Recital de Klaus Florian Vogt en Peralada

KlausFlorianVogt

Ante esta magnífica representación de Otello, palidece bastante el recital del tenor alemán Klaus Florian Vogt, acompañado por el pianista Jobst Scheneiderat, que tuvo lugar la víspera en la Iglesia del Carmen, de Peralada. Con un programa que incluía cuatro lied: “Das Wandern”, “Halt!”, “Am Feirerabend” y “Des Müllers Blumen” del Ciclo Die schöne Müllerin (La bella molinera) de Franz Schubert, cantadas con corrección por el tenor alemán, lejos de las interpretaciones realizadas por los barítonos Dietrich Fischer-Dieskau y Hermann Prey; y, por supuesto, de la antológica creación del tenor Frich Wunderlich junto al pianista Hubert Giesen. Su actuación mejoró sensiblemente con su magnífica interpretación de “Dies Bidnis ist bezaubernd schön” de La flauta mágica de Mozart, seguida de “Winterstüme” de la wagneriana La Walkiria, donde ensanchó considerablemente la voz, ofreciendo contundentes sonoridades, que contrastan con aquellos momentos en que la voz del tenor suena en exceso dulce, amielada, y con un color blanquecino. La primera parte del concierto concluyó con su notable interpretación de “In fernem Land” del también wagneriano Lohengrin, su título más famoso de este repertorio. En ambas páginas, sus interpretaciones quedan lejos de las ofrecidas en la actualidad por su colega Jonas Kaufmann.

En la segunda parte interpretó de manera notable dos lied de Johannes Brahms “Sonntag” y “Da unten im Tale”. Continuando con su excelente interpretación de “Ein Lied geht um die Welt” tema central de la película musical del mismo título de 1933, dirigida por Richard Oswald con música de Hans May. Todo el último tramo del concierto estuvo dedicado a páginas de opereta, donde el tenor ofreció sus mejores interpretaciones mostrando su afinidad con este género: “Mein Wein” de la opereta Gräfin Mariza de Emmerich Kalman; y, sobre todo, las canciones de operetas de Franz Lehár: “Oh Mädchen, mein Mädchen” de Friederike, junto a “Immer nur lächeln” de Das Land des Lächelns, y de esta misma opereta la famosísima “Dein ist mein gances Herz”, donde el tenor mostró una exquisita línea de canto.
Ante los aplausos del público cantó dos propinas: una discreta versión de “Maria” de West Side Story de Leonard Bernstein y, finalmente, una brillante interpretación de otra página de Franz Lehár “Freunde, das leben ist lebenswart! de la opereta Giuditta. El pianista Jobst Schneiderat realizo una buena labor de acompañamiento. A la salida del concierto, rayos y truenos, como preámbulo de una intensa y prolongada tormenta, que hizo temer a los organizadores del festival por la representación de Otello del día siguiente, que, felizmente, pudo realizarse.

Diego Manuel García Pérez-Espejo