TRISTAN UND ISOLDE

Por tercera vez en su historia y después de trece años, llegaba de nuevo Tristan und Isolde al Palacio Euskalduna. En esta ocasión, ABAO ofrece cuatro representaciones con el refuerzo de trece miembros para la orquesta y la dirección de Erik Nielsen.

El libreto de esta obra fue escrito por el propio Wagner en junio de 1857 en Zúrich, donde llevaba once años exiliado tras haber sido acusado de participar, junto a Bakunin, en la fallida Revolución de Mayo en la Sajonia de 1849. Fue precisamente en Zúrich donde conoció a Mathilde Wesendonck, con quien mantuvo una tormentosa relación.

Esta experiencia amorosa, junto al interés de Wagner por la historia del mito de Tristan, inspiraron al autor en la escritura de este drama. La historia es sencilla, pues la poesía se encuentra en la música, más que en el libreto.

Tristan und Isolde es una obra con muchas peculiaridades. La primera de ellas se da al inicio, en ese acorde inicial formado por tres notas en un registro grave y ascendente de los violonchelos al unísono. Un acorde presente a lo largo de toda la obra y que solo se resuelve al final, con la muerte de Isolde.

Con un tratamiento armónico único, ese acorde infinito que avanza sin descansar, apenas en un par de interludios, y que solo se resuelve con la muerte por amor. Una leyenda medieval que en las manos de Wagner revolucionó la historia musical de Europa. Esta obra cambiará los planteamientos de la escritura musical que se conocían hasta ese momento.

Al frente de la dirección musical ha estado Erik Nielsen. El norteamericano realizó una cuidada y acertada lectura de una partitura tan compleja como densa. La orquesta fue de menos a más, definiendo perfectamente los distintos colores y dinámicas. Nielsen estuvo siempre atento a los detalles, tanto de los cantantes, como de los solistas de la orquesta.

Tristan und Isolde es una ópera con pocos personajes que no requiere demasiados elementos escénicos. En este sentido fue suficiente la discreta escenografía de Allex Aguilera que, junto a las oníricas proyecciones de Arnaud Pottier y los efectos de luz, sobre todo el final, de Luis Perdiguero, creaban una atmósfera hipnótica para acompañar la no menos hipnótica música.

Una inoportuna indisposición evitó que la soprano ucraniana Oksana Dyka debutara este esperado rol. En su lugar lo hizo una experimentada wagneriana, Rachel Nicholls que, a pesar de haber llegado la última a la producción, mostró una gran seguridad sobre el escenario. Tuvo momentos de gran inspiración en la interpretación de un rol que conoce bien. Supo llegar con total plenitud vocal al final para ofrecer una romántica y delicada versión del esperado liebestod.

Nicholls estuvo acompañada por el también británico Gwyn Hughes Jones, que afrontó con solvencia el difícil e intenso rol de Tristan. Ofreció su mejor versión en el exigente tercer acto, en el que la emocionada interpretación compensó las dificultades vocales.

Eglis Silins se encargó de dar vida a Kurwenal, que demostró su oficio y conocimiento del canto wagneriano. Manejó con soltura su poderosa voz de bajo-baritono y una buena interpretación del áspero criado.

Debutaba en el repertorio wagneriano la italiana Daniela Barcellona. Delineó perfectamente el carácter de Brangäne, la solícita criada de Isolde, con un amplio registro de tonalidades vocales. Las más oscuras, marca de la casa, para acompañar unos delicados agudos que dieron perfecta respuesta a los requerimientos de este nuevo personaje. Su volumen de voz siempre generoso, le augura un exitoso tránsito por el repertorio wagneriano. Un debut nada fácil pero brillantemente ejecutado y bien valorado por un público que la conoce bien.

Marko Mimica estuvo sobresaliente en su versión de rey Marke. Gran expresividad y una línea de canto delicada y afectada, primero por la traición y después por la muerte de su amigo Tristan. Bien en la interpretación, otorgando ese halo de solemnidad que se espera de un rey.

Extraordinaria versión de Tristan und Isolde la que ha ofrecido ABAO, poniendo el acento en los elementos más importante, el foso y las voces. Lo que haría las delicias del propio compositor.

