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Entrevista al director de orquesta Iñaki Encina Oyón.

1- El pasado día 23 de junio dirigió el estreno de Anna Bolena en una casa de ópera legendaria, el Teatro Colón de Buenos Aires, ¿cómo ha sido este estreno en el teatro más importante de Sudamérica?

Ha sido todo un desafío, ya que Anna Bolena no se había vuelto a representar en el Teatro Colón desde que se estrenó en 1970, y también era repertorio nuevo para mí. Pero muy gratificante por el excelente nivel de los profesores de la orquesta y el coro, además de la calurosa acogida del público.

2- Además, en esta producción de Marina Mora trabaja con grandes voces como Olga Peretyatko, Daniela Barcellona o Xabier Anduaga, entre otros, ¿cómo se trabaja en los ensayos y después sobre el escenario con un elenco como este?

Poder dirigir esta obra con un elenco internacional de semejante nivel ha sido todo un lujo. En el caso de Daniela Barcellona o Alex Esposito que ya han cantado sus roles con anterioridad y que además son italianos, uno solo debe acompañarlos, porque lo que proponen está muy madurado tanto vocalmente como desde un punto de vista actoral. Solo hay que recrear los colores y atmósferas que proponen con la orquesta. Y en el caso de Peretyatko y Anduaga son voces excepcionales, que es lo que requiere este repertorio. Uno trata de darles toda la libertad y soporte para que puedan ofrecer al público todo lo que tienen. Evidentemente, como director uno trata de atar todos los cabos y dar una coherencia a la interpretación en cuanto a los tempi, pero llegada la función, está la magia de la ópera. Artistas de este calibre son enormemente generosos con el público y uno trata de llevar a la orquesta hacia ese nivel.

3- El Teatro Colón es uno de los más grandes del mundo, con capacidad para casi 2500 espectadores, ¿estas dimensiones, qué ventajas e inconvenientes pueden tener para la orquesta y los cantantes?

No solo es uno de los más grandes del mundo, también cuenta con una de las mejores acústicas. Ya había tenido ocasiones de escuchar ópera en la sala como público, además fue en el debut aquí de Xabier Anduaga cantando Rossini y la voz llenaba el teatro. Pero uno siempre debe tratar de controlar la orquesta. Igual, los profesores conocen la acústica de la sala mejor que nadie. Pero un trombón no deja de ser un trombón. Hay que hacerles entrar en el drama sin saturar con decibelios. Crear esa conexión entre el foso y la escena es lo más delicado. Por suerte, al ser una versión semiescénica los movimientos eran limitados y los cantantes podían posicionarse para cantar cómodos y evitar grandes distancias. Solo el coro estaba a más de 13 metros, y esta partitura tiene números corales muy importantes. Pero debo decir que es uno de los mejores coros de ópera que he escuchado. El nivel individual de las voces es excelente y la preparación del maestro Miguel Martínez, impecable.

4- Creo que la producción era inicialmente en versión de concierto, pero al final fue escenificada, acompañada además de los figurines de Mercedes Nastri. Háblenos de esta producción y cómo se desarrolla finalmente.

Estaba anunciada como una versión de concierto. Pero es verdad que uno no puede pretender hacer más de 3h de música teniendo a los solistas ahí sentados. Así que, partiendo del nivel excepcional del elenco reunido, decidieron crear un dispositivo escénico, minimalista pero eficaz. Seis plataformas de diferentes alturas que permiten espacializar a los cantantes creando diferentes vínculos. Y todo un trabajo de luces para dramatizar las diferentes escenas. Marina Mora coordinó el trabajo, con un resultado estético que permite seguir la trama con claridad. Y la orquesta pasó a estar en el foso, lo que sin duda favorece el equilibrio. Así que el público ha podido disfrutar de una versión semiescénica donde los cantantes han actuado como si fuese una producción convencional.

5- ¿Qué sensación le produce estar en ese foso, por el que han pasado directores como Arturo Toscanini, Otto Klemperer o Herbert von Karajan, entre otros muchos?

