María Bayo

María Bayo

La visita de María Bayo es siempre muy esperada por el público de Madrid. En esta ocasión la cita ha sido en el Teatro Real, y el repertorio, las Chants d´Auvergne, de Josehp Canteloube. Una antología de canciones populares  que fue recopilada, armonizada y orquestada a lo largo de numerosos viajes por su región natal, Auvernia.
Formada por cinco series publicadas entre 1923 y 1925, son canciones esencialmente naturalistas con una inventiva paisajística en su orquestación de primer orden.
El recital, dividido en dos partes, ambas francesas, comenzó con Le carnaval romain, de Hector Berlioz. El extraordinario éxito de esta obra en sus estreno parisino, producto de su virtuosismo, animó a Berlioz a incluirlo como preludio en su ópera Benvenuto Cellini.
A continuación, Pelléas et Mélisande, de Gabriel Fauré, suite de concierto llena de dramatismo y simbolismo dividida en cuatro movimientos. Estas dos obras, junto a Le chasseur moudit, de César Franck, formaron la primera parte sinfónica dirigida por el Maestro Titus Engel. El dinamimo de su dirección y su extraordinaria sensibilidad, reflejaron certeramente la exquisita musicalidad de unas partituras cargadas de delicadeza y variadas texturas.
La segunda parte fue el momento de María Bayo. Con las Chants d´Auvergne demuestra que su repertorio nunca se acomoda. Siempre trata de ir un paso más allá en sus interpretaciones y en la elección de nuevas obras. Lo que desemboca en un crecimiento de sus facultades vocales e interpretativas. Paralelamente, descubre al público nuevas músicas, con todo lo que esto supone de enriquecimiento en ambas direcciones. Tal vez sea esta una de las razones por las que su voz está en un permanente buen momento.

Las Chants d´Auvergne sorprendieron inicialmente al público, acostumbrado tal vez al repertorio más clásico y habitual de María Bayo. Pero la frescura de su interpretación y de la dirección de Titus Engel, trasladaron inmediatamente al público a la naturaleza y la campiña de Auvernia.
Con una voz liberada, resuelta, homogénea, eficaz y con un timbre siempre hermoso y delicado, trasladó a todos al verde césped del campo en primavera de la mano de su voz.
En un momento vocal excepcinal, con un fraseo exquisito y emocionado, se trabajó desde el primer momento a un público que acabó entregado, entusiasmado y agradecido cuando lo que recibe son emociones y altísima calidad.