Vivica Genaux sorprende a lo Farinelli en el Teatro de la Zarzuela

abril 2019
Vivica Genaux

La figura de Farinelli ha resultado siempre tremendamente atractiva para el público. Mucho tuvo que ver la película que Gérard Corbiau dedicó, con un tratamiento discutible en los aspectos históricos, al famoso castrati del siglo XVIII.

Tras uno de sus primeros trabajos con arias de Farinelli, con la colaboración de René Jacobs, llega ahora al Teatro de la Zarzuela con “Memoria de Farinelli”, la mezzosoprano estadounidense Vivica Genaux.

Con este trabajo, Genaux trata de mostrar la evolución vocal de Farinelli. Pero también la evolución de su propia voz. Lo ha hecho con arias de distintos compositores, sobre todo de Porpora. No en vano éste fue profesor de canto de Farinelli, quien mejor conocía sus cualidades vocales y el compositor de muchas de las arias que éste interpretó. Genaux demuestra en este recital un color y un timbre de extraordinaria belleza, pero, sobre todo, una técnica y una facilidad para las agilidades y el vibrato que le permiten reproducir arias de una coloratura endiablada. Así quedó demostrado en la primera de sus intervenciones, el aria de Nicomedes: “Vo´che in mezzo del futore”, del Pietro Torri, un aria muy poco conocida. Una se da cuenta al escucharla del porqué de sus escasas interpretaciones. En esta ocasión, Genaux ha interpretado el aria original que cantaba Farinelli, con más coloratura, no solo en el da cappo, sino en toda la partitura.

Otros momentos de locura pirotécnica llegaron con la interpretación de las dos arias compuestas para Farinelli por su hermano, Riccardo Broschi. El delirio llegó con la que cerraba el recital, el aria de Arbaces: “Son qual nave ch´agitata”, con texto de Pietro Metastasio. Una de las arias de Porpora, “Il pié s´allontana”, de Angelica e Medoro, fue compuesta para un joven Farinelli de 15 años cuya voz estaba más próxima a la de una soprano y que Vivica Genaux reproduce con brillantez y, como no, con su peculiar vibrato maxilar.

Les Musiciens du Louvre han sido sus músicos acompañantes en esta ocasión bajo la dirección desde el violín de Thibault Noally. El barroco italiano no es la especialidad de este grupo orquestal, se desenvuelve mejor en el repertorio francés, pero su labor, tanto en el acompañamiento de las arias, como en las obras orquestales, ha estado a gran altura.

La noche terminó con dos propinas, ante los insistentes aplausos, un aria muy poco conocida de Orlandini, y tal vez, la de mayor dificultad de toda la noche, y una muy conocida, “Agitata da due venti”, que hizo las delicias de un público totalmente entregado.