Entrevista a Jessica Pratt

Jessica Pratt

Dicen de ella que es la sucesora natural de Joan Sutherland. No en bano, la soprano australiana está considerada como una de las mejores intérpretes internacionales en su cuerda. Llega ahora a España, al Palau les Arts Reian Sofía de Valencia donde debuta, y lo hace con el papel de Amenaide, de la ópera Tancredi de Rossini. Una gran oportunidad para escuchar las habilidades canoras de esta gran intérprete.

Brío Clásica: Si no me equivoco, usted es hija de tenor y, de alguna manera, siempre ha tenido vinculación con la lírica. ¿En qué momento fue consciente de poder dedicarse al canto y cómo se planifica una carrera en los inicios de ésta?

Jessica Pratt: Mi padre nos enseñó todo sobre música y mi madre todo acerca de las artes visuales; creo que es natural para los padres transmitir a los hijos todo su conocimiento y su pasión por las cosas que aman. En mi caso tanto mi hermana, mi hermano como yo nos hemos beneficiado de una infancia llena de música y arte. Decidí intentar abrirme camino como cantante cuando tenía veinte y pocos años y tomé la decisión de trasladarme a Italia para ampliar mis estudios de canto. En Australia trabajé como payasa, como secretaria, como dependienta y hasta en el McDonalds para poder pagar las clases de canto, viajes y todo lo que significaba empezar una carrera como cantante de ópera; más tarde en Europa gané una beca que me permitió centrarme solamente en el estudio. Aproveché todas las oportunidades que se pusieron en mi camino, sustituyendo a colegas que cancelaban en varias ocasiones; se dijo entonces que esa fue mi gran oportunidad. Creo que vivimos en un mundo en el que esperamos que todo pase muy rápido y en realidad en mi caso creo que tomó bastante tiempo estabilizar mi carrera; es decir, no hubo un momento decisivo que cambió todo, simplemente fueron un cúmulo de pequeñas cosas, oportunidades, que con el tiempo, constancia y perseverancia construyeron mi carrera.

B-C: Sin duda es el bel canto en el que su voz se siente más cómoda. ¿Tiene esta misma sensación desde el punto de vista dramático e interpretativo?

J.P: Afortunadamente adoro el bel canto; lo encuentro súper agradecido tanto desde el punto de vista de espectadora como de intérprete. Así que efectivamente diría que me siento como en casa en ese repertorio desde todo punto de vista. Invertí mucho tiempo leyendo novelas románticas que se desarrollaban en el período de los Tudor, una época que me encanta, y disfruto muchísimo explorar ese tiempo a través de las óperas belcantistas que interpreto.

B.C: ¿En alguna ocasión ha tenido que decir no a un trabajo o proyecto?, ¿por qué razón?

Muchas veces, generalmente porque no estoy libre en las fechas que proponen si estoy trabajando en otra parte y en ocasiones porque el rol no es apropiado para mi voz. Hay cantantes jóvenes que tienen una cierta prisa y aceptan a veces roles inapropiados. Por lo tanto, es muy importante saber cuáles son tus límites y saber luchar por tu futuro, diciendo no cuando sabes que lo que te proponen no es para ti. Al principio de mi carrera tuve que enfrentarme con gente importante de este negocio por este motivo y fue complicado y difícil decir no cuando no tenía dinero. La anécdota más memorable fue durante una pelea con un agente que me preguntaba quién o qué me daba la libertad para rechazar un contrato muy importante que me estaban ofreciendo. Cuando debuté en el Covent Garden con la Reina de la Noche, al principio de mi carrera, tuve tantas ofertas para solo ese personaje que me limitó durante un tiempo a debutar otros roles, así que decidí quitarlo del repertorio. Era muy joven y en ese momento no quería encasillarme, sin embargo volví a interpretar el rol el año pasado en el Metropolitan Opera. Ahora que siento que mi carrera está establecida me encanta volver a cantarlo de vez en cuando, aunque prefiero las heroínas del bel canto.

B.C: En una representación que prefiere, ¿qué el director de escena le de todas las pautas para la interpretación o tener cierto margen de maniobra sobre el escenario?

