El programa del concierto dará comienzo con el estreno mundial de la Sínfonía núm.4 ‘July’, de Jesús Rueda. El verano es para este compositor “todo un cúmulo de sensaciones fértiles y productivas”, y fue precisamente esa capacidad creativa de esta época, donde Rueda encontró la inspiración para crear ‘July’. Según sus propias palabras, “se articula en tres movimientos sin solución de continuidad” y está dedicada a ese periodo del verano que encarna “el sueño de la posibilidad y la plenitud”. “Si en algo me representa esta obra es en que representa todo lo que para mí tiene significado desde el principio”, explica Rueda.
El concierto continuará con el ‘Concierto para violín, op. 82’, de Glazunov, y con el ballet ‘Pájaro de Fuego’, de Stravinski, ambas piezas interpretadas en el concierto de abono 3 de la OSCyL. Glazunov es una importante figura del tránsito entre el siglo XIX y el XX en Rusia. El Concierto en La menor para Violín fue compuesto en 1904, en San Petersburgo y en el retiro veraniego de Glazunov en Oserki. Mischa Elman fue el solista del estreno, que se llevó a cabo en Londres, el 17 de octubre de 1905. La obra es un buen ejemplo de la inclinación que Glazunov sentía por los temas tanto rusos como occidentales, estos tienen, en efecto, ecos lejanos de melodías folclóricas rusas, pero la manera de su desarrollo es más intrincada que en la mayor parte de la música sinfónica rusa del siglo XIX.
Por último, ‘El pájaro de fuego’ es un ballet de 1910, de Ígor Stravinski basado en historias folclóricas rusas sobre el ave mágica de brillo intenso que es tanto una bendición como una maldición para su captor. La música fue estrenada como un ballet con los Ballets Rusos de Diághilev, la primera de sus producciones con música especialmente compuesta para ellos. Originalmente la música iba a ser escrita por el compositor ruso Anatoli Liádov; pero debido a su retraso para comenzar la obra, Diághilev transfirió la comisión a Stravinski que entonces tenía solo 28 años. El ballet tiene un significado histórico, no sólo como la revelación del, sino también por el inicio de la colaboración entre Diághilev y Stravinski que también producirían’ Petrushka y La consagración de la primavera’.
Temporada ambiciosa de Ibermúsica
Con este concierto, Ibermúsica continúa con su temporada más ambiciosa de la última década. Entre el pasado mes de octubre de 2017, y hasta el 7 de junio de 2018, visitan el ciclo algunas de las mejores orquestas del mundo (la Royal Concertgebouw Orchestra, la London Symphony Orchestra o la Filarmónica de San Petersburgo), directores y artistas de la talla de Daniel Barenboim, las hermanas Katia y Marielle Labèque, Gianandrea Noseda, Vladimir Jurowski o John Eliot Gardiner. Además de tres conciertos extraordinarios a cargo del mejor tenor lírico contemporáneo, Juan Diego Flórez, la Filarmónica de Berlín en la gira de despedida del director Simon Rattle y Los Niños Cantores de Viena. Asimismo, durante esta temporada, aparte de ‘July’, serán estrenadas más obras de Jesús Rueda.