Marlis Peterson, la expresión de los sentimientos

Marlis Peterson

El martes 23, que no el lunes, tenía lugar el segundo recital del Ciclo de Lied que organizan conjuntamente el Teatro de la Zarzuela y el Centro Nacional de Difusión de la Música (CNDM). En esta ocasión regresaban al ciclo la soprano Marlis Peterson, acompañada al piano por Stephan Matthias Lademann.

El repertorio, variado en obras y autores, tenía un hilo conductor muy definido y extraordinariamente elaborado, la profundidad del alma y la cascada de sentimientos que la envuelven. Desde los más oscuros y taciturnos, pasando por la intensidad de los enamorados, hasta llegar a los sentimientos más trascendentales y esperanzadores.

La primera parte, dedicada a la noche y los sueños, estuvo compuesta por obras de Karl Weilg, Richard Strauss, Johannes Brahms, Hugo Wolf y Hans Sommer. Le siguió un conjunto de obras con una mirada interior sobre la muerte y el dolor de la pérdida. En esta ocasión las obras pertenecían a Max Reger, Richard Strauss y tres piezas de Johannes Brahms. Tras la muerte llegaba la explosión del amor y el romanticismo, de la mano de Reynaldo Hahn, Henri Duparc y Gabriel Fauré. Terminaba el recital con el conjunto de canciones dedicadas a la liberación y el regreso a casa, con obras de Max Reger, Hugo Wolf, Richard Rössler y Gustav Mahler.

Entre cada grupo de canciones, Petersen, micrófono en mano, ofreció al público una explicación de cada una de las ambientaciones emocionales que venían a continuación.

Marlis Peterson es una cantante notable y una muy buena actriz. Muy expresiva y comunicativa con el público, con el que llegó a bromear en el momento de los bises. Pero el repertorio del lied no parece ser lo más apropiado para sus características vocales. Sus graves escasean y el tránsito de la zona media a los agudos resulta algo desabrido. Lo que no resta a una muy meritoria interpretación con la que supo generar las atmósferas adecuadas a cada obra.

Stephan Matthias Lademann estuvo siempre atento y solícito, facilitando el trabajo de Peterson en un perfecto y armonioso entendimiento.

Se despidieron con dos propinas, tras la insistente ovación del público, “Träume” (sueños), de Wagner y “Nacht und Träume” (noche y sueños), de Schubert, para continuar con el hilo conductor de la noche y los sueños.

Un variado y enriquecedor recital muy disfrutado y que deja un muy buen sabor de boca. Esperemos que Marlis Peterson regrese pronto a este ciclo.