El Barberillo de Lavapiés en el Teatro de la Zarzuela

El Barberillo de Lavapiés en el Teatro de la Zarzuela

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El Barberillo de Lavapiés en el Teatro de la ZarzuelaEl Barberillo de Lavapiés es una de las obras cumbre de la lírica española, no solo de la zarzuela. Representa con su música la verdadera raíz popular del Madrid más castizo y costumbrista. Como dice Alfredo Sanzol, “contiene la fuerza musical de una época”. El libreto de Luis Mariano de Larra es asombrosamente actual. Podría haber sido escrito ayer mismo, lo que demuestra que las características propias de una sociedad como la española, no cambian, independientemente del momento histórico. En el argumento se reflejan casi todas las características del Madrid de la época, de aquella y de ésta, como la galantería de los majas y chulapos, la capacidad de generar intrigas y el gusto por criticarlo todo, principalmente a las autoridades. También refleja la eterna lucha y diferencia de clases representada por dos parejas de enamorados, una muy del pueblo, el barbero Lamparilla y la costurera Paloma y otra aristocrática formada por Don Luis de Haro y la Marquesa del Bierzo.

Barbieri quería potenciar la música hispana y el Barberillo era como un manifiesto “por nuestra música”,  y así lo demuestra desde los primeros compases, aunque con un punto rossiniano. Lamparilla tiene similitudes con el barbero de Sevilla, las tramas políticas, los personajes protagonistas, coros, majos, mancebos, estudiantes, guardias o costureras, pertenecen al Madrid más castizo de la época y su música nace de las raíces españolas más populares. Pretendía Barbieri compensar, de alguna manera, las nuevas corrientes musicales que llegaban del resto de Europa protagonizadas, sobre todo, por Wagner.

Tras el Barberillo de Lavapiés de Calixto Bieito en 1998, Alfredo Sanzol ha creado una escenografía casi inexistente pero con un resultado muy teatral. Sobre un escenario oscuro, neutro y casi vacío, aparecen grandes bloques que los personajes se encargaban de mover, creando espacios escénicos a lo largo de la representación que resultan un acierto en una obra con una trama tan enrevesada, danzas y hasta desfiles militares. Con esta escenografía consigue que el protagonismo recaiga sobre las parejas protagonistas y la música. Un escenario tan limpio no resta importancia a la historia, pero la verdadera ambientación recae casi en su totalidad sobre el vestuario de Alejandro Andújar, cuidadosamente elaborado y situado históricamente donde debe, en el Madrid de Carlos III.

La dirección musical estuvo a cargo del madrileño José Miguel Pérez-Sierra, que dirigió con brío, extrayendo lo mejor de la Orquesta de la Comunidad de Madrid en los números más populares de la obra, y dotando de cierto lirismo aquellos que, como si de un leitmotiv se tratara, acompañaban a la pareja formada por la Condesa y Don Luis.

A destacar también el oficio y buen hacer de un Coro, el del Teatro de la Zarzuela, que interpreta como nadie las melodías de esta obra, con toda la intención chispera del pueblo de Madrid.

EL cuadro de voces resultó un poco desequilibrado, no porque fuera malo, pero si por la distancia en volumen e interpretación que marcó Borja Quiza con su Lamparilla. Su voz de barítono lírico llenó la sala con su gran voz y agradable timbre. Interpretó con gracia su avispado personaje y se le entendió perfectamente el fraseo veloz y nada fácil, matizando y acentuando cada frase.

Su compañera de reparto fue Cristina Faus, en el papel de Paloma. No se puede decir que esté en su mejor momento vocal, aunque sus tonos oscuros y líricos dieron carácter a su personaje. Su dicción no fue muy buena, costaba entender lo que decía, pero su interpretación estuvo llena de intención y sensualidad.

La soprano María Miró interpretó a la Marquesita con un hermoso timbre y una agilidad apreciable, dotó al personaje de la sofisticación que una marquesa precisa, aunque en la interpretación resultó algo sosa y poco convincente. Lo que se dice castiza, no es, algo imprescindible en cualquier zarzuela y, sobre todo, en ésta.

El resto del reparto cumplió con su cometido muy dignamente. Una producción y una obra que hace disfrutar como pocas a un público que agotó las entradas en todas sus funciones.

El Barberillo de Lavapiés
Francisco Asenjo Barbieri
Zarzuela en tres actos
Teatro de la Zarzuela de Madrid, 3 de abril de 2019
Libreto de Luis Mariano de Larra, e una adaptación de Alfredo Sanzol
D. musical: José Miguel Pérez-Sierra
D. escena y adaptación del texto: Alfredo Sanzol
Escenografía y vestuario: Alejandro Andújar
Iluminación: Pedro Yagüe
Coreografía: Antonio Ruz
Reparto: Borja Quiza, Cristina Faus, María Miró, Javier Tomé, David Sánchez, Abel García, Carmen Paula Romero, José Ricardo Sánchez, Felipe Nieto
Orquesta de la Comunidad de Madrid
Coro Titular del Teatro de la Zarzuela
D. coro: Antonio Fauró
Texto: Paloma Sanz
Fotografías: Javier del Real