Muerte sin fin

Baile: Fuensanta La Moneta
Cante: Arcángel
Declamador: Juan Diego
Guitarra: Juan Manuel Cañizares
Flauta: Roberto Fabbriciani
Trío Arbós: Juan Carlos Garvayo (Piano), Miguel Borrego (Violín) y
José Miguel Gómez (Violonchelo)
Viola: Sergio Sáez
Percusión: Agustín Diassera
Electrónica: Fernando Villanueva
Director: Mauricio Sotelo
Teatro Real. Madrid

La poética musical del compositor madrileño Mauricio Sotelo se ha asomado con frecuencia al vibrante universo del cante jondo, siempre desde la perspectiva de lo que el autor denomina micro-calidades del sonido. El potente e inconfundible lenguaje de Sotelo, cuyo inédito sonido desprende también un cierto sabor añejo, se denomina hoy en Europa, Flamenco Espectral. En sus obras han colaborado grandes artistas del flamenco como Enrique Morente, Carmen Linares, Esperanza Fernández, Marina Heredia, Eva Duran, Pitingo, Rafael de Utrera, Miguel Poveda y Arcángel (éste en casi todas sus obras desde hace ya más de 10 años), así como el gran guitarrista Cañizares y la bailaora granadina Fuensanta La Moneta.
Su última composición Muerte sin fin, clausuró la Tercera Edición de la Bienal de Flamenco de Holanda y ahora se presenta en España dentro del Festival Suma Flamenca. El título de la obra está inspirado en el poema homónimo del escritor mejicano José Gorostiza. Fragmentos de ese poema se entretejen con cantes de la más pura tradición flamenca. Podríamos hablar aquí, según pensamiento de Sotelo, de una arquitectura de la memoria compuesta por doce partes que recogen los ecos y resonancias de una añeja voz de dolor que configura la dramaturgia de la figura de la bailaora.
Esa voz es la de Arcángel y ese baile, el de Fuensanta “La Moneta”, y esa guitarra la de Cañizares. El trabajo de la bailaora recorre distintas técnicas y, por supuesto, otros tantos palos o estilos flamencos como son la soleá, soleá por bulería, bulería o la trilla.
La obra proyecta, en una gran arquitectura, la tensión dramática que podemos escuchar en las pequeñas formas del flamenco.
Mauricio Sotelo cerraba las páginas de esta composición en el pasado mes de diciembre, cuando sucedió la muerte del gran cantaor Enrique Morente. Por este motivo la partitura lleva el epígrafe: A LA MEMORIA DEL GRAN ENRIQUE MORENTE.