La Celestina de Pedrell en el Teatro de la Zarzuela

La Celestina

El Teatro de la Zarzuela tiene entre sus funciones principales la de divulgar el patrimonio lirico español. Principalmente aquel que por distintas razones permanece en el olvido. Este es el caso de Felipe Pedrell (1841-1922), cuya obra y figura necesitaban con urgencia de atención y divulgación. Pedrell es uno de esos compositores de ópera españoles que no tuvieron suerte ni reconocimiento en sus composiciones. La ópera no era precisamente un género entendido ni apreciado en la España de esa época. Él mismo se lamentó muchas veces de la escasa repercusión de sus obras. Su importancia para la música española fue sin embargo indudable. Musicólogo y reconocido docente, tuvo entre sus discípulos a Isaac Albéniz, Enrique Granados, Cristófor Taltabull, Pedro Blanco, José María Peris Polo, Joaquín Turina o Manuel de Falla.

En sus intentos de componer una ópera europea, al más puro estilo wagneriano, eligió como referencia para el libreto la obra de Fernando de Rojas La Celestina y compuso una ópera del mismo nombre. En ella aparecían, además de wagnerianas, influencias francesas y españolas, concretamente del repertorio antiguo y el oratorio.

En la música de La Celestina se nota la mano del erudito musicólogo, dejando en segundo plano la musicalidad y coherencia de una partitura más pensada para gustar al gran público.

Tal ves sea esta una de las razones por las que esta obra nunca llegó a estrenarse. Es ahora cuando la dedicación y empeño del Teatro de la Zarzuela, permiten el estreno absoluto de esta obra en versión de concierto.

La partitura de La Celestina es por momentos endiablada, sobre todo la escrita para alguno de sus personajes principales. En el elenco que ha participado en este estreno en el Teatro de la Zarzuela destaca la Melibea de Miren Urbieta-Vega, con un timbre homogéneo y de gran belleza. Tuvo momentos de gran musicalidad y bien dramatizados, como el final de Melibea previo a su muerte.

La Celestina corrió a cargo de Maite Beaumont, que sustituía Ketevan Kemoklidze que canceló su participación. Tiene mérito que en apenas unas semanas preparase un rol desconocido y exigente. En algunos momentos del primer acto su voz quedaba en un segundo plano ante el volumen de sonido de la orquesta y resto del elenco.

El que pasó por más dificultades fue el tenor vasco Andeka Gorrotxategui con su personaje de Calixto. No es la primera vez que tiene problemas sobre este escenario. Su técnica vocal, un tanto esforzada y tirante, junto a una partitura muy exigente y con continuos saltos al agudo, le llevaron a tener que guardar silencio en algunos momentos y que no pudiera terminar su partitura. Esperemos que soluciones pronto estas dificultades y podamos disfrutar de uno de los timbres más bellos de su cuerda.

El barítono Juan Jesús Rodríguez, siempre solvente y seguro, en esta ocasión ofreció una sólida interpretación de Sempronio, el criado de Calixto. Tiene un volumen amplio, un timbre baritonal cálido y un fraseo matizado y con acentos.

Simón Orfila dotó de gran presencia vocal a su personaje de Parmeno. Muy acertado en el carácter del rol que interpretó, menos refinado que el resto, y haciendo gala de la rotundidad de su voz.

Lucía Tavira y Gemma Coma-Alabert tuvieron un papel destacado en su intervención para asesinar a La Celestina, de un dramatismo muy convincente. Muy buen nivel también demostraros Isaac Galán, Mar Esteve y Javier Castañeda, en sus breves pero importantes intervenciones.

Sofía Esparza, como criada de Melibea, tuvo un destacado papel, sobre todo en el dúo con su señora, donde demostró el buen gusto de su canto y su fraseo.

El coro, cuyo papel es principal, estuvo especialmente inspirado. Con la participación de algunos de sus miembros en pequeñas intervenciones.

La labor de Guillermo García Calvo al frente de la Orquesta Titular del Teatro de la Zarzuela cada vez es más notable. Puso en valor la musicalidad y, en algunos momentos, extraordinaria orquestación de una partitura que por fin hemos descubierto.

Fotografía: Elena del Real