Los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid presentan Bolero – Seguiriya – Tres – Après toi, un programa cuádruple de danza interpretado por el Víctor Ullate Ballet-Comunidad de Madrid. Esta nueva producción coincide con el 25 aniversario de la compañía y estará en la Sala Roja, del 17 de octubre al 3 de noviembre. El programa incluye el estreno en Madrid de la última coreografía creada por el maestro Ullate, Bolero.
La primera coreografía que se representa es Seguiriya, el resultado de una nueva unión entre Víctor Ullate y Luis Delgado que revolucionan las tendencias de la danza y la música españolas en un inteligente equilibro que aúna una singular fuerza con la mayor expresividad posible. Esta coreografía busca reflejar la unión entre la danza clásica contemporánea y la raíces flamencas, llegando a una forma de bailar y una coreografía muy característica de esta compañía.
En la siguiente coreografía, titulada Tres, Eduardo Lao ha querido plasmar las diferentes facetas de la relación entre tres personas. A través de un paso a tres representa cómo se modifica una pareja cuando aparece un tercero entre ambos, ya sea de amistad, de amor o cualquier otro tipo. Una historia que se apoya en tres obras de Beethoven: su Claro de Luna (Sonata nº14) y las Sonatas nº5 y nº2.Après toi es una pieza compuesta por Víctor Ullate como homenaje a su maestro Maurice Bèjart en la que participa un único bailarín.
El propio coreógrafo explica que “hay determinadas obras que también son parte de la imagen de determinadas personas. Existe en mi mente un paralelismo inevitable entre la música de Beethoven y la personalidad de Maurice: delicadeza, genialidad y magnificencia son características comunes. Mi más emotivo agradecimiento por lo transmitido y enseñado que, orgulloso, reflejaré, eso sí, siempre après toi (después de ti)”.Por último, la incorporación de Bolero al espectáculo ha supuesto un antes y un después en la compañía.
La nueva creación de Víctor Ullate está inspirada en la famosa obra musical compuesta por el francés Maurice Ravel, en 1928, que el maestro español ha ambientado en los años 20 como homenaje a los ballets de aquella época.Con este bolero, el coreógrafo ha pretendido marcar la dicotomía entre hombre y mujer encarnado en la figura de los dos bailarines protagonistas de la pieza, acompañados de un elenco que siempre baila por parejas.