Texto: Paloma Sanz

Fotografía ©E. Moreno Esquibel

Daniela Barcellona

En una carrera tan fructífera como la suya, en la que ha interpretado numerosos personajes travestidos, estrenar un rol que no es de pantalones, tiene que ser casi emocionante. Tengo que decir que, después de una larga carrera, debutar nuevos roles es siempre emocionante para mí, porque siempre implica una nueva aventura en la que embarcarse… Y, en este caso, el hecho de hacer un rol de un repertorio que nunca había afrontado antes es, sin duda, un reto total… Es un poco como subir a una montaña rusa (risas)… y probar la adrenalina de una nueva aventura, de un nuevo challenge… Y esto es lo que me anima a aceptar nuevos roles de compositores que no son habituales para mí, así que, en definitiva, lo veo como una forma de avanzar y abrir nuevos horizontes… Usted ha dicho en alguna ocasión que siempre se enamora de los nuevos roles que interpreta. Ahora debuta uno de gran intensidad, nada menos que Brangäne en Tristan und Isolde, ¿Cómo ha sido el camino para construir este personaje? Empecé a estudiar el rol de Brangäne a comienzos del año pasado por el hecho, precisamente, de que se trata de una escritura completamente diferente de los compositores que he abordado hasta ahora… la filosofía es diferente y el método compositivo también es diferente… Así que tuve que entrar un poco en la mentalidad wagneriana, estudiando la historia de Wagner, su vida, el por qué, y el cómo compuso Tristan und Isolde… Más que el descubrimiento de un nuevo compositor, fue un apasionante trabajo de investigación y me resultó muy interesante, aunque fuera muy diferente de todo lo que había estudiado hasta ahora… Tengo que decir también que me pareció muy complejo y complicado por los cromatismos y por la forma de componer ya que, a menudo, parece que, desde el punto de vista de la tonalidad, el canto no corresponde con lo que propone la orquesta, pero al final, conseguí encontrar il bandolo della matassa, como se dice en italiano (risas)… Pude dar con la clave para entender el funcionamiento de la composición wagneriana y fue una gran satisfacción y una gran victoria para mí… Brangäne es la fiel sirvienta de Isolde y es un personaje importante, ya que de ella depende gran parte de la trama de esta gran obra wagneriana. ¿Cómo describiría este rol? Brangäne es, sin duda, un rol muy dramático, pero también es un rol materno, de consolación con respecto a Isolde y es, por tanto, una guía para Isolde… Al fin y al cabo, Brangäne es un deus ex machina, porque el filtro de la muerte que Isolde quiere proponer al principio a Tristan y también a sí misma, Brangäne lo sustituye por un filtro del amor, por lo que la historia cambia completamente… Luego, Brangäne casi se arrepiente de esta decisión… Así que Brangäne es, efectivamente, un rol clave en toda la trama… Y en cuestiones vocales, ¿Interpretar Wagner le ha supuesto requerimientos técnicos nuevos o más exigentes que otros compositores? ¿Le gustaría cantar otros roles wagnerianos en el futuro? No, no tuve que cambiar nada desde el punto de vista vocal… El rol de Brangäne me ha parecido un rol muy cómodo de cantar para mi tipo de vocalità y para mi timbre vocal… Y me ha parecido que está muy bien escrito… en algunos puntos, está realmente muy bien escrito… La verdad es que me encantaría poder cantarla, de nuevo, en un futuro, después de este largo proceso de estudio para el debut de este rol, así que sería una pena no volver a cantarla y ¿por qué no?… Ahora que he descubierto Wagner desde el punto de vista interno, es decir, desde el conocimiento de la partitura y de su método compositivo, sería muy interesante poder afrontar también otros roles… Desde hace un tiempo está dedicándose con más intensidad a la docencia, ¿Cómo surgió la idea de llevar a cabo Masterclasses para jóvenes cantantes tanto en Italia como al extranjero? De todo lo que usted puede enseñar a los jóvenes que inician su carrera artística, ¿qué cree más importante, cuestiones de técnica, u otras derivadas de esta profesión tan dura y compleja?, aunque a veces solo vemos la parte más gratificante. Digamos que fue algo que surgió de forma muy natural… Alessandro y yo solemos enseñar juntos, porque él fue siempre mi maestro de canto, y todavía lo es hoy en día… No solo es un maestro de música, sino un maestro en todos los sentidos, además de marido… Fue una cosa que llegó sola, porque siempre nos han pedido lecciones para profundizar, Masterclasses privadas con cantantes consagrados incluso… Así que pensamos en crear un espacio para las Masterclasses con el fin de poder dejar un legado artístico a quien quiera aprender algo de nuestras experiencias, porque yo lo veo, en definitiva, como una forma para compartir las experiencias que he aprendido en mi vida, desde el punto de vista musical, vocal, escénico… pero también de la vida práctica de un cantante, porque no solo es importante la técnica sino también cómo afrontar una carrera… Uno piensa que está solo cuando tiene cierto tipo de problemas desde el punto de vista musical, vocal, e incluso relativos a la propia carrera, como en el caso de las audiciones, por ejemplo… Y por eso, es importante poder compartir también este tipo de cosas para que sepa que no están solos cuando pasan por cierto tipo de experiencias… De hecho, muchas veces les digo que yo también pasé por eso y que entiendo perfectamente esos problemas y preocupaciones… Así que son Masterclasses en todos los sentidos y tratan, por tanto, todos los aspectos de la vida de un cantante (el aspecto técnico, musical, vocal, e incluso psicológico…) De hecho, a mí no me gusta definirlo como una relación profesor-alumno, y prefiero hablar de una relación entre colegas de trabajo, porque se trata de un intercambio de experiencias y un diálogo, en realidad, donde intercambiamos problemas incluso desde el punto de vista práctico… Es una ayuda, es decir, algo que nos hubiera encantado tener a Alessandro y a mí en su momento… Yo siempre tuve el apoyo de mi mamá y mi papá, que me ayudaron con todas las dificultades… Y, además, yo siempre tuve cerca a Alessandro, pero lo que yo trato de enseñar a los chicos es que es un oficio muy bonito, maravilloso… es un arte… es creatividad, es creación… pero hay que tener una vida más allá de la carrera, es importante tener puntos fijos, ya que cuando la carrera termine, es importante tener otras cosas en la vida, y no quedar solos porque se haya renunciado a todo por la carrera… Es importante dedicarse al máximo, pero no hay que renunciar nunca a la vida privada… nunca hay que renunciar a los afectos, y a los puntos fijos de la propia vida… La carrera es bellissima pero pasa y se va, y al final uno se reencuentra con lo que se ha construido fuera del escenario… Cuando no está actuando sobre el escenario, ¿echa de menos el contacto con el público? Sí, por supuesto que echo de menos el contacto con el público y también el reunirme con la gente después de una función o un concierto. Con el tiempo, muchos de mis fans se han convertido en amigos y estamos en contacto… Así que después del escenario, digamos que se prolonga también a la vida privada, a la vida real… pero por supuesto que echo de menos el aplauso del público, la energía y la adrenalina que da el público cuando se está encima del escenario, porque es única e irrepetible, y cuando no estoy en el escenario, la echo mucho de menos… ABAO es una casa de ópera importante tanto para usted, como para el maestro Vitiello, ¿qué tiene Bilbao de especial? ¿Tiene algún restaurante preferido que le gustaría recomendar a nuestros lectores? Tengo que decir que yo tengo mucho cariño a la ABAO, porque aquí hice muchos debuts y siempre se me ha acogido con gran afecto… Y también aprecio mucho a Cesidio Niño, que nos conocemos desde hace mucho, y es un amigo muy querido, una persona muy competente y, a menudo, es también un confidente… Así que es realmente un placer volver a Bilbao para este nuevo debut… Bilbao es una ciudad que me gusta mucho y que me parece muy interesante desde el punto de vista cultural y también desde el punto de vista social, en el sentido de la interacción con los habitantes de Bilbao, que siempre me han parecido muy amables y dispuestos… Y, además, tengo que decir que en Bilbao se come muy bien… Hay unos restaurantes que me gustan mucho y soy un gran fan del Etxanobe, que ahora ya no está en el Palacio Euskalduna y está en otro sitio, y ha cambiado el nombre, pero lo probé también en su nueva sede y es fantástico… Era también fan del Colmado Ibérico pero lamentablemente ha cerrado… también está Casa Rufo… Y precisamente he descubierto un restaurante fantástico en estos últimos días donde se come carne a la brasa, que se llama Asador Bilbao Brasan… La verdad es que en Bilbao se come realmente bien… Hemos descubierto también la Gilda del Norte, que está muy cerca de nuestra casa, que es la casa donde venimos siempre cada vez que estamos en Bilbao… y también otros muchos sitios donde se pueden comer esos fantásticos pintxos… Así que cuando estamos en Bilbao es como si volviéramos a casa… porque para nosotros, que viajamos tanto, es importante sentirse como en casa, aunque no estés en tu propia casa… Y Bilbao es uno de esos sitios a los que cuando llegas, sabes encontrar las cosas que te gustan, y descubrimos también cosas nuevas, por lo que siempre es un placer… Después de estrenar el rol de Brangäne, ¿en sus próximos proyectos existe algún otro nuevo rol que le gustaría abordar? Digamos que la mayor parte de los roles que siempre he soñado cantar, tuve la suerte de debutarlos… Hay todavía un rol que me falta y que es el Orlowski, de Die Fledermaus, que me lo propusieron, pero lamentablemente no estaba libre cuando me lo propusieron y me encantaría hacerlo… Y hay otro rol que me viene a la mente y que me gustaría finalmente debutar… es Azucena, porque tenía un contrato para debutar Azucena en Il Trovatore en París, pero la producción fue cancelada por el COVID… y ese debut de Azucena me ha quedado siempre ahí en el corazón y todavía no he podido hacerlo pero ¡quién sabe si quizás aquí en Bilbao haga el enésimo debut! … me encantaría debutarlo aquí en Bilbao… Así que: ¡crucemos los dedos! ¿Cuáles son sus compromisos más inmediatos? ¿Volveremos a verla en España próximamente? Después de Bilbao, regresaré a Buenos Aires para la inauguración de la temporada del Teatro Colón con Aida, donde interpretaré a Amneris… luego estaré en el Teatro alla Scala con esta nueva composición Il nome della rosa de Filidei… una nueva aventura con una ópera contemporánea, y tengo muchas ganas de enfrentarme a este nuevo reto, ya que es un tipo de composición que nunca he hecho antes… Haré también L’Italiana in Algeri en Pésaro y será la primera vez que interpretaré un rol femenino en Pésaro, dado que, hasta ahora, allí solo canté roles en travesti … Haré también Falstaff en Bruselas y a final de año, volveré al Met de Nueva York para un nuevo debut, y estoy muy contenta de volver allí… Y sí, tengo proyectos para Barcelona y espero tenerlos también en Bilbao en un futuro… Son proyectos todavía secretos, de los que no puedo revelar nada… (risas), pero por supuesto que regresaré a España y será un placer, como siempre…
Daniela Barcellona (c) Studio Amati_Bacciardi

La aclamada mezzosoprano italiana regresa este mes a España para cantar su primer rol wagneriano en la producción de Tristan und Isolde, que se podrá ver los próximos días 18, 21, 24 y 27 de enero, en la temporada de la ABAO Bilbao Opera. Daniela Barcellona interpretará el rol de Brangäne, y compartirá escenario con la soprano Oksana Dyka (Isolde), el tenor Gwyn Hughes Jones (Tristan), el bajo Marko Mimica (König Marke) y el bajo-barítono Egils Silins (Kurwenal), con firma escénica de Allex Aguilera y dirección musical de Erik Nielsen.

Considerada como una auténtica autoridad vocal en el circuito lírico internacional de nuestros días, Daniela Barcellona afronta un nuevo role debut y aborda el primer Wagner de su carrera: “Cuando el director artístico de la ABAO me propuso cantar Brangäne, le dije que sí, porque me encanta embarcarme en nuevas aventuras… Y dado que se trata de una escritura completamente diferente a la de todos los  compositores que he abordado hasta ahora, he llevado a cabo un largo proceso de investigación y preparación para entender la mentalidad wagneriana y profundizar en la filosofía y el estilo compositivo de Wagner”, señala Barcellona, que mantiene una relación muy especial con la institución bilbaína desde hace años, donde ha participado tanto en recitales como en diversas producciones (I Capuleti e i MontecchiL’Italiana in AlgeriCavalleria RusticanaDon CarlosSemiramide). Además, en 2023, recibió el Premio a la “Mejor voz femenina” en los Tutto Verdi International Awards de la ABAO.

Daniela Barcellona cuenta con otros importantes Highlights en agenda para la temporada 2024/2025: el regreso al repertorio verdiano con Amneris (Aida) en el Teatro Colón de Buenos Aires, una nueva cita en el Teatro alla Scala de Milán, como el inquisidor Bernardo Gui en el estreno mundial de la ópera de nueva creación Il nome della rosa (con regia de Michieletto y dirección musical de Metzmacher), y su amado Rossini en el Rossini Opera Festival de Pésaro, con el rol femenino de Isabella (L’italiana in Algeri). Además, continuará con su intensa actividad como presidenta y miembro del jurado en diversos concursos internacionales de canto lírico, y sus Masterclasses con jóvenes cantantes, que cuentan con un gran número de participantes de todo el mundo.

