Contemporáneo de Mozart, Johann Christoph Vogel murió – él también – prematuramente. Volcado hacia el porvenir, este compositor de mente atormentada anhelaba extender la revolución lírica emprendida por Gluck en los años 1770. Obra estrenada en 1786 en la Opéra de París, La Toison d’or manifiesta esta búsqueda de un arte expresivo que exige una entrega total a los intérpretes y dota la música con una intensidad a veces insostenible para el publico coetáneo. La heroína, Médée, expresa su aflicción con los mismos acentos desesperados de la futura Medea de Cherubini (1797), y entendemos por tanto que Berlioz no dudara en considerar a Vogel como a uno de los pioneros del romanticismo francés.
Tras sus recientes éxitos discográficos con esa música sacra que sienten tan cercana (Bouteiller, Striggio, Le Prince), Hervé Niquet y Le Concert Spirituel vuelven a otra de sus grandes especialidades, la tragédie lyrique francesa, con una nueva recuperación operística de gran calado. Marie Kalinine, Judith Van Wanroij o Jean-Sébastien Bou encarnan a la perfección a esos personajes mitológicos tan queridos por el público francés del XVIII, en una ópera que sin duda sorprenderá a los oyentes actuales por su clara influencia germánica, no por último debida a la nacionalidad de su autor…
La Toison d’or
JOHANN CHRISTOPH VOGEL (1756-1788)
Tragédie lyrique. Paris, 1786
Glossa, octubre 2013