A veces pienso en eso cuando veo el teatro por fuera o al admirar la magnífica sala. Uno es consciente de las grandes personalidades y voces que han pisado este teatro. También la gente no paraba de repetir que este título no se hacía desde hace más de cincuenta años. Uno puede sentir el peso de esas expectativas. Pero al final, la responsabilidad es con los músicos que tenemos enfrente, la partitura que debemos defender y con el público que va a asistir. Uno siempre debe afrontar el trabajo con humildad y devoción. Además, quizás haber comenzado mi carrera en la lírica en la Ópera Nacional de París ha hecho que desde los veinticinco años me he estado cruzando con grandes cantantes y directores por los pasillos. No soy de mitificar a los artistas. Nunca me he tomado la típica foto con un cantante famoso.

6- Desde 2016 es director de la Académie Baroque Internationale del prestigioso Festival du Périgord Noir, que este verano presenta su 21ª edición, ¿qué ópera van a presentar en esta edición y por qué la han elegido?

Tras siete ediciones haciendo oratorios me apetecía cambiar. La resurrezione, Der Tag des Gerichts, Sanctus Petrus et Sancta Maria Magdalena, San Giovanni Battista… ¡ya bastaba de matar y resucitar a Jesús! Así que me he decidido por una ópera y un repertorio preclásico, más tardío de lo que hacemos habitualmente. Vamos a montar Il Parnaso Confuso de Gluck, que es una comedia deliciosa que escribió para la boda del futuro emperador de Austria. Aunque es una obra posterior a su Orfeo y Eurídice, y a su reforma estética en la ópera, esta acción teatral con texto de Metastasio mezcla grandes arias en la tradición de la ópera seria italiana con unos recitativos muy dinámicos. Me interesa mucho el aspecto teatral, hacer un trabajo sobre los recitativos. Pero tendrán además grandes exigencias vocales y la oportunidad de lucirse. Creo que reúne varios aspectos importantes desde un punto de vista formativo y que el público va a disfrutar de este descubrimiento. Hacer títulos poco conocidos ya es casi una marca personal. Me encanta explorar nuevos repertorios.

7- Ser director de un festival como este requiere tiempo y dedicación, ¿en qué consiste exactamente su trabajo y con cuánto tiempo se organiza?

Apenas hemos terminado una edición que comenzamos a preparar la siguiente. Hay que elegir el repertorio, muchas veces como este año, realizar una edición de la partitura. Todo el proceso de candidaturas y selección de los participantes. Y luego el trabajo durante el festival. No solo preparamos una obra extensa con solistas y orquesta que ofrecemos en concierto, el interés principal es que los músicos aprendan y poder orientarles y guiarles en los próximos pasos de sus carreras. Trabajar con jóvenes artistas, algunos aún estudiantes, es si cabe más exigente. Uno quiere llevarlos a un nivel de excepción y máxima exigencia. Pero la verdad es que es enormemente gratificante porque se entregan al máximo. Y uno continúa viendo los frutos del trabajo cuando las carreras de los participantes se confirman y consiguen diferentes logros.

8- Próximamente va a presentar un trabajo discográfico con canciones y dúos de compositores franceses, “À deux voix”, que estará interpretado por Adriana González y Marina Viotti. ¿Cómo surgió la idea de este trabajo?

El sello Audax records y su director Johannes Pramsohler nos han dado desde el principio a Adriana y a mí carta blanca para defender los proyectos discográficos que nos interesan. En esta ocasión fue Adriana la que me manifestó su deseo de colaborar con Marina Viotti, después de que hubiesen coincidido en dos producciones en el Liceu de Barcelona. Me pidió que pensase en un programa para ellas. Son dos artistas increíbles con voces que se complementan y empastan muy bien. Me decidí por hacer un disco de repertorio francés, con el que tengo muchísima afinidad. Y en el campo de los dúos, está menos explorado que los lieder a dos voces de Mendelssohn, Brahms o Schumann. Partimos de dúos que conocíamos de Fauré o Chausson y fuimos explorando e incorporando otros menos conocidos. El disco tendrá 22 dúos de compositores no tan conocidos como Widor o Delibes y otros completamente desconocidos como Paladilhe o Puget del que grabamos dos dúos en primicia mundial. Y no faltan tampoco las compositoras con dúos de Viardot, Chaminade y Devéria y algunas joyitas de compositores más conocidos como Massenet o Gounod. Se trata de música de entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX.

9- Después de este verano tan laborioso, ¿qué otros proyectos le esperan a corto y medio plazo?

Pues el otoño va a estar cargado con la salida del disco y recitales en Rouen, París y más tarde en Barcelona, Sevilla, Frankfurt y Bolzano. Además, dos producciones de ópera: Cenerentola en el Teatro de los Campos Elíseos y Werther en Baden-Baden.

