Termina el Ciclo de Lied con el proyecto de Christian Gerhaher, junto a Julia Kleiter y Anna Lucia Richter

Anna Lucía Richter, Gerhaher y Bushakevitz

Termina esta temporada la XXVIII edición Ciclo de Lied del Teatro de la zarzuela y el CNDM, y lo hace por todo lo alto con la oportunidad de escuchar el proyecto de Christian Gerhaher, Das Wolf-Projekt, que se ofrece en formato de dos recitales, el 11 de julio Spanisches Liederbuch, con la soprano Julia Kleiter y el 18 de julio con la mezzosoprano Anna Lucia Richter. En ambas citas acompañados al piano por Ammiel Bushakevitz.

Gerhaher siempre consigue llevarnos a un nivel superior. Y que lo haga con un repertorio menos convencional y acompañado por figuras jóvenes, aunque ya consagradas, del mundo del lied, es una vuelta de tuerca más a esta forma de interpretación.

Hugo Wolf no había viajado nunca a España, pero los nórdicos siempre han sentido una especie de atracción por todo lo que tuviera que ver con el sur de Europa, sobre todo les atraía la luz, tan escasa en sus países de origen. Si conocía Wolf la música renacentista, sobre todo la de Tomás Luis de Victoria. También conocía grandes obras de la literatura española. Aunque el resultado final de estas Spanisches Liederbuch no tenga ningún elemento que parezca estar inspirado en la música o la cultura española.

Los textos utilizados por Wolf pertenecen a distintos siglos. No así las traducciones del siglo XVIII, obra de Geibel y Heyse y, por tanto, entendidos e interpretados de la misma manera. Los textos para la elaboración de estas canciones están tomados del Florestán de rimas antiguas castellanas (1821, 1825 y 1843), el Cancionero general (1511) de Hernando del Castillo, el Cancionero llamado Flor de enamorados (1562) o el Romancero general (1604). Las 10 primeras, las Geistliche Lieder, son canciones religiosas. Las 34 restantes, las  Weltliche Lieder, son canciones profanas. Estas últimas fueron divididas en dos partes para el recital.

Christian Gerhaher es un intérprete que transmite mucho con la voz y apenas nada con la expresión o el gesto. Todo lo apuesta a su manera de “decir” los textos, casi siempre impecable, gracias también a un perfecto fraseo. Su timbre tiene una particularidad últimamente, parece cada vez menos baritonal, en cuanto a registros oscuros. Lo que no afecta en absoluto a su expresividad e intensidad.

En este primer recital estuvo acompañado por la debutante Julia Kleiter. Todo un prodigio vocal, de depurada técnica y musicalidad. Con un volumen sorprendente y un control absoluto del juego vocal que le permite repartir emociones que llegan al público de manera arrebatadora. Tuvo algunas intervenciones especialmente felices y emotivas, en este formato en el que se turanabn ante el atril y que dio fluidez y equilibrio al recital.

El piano de Ammiel Bushakevitz fue también una gratísima sorpresa. Acompañó desde un segundo plano, siendo esto una gran virtud. No restó protagonismo a las voces pero su presencia era evidente y extraordinaria. Pendiente de todos los detalles y de todos los cambios de dinámica, que no fueron pocos, teniendo en cuenta que cada una de las obras que se alternaban no tenían relación entre sí. Su intervención estuvo llena de frescura y aportó su matiz a cada una de las obras.

La segunda parte de este peculiar proyecto estuvo protagonizada por la mezzosoprano Anna Lucia Richter, junto a Gerhaher. La temporada pasada tuvimos la oportunidad de asistir a su flamante debut en este Teatro.

En esta ocasión Wolf utiliza textos de una recopilación de Paul Heyse en 1860. Unas traducciones al alemán de textos como canti popolari toscani, corsi, illirici, greci, de Nicoló Tommaseo. Canti popolari toscani de Giuseppe Trigi. Canti popolari inediti umbri, liguri, piceni, piemontesi, latini, de Oreste Mrcoaldi. Y canti del popolo veneziano, de Angelo Dalmedico.

En esta ocasión los textos no trataban, como en los Spanisches Liederbuch, de cantos populares y religiosos, se trata de pequeños textos cotidianos, pequeñas anécdotas y detalles de la vida diaria.

Anna Lucia Richter se transforma ante este repertorio y echa mano de la teatralidad. Su canto es homogéneo y la expresividad de su rostro, a veces cargado de comicidad, ayuda a narrar las breves historias que cuenta.

Christian Gerhaher, a diferencia del primer recital, más íntimo, utiliza sus volúmenes en la emisión para dar carácter al personaje que interpreta. El forte se convierte en uno de los principales protagonistas.

En esta ocasión el piano requiere de un mayor protagonismo, y sin duda Ammiel Bushakevitz sabe dotar a su instrumento de esa cualidad. Sabe cómo generar cada atmósfera, por pequeña que parezca, y llenar de matices y acentos cada palabra que pronuncian de los intérpretes.

Todo un broche de oro para este XXVIII  Ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela y el CNDM que ha estado lleno de momentos inolvidables. Contamos ya los días para el inicio de la próxima temporada que comienza, nada menos, que con René Pape.

Fotografía: Elvira Megías/CNDM