Ángeles Blancas: Los cantantes de hoy “se consumen” mucho antes

Ángeles Blancas: <em>Los cantantes de hoy “se consumen” mucho antes</em>


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Brío Clásica: En enero interpreta en La Monnaie de Bruselas, La Madre, de Il Prigionero, y Die Frau, en Das Gehege. Ambos personajes de gran dificultad, tanto en lo vocal como en la interpretación y también con importante carga psicológica. ¿Cómo aborda este reto?

A. B.:Ángeles Blancas: La verdad es que ¡con gran sentido del humor! Y con mucho trabajo, es un reto… Además de con plena confianza y con mucho amor por tener la oportunidad de afrontar nuevos retos.

B. C.: También este año participa en Jenůfa de Janáček. Después de ver su agenda inmediata, la conclusión es que le gusta el riesgo.

A. B.: El debut en Jenůfa con el personaje de Kostelnićka fue en el 2015 en el Teatro Comunale de Bolonia (Italia). No lo considero realmente como un riesgo porque el personaje está dentro de mis posibilidades vocales y dramatúrgicas. Al contrario, creo que es una gran suerte poder hacer este tipo de óperas, tan llenas de fuerza dramática y belleza musical. Es un repertorio que me apasiona.

B.C.: Posee una capacidad dramática extraordinaria y lo demuestra con estos papeles tan característicos de óperas contemporáneas. ¿Hecha de menos roles en obras de repertorio más clásico o emocionalmente más sencillos?

A. B.: Sí, aunque nunca nada es realmente sencillo cuando estás arriba de un escenario y ante una partitura de cualquier compositor. Pues sí, me gusta cantar de vez en cuando óperas más tradicionales. Hacen que el trabajo no se vuelva monótono, aunque en esta profesión la monotonía no existe.

DE MUNT / LA MONNAIE
DAS GEHEGE Premiere: 16.01.2018
Muzikale leiding/Direction musicale: Franck Ollu
Regie/Mis en scène: Andrea Breth
Décors /Deecors : Martin Zehezgruber
Costumes / Kostuums: Nina von Mechow
Èclairages_Belichting: Alexander Koppelmann
Photo shows: Angeles Blancas Gulin, Georg Nigl

 


B. C.: ¿Cómo consigue mimetizarse de ese modo con sus personajes cuando los interpreta?

A. B.: ¡Amándolos! Trabajando hasta llegar a conocerlos en profundidad y hasta en el más mínimo detalle, no solo en el aspecto musical, también en lo psicológico o en lo histórico si se da el caso, siempre dialogando con ellos y sin oponer resistencia. Disfruto mucho en ese proceso de mimetización.

B. C.: No siempre extraordinarios cantantes fueron suficientemente valorados en España, como puede ser el caso de sus padres. ¿Por qué cree que a veces nos resistimos a reconocer lo mejor de lo nuestro?

A. B.: ¿No cree que esta tendencia se da en todas las profesiones en nuestro país, no solo en el aspecto artístico? Yo adoro nuestra tierra, pero sé que con sus hijos a veces es cruel.

B. C.: Las características de su voz no tienen mucho que ver con las que tenía su madre, sin embargo, parece que su evolución se va aproximando hacia un repertorio similar, ¿es así?

A. B.: Es posible… Aun así, mi voz seguirá siendo distinta de la de mi madre. Nunca pensé que pudiera llegar a cantar el repertorio que estoy haciendo ahora, eso es verdad. El tiempo y el buen trabajo vocal a lo largo de todos estos años me han permitido llegar hasta aquí. Yo lo veo como un regalo.

«… en esta profesión la monotonía no existe»

 

B. C.: Usted ha conocido el mundo operístico en distintas épocas, una a través de sus padres y la que usted vive en la actualidad. ¿Ha cambiado mucho? ¿Qué diferencias encuentra?

A. B.: La rapidez mediática de hoy en día a la que todos estamos sometidos marca la gran diferencia. Antes el ritmo de trabajo de un profesional de la ópera era distinto, más lento, menos exigente en algunos aspectos como el dramatúrgico, pero quizás más potente a nivel vocal y musical. Los cantantes de hoy “se consumen” mucho antes, las carreras parece que se acortaran. La vida de hoy parece exigirnos premura en todo, y a eso se suma nuestra vida virtual, en internet y en las redes sociales, aspecto que también influye en carreras como las nuestras, siempre expuestas al público.

B. C.: ¿Qué es para usted el triunfo?, ¿cómo mide el éxito en su profesión?

A. B.: ¿El triunfo? Para mí es una ensoñación. El éxito para un cantante, según mi punto de vista, es poder tener buenas producciones en la agenda, proyectos interesantes con buenos directores de escena y musicales. Y, por supuesto, tener tiempo para la familia, para vivir… En eso radica el éxito para mí, en este tipo de detalles.

B. C.: ¿Qué música le gusta escuchar?

A. B.: Ópera, ¡nunca! 😁 Pero escucho de todo, ¡hasta música electrónica! En realidad me gusta todo tipo de música, la ópera también, por supuesto, pero prefiero dejarla un poco apartada cuando no estoy estudiando, porque la relaciono con el trabajo.

B. C.: ¿Cómo se siente más cómoda, en una producción operística o en la intimidad de un recital de Lied?

A. B.: En ambos. Son dos mundos muy diferentes, y también complementarios. La introspección de la música de cámara ayuda a la concentración y a la focalización del repertorio operístico y la expansión vocal de éste al desarrollo expresivo de la primera. En mi caso los necesito a los dos.

B. C.: ¿Cómo se lleva con los directores de escena? ¿Ha tenido que pasar algún apuro o dificultad a cuenta de una escenografía?

A. B.: No suelo tener problemas, me gusta probar cosas nuevas y creo que, incluso se aprende de las experiencias no tan gratificantes. De todos se puede aprender algo, como de la vida misma.

B. C.: Le echamos mucho de menos en Madrid ¿Cuándo vamos a volver a escucharle?

A. B.: ¡Pronto! 😁 Y Seguro que con algo complicado…