Sergio Alapont vuelve a Carmen en el Calderón de Valladolid

Alapont

El director español Sergio Alapont enfrenta el último tramo de la temporada con nuevos retos que le llevarán a reencontrarse con Bizet y su Carmen en el Teatro Calderón de Valladolid, a grabar un disco con obras de Juan José Colomer con la Orquesta de RTVE y a diversos compromisos con la Orquestra Clássica do Centro (Coímbra, Portugal), de la que es director titular (con la que acaba de ofrecer conciertos en el Malta Spring Festival), un curso que arrancó en el Teatro Real de Madrid dirigiendo Nabucco y que, en el terreno operístico, también ha viajado a la obra de Puccini con La Bohème, título que ha grabado con la Ópera Nacional de Irlanda para el sello londinense Signum Classics.

Inmerso ya en plenos ensayos de Carmen en el Teatro Calderón de Valladolid (funciones los días 10, 12 y 14 de mayo), el maestro nacido en Benicàssim se pone al mando de una coproducción de la Opéra de Monte-Carlo junto a la Opéra Marseille y al Théâtre du Capitole de Toulouse que firma Jean-Louis Grinda y de un reparto encabezado por la mezzosoprano georgiana Nino Surguladze y el tenor francés Jean-François Borras secundados por Tommaso Barea (Escamillo), Jaquelina Livieri (Micaëla), Paula Mendoza (Frasquita), Cristina del Barrio (Mercedes), Luis López Navarro (Zúñiga) y Jan Antem (El Dancairo). En el foso estará la Sinfónica de Castilla y León y en el escenario el Coro Calderón Lírico tendrá la responsabilidad de dar vida a cigarreras, toreros, contrabandistas y a los ciudadanos de esa Sevilla que enmarca el drama imaginado por Bizet. Alapont vuelve, de este modo, a una ópera que considera como uno de los títulos más importantes de todo el repertorio. “En Carmen Bizet aglutina diferentes estilos musicales que abarcan casi un siglo de la historia de la música, pero con una identidad propia y manteniendo un gran virtuosismo en el empleo de estos diferentes estilos. Por otra parte, introduce en su partitura una corriente que en ese momento estaba de moda en París, el exotismo, en boga tanto a nivel literario como musical. Ese exotismo recuerda lo español, y Bizet lo recrea sin haber visitado nunca España, imaginando atmósferas musicales propias de nuestra cultura. Se sirve, en algunos casos, de melodías de Manuel García, el famoso tenor y compositor, además de introducir el ritmo de la habanera, música que viene desde las colonias españolas que ya formaban parte de nuestro ideario musical. Bizet, y esto también es muy importante, hace uso de la técnica del Leitmotiv en casi todos sus personajes, y para ilustrar, por ejemplo, el destino y la muerte de Carmen. Eso también lo propone en el preludio del primer acto a modo de resumen temático. El resultado es de una belleza extraordinaria, pero la ópera también es muy difícil de interpretar, como sucede en el quinteto, que conlleva una dificultad extraordinaria para los cantantes. Por último, también hay que destacar que Bizet se adelanta al verismo y al expresionismo. La música francesa es exigente y esta obra tiene una gran dificultad técnica, tanto para la orquesta como para el coro y los solistas”.

Tras el verano, el maestro regresará a Dublín para dirigir La Bohème, realizará una gira por Francia con la Orchestre National des Pays de la Loire (ONPL)-Nantes Opéra, regresará al podio de la Orquesta de RTVE con obras de Richard Strauss y Glinka y debutará en Canadá al mando de la Longueuil Symphony Orchestra en la Maison Symphonique de Montreal con un programa que incluye música de compositores franceses y españoles.