La bella durmiente en el Teatro Real

septiembre 2015
Ballet La Bella durmiente en el Teatro Real

Cinco años han pasado desde que Nacho Duato dejara de estar al frente de la Compañía Nacional de Danza. Los mismos cinco años que ha tardado el maestro en regresar con una producción diseñada y dirigida por él. Cinco años son demasiado tiempo cuando de una ausencia como esta se trata.

Se presenta al frente del Staatsballett Berlin. Compañía resultante de la unión de las respectivas formaciones de danza de los tres teatros de ópera de Berlín: Staatsoper Under der Linden, Deutsche Oper y Komische Oper. Convirtiéndose así en una de las compañias de ballet clásico más importantes de Alemania y prestigiosas del mundo.

Llegaba al Teatro Real con un ballet clásico después de veinte años dedicado exclusivamente a las coreografías contemporáneas. La bella durmiente, con música de Chaikovski y basada en la versión de Charles Perrault. Este cuento transporta, desde los primeros compases, a un mundo mágico. Y lo hace de la mano de Pedro Alcalde cuya potente batuta extrajo de la Orquesta una energía extraordinaria. Perfectamente coordinada con los bailarines que tenían en la música su principal aliado.

El primer acto es el más evocador. un cuento infantil hecho música y concebido desde el pricipio por el compositor para ser bailado. Queda enmarcado en la escenografía de Angelina Atlagic como si de un cuadro se tratase.Todo es color y volumen, que conceden una gran profundidad al escenario.

En el segundo acto es la naturaleza la protagonista. El colorido y el vestuario son imponentes. Aún más si la iluminación potencia y equilibra. El tercer acto rompe con con la dinámica de los dos anteriores. La aparición en escena de personajes de otros cuentos, distrae de la trama original.

Es un ballet clásico, pero con matices contemporáneos, de los que parece que Duato no se puede desprender. Aunque cuesta identificarle en el conjunto de la coreografía. Ha querido Duato con esta obra poner el acento en la ténica coreográfica. Él mismo explica que ha querido reflejar en esta coreografía:“un clásico renovado, más ligero, menos pesado, más cercano al público. Es dificil atraer gente jóven al teatro después de estar todo el día con iPad. Por eso he tratado de refrescarla un poco y quitarle el polvo”.

La dirección de Pedro Alcalde es brillante. Llena de fuerza y rítmo y siempre pendiente de los bailarines. Algo muy importante en un arte tan extremadamente exacto en las entradas y acciones.

El cuerpo de baile, encabezado por Michael Banzhaf, como Rey Florestan y Beatrice Knop, como reina, componen una bella durmiente llena de delicada plasticidad. Y saben interpretar esas claves que Nacho Duato imprime en todos sus ballets.

El Teatro Real inicia temporada con un ballet. Algo inusual pero extraordinario. Comenzar de una forma tan hermosa solo puede ser el preámbulo de una gran temporada. Ilusión, no falta. Que no sea inocencia.

La bella durmiente
Piotr I. Chaikovski
Libreto de Nacho Duato, basado en el original de Iván Vsevolozhski
Coreografía: NAcho Duato
D. musical: Pedro Alcalde
Escenografía y figurines: Angelina Atlagic
Diseño de luces: Brad Fields
Bailarines: Michael Banzhaf, Beatrice Knop, Iana Salenko, Marian Walter, Arshak Ghalumyan, Martina Böckmann, Elvis Abazi, Ty Gurfein.