Invitada habitual de los teatros, salas de concierto y festivales de renombre internacional (ROH de Londres, Opéra national de París, Staatsoper Unter den Linden, Festival de Salzburgo, Festival de Verbier, Musikverein de Viena…), Daniela Barcellona ha actuado con orquestas tan destacadas como la Chicago Symphony Orchestra, la Filarmónica de Viena, la Filarmónica de Berlín, la Bayerisches Staatsorchester o la London Symphony Orchestra, entre otras. Además, cuenta con una extensa discografía y en su CV figuran batutas de la talla de Claudio Abbado, Riccardo Muti, Sir Colin Davis, James Levine, Zubin Mehta, Daniel Barenboim, Georges Prêtre, Lorin Maazel, Riccardo Chailly, Antonio Pappano o Sir Mark Elder. El pasado mes de octubre, Barcellona sumaba un nuevo reconocimiento a su multipremiada carrera: el Premio Enzo Dara.

Daniela Barcellona (c) Studio Amati_Bacciardi

Daniela Barcellona

Tras cantar el Requiem de Verdi en Milán junto a la Orchestra e Coro del Teatro alla Scala bajo la batuta de Riccardo Chailly, la famosa mezzosoprano italiana Daniela Barcellona vuelve a las tablas del Gran Teatre del Liceu para interpretar el rol de la princesa de Bouillon en Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea (1866-1950). Daniela Barcellona, que actuará los días 16, 19, 22 y 26 de junio, compartirá escenario con los tenores Freddie de Tommaso/Roberto Alagna (Maurizio) y las sopranos Aleksandra Kurzak/Valeria Sepe (Adriana Lecouvreur), en la mítica producción de David McVicar con dirección musical de Patrick Summers.

Considerada como una de las más grandes mezzosopranos del circuito internacional de las últimas décadas, y una auténtica referencia en la interpretación de Rossini, Daniela Barcellona ha optado por ampliar su repertorio más allá del Cigno di Pesaro guiada por la evolución natural de su voz, con la incorporación de compositores como Verdi (Mrs Quickly, Falstaff), Ponchielli (Laura Adorno, La Gioconda) o Massenet (Madame de la Haltière, Cendrillon). Con su debut escénico como la princesa de Bouillon de Cilea (que ya debutó en versión de concierto en el 2016 en el Bozar de Bruselas), y su gran aria Acerba voluttà, incluida en uno de los títulos más importantes del repertorio verista, la célebre mezzo italiana se subirá, de nuevo, al escenario del coliseo catalán, tras su reciente éxito como la maga Ulrica en Un ballo in maschera de Verdi, la zia principessa (Suor Angelica) y Zita (Gianni Schicchi) en el Trittico pucciniano.

Numerosos premios como los prestigiosos Olivier Award, International Opera Award, Premio Abbiati, ICMA, Tutto Verdi International Award de la ABAO, entre otros, y su presencia habitual en los más célebres teatros, salas de concierto y festivales de todo el mundo, como el Met de Nueva York, la Royal Opera House de Londres, la Bayerische Staatsoper de Munich, la Wiener Staatsoper, la Opéra national de París, los BBC Proms de Londres, el Festival de Salzburgo, el Festival de Verbier, La Scala de Milán y el Festival d’Aix-en-Provence, entre otros muchos, avalan la extensa trayectoria profesional de la mezzo italiana Daniela Barcellona. En su catálogo de directores figuran auténticas leyendas de dirección musical como Claudio Abbado, Lorin Maazel, Sir Colin Davis, James Levine, Zubin Mehta, Georges Prêtre, Riccardo Muti…, así como como célebres Régisseurs como Mario Martone, Robert Carsen, David McVicar, Laurent Pelly, Hugo de Ana, Pierluigi Pizzi, David Alden, Damiano Michieletto o Barrie Kosky.

Entre los próximos compromisos de Daniela Barcellona, cabe destacar su regreso al Rossini Opera Festival de Pésaro, su primer Wagner con el debut en el rol de Brangäne (Tristan und Isolde) en la ABAO, y su participación en el estreno mundial de la ópera Il nome della rosa de Francesco Filidei, basada en la famosa novela de Umberto Eco, en el Teatro alla Scala, con el tándem Metzmacher/Michieletto. Además, fiel a su incansable compromiso con las nuevas generaciones, Daniela Barcellona sigue impartiendo Masterclasses di canto lirico, tanto en Italia como en diversos países, a las que acuden jóvenes cantantes procedentes de todo el mundo.   

Fotografía: Studio Amati Bacciardi

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Entrevista al director de orquesta Iñaki Encina Oyón.

1- El pasado día 23 de junio dirigió el estreno de Anna Bolena en una casa de ópera legendaria, el Teatro Colón de Buenos Aires, ¿cómo ha sido este estreno en el teatro más importante de Sudamérica?

Ha sido todo un desafío, ya que Anna Bolena no se había vuelto a representar en el Teatro Colón desde que se estrenó en 1970, y también era repertorio nuevo para mí. Pero muy gratificante por el excelente nivel de los profesores de la orquesta y el coro, además de la calurosa acogida del público.

2- Además, en esta producción de Marina Mora trabaja con grandes voces como Olga Peretyatko, Daniela Barcellona o Xabier Anduaga, entre otros, ¿cómo se trabaja en los ensayos y después sobre el escenario con un elenco como este?

Poder dirigir esta obra con un elenco internacional de semejante nivel ha sido todo un lujo. En el caso de Daniela Barcellona o Alex Esposito que ya han cantado sus roles con anterioridad y que además son italianos, uno solo debe acompañarlos, porque lo que proponen está muy madurado tanto vocalmente como desde un punto de vista actoral. Solo hay que recrear los colores y atmósferas que proponen con la orquesta. Y en el caso de Peretyatko y Anduaga son voces excepcionales, que es lo que requiere este repertorio. Uno trata de darles toda la libertad y soporte para que puedan ofrecer al público todo lo que tienen. Evidentemente, como director uno trata de atar todos los cabos y dar una coherencia a la interpretación en cuanto a los tempi, pero llegada la función, está la magia de la ópera. Artistas de este calibre son enormemente generosos con el público y uno trata de llevar a la orquesta hacia ese nivel.

3- El Teatro Colón es uno de los más grandes del mundo, con capacidad para casi 2500 espectadores, ¿estas dimensiones, qué ventajas e inconvenientes pueden tener para la orquesta y los cantantes?

No solo es uno de los más grandes del mundo, también cuenta con una de las mejores acústicas. Ya había tenido ocasiones de escuchar ópera en la sala como público, además fue en el debut aquí de Xabier Anduaga cantando Rossini y la voz llenaba el teatro. Pero uno siempre debe tratar de controlar la orquesta. Igual, los profesores conocen la acústica de la sala mejor que nadie. Pero un trombón no deja de ser un trombón. Hay que hacerles entrar en el drama sin saturar con decibelios. Crear esa conexión entre el foso y la escena es lo más delicado. Por suerte, al ser una versión semiescénica los movimientos eran limitados y los cantantes podían posicionarse para cantar cómodos y evitar grandes distancias. Solo el coro estaba a más de 13 metros, y esta partitura tiene números corales muy importantes. Pero debo decir que es uno de los mejores coros de ópera que he escuchado. El nivel individual de las voces es excelente y la preparación del maestro Miguel Martínez, impecable.

4- Creo que la producción era inicialmente en versión de concierto, pero al final fue escenificada, acompañada además de los figurines de Mercedes Nastri. Háblenos de esta producción y cómo se desarrolla finalmente.

Estaba anunciada como una versión de concierto. Pero es verdad que uno no puede pretender hacer más de 3h de música teniendo a los solistas ahí sentados. Así que, partiendo del nivel excepcional del elenco reunido, decidieron crear un dispositivo escénico, minimalista pero eficaz. Seis plataformas de diferentes alturas que permiten espacializar a los cantantes creando diferentes vínculos. Y todo un trabajo de luces para dramatizar las diferentes escenas. Marina Mora coordinó el trabajo, con un resultado estético que permite seguir la trama con claridad. Y la orquesta pasó a estar en el foso, lo que sin duda favorece el equilibrio. Así que el público ha podido disfrutar de una versión semiescénica donde los cantantes han actuado como si fuese una producción convencional.

5- ¿Qué sensación le produce estar en ese foso, por el que han pasado directores como Arturo Toscanini, Otto Klemperer o Herbert von Karajan, entre otros muchos?

A veces pienso en eso cuando veo el teatro por fuera o al admirar la magnífica sala. Uno es consciente de las grandes personalidades y voces que han pisado este teatro. También la gente no paraba de repetir que este título no se hacía desde hace más de cincuenta años. Uno puede sentir el peso de esas expectativas. Pero al final, la responsabilidad es con los músicos que tenemos enfrente, la partitura que debemos defender y con el público que va a asistir. Uno siempre debe afrontar el trabajo con humildad y devoción. Además, quizás haber comenzado mi carrera en la lírica en la Ópera Nacional de París ha hecho que desde los veinticinco años me he estado cruzando con grandes cantantes y directores por los pasillos. No soy de mitificar a los artistas. Nunca me he tomado la típica foto con un cantante famoso.

