La cultura y, concretamente, la ópera, nunca han sido consideradas bienes de primera necesidad por las administraciones públicas. De ahí que en momentos de crisis y recortes sea esta, la cultura, quien primero y más significativamente sufre los recortes presupuestarios y el abandono de la financiación. Como si las sensaciones que produce la lírica no fueran necesarias y su alimento prescindible.
El mundo de la lírica en Italia ha comenzado una huelga en contra de un decreto firmado ayer por el presidente Giorgio Napolitano, la cual afecta a las óperas y conciertos más importantes previstos para las semanas próximas en el país.
Napolitano firmó ayer un decreto que reforma las catorce fundaciones líricas a las que hasta ahora el Estado destinaba 240 millones de euros (unos 319 millones de dólares) al año. Éstas tienen unas pérdidas de 2.667 millones de euros (3.527 millones de dólares) y 5.600 trabajadores que cuestan otros 340 millones de euros (452 millones de dólares), informa hoy “La Repubblica”.
Para mañana ya se ha cancelado la ópera “Donna senz”ombra” en Florencia y el “Barbero de Sevilla” en Turín, el lunes 3 de mayo no tendrá lugar el concierto de Santa Cecilia en Roma, el jueves 6 de mayo se ha cancelado el concierto sinfónico en Génova al igual que la ópera “Carmen” el 11 de mayo en Bolonia y “L”Oro del Reno” previsto para el 13 de mayo en la Scala de Milán, aseguran las páginas web de los teatros.
Para el lunes 17 de mayo se han organizado manifestaciones de las catorce fundaciones en toda Italia para protestar contra el decreto.
Lo que critican los trabajadores son los artículos del decreto que cambian los criterios de asignación de los subsidios estatales a las artes escénicas y que puede suponer una pérdida en la masa salarial del 10 al 20 por ciento.
El decreto establece nuevos criterios para la “racionalización de la organización y el funcionamiento (de las fundaciones) sobre la base de los principios de eficiencia, correcta gestión y espíritu empresarial” y será convertido en ley en 60 días.