A diferencia de otros países y teatros de ópera del mundo, en España no acostumbramos (tampoco) a arropar y promocionar a nuestros intérpretes. Mucho menos convertir a alguno de ellos en casi cantante titular de un teatro. Como es habitual en países como Alemania que si han sabido aprovechar a nuestros cantantes.
Felizmente hay una excepción a esta norma, y es la pareja artística que desde hace ya 50 años forman Monserrat Caballé y el Gran Teatre del Liceu.
Este idilio artístico comenzó un 3 de enero de 1962 en este Teatro. El mismo que le rinde homenaje con motivo de tan extraordinario acontecimiento. La soprano estuvo acompañada en el escenario por compañeros de profesión y alumnos suyos del Conservatorio del Teatro del Liceu. Entre los participantes hay que destacar una joven alumna africana, Preity Jende, que interpretó una dificilísima aria de Il Puritani, de Bellini. Una voz e interpretación muy interesante y con una gran proyección. Con una hermosa voz lírica con la potencia de África y la delicadeza europea. Y la reaparición de Carlos Álvarez, como una de las grandes sorpresas de la noche, esperemos que ya recuperado completamente de sus afecciones en las cuerdas vocales. El emocionante homenaje terminó con todos los participantes sobre el escenario arropando a, la que sin duda ha sido, una de las mejores sopranos españolas.