6- Desde 2016 es director de la Académie Baroque Internationale del prestigioso Festival du Périgord Noir, que este verano presenta su 21ª edición, ¿qué ópera van a presentar en esta edición y por qué la han elegido?

Tras siete ediciones haciendo oratorios me apetecía cambiar. La resurrezione, Der Tag des Gerichts, Sanctus Petrus et Sancta Maria Magdalena, San Giovanni Battista… ¡ya bastaba de matar y resucitar a Jesús! Así que me he decidido por una ópera y un repertorio preclásico, más tardío de lo que hacemos habitualmente. Vamos a montar Il Parnaso Confuso de Gluck, que es una comedia deliciosa que escribió para la boda del futuro emperador de Austria. Aunque es una obra posterior a su Orfeo y Eurídice, y a su reforma estética en la ópera, esta acción teatral con texto de Metastasio mezcla grandes arias en la tradición de la ópera seria italiana con unos recitativos muy dinámicos. Me interesa mucho el aspecto teatral, hacer un trabajo sobre los recitativos. Pero tendrán además grandes exigencias vocales y la oportunidad de lucirse. Creo que reúne varios aspectos importantes desde un punto de vista formativo y que el público va a disfrutar de este descubrimiento. Hacer títulos poco conocidos ya es casi una marca personal. Me encanta explorar nuevos repertorios.

7- Ser director de un festival como este requiere tiempo y dedicación, ¿en qué consiste exactamente su trabajo y con cuánto tiempo se organiza?

Apenas hemos terminado una edición que comenzamos a preparar la siguiente. Hay que elegir el repertorio, muchas veces como este año, realizar una edición de la partitura. Todo el proceso de candidaturas y selección de los participantes. Y luego el trabajo durante el festival. No solo preparamos una obra extensa con solistas y orquesta que ofrecemos en concierto, el interés principal es que los músicos aprendan y poder orientarles y guiarles en los próximos pasos de sus carreras. Trabajar con jóvenes artistas, algunos aún estudiantes, es si cabe más exigente. Uno quiere llevarlos a un nivel de excepción y máxima exigencia. Pero la verdad es que es enormemente gratificante porque se entregan al máximo. Y uno continúa viendo los frutos del trabajo cuando las carreras de los participantes se confirman y consiguen diferentes logros.

8- Próximamente va a presentar un trabajo discográfico con canciones y dúos de compositores franceses, “À deux voix”, que estará interpretado por Adriana González y Marina Viotti. ¿Cómo surgió la idea de este trabajo?

El sello Audax records y su director Johannes Pramsohler nos han dado desde el principio a Adriana y a mí carta blanca para defender los proyectos discográficos que nos interesan. En esta ocasión fue Adriana la que me manifestó su deseo de colaborar con Marina Viotti, después de que hubiesen coincidido en dos producciones en el Liceu de Barcelona. Me pidió que pensase en un programa para ellas. Son dos artistas increíbles con voces que se complementan y empastan muy bien. Me decidí por hacer un disco de repertorio francés, con el que tengo muchísima afinidad. Y en el campo de los dúos, está menos explorado que los lieder a dos voces de Mendelssohn, Brahms o Schumann. Partimos de dúos que conocíamos de Fauré o Chausson y fuimos explorando e incorporando otros menos conocidos. El disco tendrá 22 dúos de compositores no tan conocidos como Widor o Delibes y otros completamente desconocidos como Paladilhe o Puget del que grabamos dos dúos en primicia mundial. Y no faltan tampoco las compositoras con dúos de Viardot, Chaminade y Devéria y algunas joyitas de compositores más conocidos como Massenet o Gounod. Se trata de música de entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX.

9- Después de este verano tan laborioso, ¿qué otros proyectos le esperan a corto y medio plazo?

Pues el otoño va a estar cargado con la salida del disco y recitales en Rouen, París y más tarde en Barcelona, Sevilla, Frankfurt y Bolzano. Además, dos producciones de ópera: Cenerentola en el Teatro de los Campos Elíseos y Werther en Baden-Baden.

10- Si pudiera elegir un nuevo proyecto para la próxima temporada, ¿cuál sería?

El proyecto que más me ilusiona ahora es el nuevo disco que vamos a grabar con Adriana González en mayo. Pero esta vez yo como director de orquesta en vez de al piano. Grabaremos arias de Mozart y de contemporáneos de este. Compositores que triunfaban en Viena que escribieron para la misma cantante. Una prima donna con la que Adriana se identifica vocalmente. Pero si hablamos de deseos, justamente Adriana y yo estamos deseando poder coincidir en una producción de ópera juntos. O puestos a pedir, por qué no un Capuleti e Montecchi con Adriana como Giulietta y Marina como Romeo.

Acaba de dirigir Anna Bolena en el Teatro Colon de Buenos Aires. Sobre el escenario Daniela Barcellona, Olga Peretyatko, Xabier Anduaga y Alex Esposito, pero para quien debutó como director en la Opéra National de Paris, nada le vine grande.

Tutto Verdi International Awards

La Fundación BBVA, Leo Nucci, Pier Luigi Pizzi, Daniela Barcellona, Juan Jesús Rodríguez, Riccardo Frizza, Emilio Sagi y el Coro de Ópera de Bilbao, recibieron anoche los premios Tutto Verdi International Awards, creados por ABAO Bilbao Opera, en una gala-recital en el Teatro Arriaga, presentada por Iñaki Gabilondo y Udane Goikoetxea.

Los premios Tutto Verdi International Awards “son el reconocimiento y agradecimiento a todos los artistas, instituciones y personalidades ligadas al universo verdiano, que han participado y hecho posible un proyecto único en el mundo de la ópera”, explicaba en su intervención el presidente de ABAO Bilbao Opera, Juan Carlos Matellanes. “Un proyecto que ha dado mucho a Bilbao, nos ha proporcionado repercusión internacional y nos sitúa a la altura de las instituciones líricas más relevantes”, evocaba Matellanes.

La escultura del premio, obra de Perodri Joyeros, es una recreación completamente artesanal del emblemático sombrero de copa del compositor, elaborado con hilo de plata sobre peana de mármol. Piezas únicas para homenajear a quienes han contribuido significativamente a impulsar el proyecto Tutto Verdi.

DESDE LA VETERANÍA HACIA LA PROMESA FUTURA EN EL UNIVERSO VERDIANO

El veterano periodista Iñaki Gabilondo daba la bienvenida al acto y recordaba que “este empeño ambicioso y exhaustivo ha convertido a Bilbao durante estos diecisiete años en la ciudad verdiana por antonomasia”. La joven soprano Fan Zhou interpretaba la primera actuación de la noche con un aria de la ópera I masnadieri, acompañada de Francesco Izzo, catedrático de Música en la Universidad de Southampton, editor general de las Obras Completas de Giuseppe Verdi y director científico del Festival Verdi de Parma.

Seguidamente la subdirectora de la Fundación BBVA, Laura Poderoso, recogió el premio a la Mejor Institución de manos de Javier Hernani, vicepresidente de ABAO Bilbao Opera. Al recibir el premio Laura Poderoso aseguraba que “Bilbao merece tener una temporada de ópera de excelencia como este Tutto Verdi. Estamos honrados de recibir este galardón de reconocimiento a nuestro apoyo y extiendo nuestras felicitaciones a ABAO y a todos los premiados esta noche”.

El premiado como Mejor Director de Orquesta, Riccardo Frizza, que no pudo estar presente, agradeció el premio por “inesperado. Me hace mucha ilusión recibirlo de una asociación de amantes de la ópera”. Enrique Sáez fue el encargado de recoger el premio en su nombre, de manos del Rector Magnífico de la Universidad de Deusto, Jesús Guibert.

“Que este premio transmita fuerza a los artistas que luchan por conseguir sus objetivos” señaló en su turno un emocionado Juan Jesús Rodríguez, premio a la Mejor Voz Masculina. “Este es un premio auténtico, un reconocimiento honesto y es un honor haber sido elegido. Quiero rendir homenaje a los artistas que han desaparecido, a los que están desapareciendo o desaparecerán porque han perdido las fuerzas. No estáis olvidados”. El barítono onubense que obsequió a los presentes con una interpretación de la ópera Ernani, celebraba anoche su cumpleaños. Entregó el premio Ana Otadui, presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia.

Tras una breve presentación de las piezas que se iban a disfrutar en la gala por parte de Francesco Izzo, el tenor Davide Tuscano interpretaba una pieza de I Lombardi alla prima crociata y la soprano Alessia Panza junto al barítono Gabriel Alonso, un dúo de Ernani.

EL VALOR DE LA EXPERIENCIA Y LA EMOCIÓN DE LO NUEVO

Iniciaba el segundo bloque del acto, el premio a la Mejor Dirección de Escena para Emilio Sagi, quien reconocía que, “me siento especialmente honrado de recibir este premio ya que soy Ilustre de Bilbao y he dirigido este Teatro. Amo al público de Bilbao y espero que ellos me amen también a mí”. Pedro Azpiazu, consejero de economía del Gobierno Vasco, entregaba el premio al emocionado regista.