J.P: No creo que a nadie le guste ser usado como a un títere que lo mueven alrededor del escenario. Nosotros interpretamos la ópera que escribieron conjuntamente el compositor y el libretista en colaboración con el equipo de dirección de escena elegido por el teatro. Es fantástico cuando el director de escena tiene una idea clara y consistente de cómo contar la historia, pero decididamente tiene que ser un trabajo de equipo y de colaboración entre todos.

B.C: ¿Qué supone interpretar un personaje casi fetiche para usted como Lucia?

J.P: Lucia fue el primer personaje que interpreté y sin duda el que más veces he cantado. Cuando lo canto siento como que llego a casa. Lucia es fantástica tanto dramática como musicalmente; exige muchísimo de una a todos los niveles; puede ser interpretada de maneras tan distintas que cada vez que la canto encuentro detalles nuevos, matices que no había visto antes; por todo esto es un rol que me llena de satisfacción. En una ocasión tuve que cantarlo simultáneamente en La Scala y en Amsterdam; las producciones eran tan absolutamente distintas tanto desde el punto de vista escénico como vocal que llegó un momento en el que pensaba que estaba cantando dos óperas diferentes, pero lo cierto es que me gustaban las dos. En Amsterdam Monique Wagemaker había creado una fabulosa versión en la que Lucia tenía una pesadilla horrible; toda la acción transcurría en su habitación llena de muñecas rotas que cobraban vida, todo era oscuro y culminaba en su suicidio, mientras que en Milán Mary Zimmermann había creado una Lucia mucho más tradicional; el personaje vivía en una gran casa solariega medio derruída y sufría una crisis nerviosa; tras haberle inyectado un sedante acaba saliendo del escenario tras la escena de la locura. Ambas producciones eran opuestas pero a la vez fantásticas e interesantes, cada una centrada en su discurso.

B.C: ¿Cómo ve la evolución de su voz con la perspectiva de abordar nuevos repertorios?

J.P: Es cierto que la voz cambia con los años, madura y se puede afrontar un repertorio más pesado. De momento no tengo intención de cambiarlo; he debutado más de 35 roles con los que todavía me siento muy cómoda. Este año finalmente añadiré algún nuevo personaje de ópera cómica y me gusta por divertirme en el escenario en otro registro; incluso me gustaría cantar algo de zarzuela algún día también. Acabo de debutar Le Comte Oryy debutaré Don Pasquale en Bilbao y en Barcelona este año. Próximamente cantaré por primera vez Zerbinetta y un par de roles donizettianos más dramáticos que tengo muchas ganas de cantar.

B.C: ¿Cómo se armoniza la vida de cantante lírica con la vida personal? ¿Qué le gusta hacer cuando su trabajo se lo permite?

J.P: Este año estoy fuera de casa desde el pasado mes de febrero hasta agosto, saltando de una producción a otra. Me siento muy afortunada por tener un compañero que tiene su propio negocio y está feliz con el hecho de tener que viajar a menudo. Cuando tengo tiempo de volver a casa aprovecho para pasar tiempo con nuestros perros y gatos, paseándolos, leyendo, mejorando cosas de la casa y volviendo loco a mi pareja porque dejo las cosas medio hechas porque tengo que viajar durante meses.

B.C: ¿Por qué cree que es tan difícil que los jóvenes se interesen por la ópera?

J.P: No creo que sea para nada difícil; creo que simplemente a la gente joven no se le ofrecen las oportunidades para poder disfrutar de la ópera. Cada vez que acompaño a algún amigo o amiga joven a la ópera acaban por apasionarse por el género. Niños, niñas y adolescentes suelen ser personas con una mente muy abierta, más de lo que creemos, y les encanta hacer cosas de adultos. Solo hay que hacérselo accesible. He visto en muchas partes ofertas para jóvenes que incentivan, como dos tickets por uno hasta ciertas edades, etc… y el teatro se llena. ¡Lo aprovechan siempre! La razón por la que vemos gente mayor en los teatros es porque cuando uno va a la ópera, esta te atrapa y no puedes dejar de ir en toda tu vida, y eso es algo muy positivo.

B.C: ¿Cuándo podremos verla actuar en Madrid?

J.P: Este verano estaré ensayando en Madrid para la producción de I Puritani que el Teatro Real llevará al Festival de Savonlinna en Finlandia y espero poder anunciar pronto mi debut en el Teatro Real!