El pasado domingo 23 de marzo, a las 18h, el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) cerraba la actual edición de su ciclo UNIVERSO BARROCO en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música con un programa inédito en España: la versión escrita en Roma en 1720 de la ópera Tito Manlio de Vivaldi. Para este cierre, se ha contado con algunas de las principales voces del panorama barroco nacional e internacional, el Concerto de´Cabalieri, dirigidos por Marcelo di Lisa y con las voces de María Espada, Ann Hallenberg, Vivica Genaux, Magnus Staveland y Nerea Berraondo.
La recuperación de una ópera perdida Tito Manlio (Versión de Roma, 1720)
Como muy bien dice Frédéric Delaméa , “Durante el carnaval de 1719, siendo maestro di cappella del príncipe austríaco Philipp von Hess-Darmstadt, gobernador de Mantua, Vivaldi compuso la música de una ópera para ser representada en el Teatro de la Villa de Mantua. La ópera fue titulada Tito Manlio y fue compuesta sobre un libreto del poeta Matteo Noris. Este libreto, al cual se puso música por primera vez en 1696 en la Villa de Pratolino de Florencia, había obtenido ya un enorme éxito por los teatros de Venecia, Ferrara, Livorno, Nápoles, Génova, Verona, Reggio o Turín.
El éxito de la obra se debió tanto a la música como al libreto, el cual arrojó una luz completamente nueva sobre la trágica oposición entre el cónsul romano Tito y su hijo Manlio, según lo narrado por Tito Livio, a través de una trama inteligentemente construida alrededor de las sombras y las luces de las Vertus romaines, valores fundacionales y unificadores de la joven República. Por lo tanto, fue casi natural que al año siguiente, 1720, el Teatro della Pace de Roma hiciera a Vivaldi, el Prete rosso, su primer encargo romano, para que compusiera una nueva ópera sobre Tito Manlio, basada en el mismo libreto de Matteo Noris pero con música totalmente nueva y distinta de la compuesta para Mantua.
La invitación recibida por Vivaldi tenía, de todas formas, condiciones particulares: Vivaldi aceptó, pero según práctica común de la época la ópera fue escrita en colaboración con dos brillantes compositores romanos, Gaetano Boni y Giovanni Giorgi, quienes hicieron importantes contribuciones a la ópera. Vivaldi fue el encargado de escribir la música del tercer Acto de este nuevo Tito Manlio, pero sin duda supervisó los otros dos actos, respectivamente confiados a Boni y Giorgi.
A diferencia de la partitura de Mantua, la música de Tito Manlio de Roma desgraciadamente se perdió, pero su estela musical nos ha llegado a través de un reciente descubrimiento de tres colecciones de arias en Roma copiadas y guardadas en varias bibliotecas de Europa que hicieron posible resucitar la ópera. A día de hoy es posible identificar más de veinte arias, dos dúos y un coro, que ofrecen una imagen viva y entusiasta de esta obra y permiten su reconstrucción bajo la forma de un recital de arias y conjuntos, respetando la cronología dramática del libreto.
La representación de esta magnífica obra perdida y recuperada es la ocasión de revelar el último dramma per musica todavía inédito de Vivaldi. Ello permite igualmente, gracias a la reputación y a la fama del famoso veneciano, rescatar de la sombra a dos brillantes músicos romanos olvidados pero de los cuales, gracias a esta colaboración, podemos demostrar su enorme talento.”
Aunque la obra en su conjunto es extraordinaria, sin duda el genio era Vivlaldi, y así queda de manifiesto en las apreciables diferencias entre los dos primeros actos, de Boni y Giorgi, y el tercero, compuesto por Vivladi. Las arias, de una extraordinaria belleza y complejidad en este tercer acto, suponen todo un desafío para los intérpretes.
María Espada, que interpretó a Vitellia, posee una voz técnicamente uniforme, de gran solidez y expresividad. La extremeña emocionó con algunas de las más hermosas arias de la obra. Una voz nítida, tersa y llena de matices.
La mezzosoprano nacida en Alaska Vivica Genaux interpretó a Manlio. Es una de las voces más sólidas en el universo barroco. Su primer aria tuvo un exceso de reverberación, pero fue de menos a más y regaló unas arias dramáticas en el tercer acto de gran emotividad. Domina su instrumento con gran soltura.
Ann Hallenberg, como Servilia, demostró gran dominio de los registros agudos que también exigía el personaje. Como el resto del reparto, se lució más en las arias del tercer acto, más complejas y elaboradas.
El tenor noruego Magnus Staveland, recreó un Tito algo destemplado al principio. Sus problemas de afinación fueron resolviéndose a lo largo de la obra hasta llegar a un aria final de gran emotividad.
Nerea Berraondo interpretó a Lucio. Fue la sorpresa de la noche. Posee un amplio registro, agudos luminosos y graves cavernosos. Lástima su escaso volumen de voz, sobre todo en las agilidades, como en la segunda de sus dos arias donde apenas se escuchó. Es este un aspecto, el volumen de voz, que puede afectar la carrera de un cantante. Esperemos que no sea el caso de Nerea Berraondo ya que posee un bellísimo instrumento.