Si todas las obras necesitan de su contexto, la obra de Viktor Ullmann, Der Kaiser von Atlantis oder Der Tod dankt ab (El Emperador de la Atlántida o la abdicación de la muerte), tiene en el contexto su principal protagonista. Un protagonista que no se ve, que no canta ni actúa, pero que en esta producción se hace evidente en numerosas ocasiones.
Ullmann compuso esta obra durante su estancia en el campo de Terezin. Una especie de ciudad propaganda donde el Tercer Reich había recluido, previa selección, a judíos con “cualidades especiales”. Entre ellos varios compositores como el propio Ullmann.
Discípulo de Schömbery y asistente de Zemlinsky, tomó como libreto para su composición el texto de otro preso, el poeta Peter Kien. Juntos crearon una sátira en la que un emperador declara la guerra a toda la humanidad y al que incluso la muerte, una de las protagonistas de la obra, planta cara. Tal vez la evidente crítica a Hitler y Goebbels fueron las razones por las que la obra nunca llegó a representarse.
La partitura original, escrita para 13 instrumentos, ofrece una versión más íntima y camerística que la que hemos podido escuchar en el Teatro Real. La orquestación, creada por Pedro Halffter por encargo de Joan Mataboch, resulta excesiva y un tanto superficial. Una música quizá exuberante en sonidos metálicos y fríos, que rompe con la atmósfera más personal y sencilla con la que el compositor refleja las circunstancias de su composición.
Como prólogo a El Emperador de la Atlántida, se ofreció El canto de amor y muerte del corneta Christoph Rilke, para narrador y orquesta con música del propio Ullmann. La actriz Blanca Portillo es la encargada de la narración, y lo hace con tal brillantez que casi logra que pase desapercibido el torpe trabajo escenográfico de Gustavo Tambascio y Ricardo Sánchez Cuerda. La potente proyección de voz de Blanca Portillo, cualidad fundamental y escasa entre los actores españoles, hace innecesario el exceso de amplificación.
A este primer prólogo le sigue el Adagio in memoriam de Ana Frank y la Pequeña obertura para “El emperador de la Atlántida”. Ambos basados en movimientos de la Sonata para piano núm.7 de Viktor Ullmann, con música del compositor y orquestación de Pedro Halffter. Estas obras se acompañaron de proyecciones innecesariamente aclaratorias sobre la temática de la noche.
La escenografía de Gustavo Tambascio es un tanto confusa. Los personajes se encuentra a veces fuera de un contexto que les defina y ayude a situar la escena. Se notó sobre todo con la aparición sobre el escenario, no sin dificultades, de Sonia de Munck como Bubikopf. El peso de su gran tocado dificultaba su deambular. A veces los cantantes, no solo tienen que cantar bien, también deben sortear las dificultades de los directores de escena. Lo que repercute a veces en la calidad de la emisión.
Alejandro Marco-Buhrmester, como Emperador Overall, brilló en la parte interpretativa. Su voz es suficiente para el personaje aunque sobrada de gola.
El tambor Mayor estuvo interpretado en esta ocasión por la soprano zaragozana Ruth Iniesta. Su volumen de voz es indudable y resolvió con soltura ser llamada en el último momento para este papel.
Torben Jürgens daba miedo con su extraordinaria caracterización de la muerte, a la que ayudaba su inquietante presencia escénica y su profunda voz de bajo. Su personaje pasó de malvado a bueno cuando negó su colaboración al Emperador para iniciar la masacre.
El mejor y más aplaudido de la noche fue Martin Winkler como Altoparlante. Con un sobresaliente fraseo y una interpretación radiante y cargada de intención y energía, puso la ironía y mordacidad que se oculta en esta obra.
El final, con la imagen de al fondo de los judíos entrando en la cámara de gas para ser exterminados, refleja por si sola toda la carga de profundidad que contiene la obra y todo este ciclo dedicado, de manera tan acertada, a este período de la historia de Europa.
Viktor Ullmann (1898 – 1944)
Der Kaiser von Atlantis oder Der Todt dankt ab
Ópera en un acto con libreto de Peter Kien
Estrenada en el Theater Bellevue de Ámsterdam el 16 de diciembre de 1975, según la versión de Kerry Woodward.
Estreno absoluto de la revisión ampliada para gran orquesta por Pedro Halffter (2015)
Nueva coproducción del Teatro Real, el Teatro de la Maestranza de Sevilla y Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia.
Prólogo: El canto de amor y muerte del corneta Christoph Rilke, para narrador y orquesta (1944). Música de Viktor Ullmann, texto de Rainer Maria Rilke, versión española de Jesús Munárriz, reconstrucción de Henning Brauel, narración de Blanca Portillo.
Adagio in memoriam Ana Frank
Basado en movimientos de la Sonata para piano núm. 7 de Viktor Ullmann (1944 / 2015), Música de Viktor Ullmann y Pedro Halffter, orquestación de Pedro Halffter
Pequeña obertura para “El emperador de la Atlántida”
Basada en movimientos de la Sonata para piano núm. 7 de Viktor Ullmann (1944 / 2015), Música de Viktor Ullmann y Pedro Halffter, Orquestación de Pedro Halffter
El emperador de la Atlántida, OP. 49
Música de Viktor Ullmann
D. musical: Pedro Halffter
D. escena: Gustavo Tambascio
Escenógrafo: Ricardo Sánchez Cuerda
Figurinista: Jesús Ruiz
Iluminador: Felipe Ramos
Reparto: Alejandro Marco-Buhrmester, Martin Winkler, Torben Jürgens, Roger Padullés, Albert Casals, Sonia de Munck, Ana Ibarra.
Orquesta Titular del Teatro Real
Actores: Helena Dueñas, Javier Ibarz, Rodrigo Poisón, Lander Otaola, Elena González, Ainara Arístegui, Resu Morales, David Tenreiro, Fernando Ustarroz.
Bailarinas: Cristina Arias, Carmen Angulo
Texto: Paloma Sanz
Fotografías: Javier del Real
Vídeos: Teatro Real