El presentador Iñaki Gabilondo, miembro del Comité de Honor Tutto Verdi fue el encargado de hacer entrega del Premio Especial al Coro de Ópera de Bilbao que recogió su presidente, Juan Carlos Ibáñez. “Tutto Verdi nos ha permitido vivir toda la evolución del compositor a través de los títulos representados. Me siento muy pequeño rodeado de tantos y tan grandes artistas. Gracias ABAO por este reconocimiento que recojo en nombre de todos los que formamos el Coro de Ópera de Bilbao”.

Seguidamente subió al escenario el alcalde de Bilbao, José María Aburto, para entregar el premio a la Mejor Voz Femenina a Daniela Barcelona, quien en su agradecimiento señalaba que, “estoy muy orgullosa de este premio. Siempre me he sentido muy bien cantando en Bilbao y se lo dedico a la ABAO y a la ciudad”. La mezzosoprano italiana interpretó una pieza de Il Trovatore acompañada por Alessandro Vitiello al piano.

Luis Gago, guionista y coordinador del evento junto con Francesco Izzo, presentó las siguientes actuaciones de la noche a cargo de Fan Zhou que cantó la famosa aria “Caro nome” de Gilda en Rigoletto, Gabriel Alonso el dramático aria de Stankar de Stiffelio y de nuevo Fan Zhou con Davide Tuscano el dúo del tercer acto de La Traviata.

Massimo Gasparón recibió de manos de Iñaki Irusta, expresidente de ABAO Bilbao Opera, el premio a la Trayectoria Profesional en la Dirección de Escena para Pier Luigi Pizzi, que aseguraba por vídeo echar mucho de menos Bilbao.

El último premio de la noche fue para el gran barítono Leo Nucci por su Trayectoria Profesional como cantante. El carismático artista protagonizó uno de los momentos más emotivos de la gala, con su interpretación del fragmento “Cortigiani” de Rigoletto. Juan Carlos Matellanes, presidente de ABAO Bilbao Opera, le hizo entrega del galardón, que el artista agradeció con sentidas palabras, “decir que estoy emocionado es poco. La primera vez que canté en ABAO fue en 1978. Mi esposa Adriana, con quien quiero compartir este honor, también ha cantado muchas veces en Bilbao”. El barítono, que el día anterior cumplió 81 años, interpretó el “Cortigiani” de Rigoletto con la maestría que le caracteriza y el público respondió puesto en pie con una gran ovación.

Las últimas actuaciones musicales corrieron a cargo de Gabriel Alonso con una pieza de I due Foscari y de Alessia Panza, Davide Tuscano y el Coro de Ópera de Bilbao con una escena de Il Trovatore. Cerró la actuación musical el Coro, con una extraordinaria interpretación del emotivo “Coro di Zingari”, también de Il Trovatore.

Iñaki Gabilondo concluía la gala recordando que “la música de Giuseppe Verdi no ha dejado jamás de interpretarse, convocando fielmente desde hace casi dos siglos a los mejores cantantes, a los mejores directores de orquesta, a los mejores directores de escena y, por supuesto, a espectadores siempre deseosos de emocionarse con su música y con su profundo conocimiento del alma humana”.

CONGRESO VERDI FOR THE AGES: PASADO, PRESENTE Y FUTURO

En el mes de mayo y coincidiendo con las funciones de Il Trovatore, ABAO Bilbao Opera presenta una nueva actividad cultural de carácter y repercusión internacional, el Congreso Verdi for the Ages: Pasado, Presente y Futuro.

El congreso, que reunirá a algunas de las figuras más relevantes del universo verdiano para debatir los diversos aspectos de las obras del compositor, tendrá lugar los días 27, 28 y 29 de mayo en el Bizkaia Aretoa de la Universidad del País Vasco y será de acceso gratuito.

Durante tres días, musicólogos, críticos, historiadores, sociólogos, agentes, directores artísticos e intérpretes, debatirán sobre el pasado, el presente y el futuro de la obra verdiana, desde documentos históricos a prácticas escénicas, marketing o tecnología, hasta el sector lírico en el contexto actual. Serán seis sesiones temáticas en formato de ponencia libre, mesa redonda o talleres, y se espera una amplia participación de aficionados, curiosos y público en general.

Tutto Verdi Daniela Barcellona

ABAO Bilbao Opera presenta, con el patrocinio de la Fundación BBVA, un brillante y espectacular Concierto para completar el próximo sábado 24 de septiembre, el proyecto Tutto Verdi que la asociación desarrolla desde 2006. El Concierto, que inaugura la 71º Temporada de ópera en Bilbao, tendrá una única representación en el Euskalduna Bilbao a las 19:00h.

Durante 16 años el proyecto ha representado 30 títulos con 127 funciones, se han celebrado diez Semanas Verdi con la participación de más de 50 ponentes de distintas disciplinas, se han organizado exposiciones y se han publicado siete libros y editado cuatro DVDs y CDs. Todo ello conforma un programa cultural único en el mundo, que esta temporada concluye con distintas actividades culturales y artísticas del máximo interés y calidad.

QUINCE IMPRESIONANTES ESCENAS DE CONOCIDOS TÍTULOS DEL UNIVERSO VERDIANO

Un programa lleno de pasión, sentimiento y fuerza, con un recorrido a través de algunas de las obras más emblemáticas del maestro de Busseto. Se interpretan algunas de las escenas más conocidas del compositor italiano predilecto de los aficionados bilbaínos: Macbeth, Il Trovatore, Don Carlo, Un ballo in maschera, Nabucco, Aida y por primera vez en ABAO, la cantata “Inno delle nazioni”.

 

Comienza el programa con el expresivo ballet de Macbeth, interpretado por la Bilbao Orkestra Sinfonikoa. Obra del periodo final de las conocidas “galeras” del compositor, Macbeth supuso la primera incursión de Verdi en la dramaturgia de Shakespeare a quien admiraba profundamente. Verdi no siguió las pautas de la ópera italiana del momento sino que innovó para crear un verdadero drama musical, que la convierte en una pieza singular e imprescindible.
Seguidamente el Coro de Ópera de Bilbao interpreta el conocido “Coro de gitanos” de Il Trovatore. Una de las escenas corales más celebradas y populares de la producción verdiana, llena de sonoridad y emoción, también llamado “Coro del yunque”.

La mezzosoprano Daniela Barcellona, cuya versatilidad vocal e interpretativa han marcado una carrera llena de éxitos, interpreta en solitario “O don fatale”, el aria principal de la Princesa de Éboli de Don Carlo. Una pieza extraordinaria y de auténtica bravura para una intérprete de raza.

Giovanni Meoni, un barítono elegante que luce grandes cualidades líricas y de impecable volumen, continúa con Un ballo in maschera y el aria de Renato, “Eri tu che macchiavi quell’anima”. Una de las pequeñas joyas que el compositor dedicó a la cuerda de barítono, que conmueve por su mágica belleza.

En un concierto verdiano de estas características no podía faltar una de sus óperas más emblemáticas: la magistral Aida, sofisticado ejemplo de romanticismo italiano con toques de misterio y exotismo. Esta épica historia de amor, lealtad y traición, narra un triángulo amoroso entre la cautiva princesa etíope Aida, la princesa egipcia Amneris y Radames, el soldado que ambas aman.

Ocho escenas del III y IV acto se incluyen en el programa. Comienza esta parte la destacada soprano Angela Meade, que deslumbra por sus facultades dramáticas y su agilidad vocal de gran exigencia, con “Qui Radames verrá … O patria mia”, y continúa junto a Giovanni Meoni con “Ciel! Mio padre … Rivedrai le foreste imbalsamate”, un duelo vocal entre Aida y Amonasro de gran fuerza dramática. “Pur ti riveggo, mia dolce Aida… Fuggiam gli ardori inospiti”, enfrenta a la soprano con el tenor Sergio Escobar, un intérprete con una voz brillante, clara y contundente, que encarna a Radames en una pieza llena de pasión, sentido dramático y sensibilidad. El final del Acto III reúne a Angela Meade (Aida), Sergio Escobar (Radames), Giovanni Meoni (Amonasro) y Daniela Barcellona (Amneris) en el vigoroso cuarteto, “Traditor!… Sacerdote! Io resto a te!”.

El Acto IV de Aida comienza con Daniela Barcellona y “L’aborrita rivale a me sfuggia”, donde Amneris intenta salvar a Radames, seguido del cautivador dúo con Sergio Escobar, “Gia i sacerdoti adunansi… Chi ti salva, sciagurato”, donde Amneris le pide que niegue las acusaciones de traición, pero Radames, que no quiere vivir sin Aida, se niega aliviado por saber que sigue viva.

