Konstantin Krimmel

El joven barítono alemán Konstantin Krimmel, una de las grandes voces de la nueva generación de cantantes líricos, debuta en el XXIX Ciclo de Lied del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) y el Teatro de la Zarzuela junto al pianista Ammiel Bushakevitz. Ambos artistas interpretarán un repertorio compuesto por algunas de las obras más emblemáticas de Robert Schumann, donde destacan el cuaderno Liederkreis, op. 39 y las canciones que integran Fünf Lieder, op. 40; y de Hugo Wolf, con una selección de los escritos sobre poemas de Joseph von Eichendorff y de Johann Wolfgang von Goethe. El concierto tendrá lugar el  lunes 30 de enero a las 20:00 horas en el Teatro de la Zarzuela.

Konstantin Krimmel (1993), que tiene a sus espaldas una sólida carrera operística, ha desarrollado un interés especial en el repertorio de lied. Pese a su juventud, ha obtenido numerosos galardones como el primer premio en el Concurso Internacional de Lied Helmut Deutsch en 2019, entre otros. En su presentación en el ciclo de Lied, la frescura y timbre exquisito del barítono alemán formarán un equilibrio magistral con el pianista Bushakevitz. Una ocasión perfecta para disfrutar de un género donde el piano excede al mero acompañamiento y toma protagonismo, junto con la voz, para dotar de alma sonora a la poesía.

El programa presenta algunos lieder de dos compositores fundamentales del repertorio, Robert Schumann (1810-1856) y Hugo Wolf (1860-1903). Del primero podrá escucharse una representación de la plenitud del Romanticismo y del segundo, la faceta más tardía del movimiento y su deriva hacia el mundo del Expresionismo.

El recital comenzará con una colección de canciones sobre poemas de Christian Andersen y Chamisso que Schumann compuso en 1840, Fünf Lieder, op. 40, canciones donde la voz alcanzará toda su expresividad. El recorrido continuará con varios lieder de Wolf: Abendbilder, IHW 1 (Paisajes Nocturnos) y dos colecciones sobre poemas de Eichendorff y Goethe. En ellas, el público podrá descubrir la melancolía de personajes como el arpista, o la oscuridad de la noche. En la segunda parte, Schumann volverá a estar presente con de Drei Gesänge, op. 83 y el extraordinario ciclo de canciones Liederkreis, op. 39, con textos de los poemas de Eichendorff, piezas con un fuerte contenido emocional y que constituyen un pilar del repertorio de la canción de cámara germánica.

Este programa también podrá descubrirse en la “Schubertiada de Barcelona”, un ciclo del CNDM en coproducción con el Palau de la Música Catalana y la Associació Franz Schubert, el jueves 2 de febrero a las 20:00h en el Petit Palau.

Konstantin Krimmel, barítono

Konstantín Krimmel, de origen germano-romano, recibió la primera formación musical con el Coro de niños de St Georg en Ulm. Mientras todavía era estudiante, desarrolló un especial amor por el concierto y el repertorio de lied. Desde entonces ha ganado numerosos concursos, incluyendo lo Deutsch Liedwettbewerb en 2019, el primer premio en el Concurso Internacional de Lied Helmut Deutsch, el segundo premio en el Concurso Internacional de Canto ‘Das Lied’ en Heidelberg y el Concurso Internacional de Música Gian Battista Viotti en 2018. Ha hecho recitales en la Philharmonie de Colonia, la Deutsche Oper y la Konzerthaus de Berlín, la Ópera de Frankfurt, la Heidelberger Frühling, la Schubertíada y la Schubertiade de Schwarzenberg, Madrid (Fundación March) y Londres (Wigmore Hall) y en Festival de Lieder de Oxford. En otoño de 2021, se convirtió en miembro de la Ópera de Múnich.

Ammiel Bushakevitz, piano

Nacido en Jerusalén, empezó a tocar el piano a los cuatro años. Apasionado por la canción poética desde muy joven, es reconocido internacionalmente como uno de los mejores acompañantes de su generación y actúa regularmente en destacados auditorios de Europa, Norteamérica, África, Asia y Australia. Tras iniciar sus estudios en Suráfrica, donde se crió, estudió en la Hochschule für Musik und Theater “Felix Mendelssohn Bartholdy” de Leipzig y en el Conservatorio Nacional de Música de París. Ammiel es ganador de numerosos concursos, incluyendo el del Wigmore Hall en Londres o el de la Hugo-Wolf-Akademie de Stuttgart. Uno de los últimos estudiantes privados de Dietrich Fischer-Dieskau, colabora con Thomas Hampson en la Academia de Lied en Heidelberg. Además de sus actividades como pianista, Ammiel también se dedica a la musicología y está especializado en la investigación sobre Schubert y Wagner.

Anna Lucía Richter, Gerhaher y Bushakevitz

Termina esta temporada la XXVIII edición Ciclo de Lied del Teatro de la zarzuela y el CNDM, y lo hace por todo lo alto con la oportunidad de escuchar el proyecto de Christian Gerhaher, Das Wolf-Projekt, que se ofrece en formato de dos recitales, el 11 de julio Spanisches Liederbuch, con la soprano Julia Kleiter y el 18 de julio con la mezzosoprano Anna Lucia Richter. En ambas citas acompañados al piano por Ammiel Bushakevitz.

Gerhaher siempre consigue llevarnos a un nivel superior. Y que lo haga con un repertorio menos convencional y acompañado por figuras jóvenes, aunque ya consagradas, del mundo del lied, es una vuelta de tuerca más a esta forma de interpretación.

