Goyescas y Gianni Schicchi en el Teatro Real

Goyescas

El próximo 30 de junio el Teatro Real estrenará Goyescas, de Enrique Granados (1867-1916), primera y única ópera del compositor catalán, con la que triunfó en la Metropolitan Opera House de Nueva York en 1918. En su viaje de vuelta a España, en los albores de la primera guerra mundial, el navío inglés en el que viajaba fue bombardeado por la armada alemana, dejando truncada su vida antes de cumplir los 50 años.

Esta pequeña ópera, que se presentará por primera vez en el Teatro Real, se ofrecerá en versión de concierto, encabezada por la soprano María Bayo, el tenor Andeka Gorrotxategui y el barítono José Carbó, que actuarán junto al Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, bajo la dirección de Guillermo García Calvo, que debutará en el Real.

Dos años antes, también en la Metropolitan Opera House, Giacomo Puccini (1867-1916) había estrenado su última ópera completa, Gianni Schicchi, con la que culminaría su célebre Trittico, después de Il tabarro y Suor Angelica, creado a partir de los tres tomos de la magna trilogía de Dante.

Esta fabulosa ópera cómica llegará al Teatro Real en una producción procedente de la Los Angeles Opera, con dirección de escena de Woody Allen y escenografía y figurines de Santo Loquasto. Será protagonizada por los barítonos Nicola Alaimo y Lucio Gallo, que se alternarán en la interpretación del papel titular. Estarán acompañados por un elenco coral mayoritariamente español y por la Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la dirección de Giuliano Carella.

SINOPSIS DE GOYESCAS

Cuadro primero

Un grupo de majos y majas se divierten bajo un sol radiante en la pradera de San Antonio de la Florida, a orillas del río Manzanares, en Madrid. Algunos mantean un pelele. El torero Paquiro se pavonea entre la muchedumbre y piropea a las jóvenes. Su prometida, la popular Pepa, llega en calesa y ambos se hacen la corte. Aparece también Rosario, distinguida mujer aristócrata que espera encontrarse con su amante Fernando, capitán de la Guardia Real. Paquiro, insinuante, invita a Rosario a acompañarle al popular Baile del Candil, provocando los celos de Fernando, quien obliga a Rosario que vaya al baile, pero en su compañía.

Cuadro segundo

El Baile del Candil está en pleno apogeo. La actitud arrogante de Fernando, avivada por las provocaciones de Pepa, no presagia nada bueno. Rosario se desmaya, y Paquiro y Fernando aprovechan el incidente para retarse en duelo esa misma noche. La fiesta vuelve a animarse una vez se han marchado Rosario y Fernando.

Cuadro tercero

En el jardín de su residencia, Rosario escucha el canto del ruiseñor y le acompaña cantando una melodía amorosa. Llega Fernando y juntos entonan un dúo de amor. Una campana anuncia la hora del desafío. Rosario ruega a Fernando que no vaya, pero este desoye sus súplicas y sale en busca de Paquiro. Ella, temerosa de lo que pueda suceder, le sigue y le encuentra herido de muerte. Fernando fallece en los brazos de Rosario.

SINOPSIS DE GIANNI SCHICCHI

Ha muerto Buoso Donati, un rico terrateniente. Su familia rodea su lecho, en el que todavía yace el fallecido, y llora sentidamente su pérdida, aunque muestran bastante más interés por el contenido de su testamento. Entre los presentes se encuentran, entre otros, los primos de Donati, Zita y Simone, su cuñado Betto di Signa y el sobrino de Zita, Rinuccio, enamorado de la joven Lauretta, hija de Gianni Schicchi. Ante el rumor de que Donati ha legado la mayoría de su herencia a los monjes del monasterio local, la familia empieza a buscar el testamento frenéticamente para cambiarlo. Lo encuentra Rinuccio, quien antes de abrirlo persuade a su tía Zita para que, dado que la familia va a ser tremendamente rica, le permita casarse con Lauretta.

Los temores de la familia son fundados: Donati ha legado su herencia a los monjes. Rinuccio sugiere pedir consejo a Schicchi ante la reticencia general, pues se le considera un advenedizo. Llegan Schicchi y Lauretta, que son recibidos de manera hostil por la familia. Finalmente, se accede a que Schicchi examine el testamento. Tras enviar a Lauretta al balcón y asegurarse de que nadie más sabe que Donati ha muerto, Schicchi se hace pasar por él y asegura al doctor, de visita médica, que se encuentra mucho mejor. El doctor parte y Rinuccio va a buscar al notario mientras la familia se pelea por el reparto de los bienes de Donati. Schicchi dicta un nuevo testamento al notario en el que, ante la furia de los familiares, otorga los mejores bienes a “mi leal amigo Gianni Schicchi”. En la terraza, Rinuccio y Lauretta se declaran su amor ya exento de barreras, dado que Lauretta cuenta ahora con una jugosa dote.