La famosa “Scena del giudizio” donde Radamés es condenado, reúne en una subyugante atmósfera expresiva a Daniela Barcellona, el bajo David Lagares, intérprete de carácter, y las voces masculinas del Coro de Ópera de Bilbao. Destaca Amneris con su escalofriante “Ahime… morir mi sento”, donde se augura su destino trágico y descubre los fuertes sentimientos del personaje.

Regresan al escenario Angela Meade y Sergio Escobar con otra perla llena de sentimiento, “La fatal pietra sovra me si chiuse… Morir! Si pura e bella!… O terra, addio” donde los protagonistas aceptan su destino fatal con la intimidad de un dúo de amor.

La última parte de Aida congrega en el escenario a Angela Meade, Daniela Barcellona, Sergio Escobar y el Coro de Ópera de Bilbao, en un apoteósico “Finale ultimo”.

Patriotismo, constancia, valor, todos estos elementos verdianos están presentes en Nabucco, la gran tragedia lírica de Verdi. El célebre “coro de esclavos” “Va, pensiero, sull’ale dorate” fue asumido por los milaneses, bajo dominación austriaca, como todo un canto nacional, convirtiendo a Verdi en símbolo de la unidad de Italia. Es una pieza imprescindible de gran emotividad, de las más conocidas del mundo, y su importancia en la historia y la cultura es fundamental. Interpreta el Coro de Ópera de Bilbao.

Termina el Concierto con el estreno en ABAO Bilbao Opera del espectacular y emotivo “Inno delle nazioni” (Himno de las Naciones), una audaz cantata en un solo movimiento que incorpora “Il Canto degli Italiani”, “La Marsellaise” y “God Save the Queen”, y que fue compuesta para la Exposición Universal de Londres de 1862. Los dos primeros son en la actualidad los himnos nacionales oficiales de Francia e Italia, pero no lo eran en el momento de la composición e interpretación del himno de Verdi. Una obra visionaria, con mirada hacia el futuro y que refleja la dimensión internacional de la obra de Verdi. Una pieza con profunda sonoridad para tenor que interpreta Sergio Escobar.

DANIEL OREN DIRIGE A LA BILBAO ORKESTRA SINFONIKOA

El director artístico del Teatro Verdi de Salerno, Daniel Oren, regresa esta temporada tras triunfar en Bilbao con Cavalleria rusticana, Pagliacci y Alzira, con el reto de dirigir un Concierto espectacular, lleno de intensidad y dramatismo, con piezas emotivas y sensibles y otras llenas de fuerza e intensidad.

Bajo su batuta de experto verdiano estarán cerca de 70 maestros de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa, una formación que colabora con ABAO desde su fundación en 1953, y que ha participado en 95 títulos durante las distintas temporadas.

Las brillantes escenas corales corren a cargo de unos 70 coralistas del Coro de Ópera de Bilbao bajo la dirección de Boris Dujin.

ENTRADAS A PRECIOS ASEQUIBLES

Las localidades para el concierto pueden adquirirse con tarifas asequibles para todos los públicos: desde 15€ los socios de ABAO hasta 35 años, y desde 30€ el resto de socios; y desde 20€ el precio de venta al público joven hasta 35 años y 40€ el público adulto.
Se pueden adquirir en las oficinas de ABAO, a través de www.abao.org y en el teléfono: 944 355 100

FUNDACIÓN BBVA: IMPULSO AL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO Y CULTURAL

La Fundación BBVA, cuyo rasgo diferencial es el impulso al conocimiento tanto científico como cultural, articula su programa de Música como un recorrido completo por las distintas formas en que la sociedad puede beneficiarse y disfrutar de esta manifestación artística. Así, promueve la creación de obra nueva con encargos de composición y hace posible su preservación y difusión por medio de grabaciones en colaboración con sellos e intérpretes de primera línea.

Fomenta la música en directo a través de ciclos de conciertos que, de forma gratuita, ponen al alcance del público ensembles y solistas de referencia en el repertorio contemporáneo. Organiza ciclos de conferencias y edita publicaciones para comprender mejor el trabajo de ciertos autores o sumergirse en el estudio de determinados períodos compositivos y lleva a la práctica proyectos de investigación y creación altamente innovadores con las Becas Leonardo en Música y Ópera.

Organiza simposios especializados sobre gestión de orquestas, colabora con formaciones musicales y teatros de todo el país y reconoce la excelencia a través del Premio Fronteras del Conocimiento en Música y Ópera y el Premio de Composición AEOS-Fundación BBVA, en colaboración con la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas. El esfuerzo sostenido de la Fundación en este ámbito ha sido reconocido con el Premio Ópera XXI a la Mejor Iniciativa de Mecenazgo.

Este Concierto está patrocinado en exclusiva por la Fundación BBVA, principal patrocinador de ABAO Bilbao Opera, que contribuye de esta manera a fomentar la cultura operística y a llevar al público espectáculos de la máxima calidad.

Daniela Barcellona ©FabioParenzan

ABAO Bilbao Opera

El sábado 23 de octubre se inaugura la 70º Temporada de ABAO Bilbao Opera con numerosas propuestas, actividades culturales, programas sociales, y una programación artística que crece con seis nuevos títulos y una apuesta permanente por la máxima calidad en todo su ámbito de actuación.

Tras haber tenido que detener y reprogramar parte de la actividad artística durante la pandemia, y haberse reinventado con nuevas propuestas como el exitoso programa ABAO on Stage, ABAO Bilbao Opera sigue trabajando en todo momento con la ilusión, el esfuerzo y el mismo objetivo de siempre: difundir la cultura y la ópera, y presenta la temporada 2021-2022 sobre un escenario de optimismo y esperanza en el retorno paulatino de la mayor normalidad posible.

La 70º temporada propone una programación ambiciosa, emocionante, variada, llena de estrenos y de la máxima calidad artística.

La nueva temporada incluye ocho títulos, cuatro de ellos en programa doble, más un concierto que añade dos nuevos títulos, con la figura de la mujer como eje vertebrador. Todas las óperas y las propuestas artísticas rescatan las protagonistas femeninas del relato. Mujeres que permiten reflexionar sobre la condición humana, las pasiones, los deseos, y las emociones que las mueven y las empoderan, o las destruyen.

Nueve compositores: Offenbach, Mascagni, Leoncavallo, Mozart, Poulenc, Zemlinsky, Rossini, Verdi y Puccini traen a la escena bilbaína óperas de los repertorios italiano, francés y alemán. Las óperas Les contes d’HoffmannCavalleria Rusticana y Pagliacci en programa doble y Madama Butterfly, combinan con los estrenos en Bilbao de La clemenza di Tito, Alzira, que clausura el proyecto Tutto Verdi, el programa doble de La voix Humaine y Eine Florentinische Tragödie, y el concierto también doble de Giovanna d’Arco y Stabat Mater en el Teatro Arriaga.

Una nueva temporada en la que debutan diez cantantes tres directores de escena y tres directores musicales al frente de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa, Euskadiko Orkestra, Orquesta Sinfónica Verum, Orquesta Bilbao Sinfonietta y del Coro de Ópera de Bilbao, que dirigido por Boris Dujin, se ocupa de la parte coral de la temporada.

ABAO sigue haciendo gala de su fama de institución de grandes voces y trae a escena destacados intérpretes que triunfan en los principales teatros de ópera del mundo como Michael Fabiano, Jessica Pratt, Elena Zhidkova, Jorge de León, Ekaterina Semenchuck, Ambrogio Maestri, Daniela Barcellona, Ainhoa Arteta, Angela Meade, Sergio Escobar o Juan Jesús Rodríguez, entre otros.

Fabio Parenzan

La famosa mezzosoprano italiana Daniela Barcellona regresa al escenario del Real para su debut como la maga Ulrica de la ópera de Verdi “Un ballo in maschera”, ópera que el próximo 18 de septiembre inaugura la nueva temporada lírica del coliseo madrileño. La cantante nacida en Trieste y aclamada como una de las grandes figuras de la lírica internacional en los teatros de ópera más importantes del mundo, vuelve al Teatro Real, con la que será su primera actuación operística tras su reciente éxito como solista de la Novena de Beethoven en el concierto de reapertura del mítico Teatro San Carlo, celebrado en la Piazza del Plebiscito.