10- Si pudiera elegir un nuevo proyecto para la próxima temporada, ¿cuál sería?

El proyecto que más me ilusiona ahora es el nuevo disco que vamos a grabar con Adriana González en mayo. Pero esta vez yo como director de orquesta en vez de al piano. Grabaremos arias de Mozart y de contemporáneos de este. Compositores que triunfaban en Viena que escribieron para la misma cantante. Una prima donna con la que Adriana se identifica vocalmente. Pero si hablamos de deseos, justamente Adriana y yo estamos deseando poder coincidir en una producción de ópera juntos. O puestos a pedir, por qué no un Capuleti e Montecchi con Adriana como Giulietta y Marina como Romeo.

Acaba de dirigir Anna Bolena en el Teatro Colon de Buenos Aires. Sobre el escenario Daniela Barcellona, Olga Peretyatko, Xabier Anduaga y Alex Esposito, pero para quien debutó como director en la Opéra National de Paris, nada le vine grande.

Iñaki Encina Oyón

El próximo 23 de junio, el director de orquesta vasco se subirá por primera vez al foso de la Sala Principal del Teatro Colón de Buenos Aires como Director Musical del estreno de la ópera Anna Bolenna de Donizetti. Iñaki Encina Oyón será también el encargado de dirigir a la Orquesta y Coro Estables del Teatro Colón  los días 25, 27 y 29 de junio.

Tras sus recientes éxitos en la Ópera Nacional de París (Iphigénie en Tauride de Gluck y Alcina de Händel), Encina Oyón protagoniza un nuevo house debut en otra prestigiosa casa de ópera, convirtiéndose así en una de las batutas españolas con mayor proyección internacional de la actualidad. Además, contará para la ocasión con grandes voces de la lírica internacional, un elenco vocal de auténtico lujo como la soprano Olga Peretyatko en el rol que da título a la ópera, el bajo-barítono Alex Esposito como Enrico VIII, la mezzosoprano Daniela Barcellona como Giovanna Seymour o el tenor Xabier Anduaga, como Lord Riccardo Percy.

Anna Bolenna, el primer título de la “trilogía Tudor” que contiene páginas tan conocidas como Piangete voi?… Al dolce guidami o Coppia iniqua, regresa al escenario del Teatro Colón en un concepto visual ideado por Gabriel Caputo, después de su estreno y única representación en el célebre teatro de la capital de Argentina en 1970. Además, Marina Mora se ocupará de la dirección escénica y Mercedes Nastri firmará el vestuario.

Será la segunda vez que el director de orquesta Iñaki Encina Oyón actúe en Buenos Aires, pues ya estuvo al frente de la Ópera de Cámara del Teatro Colón. Afincado en París desde hace dos décadas, Encina Oyón cuenta con un amplísimo repertorio que va desde el barroco hasta obras de compositores contemporáneos como Kaija Saariaho, y ha trabajado en teatros y festivales de renombre como el Palais Garnier, la Opéra de Lille, el Teatro Real de Madrid, el Palau de Les Arts Reina Sofía de Valencia o el Festival de Aix-en-Provence, entre otros.

Desde 2016, es el director musical de la Académie Baroque Internationale del prestigioso Festival du Périgord Noir, que este verano celebrará su 21ª edición con la presentación de Il parnaso confuso de Gluck bajo su dirección. Además, Encina Oyón compagina su faceta de director de orquesta con la de pianista, y el próximo otoño publicará el disco À deux voix junto a la soprano Adriana González y la mezzosoprano Marina Viotti, en Audax Records.

Fotografía @Marine Cessat-Bégler

Moisés Marín

El tenor Moisés Marín participará en la Gran Gala Lírica de la Asociación de Amigos de la Ópera de A Coruña que tendrá lugar el próximo 10 de septiembre en el Teatro Colón de la capital gallega. Se trata de un concierto que marca una importante efeméride, ya que celebra los 70 años de la fundación de la Asociación, cuya primera actividad fue la organización de un Festival de Ópera que vería la luz en 1953.

