Grigory Sokolov en el Teatro de la Maestranza

Grigory Sokolov

Hay excelentes maestros del teclado. Hay prodigiosos virtuosos del piano. Hay concertistas emocionantes. Y luego está… Grigory Sokolov.

Carismático. Colosal. Magnético. Crecido frente a un teclado, el ruso Grigory Sokolov (Leningrado, 1950), al pianista que James Rhodes idolatra, asombró al jurado del Concurso Internacional Chaikovski de 1966 ganando el primer premio. Tenía 16 años. Cuando, a finales de los 80, Occidente escuchó al fin aquel tesoro oculto tras el Telón de Acero, el “mito Sokolov” nació instantáneamente.

Pianista de pianistas, Sokolov solo interpreta la música que ama, siempre en vivo y rara vez en estudio. Y, a partir de su portentosa precisión técnica, de ella extrae una dimensión espiritual y sonora inédita en recitales a los que se entrega con una devoción sorprendente alargándolos con la generosidad de regalarnos media docena de propinas.

Toque lo que toque, la “experiencia Sokolov” será, sin duda, mucho más que un recital, una experiencia inolvidable.

GRIGORY SOKOLOV, piano

Teatro de la Maestranza, 23 de febrero, 2021

La naturaleza única e irrepetible de la música hecha en el momento presente es fundamental para comprender la belleza expresiva y la honestidad convincente del arte de Grigory Sokolov. Las interpretaciones poéticas del pianista ruso, que cobran vida con una intensidad mística en la interpretación, surgen del profundo conocimiento de las obras de su vasto repertorio. Sus programas de recitales abarcan desde transcripciones de la polifonía sagrada medieval y obras de Byrd, Couperin, Rameau, Froberger hasta la música de Bach, Beethoven, Schubert, Schumann, Chopin, Brahms y composiciones históricas del siglo XX de Prokofiev, Ravel, Scriabin, Rachmaninoff, Schoenberg y Stravinsky. Es ampliamente reconocido entre los pianófilos como uno de los mejores pianistas de la actualidad, un artista universalmente admirado por su perfil visionario, su espontaneidad fascinante y su inflexible devoción por la música.

Nació en Leningrado (ahora San Petersburgo) el 18 de abril de 1950. Comenzó a tocar el piano a los cinco años y, dos años después, comenzó a estudiar con Liya Zelikhman en la Escuela Especial Central del Conservatorio de Leningrado. Recibió clases de Moisey Khalfin en el Conservatorio de Leningrado y ofreció su recital de debut en Leningrado en 1962. El prodigioso talento de Sokolov fue reconocido en 1966 cuando, a los 16 años, se convirtió en el músico más joven en recibir la Medalla de Oro en el Concurso de piano Internacional Tchaikovsky en Moscú. Emil Gilels, presidente del jurado del Concurso Tchaikovsky, posteriormente defendió el trabajo de Sokolov.

Mientras Grigory Sokolov realizó importantes giras de conciertos por los Estados Unidos y Japón en la década de 1970, su arte evolucionó y maduró fuera del centro de atención internacional. Sus grabaciones en vivo de la época soviética adquirieron un estatus casi mítico en Occidente, evidencia de un artista a la vez completamente individual, como ningún otro, pero alimentado por el rico suelo de la tradición rusa de tocar el piano. Tras el colapso de la Unión Soviética, Sokolov comenzó a aparecer en las principales salas de conciertos y festivales de Europa. Actuó extensamente como solista con orquestas del más alto calibre, trabajando con, entre otros, la Filarmónica de Nueva York, la Royal Concertgebouw Orchestra Amsterdam, la Philharmonia de Londres, la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks y Munich Philharmonic, antes de decidir centrarse exclusivamente en dar solo recitales. Sokolov realiza alrededor de 70 conciertos cada temporada, se sumerge completamente en un solo programa y realiza giras por toda Europa.

A diferencia de muchos pianistas, tiene un gran interés en el mecanismo y la configuración de los instrumentos que toca. Pasa horas explorando sus características físicas, consultando y colaborando con técnicos de piano para lograr sus requisitos ideales. «Se necesitan horas para entender el piano, porque cada uno tiene su propia personalidad y tocamos juntos», explica. La asociación entre artista e instrumento es de vital importancia para el flujo de ideas musicales de Sokolov. Ahorrando en el uso del pedal de sostenimiento, evoca todo, desde las más sutiles gradaciones tonales y texturales hasta los contrastes de sonido más audaces a través del puro brillo de su trabajo con los dedos. Los críticos suelen llamar la atención sobre su extraña habilidad para articular voces individuales dentro de una compleja textura polifónica y proyectar líneas melódicas sin fisuras.

El carismático arte de Grigory Sokolov tiene el poder de generar la concentración necesaria para que el público contemple incluso las composiciones más familiares desde nuevas perspectivas. Durarte el recital, atrae a los oyentes a una relación cercana con la música, trascendiendo la exhibición superficial y el espectáculo para revelar un significado espiritual profundo. El arte de Sokolov se basa en los sólidos cimientos de su personalidad única y su visión individual. Desde 2015 es artista exclusivo de Deutsche Grammophon. Su asociación ha hecho posible la publicación de diversas grabaciones, todas ellas extraídas estrictamente de conciertos en directo. La grabación más reciente (2020) combina un doble CD con música de Beethoven y Brahms con un DVD de un concierto en vivo grabado en Il Lingotto de Turín con música de Mozart y Beethoven y dirigido por Nadia Zhdanova.

Fotografía: ©Mary Slepkova- Deutsche Grammophon