Considerada como la mezzosoprano rossiniana de referencia de las últimas décadas, y una de las voces más importantes del circuito operístico internacional, tanto por su calidad vocal como por sus dotes escénicas, que la convirtieron en la primera cantante italiana galardonada con el prestigioso premio “Olivier Award”; Daniela Barcellona, que ha cantado bajo la batuta de maestros como Claudio Abbado, Colin Davis, Lorin Maazel, James Levin, Georges Prêtre, Kent Nagano, Valery Gergiev, Daniel Barenboim o Riccardo Muti, ha decidido seguir la evolución natural de su voz y en los últimos años ha incorporado nuevos roles a su repertorio. A su amplio catálogo de personajes ha añadido otros nuevos, como Baba la Turca en The rake’s progress de Stravinsky, su aplaudida  Didon de Les Troyens de Berlioz, Santuzza (Cavalleria rusticana), Laura Adorno (La Gioconda) y los verdianos, Princesa de Éboli (Don Carlo), Ámneris (Aida) – tras su memorable interpretación en la Arena di Verona, la crítica italiana la saludó como “Grandissima Daniela Barcellona! Abbiamo finalmente trovato l’Amneris areniana che aspettavamo da anni!”- o la Mrs Quickly de Falstaff, rol que ha cantado en Chicago con Riccardo Muti, en la Opéra National de París, La Scala de Milán, Dutch National Opera de Holanda, la Staatsoper de Berlín con Daniel Barenboim y Zubin Mehta, o la primavera pasada en el Teatro Real de Madrid, en la nueva producción de Laurent Pelly.

Sus compromisos más inmediatos incluyen, de nuevo, Falstaff en Bruselas, su debut como Azucena (Il trovatore) en la Opéra National de París, y el Requiem de Verdi junto a la Staatskapelle Berlin y Zubin Mehta en la Staatsoper Unter den Linden y la Philharmonie de Berlín.

Fotografía: Fabio Parenzan

https://www.danielabarcellona.com/

 

Casi retirado del mundo de la composición, Giuseppe Verdi disfrutaba de la compañía de su esposa Giuseppina Strepponi en su laugar de reposo, Sant´Agata. Hasta allí se acercaban algunos amigos, entre otros, los Boito. Arrigo Boito y Verdi no habían tenido muy buena relación hasta ese momento, fue a raíz del éxito  de Otello, otro acertado libreto de Boito, cuando iniciaron una amistad que se consolidó durante los últimos años del compositor, ambos compartían el amor por la música y la literatura.Boito hizo llegar a Verdi un boceto teatral de “Falstaff”, libreto basado en la obra de Shakespeare “Las alegres comadres de Windsor” y en “Enrique IV”. Quería animar al maestro a escribir una comedia, un género que Verdi no había vuelto a explorar desde hacía casi cincuenta años, tras el fracaso de “Un giorno di regno”, su primera incursión en la comedia que fue retirada al día siguiente de su estreno. Conocedora de la espinita que su esposo tenía clavada desde entonces, Giuseppina intentó, junto a Boito, animar al maestro en la aventura de componer una ópera buffa. Y así lo anunció durante una cena con el editor Ricordi, el maestro estaba escribiendo una nueva obra a sus 77 años. Al día siguiente, “Il Corriere della Sera” se hacía eco de la noticia, generando gran expectación entre sus seguidores.Verdi se enfrentaba así, junto a su amigo y libretista, sin prisas, sin presiones, con el sosiego de quien ya no tiene nada que demostrar, a la construcción de un personaje con el que llegó a empatizar lo largo de la composición.  “El panzón”, como llamaban Verdi y Giuseppina  a Falstaff, quedó terminado a mediados de 1892 y fue estrenada en el Teatro alla Scalla de Milan el 9 de febrero de 1893.Verdi acudía a todos los ensayos y no dejaba de dar indicaciones a músicos y cantantes, algo que sorprendía a todos, pues estaba próximo a cumplir los 80 años. El estreno fue todo un éxito y Verdi tuvo que salir a saludar en numerosas ocasiones. Pero Falstaff también había creado cierto desconcierto entre algunos seguidores del compositor. Su música no tenía nada que ver con las obras elaboradas hasta ese momento. Incluso se alejaba de Otello, que ya había supuesto una gran evolución musical. Después de Don Carlo, Verdi había hecho un gran esfuerzo para ser aceptado y responder a las críticas que le hacían sus detractores y ahora con Falstaff iba un paso más allá. Pero, a estas alturas, el maestro de Busseto era un personaje consagrado, no solo en el mundo de la ópera y en Italia, era admirado internacionalmente. Por lo que los reconocimientos a esta su última obra, fueron mayores que los desconciertos.

La principal novedad en la partitura de Falstaff reside en su estilo vocal y orquestal, y su nueva forma de recitar. Verdi abandonó por completo en esta obra el sistema de arias, no aparecen aquí las pasiones y dramas tan característicos de sus obras, representadas por esas arias de bravura. Tampoco aparecen las cabaletas, duetos y concertantes en una estructura llena de rigideces. El compositor elabora un sistema mucho más dinámico, donde la palabra tiene gran importancia a través de una escritura llena de riqueza y fuerza creativa. Se puede decir que da una vuelta de tuerca creando una ópera italiana brillante y llena de teatralidad, con una escritura orquestal compleja, con ensembles y conjuntos. Un personaje principal, dos más secundarios y un conjunto de comprimarios que van saliendo a escena con milimétrica exactitud. Se crea así una comedia donde el ritmo es fundamental y donde todos los personajes tienen un lugar insustituible en el engranaje de la obra.

El director de escena Laurent Pelly, ha sabido hacer una lectura muy adecuada del nivel teatral de esta ópera buffa. Ha diseñado dos espacios bien diferenciados, una tasca en la que Falstaff vive y prepara las intrigas junto a sus compinches Bardolfo y Pistola, y otro espacio, elegantemente favorecedor del enredo, donde vive y se desenvuelve la parte burguesa del reparto. El gran acierto de la escenografía de Laurent Pelly y Barbara de Limburg es su teatralidad, que faciliya las entradas y salidas de escena como si de un entremés se tratara, con una extraordinaria dirección de actores. La excesiva oscuridad de la escenografía estuvo a cargo de Joël Adam.

La dirección musical del joven Daniele Rustioni resultó muy eficaz y escrupulosa en su interpretación. Tal vez, a la vuelta de unos años, Rustioni se atreva a poner más intención y personalidad en esta obra. El entusiasmo que mostraba sobre el podio no se veía reflejado por la orquesta. Todo muy correcto, pero con poca chispa.

Falstaff es una obra coral. Sus numerosos personajes deben ser tan buenos cantantes como actores, y el elenco final, después de algunas bajas, es de un nivel extraordinario.

Roberto de Candia sustituía a Nicola Alaimo en el papel de Sir John Falstaff. De Candia defiende su personaje con bastante autoridad, un timbre homogéneo y una gran capacidad teatral. Su experiencia en el escenario y la intención que le da a su personaje, llenaron el escenario vacío en el que se encontraba en alguno de sus pasajes. Su Falstaff tiene el punto justo de comicidad, sin caer en lo caricaturesco. Es un Falstaff con su poquito de petulancia y fanfarronería, que se cree apuesto y gentil. Un Don Giovanni venido a menos que vive de sus recuerdos y con el que se acaba empatizando.

El Ford de Simone Piazzola tuvo una mayor carga histriónica. Su personaje no es vocalmente sencillo, pero Piazzola resolvió con fluidez los pasajes más complicados de su jocoso Ford.

Las alegres comadres de  Windsor no lo tuvieron fácil en la parte escénica. Pelly las puso a todas a subir y bajar escaleras mientras cantaban. Una dificultad a añadir a su interpretación. Rebecca Evans fue una Mrs. Alice Ford llena de comicidad y gracia. Su emisión es limpia y directa y fue la más destacada vocalmente del grupo de comadres.

Daniela Barcellona, como Mistress Quickly, fue la más elegante y sofisticada, también en la línea de canto. Echamos un poco de menos esos maravillosos graves que posee. Hizo muy buena pareja con Roberto de Candia en los duetos que comparten.

Más desapercibida pasó en escena Maite Beaumont con su Mrs. Meg Page. No ocurrió lo mismo con Ruth Iniesta y su Nannetta, con una voz limpia, fresca y voluminosa que acompañaron al apocado Fenton de Joel Prieto, al que le cuesta recuperar el buen nivel que mostró en La flauta mágica de hace una par de temporadas en este mismo teatro.

El Dr. Caius de Chritophe  Mortagne resultó algo esperpéntico, con una emisión algo forzada en su comicidad.

Mikeldi Atxalandabaso siempre es una garantía en lo vocal y, sobre todo, en la interpretación. Es un auténtico camaleón en el escenario. Su Bardolfo, un poco macarra de barrio, fue de lo más divertido de la noche. El mismo oficio demostró Valeriano Lanchas, compañero de correrías de Bardolfo y Falstaff. Con unos graves que resonaban con potencia y una muy buena interpretación.

Falstaff termina de manera magistralmente original, con una fuga interpretada por todos los protagonistas, incluido el coro (una vez más, magnífico), mientras un gran espejo refleja el patio de butacas a la vez que se escucha “Todo en el mundo es burla”. En este caso, no nos importa ser burlados.