El cantante granadino pisará las tablas del Colón acompañado por un conjunto de cantantes de primera fila: la soprano norteamericana Angela Meade, la soprano georgiana Veronica Dzhioeva, la mezzosoprano española Mónica Redondo, el barítono español Borja Quiza y el bajo brasileño Luiz-Ottavio Faria, junto con el Coro y la Orquesta Sinfónica de Galicia bajo la dirección de José Miguel Pérez-Sierra. El programa ofrecerá piezas de óperas de Donizetti, Verdi, Cilea y, sobre todo, de Rossini.

Precisamente la participación de Moisés Marín en esta gala llega tras su gran éxito este verano en el Belcanto Opera Festival ‘Rossini in Wildbad’ (Alemania), donde protagonizó un doble debut con dos exigentes roles del repertorio rossiniano: Pirro en la ópera Ermione, y Goffredo en Armida, esta última bajo la dirección musical de José Miguel Pérez-Sierra. En ambos casos se trata de roles que Gioachino Rossini escribió para el tenor Andrea Nozzari y se consideran piedras angulares del repertorio para baritenor, un tipo de voz de tenor que adquirió especial importancia en las óperas de Rossini.

Moisés Marín ahondará también en este registro en la gala de A Coruña donde, entre otras piezas, cantará la entrada de Rodrigo di Dhu de La donna del lago de Rossini, pieza de referencia para los baritenores. Asimismo, junto con la gran soprano norteamericana Angela Meade interpretará a Agorante en el terceto de Ricciardo e Zoraide.

Días después de este concierto de Aniversario, en concreto el 24 de septiembre, y también en el Teatro Colón de A Coruña, Moisés interpretará otro de los roles de baritenore por antonomasia: Pollione en Norma, papel que Bellini escribió para Giandomenico Donzelli. Después seguirá una intensa temporada en los principales teatros de ópera españoles: en el Liceu como Spoletta en Tosca, en el Palau de les Arts de Valencia como Melot en Tristán e Isolda, y como Pang en la Turandot del Teatro Real.

Todo ello conforma una temporada transversal de amplio repertorio que, más allá de su especialización como baritenor, enmarca a Moisés Marín como artista polivalente, desplegando todos sus recursos técnicos y artísticos. Y es que el cantante granadino se ha convertido en los últimos años en un habitual de todas las temporadas líricas españolas y en referente de algunos de los roles de tenor de carácter más importantes, tales como Goro, Increidibile, Spoletta o Steuermann.

Concierto de Aniversario de Amigos de la Ópera: un gran regalo de cumpleaños

70 ediciones y más de 200 representaciones avalan la historia de este evento operístico. Por los escenarios coruñeses han pasado Giana D’Angelo, Rita Lantieri, Teresa Berganza, Miriam Gaucci, entre las sopranos y mezzos; Alfredo Kraus, José Carreras, Carlo Guichandut, Nicola Monti, Ernesto Palacio o Alvino Misciano, entre los tenores. Manuel Ausensi, Franco Bordoni, Rento Capecchi, Lorenzo Gaetani, o Antonio Campó, entre los barítonos y bajos.

Entre los coros cabe destacar la Coral Polifónica El Eco, el Orfeón Terra a Nosa, la Coral del Liceo Casino de Villagarcía, el Coro Universitario de Santiago o el Coro de la OSG, entre otros.

Directores de escena, musicales, de coro y ballet tan conocidos como Pier Luigi Pizzi, Gian Pablo Zennaro, Marco Armillato, Miguel Roa, José Ferreira Lobo, Victor Pablo Pérez, Michelangelo Veltri o Maximino Zumalave, también han contribuido en la realización de estas temporadas.

Una historia que se remonta a 1952 cuando un grupo de amigos que compartían tertulia en el Sporting Club Casino de la calle Real fundaron la asociación Amigos de la Ópera de A Coruña para llevar a cabo la organización de un festival anual y el patrocinio de recitales y conciertos, así como la introducción de óperas desconocidas en nuestra ciudad. La primera edición se celebró del 10 al 14 de agosto de 1953. A partir de ese primer festival, y de forma ininterrumpida, se siguieron celebrando sucesivas ediciones.

Según se apunta desde la propia Asociación, el concierto del 10 de septiembre “es un regalo de cumpleaños a la ópera a los aficionados y los artistas, a la cultura y el arte, al pasado, presente y futuro”.

Con estas palabras Annalisa Stroppa define al personaje de la ópera Norma de Bellini que defenderá los días 2, 4, 5 y 7 de diciembre en su esperado regreso al Teatro Colón de Buenos Aires: “Adalgisa es un papel fascinante que se enfrenta a Norma por amor, pero a quien se une al comprender el drama que atraviesa”.

