Don Quichotte. Una versión concierto en la que nada faltó

Don Quichotte. Jules Massenet
Madrid, Teatro Real 22 diciembre.
Comédie Héroïque en cinco actos en lengua francesa
En versión de concierto
D. musical: Marc Piollet
D. de coro: Andrés Máspero
Antonacci, Furlanetto, Chama, Copons, Tobella, Martínez Reyes,
Padullés, López, Marino y Silva
Coro y Orquesta titulares del Teatro Real

Una acertada y entretenida versión de la obra de Don Quijote de la Mancha. Compuesta por Massenet en 1909, mientras se encontraba en cama recuperándose de una dolencia reumática. Le sirvió de entretenimiento la composición de esta obra cómica, justo cuando este género operístico no pasaba por su mejor momento. Era el melodrama y el psicodrama como Mélisande, Salomé o Electra, las composiciones que empezaban a copar los teatros a principios de siglo.
La ópera está basada en la obra de teatro de un desconocido autor, Jacques Le Lorrain, “Le Chevalier de la lounge figure”. Una de las razones del éxito continuado de esta obra, es el juego que proporciona el papel protagonista de Don Quijote. Los más grandes bajos de la historia han tenido la oportunidad de interpretar este papel. En esta ocasión ha sido el gran bajo italiano Ferruccio Furlanetto. Con una interpretación brillante, natural, de una gran elegancia en la dramatización, esa voz profunda y redonda que brota sin aparente esfuerzo y que dota al personaje de la identidad que se le presume.
Anna Caterina Antonacci, como la Belle Dulcinée, ha recreado una Dulcinée fatale, burlona, con una voz contundente como el personaje, lustrosa y sutil cuando era necesario.
Del mismo modo resaltar la comicidad extraordinaria de Eduardo Chama como Sancho Panza. Sus apariciones en escena hacían que no se echase de menos la escenificación de la ópera en esta versión concierto.
Elena Copons, Anna Tobella, Pablo Martín Reyes y Roger Padullés, tuvieron una actuación más que aceptable. La cantera española tiene muy buena salud y un futuro más que garantizado.
Muy bien la Orquesta en manos del Director Marc Piollet, buen conocedor de la obra y enérgico en la dirección a la que supo adornar con multitud de matices.
Y un día más felicitar al Coro y a su director, Andrés Máspero. Por su potencia, sonoridad y una participación cada vez más amplia y sólida.