Festival de Segovia 2011

julio 2011

DANZAS EUROPEAS: UN RECORRIDO POR FRANCIA ESPAÑA Y PORTUGAL
Cada vez van siendo más los festivales que en verano salpican ciudades españolas con música clásica. Dentro de estos, algunos ya consolidados, bien por el número de ediciones, bien por su calidad, bien por ambas cosas. En esta última categoría podemos clasificar el Festival de Segovia que, un verano más, y haciendo gala de su acertado eslogan, “refresca los sentidos”.
Segovia es, además, una hermosa ciudad adornada de lugares donde el sonido de una tiorba, o el de una voz delicada añaden valor estético, y a veces místico, al sonido original.
El gusto por una música barroca de calidad, ha traído a este año a Segovia, entre otros, a Il Suonar Parlante. De la mano de Vittorio Ghielmi y su labor de investigación y divulgación de esta particular técnica de emisión sonora que trata que los instrumentos imiten la voz humana.
El viernes 29 de julio, el viola Vittorio Ghielmi, y el laudista Luca Pianca, llenaron San Juan de los Caballeros de la exquisita música de Marais, Gallot, de Vissé y Forqueray, demostrando con maestría el conocimiento de un variado repertorio y unas obras pretendidamente exóticas y juguetonas. Una de las sorpresas de la noche, fue la presentación de un pequeño instrumento. El más agudo y pequeño de la familia de la viola de gamba, el pardessus. Con él interpretó tres versiones de otras tantas composiciones de Madame La Rochette en Nantes. Esta viola con aspecto de violín, permitía interpretar a las Damas de la corte piezas musicales de una manera más decorosa para la época.
Luca Pianca interpretó un solo de laúd de Falconiero, músico napolitano, de una delicada belleza que pone en valor la música y danzas europeas de los siglos XVII y XVIII.

LAS LAMENTACIONES NOCTURNAS DE JEREMÍAS
Mucha era la expectación alrededor del estreno de “Las lamentaciones Nocturnas de Jeremías”, que el sábado 30 de julio y en el Patio de Armas de El Alcázar pudimos disfrutar. Parte de esa expectación residía en el atractivo de las voces que lo iban a interpretar. Bajo la dirección de Uri Caine, las voces de Carmen Linares (acompañada de Salvador Gutiérrez), Cristina Zavalloni, Barbara Walker. El saxo bajo de Achille Succi e Il Suonar Parlante.
La mezcla de instrumentos y las voces vinculadas a una raíz propia, empastaron y trasmitieron una gran riqueza sonora y cultural. Músicas originales que se complementaban y enriquecían, voces que se reconocían en su diferente interpretación e instrumentos y sonidos que se entremezclaban de manera armoniosa.
Diferentes sensaciones causó la parte interpretada por la soprano Cristina Zavalloni. Pareciera que en aquel festival de voces enraizadas distorsionara la partitura que Uri Caine elaboró para la voz de soprano. El caso es que los “geribeques” emitidos por Cristina Zavalloni parecían no encajar con el resto de la obra.
Pero esta mezcla inconexa no restó brillantez a la calidad de los músicos y las voces. La experiencia resultó enriquecedora y merecedora de un análisis en profundidad.