La mezzosoprano italiana debutó en el mítico escenario argentino en agosto de 2012 de la mano de Riccardo Muti (I due Figaro, Mercadante). “Cantar en el Colón es una gran experiencia para cualquier músico o cantante, ya que se trata de uno de los teatros con mejor acústica de los que he escuchado, siendo además una sala inmensa y de impresionante belleza”. Stroppa no ha vuelto a actuar en Argentina desde ese ahora lejano debut. “Ha pasado mucho tiempo y muchos personajes desde esos inolvidables I due Figaro que llevamos a varias ciudades con el maestro Muti y que marcaron el comienzo de mi carrera, por eso me hace especial ilusión que el entendido público de Buenos Aires pueda escucharme en el momento vocal que ahora estoy viviendo y que me ha permitido ir ampliando mi repertorio”, apunta la cantante. La intérprete italiana, sin duda una de las mezzosopranos que más está dando que hablar en el panorama internacional, se ha metido en la piel de Adalgisa de Norma en varios escenarios, desde el Teatro Massimo de Palermo al Gran Teatre del Liceu de Barcelona, pasando por el Staatstheater Wiesbaden –junto a Edita Gruberová–, el Teatro Verdi de Padua o el Carlo Felice de Génova.

Annalisa Stroppa aterrizará en Argentina después de haber interpretado el personaje protagonista de Carmen este verano en el Festival de Bregenz (Austria), a Siébel de Faust de Gounod en la inauguración de la temporada del Teatro Real de Madrid y a Fenena de Nabucco en Padua. Entre sus próximos compromisos destacan su regreso a Padua con La Cenerentola, Il Barbiere di Siviglia en Berlín, su debut como Nicklausse de Les Contes d’Hoffmann en Nápoles, Madama Butterfly en Múnich, el Stabat Mater de Rossini en Verona y Così fan tutte en Las Palmas de Gran Canaria.

Annalisa Stroppa

Teatro Colon

Fotografía: Víctor Santiago

Italiana en Argel

La Fura dels Baus y la ópera ‘La Italiana en Argel’, en coproducción con el ,, encabezan el cartel de la 79ª Quincena Musical

Grandes directores, solistas y orquestas internacionales

Maestros como Christian Zacharias, Yannick Nézet-Séguin, Ivan Fischer, Yukka-Pekka Saraste o Paolo Arrivabeni estarán presentes en esta 79ª edición del festival. Entre los pianistas destacan los nombres de Yefim Bronfman, Igor Levit, Alexandre Tharaud, además del barítono Christian Gerhaher y Jordi Savall con su viola de gamba. Las agrupaciones NDR Philharmonie de Hamburgo, Filarmónica de Róterdam, Orquesta del Festival de Budapest y la Orquesta Sinfónica de la WDR de Colonia son algunas de las grandes orquestas que este año visitarán el Auditorio del Kursaal.

 Estreno mundial de Amoria, de las hermanas Labèque

El nuevo proyecto de las pianistas Katia y Marielle Labèque reúne obras de compositores vascos desde el Renacimiento hasta nuestros días y contará con la participación, entre otros, del contratenor Carlos Mena, Easo Eskolania y el grupo Hegiak.

Producciones y encargos

Además de la ópera escenificada La Italiana en Argel que ha producido el festival junto con el Teatro Colón de Buenos Aires y el Festival San Lorenzo del Escorial, la Quincena ha encargado una obra al compositor Mikel Urquiza y una adaptación de las Diez Melodías Vascas, de Guridi, al organista Juan de la Rubia.

El diálogo entre el mito y la tradición, y su reflejo en la música, funciona como hilo conductor de las 93 propuestas musicales incluidas en la 79ª Quincena Musical de San Sebastián. El festival ha presentado su cartel completo –con la Fura dels Baus, el proyecto Amoria, de las hermanas Labèque, y la coproducción La Italiana en Árgel a la cabeza- con el 41% del objetivo en taquilla ya conseguido, gracias a los Amigos de la Quincena, y a punto de abrir la venta de entradas al público general este jueves 31 de mayo.