Hugo Wolf no había viajado nunca a España, pero los nórdicos siempre han sentido una especie de atracción por todo lo que tuviera que ver con el sur de Europa, sobre todo les atraía la luz, tan escasa en sus países de origen. Si conocía Wolf la música renacentista, sobre todo la de Tomás Luis de Victoria. También conocía grandes obras de la literatura española. Aunque el resultado final de estas Spanisches Liederbuch no tenga ningún elemento que parezca estar inspirado en la música o la cultura española.

Los textos utilizados por Wolf pertenecen a distintos siglos. No así las traducciones del siglo XVIII, obra de Geibel y Heyse y, por tanto, entendidos e interpretados de la misma manera. Los textos para la elaboración de estas canciones están tomados del Florestán de rimas antiguas castellanas (1821, 1825 y 1843), el Cancionero general (1511) de Hernando del Castillo, el Cancionero llamado Flor de enamorados (1562) o el Romancero general (1604). Las 10 primeras, las Geistliche Lieder, son canciones religiosas. Las 34 restantes, las  Weltliche Lieder, son canciones profanas. Estas últimas fueron divididas en dos partes para el recital.

Christian Gerhaher es un intérprete que transmite mucho con la voz y apenas nada con la expresión o el gesto. Todo lo apuesta a su manera de “decir” los textos, casi siempre impecable, gracias también a un perfecto fraseo. Su timbre tiene una particularidad últimamente, parece cada vez menos baritonal, en cuanto a registros oscuros. Lo que no afecta en absoluto a su expresividad e intensidad.

En este primer recital estuvo acompañado por la debutante Julia Kleiter. Todo un prodigio vocal, de depurada técnica y musicalidad. Con un volumen sorprendente y un control absoluto del juego vocal que le permite repartir emociones que llegan al público de manera arrebatadora. Tuvo algunas intervenciones especialmente felices y emotivas, en este formato en el que se turanabn ante el atril y que dio fluidez y equilibrio al recital.

El piano de Ammiel Bushakevitz fue también una gratísima sorpresa. Acompañó desde un segundo plano, siendo esto una gran virtud. No restó protagonismo a las voces pero su presencia era evidente y extraordinaria. Pendiente de todos los detalles y de todos los cambios de dinámica, que no fueron pocos, teniendo en cuenta que cada una de las obras que se alternaban no tenían relación entre sí. Su intervención estuvo llena de frescura y aportó su matiz a cada una de las obras.

La segunda parte de este peculiar proyecto estuvo protagonizada por la mezzosoprano Anna Lucia Richter, junto a Gerhaher. La temporada pasada tuvimos la oportunidad de asistir a su flamante debut en este Teatro.

En esta ocasión Wolf utiliza textos de una recopilación de Paul Heyse en 1860. Unas traducciones al alemán de textos como canti popolari toscani, corsi, illirici, greci, de Nicoló Tommaseo. Canti popolari toscani de Giuseppe Trigi. Canti popolari inediti umbri, liguri, piceni, piemontesi, latini, de Oreste Mrcoaldi. Y canti del popolo veneziano, de Angelo Dalmedico.

En esta ocasión los textos no trataban, como en los Spanisches Liederbuch, de cantos populares y religiosos, se trata de pequeños textos cotidianos, pequeñas anécdotas y detalles de la vida diaria.

Anna Lucia Richter se transforma ante este repertorio y echa mano de la teatralidad. Su canto es homogéneo y la expresividad de su rostro, a veces cargado de comicidad, ayuda a narrar las breves historias que cuenta.

Christian Gerhaher, a diferencia del primer recital, más íntimo, utiliza sus volúmenes en la emisión para dar carácter al personaje que interpreta. El forte se convierte en uno de los principales protagonistas.

En esta ocasión el piano requiere de un mayor protagonismo, y sin duda Ammiel Bushakevitz sabe dotar a su instrumento de esa cualidad. Sabe cómo generar cada atmósfera, por pequeña que parezca, y llenar de matices y acentos cada palabra que pronuncian de los intérpretes.

Todo un broche de oro para este XXVIII  Ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela y el CNDM que ha estado lleno de momentos inolvidables. Contamos ya los días para el inicio de la próxima temporada que comienza, nada menos, que con René Pape.

Fotografía: Elvira Megías/CNDM

Anna Lucia Richter

Era la primera vez que la mezzosoprano Anna Lucia Richter llegaba a Madrid para participar en el Ciclo de Lied del Centro Nacional de Difusión de la Música y el Teatro de la Zarzuela. Es una de las abanderadas de la nueva generación de liederistas y ha demostrado en Madrid, que viene para quedarse.

Nos presentaba Richter un programa no exento de dificultad. Aunque su técnica y la facilidad con la que abordó todo su repertorio, pudiera aparentar lo contrario. Comenzó con Gustav Mahler (1860-1911), una selección de Des knaben wunderhorn, “El cuento mágico de la juventud” que Mahler realizó de cantos populares alemanes.

Continuó con Hugo Wolf (860-1903), con Abendbilder y obras de De Möroke-Lieder y De Goethe-Lieder.

Terminó con obras de Schubert (1797-1828), donde la delicadeza de Richter alcanzó su máxima expresión. Demostró tener un potente y vigoroso centro. También supo llenar de matices estilísticos las piezas más sutiles. De timbre atractivo, Richter hizo gala de una gran expresividad y mucha intención a la hora de “decir” los textos. Algo fundamental en el estilo de un liederista.

Acompañada muy bien al piano por el israelí Ammiel Bushakevitz, que estuvo siempre atento a Richter, demostrando entre ambos una gran complicidad y entendimiento.

Un estreno muy prometedor en este Ciclo de Lied en el que seguro volveremos a escuchar a una de las nuevas voces más consolidadas en este repertorio.

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