Éxito de Celso Albelo en el Teatro de la Zarzuela

Celso Albelo

La limitación de aforo en los teatros, en este caso, en el Teatro de la Zarzuela, ha resultado ser un aliado para el tenor canario Celso Albelo, que ha conseguido crear una atmósfera de intimidad y familiaridad desde el escenario que eliminó cualquier rastro de frialdad causada por la poca afluencia de público.

Ofreció Albelo un recital especial, con obras tradicionales canarias recuperadas y adaptadas por Francisco Corujo y Fernando Briones. Obras que, como explicó el propio Albelo, han sido elevadas a categoría de lied.

Celso Albelo se sumergió desde el principio en su tierra, en su cultura, sus rincones, con ese acento y color vocal canario tan característico y reconocible. El tenor hizo una demostración de delicadeza y sutileza apianando, fraseando con elegancia y filando con un sentimiento profundo.

Comenzó con “Siete rosas”, obra de Antonio González Santamaría que fue su exposición de motivos y marcó el camino de un recital muy personal, en el que se fue encontrado cada vez más cómodo y cómplice con un público que le adora. Su voz ha ganado en solidez y seguridad, sobre todo cuando transita por las notas más agudas. Fue desgranando cada una de las canciones a la vez que conversaba animadamente con el público.

La segunda parte del recital estuvo dedicada a las romanzas, como “La isla de las perlas”, del maestro Sorozabal, “El caserío”, de Guridi o “Por el humo se sabe donde está el fuego” de la “Francisquita” de Amadeo Vives. Para finalizar con “Fiel espada triunadora” de “El huésped del Sevillano” de Guerrero.

Terminó ofreciendo unos originales bises, también de canción canaria, acompañado de  una guitarra. Albelo llegó a emocionarse en algunos momentos.

Juan Francisco Parra acompañó al piano. Hubo gran complicidad entre los dos. Ofreció además dos obras, con sus correspondientes explicaciones, unos tanguillos, de Teobaldo Power y una transcripción del ovetense Anselmo González del Valle, de 1905 del dúo de “Los diamantes de la corona” de Barbieri.

Una gran noche lírica, una más, en un Teatro de la Zarzuela que ha comenzado la temporada con fuerza y con determinación y con una absoluta sensación de seguridad, con un cumplimiento exhaustivo de todos los protocolos de sanidad. ¿Dónde más seguros que en el teatro?.