Muerte en Venecia. La belleza …

Imagen de la ópera Muerte en Venecia en el Teatro Real

Cuando Benjamin Britten se puso en contacto por carta con Golo, el tercer hijo de Thomas Mann, para solicitar su permiso y poder escribir una ópera basada en su obra Muerte en Venecia, no sospechaba que sería su última obra. O tal vez si. Al escuchar esta obra inquietante no se sabe hasta que punto Britten era consciente del poco tiempo que le quedaba.
Es Muerte en Venecia una especie de compendio de toda su obra artística protagonizada por su alter ego, Gustav von Aschenbach. Un escritor víctima del ocaso creativo y personal y lleno de contradicciones emocionales.

La característica principal de esta obra es la utilización de un único personaje principal. Con esta técnica teatral, Britten persigue mayor elocuencia sobre el pensamiento y la sensibilidad de Aschenbach. El resultado es una obra absolutamente introspectiva que el director de escena Willy Decker capta de manera extraordinaria, transformando el monólogo interior de Aschenbach en una brillante interpretación teatral con todos los elementos simbólicos descritos por Mann.
Se trata de un desafío escénico importante. Sus 2 actos y 17 escenas obligan a un cambio de ritmo trepidante, cinematográfico, que Decker lleva a cabo de manera magistral. Con la elegancia conceptual y desenvoltura que brinda el cine y que se consigue en esta producción. La belleza de los cuadros escénicos, la matizada y envolvente iluminación, la extraordinaria dirección de actores y los cuidados detalles hacen de Muerte en Venecia una obra llena de atractivos y reflexiones estéticas.

El otro protagonista principal, la partitura, está llena de peculiaridades sonoras. Lo primera que llama la atención es el protagonismo de la percusión, que lejos de ser un mero acompañamiento, pasa a ser el esqueleto y protagonista de la obra. La importancia simbólica que contiene el texto también está representada. Por ejemplo, el joven Tadzio, por el que Aschenbach se siente atraído, y que no habla en toda la representación manifestando los problemas de comunicación del protagonista, está representado por el vibráfono al inicio y después por la lira. Las emociones y los estados de ánimo también tienen sus representantes orquestales dentro de una partitura compleja, inquietante, casi oscura, íntima y llena de fuerza.

Otro de los elementos importantes en la obra de Britten son los múltiples recitativos. Puede que sea un elemento más de expresión de ese continuo análisis y reflexión interior, o puede ser que el compositor, consciente ya del deterioro de su salud, temiese no poder terminar a tiempo la ópera.

El tenor británico John Daszak interpreta a un Gustav von Aschenbah atormentado e introspectivo. Y lo hace con brillantez. No resulta nada fácil su papel, un personaje tan oscuro y lleno de contradicciones, que requiere más esfuerzo interpretativo que vocal. El resultado final es el de un Aschenbach bien armado y dotado de los aspectos más contradictorios del personaje.
La voz de Apolo, interpretada por el contratenor estadounidense Anthony Roth Costanzo desde paraíso, resulta un poco tirante pero queda bien al personaje que representa.
Leigh Melrose interpretó distintos personajes de manera camaleónica. Brilló en todos ellos, principalmente en los más histriónicos, demostrando un gran talento interpretativo.

Mereció la pena esperar tanto tiempo para poder ver esta producción en el Teatro Real. Una vez más, gran parte del público de este Teatro deja escapar otra oportunidad de saber apreciar una obra extraordinaria.

MUERTE EN VENECIA
Benjamin Britten (1913-1976)
Ópera en dos actos y diecisiete escenas
Libreto de Myfranwy Piper, basado en el relato Der Tod in
Venedig (1912) de Thomas Mann
Coproducción de Teatro Real y el Gran Teatre del Liceu
D. musical: Alejo Pérez
D. escena: Willy Decker
D. coro: Andrés Máspero
Realizador D. escena: Rebekka Stanzel
Escenógrafo: Wolfgang Gussmann
Figurinistas: Wolfgang Gussmann, Susana Mendoza
Iluminador: Hans Toelstede
Dramaturgo: Klaus Bertisch
Coreógrafo: Athol Farmer
Reparto: John Daszak, Leigh Melrose, Anthony Roth Costanzo,
Duncan Rock, Itxaro Mentxaka, Vicente Ombuena, Antomio
Lozano, Damián del Castillo, Nuria García Arrés, Ruth Iniesta.