Dos joyas del barroco español en el Teatro de la Zarzuela

marzo 2016
Tranbasio

Con motivo del tercer centenario de su fallecimiento, el Teatro de la Zarzuela presenta dos obras del maestro Sebastián Durón (1660-1716). El programa doble está compuesto por “La Guerra de los Gigantes” y “El imposible mayor en amor, le vence Amor». Dos de las obras más destacadas del más importante compositor de su época. Entre los días 17 y 23 de marzo y bajo la dirección musical de Leonardo García Alarcón y la dirección de escena de Gustavo Tambascio, se rinde homenaje a su compositor. La música estará a cargo de la Capella Mediterranea.

La Guerra de los Gigantes.

Ópera escénica en un acto de autor anónimo Estrenada en Madrid, entre 1701 y 1702 Edición a cargo de Antonio Martín Moreno (Ediciones Iberautor Promociones Culturales, SRL / Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 2007).

La historia de esta ópera en un acto se traslada a un país de Europa, entre 1959 y 1960, recién salido de la postguerra y precisamente cuando comienza un periodo de gran empuje industrial. El Olimpo es ahora una gran empresa, Júpiter Salvatierra, dedicada a la industria pesada y dirigida únicamente por mujeres, un grupo de jóvenes ejecutivas, chicas ricas y buenas, con nombres tan atractivos como Júpiter, Minerva, Fama, Silencio, Tiempo e Inmortalidad. Se va a celebrar la boda de la hermana menor, María de las Mercedes, con un joven ingeniero italiano, Massimo di Ventivoglio e Ferrara. Todo está preparado para el enlace y los medios de comunicación convocados se presentan en el lugar. Pero también acuden de forma inesperada un grupo de obreros de la empresa, llamados gigantes, que se declaran en huelga. En ese momento la hermana más astuta, Minerva, decide llamar al superhéroe Hércules y a su gente. Él se enfrentará a un beligerante Palante, que ha traído el caos al apacible mundo de Júpiter Salvatierra. Todo esto traerá grandes cambios: se forman ejércitos y comienzan los enfrentamientos, aunque nadie sepa como va a acabar aquello. Júpiter, la jefa de las ejecutivas, y Palante, el jefe de los obreros, pelean pero el huelguista es rápidamente eliminado y todos los obreros sometidos. Las consecuencias son predecibles, así que todo vuelve al orden inicial —como era de esperar— ¡y acaban celebrándolo en aquel país de Europa!

El imposible mayor en amor, le vence Amor.

Jornada primera La escuadra de Lisidante naufraga a causa de una tormenta y éste consigue salvarse en compañía de Celauro y Tritón. Llegan a Fenicia, la tierra del rey Acrisio y Dánae, a quien Lisidante pretende conquistar. Para ello se entrega haciéndose pasar por un soldado raso y diciendo que Lisidante ha perecido en el naufragio. En la comitiva del rey Acrisio están Dánae, Filida, que se enamora de Lisidante desde el primer encuentro, y Polidectes, también enamorado de Dánae. Aparecen los dioses Júpiter y Amor, que se retan, pelean y gana… el Amor, que de un saetazo deja a Júpiter herido… de amor hacia Dánae. Júpiter tiene esposa, la diosa Juno, y Dánae se enfurece al descubrir que su prentendiente está casado. La oye Lisidante que cree que se refiriere a él y le declara su amor, pero Dánae lo rechaza. Mientras tanto, Juno comunica a Acrisio y al pueblo de Fenicia que la belleza de Dánae ha ofendido a los Cielos y que, para pagar su culpa, deben encerrarla en una torre de la que no podrá salir mientras no llueva oro. Jornada segunda Júpiter se entera de que van a encerrar a Dánae y Juno ve cómo éste, perdidamente enamorado de Dánae, se rinde a Amor, que le promete que logrará el imposible de que llueva oro. Juno promete a su vez hacer imposible el plan del dios Amor. Aparecen en la torre Lisidante, Celauro y Tritón disfrazados de soldados para abrir la torre desde dentro y rescatar a Dánae. Pero también aparece Júpiter acompañado de Amor, que con la música y con unas hierbas duermen a los guardias y entran para llevarse a Dánae. Lisidante despierta y se pone al frente de su ejército para rescatar a Dánae. Suena entonces otra música maravillosa y aparece una lluvia de oro. Júpiter, Dánae y Amor afirman que lo imposible ha dejado de serlo. Y al final todos corroboran que «¡el imposible mayor en amor, le vence Amor!».

Sebastián Durón.

Sebastián Durón (1660-1716), compositor y organista de la época, se va haciendo poco a poco con todas las actividades musicales de la Corte, incluso con el advenimiento de la dinastía de los Borbones en 1700. Su versatilidad contribuyó a la aceptación que tuvieron sus obras en todos los ámbitos teatrales de su tiempo: compuso La guerra de los gigantes con el patrocinio de la nobleza y El imposible mayor en amor, le vence Amor para los teatros públicos madrileños. En esta producción del Teatro de la Zarzuela, nos encontramos con dos maneras contrapuestas de ver el Barroco. En La guerra de los gigantes, considerada como la última gran producción en el estilo español antes de la adaptación al nuevo estilo operístico italiano que realizará Durón en sus producciones de los años 1710 y 1711, el director de escena, Gustavo Tambascio, traslada la historia a un país de Europa, entre 1959 y 1960 y el Olimpo es una gran empresa, Júpiter Salvatierra, dedicada a la industria pesada y dirigida únicamente por mujeres. Estaríamos ante una especie de reedición de la lucha de clases, donde los gigantes son la clase obrera y los dioses del Olimpo, las prósperas propietarias. Con El imposible mayor en amor, le vence Amor, estrenada en el Coliseo de la Cruz en 1710, la influencia italiana en el teatro musical español ya se hacía notar y Durón la incorpora ya en este título. Tambascio opta aquí por presentar un espectáculo lo más parecido al que pudieron ver los espectadores de ese siglo XVIII, respetando al máximo las leyes barrocas. Escenografía, vestuario, iluminación, gestualidad, retórica, danzas… Todo nos transportará a aquella forma de hacer teatro musical. Y además está la presencia de la Cappella Mediterranea y de su director Leonardo García Alarcón, que actúan por primera vez en este escenario con un programa doble dedicado a Durón, que abordan el proyecto con la idea de replantear la percepción de la música barroca italiana desde la práctica de la música popular meridional. (Del programa de mano del Teatro de la Zarzuela).