Se despedía el XXX Ciclo de Lied que conjuntamente organizan el CNDM y el Teatro de la Zarzuela, y lo hacía con un formato singular en este tipo de recitales. Un dúo compuesto por la soprano kirguisa, Katharina Konradi, y la mezzosoprano escocesa-alemana, Catriona Morison.
Ambas intérpretes alternaron los dúos con intervenciones en solitario, una manera fresca y original de presentar un repertorio menos conocido. Alguna de las obras que hemos escuchado, fueron compuestas para ser interpretadas en la intimidad de los salones privados a los que asistían, principalmente, mujeres.
Con una base romántica, de amor y desamor, como tema principal, eñ recital se inició con cuatro Lieder de Schumann, Mädchenlieder (Canciones de mujeres), tres del libro de canciones españolas, Spanisches Liederspiel, y Bedeckt mich mit Blumen, (Cúbreme con flores). Estas primeras obras a dúo demostraron la buena compenetración, el dominio de coloraturas y una gran expresividad por parte de ambas. Cada una desde su cuerda, demostraron gran técnica y perfecta armonía en las dinámicas.
Esta primera parte terminó con la interpretación de obras de Brahms, primero en solitario, por parte de Catriona Morison, que hizo alarde de una gran capacidad dramática y calidad vocal en su estreno en este Ciclo de Lied.
La segunda parte, con gran variedad de compositores, se inició a dúo con repertorio francés y obras de Chausson, Malibrán, Boonis y una exquisita interpretación de la “Havanaise”, compuesta por la otra hija de Manuel García, Pauline Viardot.
Después llegó el momento de Katharina Konradi en solitario, con obras del I y IV vols. De sus Canciones Clásicas Españolas de Obradors, como “Coplas de Curro Dulce”, “Del cabello más sutil” y “El molondrón”. En su interpretación derrochó simpatía y demostró su conocimiento y aprecio por el repertorio español, acompañado por una extraordinaria dicción que, si no fuera por las pronunciadas erres, tan características en los cantantes de esas latitudes, pasaría por castiza. Muy bien la capacidad interpretativa y la variedad de matices y recursos vocales.
Para terminar, regreso el dúo, esta vez con Feauré, siguiendo con el buen empaste y perfectas articulaciones, ante un público entusiasmado por el diseño de este recital, con obras de gran atractivo y un formato, el de dúo, que ha resultado todo un éxito.
Para terminar, ofrecieron dos piezas de Saint-Saëns, “El desdichado”, un bolero de sus Chanson Espagnole A Deux, y La siesta” de Gounod.
Mención especial merece el pianista Ammiel Bushakevitz, que hizo un recorrido por el amplio repertorio con elegancia y delicadeza, llenando de matices cada época musical que abordaba y respondiendo con ello a la densidad de la partitura y su variedad de estilos.
Un estupendo final para esta temporada del Ciclo de Lied. Esperamos ya con impaciencia la próxima, que se anuncia extraordinaria. Esperamos que retomen los programas de mano tradicionales en lugar de las hojas que se entregan últimamente, en las que apenas aparece el nombre de los artistas.