El próximo 10 de junio a las 19.30h. en el Alcázar de Segovia, el músico y director de orquesta, Claudio Abbado, recibirá el Premio Don Juan de Borbón de la Música 2010 por “ser uno de los grandes directores de nuestro tiempo, y por llevar manifestando, desde hace más de 30 años, su compromiso con los jóvenes músicos, creando para ellos nuevas orquestas que aúnan la excelencia artística y la proyección profesional”. Un galardón, dotado en esta ocasión con 30.000 euros y creado por la Fundación Don Juan de Borbón, que premia la máxima excelencia en el campo de la música y su contribución a la paz y al entendimiento entre los pueblos. Un premio que algunos han querido llamar el “Cervantes” de la Música.
Hace cinco años, inauguraba la primera edición del Premio Don Juan de Borbón de la Música la pianista portuguesa María João Pires, a quien se le concedió gracias a “sus extraordinarios valores musicales en la interpretación pianística, además de por su intensa, prolongada y generosa dedicación a la enseñanza de los jóvenes, especialmente plasmada en el Centro Para o Studo das Artes, en Belgais (Portugal)”. Hace cuatro quien recibió el Premio fue José Antonio Abreu, un hombre respetado y admirado a todos los niveles en América y Europa por su excelencia musical y sobre todo por su compromiso social, un poco más conocido en nuestro país gracias a este Premio, al que siguió más tarde el reconocimiento del Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Abreu es el creador del Sistema Nacional de Orquestas infantiles y juveniles venezolano, que tiene en la actualidad más de 200 orquestas distribuidas en todo el país, en un programa que se sirve la música clásica para cambiar la vida de miles de niños. En 2008 el galardonado fue Sir Simon Rattle y el Proyecto Educativo que, desde hace ya casi una década, desarrolla junto a la Filarmónica de Berlín, “por la inquietud y el compromiso tanto personal como institucional de extender, con nuevas fórmulas, el disfrute de la música a los más diversos sectores sociales.”
En esta edición, el Jurado del Premio Don Juan de Borbón de la Música 2010, que se dio a conocer el 15 de octubre, y que estuvo presidido por el consejero delegado del grupo 20minutos España, Eduardo Díez-Hochleitner, y formado por Luis Suñén, Antonio Moral, Julia Gállego, Jesús Hernández, y Teresa Tardío, como secretaria, eligió esta candidatura, de entre las presentadas por 50 instituciones musicales de todo el mundo, por ser Abbado “uno de los grandes directores de orquesta de la historia, un director legendario tanto por su calidad intrínseca como por su compromiso con el arte de nuestro tiempo y su entrega a los jóvenes, uniendo a talentos jóvenes de Europa oriental y occidental”, según afirmó el Jurado.
El trabajo de Claudio Abbado proporciona la idea de que la música transforma vidas. Ya en el periodo en que fue director musical del Teatro alla Scala, revolucionó la sociedad milanesa de entonces al programar conciertos para “Trabajadores y Estudiantes”, mezclando de forma natural a Beethoven con música contemporánea, y permitiendo el acceso al gran coliseo milanés a un público totalmente nuevo, todo ello gracias a una política de entradas especialmente baratas. Su gran labor educadora no se ha detenido con el paso del tiempo, sino que queda reflejada en el fomento y en el amparo, a todos los niveles, a los nuevos músicos, un compromiso firme con los jóvenes que ha materializado, desde los años 70, en la creación de diferentes orquestas a lo largo de Europa y en la última década también en Venezuela y Cuba. Con la candidatura elegida se consolida el criterio para el que el Premio fue constituido: galardonar aquellas propuestas que trascienden los límites musicales y van más allá, mostrando su capacidad para transformar la sociedad.
Claudio Abbado ha recibido numerosos premios y reconocimientos. La Filarmónica de Viena le premió con el Anillo de Honor ya en 1973, y también fue galardonado con la Medalla Dorada Nicolai en 1980. Además, ha recibido el Premio Imperial de Japón, la Medalla Mahler, el Legion d’Honneur del Ministerio de Cultura Francés; el Gran Croce, el más “grande honore” de Italia, y el mayor honor de Alemania, el Bundesverdienstkreuz (1992), el Premio Khytera, y doctorados honorarios de universidades como Ferrara, Cambridge, Aberdeen y La Habana. En 1994 Claudio Abbado recibió el premio internacional Ernst von Siemens, el premio musical más prestigioso de Alemania. En España recibió en 2006 el Premio Yehudi Menuhin a la Integración de las Artes y la Educación otorgado por la Junta de Patronos de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, y hace unos meses, justo el mismo día que era reconocido con el Premio D. Juan de Borbón de la Música, recibía también la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Su carrera musical se distingue por la versatilidad y por la amplitud de su repertorio, que abarca no sólo obras clásicas de repertorio -con especial interés por el clasicismo y el romanticismo alemanes (Mahler, cuyas sinfonías ha grabado varias veces) y la música de Rossini y Verdi-, sino obras de compositores del siglo XX, como Arnold Schoenberg, Alban Berg y otros más contemporáneos, como Karlheinz Stockhausen, Luigi Nono, Pierre Boulez o Krzysztof Penderecki. Se ha atrevido con todo. Ha grabado a Hindemith y ha dejado su huella en el dodecafonismo.
Ha estrenado obras de Manzoni y de Luigi Nono, y ha realizado grabaciones de los ciclos sinfónicos más importantes: sinfonías y música coral de Johannes Brahms, sinfonías de Mahler, Chaikovski, Prokófiev, Mussorgsky, Antonín Dvořák y Mozart.
Claudio Abbado, que para quienes le conocen de cerca es una persona enormemente tímida y reservada que evita hablar en público (no suele conceder entrevistas ni ruedas de prensa), pero que destaca por una vitalidad arrolladora, ofrecerá tras la entrega del Premio y como agradecimiento, un breve concierto en la Sala de los Reyes del Alcázar. Allí dirigirá a la Orquesta Mozart, creada por él en 2004 en Bolonia y formada por instrumentistas de prestigio internacional, además de por 40 jóvenes músicos provenientes de toda Europa, que interpretará el Concierto para violín y oboe en Do menor BWV 1060 de Johann Sebastian Bach.