El director del festival, Patrick Alfaya, será el encargado de anunciar en Madrid todos los detalles de esta edición el próximo martes 12 de junio, en un acto que tendrá lugar en el Istituto Italiano di Cultura di Madrid. Alfaya estará acompañado de la directora del centro, Laura Pugno; el director de escena Joan Anton Rechi y el Premio Nacional de Danza 2017 Jon Maya.

La 79 edición de la Quincena Musical de San Sebastián comenzará el 2 de agosto y finalizará el 1 de septiembre. Durante estos 31 días, ofrecerá su casi centenar de actividades, repartidas en 11 ciclos, tanto en Donostia como en otras localidades de Guipúzcoa, Álava, Navarra e Iparralde. La jornada inaugural prevista para esta nueva edición contará con un amplio abanico de conciertos y espectáculos, en los que se incluye música instrumental, vocal y danza, entre otras propuestas.

El Auditorio Kursaal seguirá siendo el epicentro del festival y allí tendrán lugar las dos citas de La Fura dels Baus (2 y 3 de agosto). La compañía regresa a San Sebastián después de ocho años con su espectáculo La Creación, basada en la obra homónima de Joseph Haydn en la que el compositor austriaco relata la creación del mundo inspirándose en textos como el Génesis o el Libro de los Salmos. El montaje de La Fura revisa la obra buscando conectar ese nacimiento del planeta (el macrocosmos) con el cuerpo humano y el ADN (el microcosmos). Estarán acompañados por el maestro José Ramón Encinar, la Orquesta Sinfónica de Bilbao, el Coro Haydn dels Baus, la soprano Alicia Amo, el tenor Gustavo Peña y el barítono Thomas Tatzl.

Una semana más tarde (11 y 13 de agosto) el Auditorio Kursaal albergará la tradicional cita del festival con la ópera escenificada. Coincidiendo con el 150 aniversario de la muerte de Gioachino Rossini, la 79 Quincena Musical ofrecerá uno de sus títulos más representativos, La Italiana en Argel. Este título cómico, que hace más de 25 años que no se programa en la ciudad, será interpretado por la Orquesta Sinfónica de Euskadi y Easo Abesbatza, dirigidos por Paolo Arrivabeni. El rol principal de Isabella será cantado por la mezzosoprano italiana Marianna Pizzolato. El reparto se completará con nombres como Luca PisaroniFrancisco BritoJoan Martín-Royo o la soprano donostiarra Arantza Ezenarro. Esta coproducción entre la Quincena Musical, el Teatro Colón de Buenos Aires y el Festival San Lorenzo de El Escorial se estrenó el pasado 4 mayo en la capital argentina con seis funciones.

El apartado sinfónico de la presente edición arrancará con un concierto de la Orquesta Sinfónica de Euskadi que actuará por vez primera bajo las órdenes de Christian Zacharias (18 de agosto). Cuando se cumplen seis años de su última visita, el artista alemán vuelve a la Quincena en su doble condición de pianista y director. El programa, de corte clásico, agrupa dos obras tan dispares como la Sinfonía nº 49 La Passione, de Joseph Haydn, y el rara vez escuchado Réquiem en do menor, compuesto por su hermano menor Michael Haydn. Para la ejecución de esta obra, la orquesta estará acompañada por Andra Mari Abesbatza y un elenco de solistas entre los que destacan las donostiarras Elena Sancho y Clara Mouriz. En medio, entre Haydn y Haydn, el Mozart más intenso representado por su Concierto para piano nº24, en el que se podrá disfrutar, una vez más, del hondo y siempre personal arte pianístico de Zacharias.

La siguiente formación que este año recalará en el ciclo sinfónico del Auditorio Kursaal es la NDR Philharmonie de Hamburgo, que desde 1986 no había vuelto a San Sebastián. El programa diseñado para la ocasión (22 de agosto) contempla la bucólica Sinfonía nº2, de Johannes Brahms, y una selección de los cantos populares alemanes adaptados por Gustav Mahler que se podrán escuchar en la voz del barítono Christian Gerhaher, uno de los mayores intérpretes de este repertorio. En el podio, la joven promesa de la música clásica Krzystof Urbanski, actual director titular de la Orquesta Sinfónica de Indianápolis, Estados Unidos, y el principal director invitado de la Orquesta NDR de la Filarmónica del Elba.

