Madrid recibe estos días a dos de las referencias artísticas actuales, el director de escena Peter Sellars y el icono del video arte, Bill Viola. Ambos son los creadores de esta producción de Tristan une Isolde que el 12 de enero se estrena en el Teatro Real. La creatividad artística de Sellars y la mística de Viola al servicio de la obra más grande de todos los tiempos. La leyenda medieval de Tristán e Isolda, que Wagner utilizó para su drama musical en tres actos, estrenado en Múnich en 1865, plantea la extrema tensión que lleva a la pareja de amantes protagonistas a romper todas las normas morales y religiosas, poseídos por el hechizo de un filtro fatal, trasunto simbólico de la pasión que los consume.
En este camino de anhelo, perdición, purificación y trascendencia, que impulsa el devenir de la acción dramática y lleva la música a los límites de la tonalidad, late la vivencia amorosa de Wagner en su relación “prohibida” con la joven Mathilde Wesendonck y aflora la honda influencia del pensamiento filosófico de Arthur Schopenhauer (1788-1860), cuyo libro El mundo como voluntad y representación, Wagner leyó cuatro veces antes del inicio de la partitura.
La concepción wagneriana del arte total como confluencia de palabra, música, imagen y gesto, la utilización del mito en su dimensión universal y primigenia, la melodía infinita y la espiritualidad religiosa, se ajustan a la propuesta artística de Bill Viola, que insinúa poéticamente las contradicciones ontológicas del amor en sus múltiples dimensiones.
El espacio escénico creado por el videoartista estadounidense para la sublime obra de Wagner, con el desdoblamiento de los dos amantes en figuras terrenales y cuerpos celestiales, y su camino desde la purificación hasta la “disolución de uno mismo”, ha provocado un enorme impacto en los espectadores que ya han podido contemplarla, en versión de concierto, tras su paso por Los Ángeles, Nueva York, Rotterdam, Londres, Birmingham, Lucerna, Dortmund, Helsinki, Estocolmo y Toronto (en esta última ciudad, con la dirección escénica de Peter Sellars, tal como se estrenó en París).
El tenor Robert Dean Smith, vuelve a encarnar a Tristan en el Teatro Real, después de haber cantado este papel junto a Waltraud Meier en la producción dirigida por Lluis Pasqual en 2008. Actuará junto a la soprano lituana Violeta Urmana quien, en el escenario del Real, ha interpretado a algunas de las más importantes heroínas operísticas: La gioconda, Santuzza (Cavalleria rusticana), Amelia (Un ballo in maschera), Tosca, Norma y Lady Macbeth (Macbeth). Franz-Josef Selig (rey Marke) interpretó el papel de Arkel, de Pelléas et Mélisande, en 2002 y 2011. También Ekaterina Gubanova (Brangäne) regresa al Real, después de su participación en Les contes d’Hoffmann en 2006. Completan el reparto Jukka Rasilainen (Kurwenal), Nabil Suliman (Melot), Alfredo Nigro (un pastor y voz de un joven marinero) y César San Martín (un timonel).
Tristan und Isolde traerá al teatro, una vez más, al director musical francés Marc Piollet, en esta ocasión sustituyendo a Teodor Currentzis, quien canceló su participación en la ópera por motivos de salud. Estará al frente del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, a los que ha dirigido en C(h)œurs, Don Quichotte y en la reciente producción de L’elisir d’amore.