, en junio de 2011, 2013, 2015 y 2017) del maratón musical ¡Solo música!, cita bienal nacida para celebrar el Día de la Música. Organizado por el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), unidad perteneciente al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), esta edición presentó 7 conciertos, con más de 500 intérpretes, a lo largo de 13 horas ininterrumpidas de música, con los ballets rusos de Chaikovski y Stravinski como eje central. Las actividades se repartieron entre la Sala Sinfónica y los dos espacios extraordinarios añadidos en las ediciones anteriores, el Salón de Tapices y el auditorio al aire libre de la Plaza Rodolfo y Ernesto Halffter, atrayendo la atención de 10.594 madrileños, casi un 80% de aforo, muchos de ellos poco familiarizados con la música clásica, que siguieron entusiasmados las propuestas programadas.

Como sucedió con los maestros Víctor Pablo Pérez (2017), Juanjo Mena (2015) y Jesús López Cobos (2013) Josep Pons ha superado el reto propuesto con gran éxito: casi un siglo de historia musical incidental rusa desde las Danzas Polovtsianas de Borodin, de 1869, a Petrushka de Stravinski compuesto en 1947.

Además de los conciertos ya citados, hay que mencionar Jazz Vermut!, improvisaciones jazzísticas de extractos musicales de los ballets rusos interpretadas por destacados solistas del panorama nacional que amenizaron las degustaciones gastronómicas montadas para avituallar al público. Como en ocasiones previas, a partir de media tarde se emitieron, en directo, en una pantalla gigante en la calle los conciertos de la Orquesta Nacional de España y la Joven Orquesta Nacional de España y, en diferido, el concierto de la Orquesta Sinfónica de RTVE. Cerca de la medianoche, la música de Haendel cerró la jornada acompañando a un castillo de fuegos artificiales, tradicional broche final de la cita más importante de música clásica dentro de las celebraciones de la “Fiesta de la Música”.

Proyecto compartido 
Como en años anteriores, el proyecto ha sido posible gracias al apoyo del Ayuntamiento de Madrid, el Grupo RTVE (al que pertenece la Orquesta Sinfónica de RTVE), la Orquesta de la Comunidad de Madrid y la Orquesta Sinfónica de Madrid que se han sumado una vez más a esta iniciativa musical sin precedentes en nuestro país. Además, agradecer la participación de otras unidades del INAEM, como son la Orquesta Nacional de España, la Joven Orquesta Nacional de España o el propio Auditorio Nacional de Música, para hacerla realidad y abrirla al mayor número de ciudadanos posible. Hay que destacar el respaldo constante de los medios de comunicación, en especial el de Radio Clásica, que emitió en directo tres de los conciertos sinfónicos y RTVE, que grabó los cinco para emitirlos próximamente dentro de su programación dedicada a la música culta. Cerca de 150 profesionales hicieron posible que esta maratoniana jornada musical se desarrollara con total normalidad, sin ningún incidente entre el numeroso público asistente, que en todo momento se mostró tan respetuoso como entusiasta.

La prensa ha dicho de ¡Que vienen los rusos!: 
«…Y de riesgo y entrega (la calidad se da por supuesta) va un maratón sinfónico. Lo demostró la Joven Orquesta Nacional de España, que brindó una versión brillante y emotiva. Aquí se bailó hasta la muerte, tal y como soñó el compositor. Pons, muy aplaudido durante todo el día, obtuvo, por fin, su mayor ovación. Y parecía poner cara de Diáguilev y esbozar en los labios la frase inmortal que pronunció, tras el escandaloso estreno de la obra: Esto es exactamente lo que quería» Pablo L. Rodríguez, EL PAÍS

«Con una cadencia de dos años, «Sólo música» ha alcanzado su quinta edición concentrando en un día cinco conciertos sinfónicos, otros tantas sesiones de «jazz vermut» con improvisaciones jazzísticas sobre extractos musicales de ballets rusos, y proyecciones en la calle de lo visto en el interior de auditorio. El proyecto midió ahora sus fuerzas con una programación más concentrada que en anteriores ocasiones, aunque mantenga inalterable su ambición popular. Según avanzó la jornada, el aforo del auditorio se completó poco a poco hasta llegar al lleno absoluto. En el tramo final, el cierre habitual en la plaza Rodolfo y Ernesto Halffter, entrada principal del auditorio, con castillo de fuegos artificiales al ritmo de la famosa música que para una ocasión equivalente escribió Haendel…El Auditorio Nacional, definitivamente conquistado tras la invasión de los rusos y su música.». Alberto González Lapuente, ABC

«Poco antes de que dieran las doce de la noche Josep Pons salía a una de las balconadas del Auditorio Nacional. El maestro daba las gracias, deseaba que hubiera merecido la pena el esfuerzo del día entero y decía que después de una jornada de beber solo agua estaba deseando tomarse una cerveza. Seguro que se le sirvieron ipso facto…un día en el que Pons estuvo al frente de cinco orquestas y dio lo mejor de sí.» Gema Pajares, LA RAZÓN

«…había una especie de crescendo en la propuesta de Josep Pons por encima de las propuestas concretas de cada concierto. Pons cumplió con creces su hazaña, y las cinco orquestas respondieron con ese acierto que se da cuando sabes (saben los músicos) que esto no es una cita más ante el público. Sino otra cosa.» Santiago Martín Bermúdez. SCHERZO

«El director de orquesta (Josep) Pons ha realizado un trabajo realmente meritorio. Es verdad que era todo música de ballet y que ha faltado “lo visual”, pero si bien “el ballet queda ridículo sin música no sucede eso al revés”, defiende el director, que está persuadido de que las orquestas han contribuido a olvidar la falta de movimiento ya que el público ha sido capaz de captar en las obras “otra belleza”. Y lleva toda la razón.» José Oneto, LA REPÚBLICA

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