Otro joven batuta, Yannick Nézet-Séguin, que en apenas unos años se ha situado entre los directores de orquesta más valorados y reconocidos del siglo XXI, dirigirá a la Orquesta Filarmónica de Róterdam dentro de su gira de despedida como director titular de la formación holandesa (24 de agosto). Presentará un programa que arranca con los aires clasicistas de Wolfgang Amadeus Mozart, representado por su bien conocida Sinfonía nº 35, Haffne; se adentrará en el universo romántico de Franz Liszt y su Concierto para piano nº2; y concluirá con la siempre comprometida Sinfonía nº 4, de Piotr Ilich Tchaikovsky. Al teclado, como solista del concierto de Liszt, uno de los más relevantes maestros del piano de los últimos cincuenta años, Yefim Bronfman, poco habitual en los escenarios españoles, pese a su destacada carrera internacional.

Las dos siguientes citas sinfónicas programadas para el Auditorio Kursaal serán protagonizadas por la Orquesta del Festival de Budapest, que al igual que en sus anteriores visitas a la Quincena, actuará bajo las órdenes del maestro Ivan Fischer. En la primera de las dos citas (26 de agosto) la orquesta ofrecerá un original y muy interesante programa enraizado en la gran música de su país, Hungría. Mientras que en su segunda intervención (27 de agosto), la formación húngara contará con el apoyo del Orfeón Donostiarra para interpretar las Vísperas Solemnes del Confesor, de Mozart, además de obras de Gustav Mahler.

Otra formación que ofrecerá un doble programa es la Orquesta Sinfónica de la WDR de Colonia que será dirigida por su titular Jukka-Pekka Saraste. El programa del primer día (31 de agosto) abordará una de las obras capitales del siglo XX y una de las más innovadoras de toda la historia de la música: La consagración de la primavera, de Igor Stravinsky. En la primera parte del concierto se escuchará el romántico y temprano Concierto para piano nº1, de Brahms (compositor que debuta en la Quincena), que intrepretarán junto al pianista Igor Levit. El segundo día (1 de septiembre) la orquesta alemana ofrecerá el sobrecogedor Réquiem, de Hector Berlioz, dramáticamente subtitulado por el propio compositor francés como “Gran misa de muertos”. Se trata de una de las composiciones más monumentales e impactantes de la historia de la música y en su interpretación en el festival se sumarán las voces del tenor solista Andrew Staples y el Orfeón Donostiarra.

La oferta del Auditorio Kursaal se completará con el estreno del nuevo proyecto de Katia y Marielle Labèque, donde el dúo de pianistas de Baiona rinde homenaje a la música vasca (29 de agosto) en sintonía con el hilo conductor de esta edición: el mito y la tradición. El repertorio seleccionado para tal efecto recoge obras de compositores vascos que van desde Juan de Antxieta (1462-1523) hasta Alberto Iglesias. Para llevar a cabo esas versiones, Katia y Marielle Labèque contarán con la participación del grupo Hegiak, el percusionista Ander Zulaika y los virtuosos de la txalaparta Harkaitz Martínez de San Vicente y Mikel Ugarte, entre otros.

En el Teatro Victoria Eugenia, otro de los escenarios de la Quincena, se ofrecerán tres propuestas dispares entre sí. El primer concierto (6 de agosto) estará protagonizado por el pianista parisino Alexandre Tharaud, considerado como uno de los intérpretes más originales del momento. Mientras que la segunda propuesta vendrá de la mano de dos pesos pesados como el violagambista Jordi Savall y el gaitero y flautista Carlos Nuñez (20 de agosto), que presentan su proyecto Diálogos célticos. La tercera y última cita del Teatro Victoria Eugenia será ofrecido por la Compañía de Danza Hervé Koubi (28 de agosto). El coreógrafo francés de raíces argelinas y su compañía nos presentarán el espectáculo Les Nuits Barbares, donde rinden homenaje a los pueblos bárbaros olvidados a través de réquiems de Mozart y Fauré, música tradicional africana, cultura hip-hop y capoerística.

Como también es habitual en esta cita cultural, la 79ª edición de la Quincena Musical de San Sebastián desarrollará sus ciclos paralelos: Música Antigua, Jueves de Música en San Telmo, Órgano, Jóvenes Intérpretes, Quincena Andante y Quincena Infantil. Pueden adquirirse entradas a través de la página web (www.quincenamusical.eus) a partir del 31 de mayo, así como en las taquillas del Kursaal y el Teatro Victoria Eugenia.

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