Entrevista Daniala Barcellona

 

Daniela Barcellona

La famosa mezzosoprano Daniela Barcellona regresa a la temporada ABAO-OLBE de Bilbao para interpretar su aplaudido rol de Arsace en Semiramide, la última ópera seria de Rossini. Daniela Barcellona, cantante puntera en la lista de estrellas rossinianas que ha recibido los elogios de la crítica internacional por sus múltiples interpretaciones del comandante del ejército asirio, fue galardonada en 2018 por su interpretación de Arsace  en la Royal Opera House con el prestigioso premio “Olivier Award”. Recientemente, ha grabado Semiramide en su cuarta colaboración con el célebre sello británico “Opera Rara”, grabación que ha sido galardonada por los International Classical Music Awards 2019 (ICMA) como mejor disco de ópera del año. Además, está nominada con este disco a los BBC Music Magazine Awards 2019, el Preis der deutschen Schallplattenkritik 2019, y los Opera Awards 2019, en los que también cuenta con una nominación a “mejor cantante femenina”.

Daniela Barcellona llega al Palacio Euskalduna de Bilbao tras su reciente gira en Tokio con el maestro Riccardo Muti y la Chicago Symphony Orchestra, interpretando el “Requiem” de Verdi, y antes de su actuación en abril en el Teatro Real de Madrid como Mistress Quickly en Falstaff de Verdi. Los próximos días 16, 19, 22, y 25 de febrero, la cantante de Trieste participará en la reposición de la producción de Semiramide con la mítica regia de Luca Ronconi, bajo la dirección musical de Alessandro Vitiello. El cast contará también con las voces de Silvia Dalla Benetta y Simón Orfila, entre otros cantantes.

Daniela Barcellona ha colaborado con importantes directores de orquesta como Claudio Abbado, Riccardo Muti, James Levine, Riccardo Chailly, Gianluigi Gelmetti, Sir Colin Davis, M. Rostropovich, Myun-Whun Chung, Georges Prêtre, Carlo Rizzi, Alberto Zedda, Gianandrea Noseda, Roberto Abbado, Fabio Biondi, Antonio Pappano, Michele Mariotti, Kent Nagano, Bruno Campanella, Valery Gergiev, Lorin Maazel y Daniel Barenboim, entre otros, y con renombrados directores de escena como David McVicar, Robert Carsen, Luca Ronconi, Pierluigi Pizzi, Hugo de Ana, Mario Martone, David Alden, Damiano Michieletto, y Yannis Kokkos.

Sus compromisos más inmediatos incluyen Falstaff de Verdi en el Teatro Real de Madrid, en una nueva producción de Laurent Pelly, Cavalleria Rusticana en el Teatro Regio de Turín, y un recital de belcanto en el Arts Centre Melbourne.

http://www.danielabarcellona.com/

Riccardo Frizza

Después de su paso por La Scala de Milán (Il pirata), la Ópera de San Francisco (Roberto Devereux) y La Fenice de Venecia (Semiramide), el director italiano Riccardo Frizza debuta el 22 de noviembre como flamante director musical del Festival Donizetti de Bérgamo (Italia), ciudad natal del célebre compositor belcantista. Lo hará al mando del concierto inaugural del Festival con la Orchestra Sinfonica Nazionale della RAI y contando con algunas de las estrellas más importantes del estilo, como la soprano Jessica Pratt (nombrada este año artista residente del Festival), la mezzosoprano Daniela Barcellona y los tenores Levy Sekgapane y Xabier Anduaga. La cita es en el Teatro Sociale de Bérgamo y en el programa figuran obras de Rossini (conmemorando el 150 aniversario de su fallecimiento) y Donizetti.

Dos días más tarde, Riccardo Frizza estrenará en tiempos modernos la hoy desconocida ópera del compositor bergamasco Il castello di Kenilworth (funciones los días 24 y 30 de noviembre y 2 de diciembre), todo un
acontecimiento lírico a nivel global al tratarse de una obra muy estimada por el propio Donizetti y que brinda parte importante del protagonismo a la reina Isabel I de Inglaterra, figura recurrente en el mundo de la lírica.
Participarán en la exhumación, entre otros intérpretes, Jessica Pratt, Carmela Remigio, Xabier Anduaga, Stefan Pop y Lorenzo Barbieri, en una nueva producción del Festival Donizetti que lleva la firma de la actriz y directora zaragozana María Pilar Pérez Aspa.

Después de sus compromisos en la capital donizettiana mundial, en diciembre el maestro Frizza regresará al podio del Gran Teatre del Liceu de Barcelona para dirigir L’Italiana in Algeri de Rossini (funciones los días 13, 14, 15,
17, 18, 19, 21, 22 y 23 de diciembre), donde se pondrá al mando de un doble reparto de figuras consagradas en el arte rossiniano.

Daniela Barcellona

En plena celebración del Bicentenario del Teatro Real y cuando se cumplen veinte años de su reapertura, la gran mezzosoprano Daniela Barcellona regresa al coliseo madrileño para interpretar Amneris en la ópera Aida, de Giuseppe Verdi.

Daniela Barcellona, considerada por las máximas autoridades en Rossini como la mejor mezzosoprano rossiniana de los últimos veinte años, que marcó un punto de inflexión en la historia interpretativa del rol de Tancredi, ha decidido extender su repertorio actual más allá del belcanto: “Estoy siguiendo el desarrollo natural de las demandas vocales y físicas que caracterizan este momento de mi vida”.

La famosa mezzo italiana, que emocionó al público valenciano por su poderío vocal y escénico en su debut del rol de Amneris, y con su memorable interpretación en la Arena di Verona, hizo exclamar a la crítica “Grandissima Daniela Barcellona! Abbiamo finalmente trovato l’Amneris areniana che aspettavamo da anni!”, regresa al Teatro Real, para interpretar, una vez más, a la princesa egipcia, tras su extraordinario éxito en el pasado Festival de Salzburgo junto a la Filarmónica de Viena y bajo la batuta del maestro Riccardo Muti, quien la llamó horas antes de su actuación como Amneris en el célebre escenario del Großes Festspielhaus, donde, tras un largo viaje en coche, brilló con luz propia.

Los próximos días 9, 15 y 20 de marzo, tendremos ocasión de disfrutar de la actuación de Daniela Barcellona en el Teatro Real de Madrid, bajo la dirección musical de Nicola Luisotti, compartiendo escenario con la soprano Lianna Haroutounian (Aida), el tenor Fabio Sartori (Radamés) y Ángel Ódena (Amonasro). Casi 300 artistas (entre solistas, coro, bailarines, actores y orquesta), en la revisada producción original de 1998, que firma el argentino Hugo de Ana.

Entre sus compromisos más inmediatos, cabe destacar el estreno de Falstaff, en la Staatsoper Unter den Linden, con dirección escénica de Mario Martone y dirección musical de Daniel Barenboim, Semiramide en la Bayerische Staatsoper, La Gioconda en la Deutsche Oper Berlin, la Petite messe solennelle en el Rossini Opera Festival y la Messa da Requiem de Verdi, con la Chicago Symphony Orchestra y Riccardo Muti. Además, este mes de marzo, saldrá al mercado su nuevo proyecto discográfico en el que interpreta el rol de Arsace, en una grabación íntegra de Semiramide de Rossini (Opera Rara), junto a Sir Mark Elder y la Orchestra of the Age of Enlightenment.

Daniela Barcellona

Daniella Barcellona y Jessica Pratt en Tancredi

El valenciano Palau de Les Arts, ha cerrado brillantemente la temporada con cinco representaciones del rossiniano Tancredi, que han reunido un magnífico elenco vocal encabezado por Daniela Barcellona como Tancredi y Jessica Pratt en el papel de Amenaide, junto a la excelente prestación de la Orquesta de la Comunitat Valenciana dirigida por Roberto Abbado. También, cabe señalar la interesante propuesta escénica de Emilio Sagi. Curiosamente, y siendo las representaciones de mayor calidad que han podido verse durante toda la temporada, la asistencia del público no ha sido masiva, pudiendo contemplarse bastantes huecos en el aforo del teatro valenciano. Eso sí, el público asistente aplaudió con gran fuerza las magníficas prestaciones de cantantes y orquesta.

Gioachino Antonio Rossini (Pesaro, 1792 – París, 1868) muy pronto se sintió atraído por la ópera. En 1810, con solo dieciocho años, estrenó en el Teatro Samuele de Venecia su primer trabajo importante La cambiale di matrimonio, al que seguirá al año siguiente L’ equivoco stravagante. Obtendrá su primer gran éxito con La pietra del Paragone estrenada en el Teatro alla Scala de Milán, en 1812, convirtiéndose en un compositor tremendamente prolífico, ya que antes de finalizar ese año, había estrenado dos nuevas óperas: La Scala di seta y L’ocasione fa il ladro. Sorprende la capacidad de Rossini para componer paralelamente, en un escaso período de tiempo, una comedia como Il Signor Bruschino, y Tancredi (su primera ópera seria) ambas estrenadas en Venecia respectivamente el 27 de enero y 6 de febrero de 1813. El éxito de las obras cómicas de Rossini, puede ocultar su gran importancia como compositor de óperas serias. Grandes títulos como L’italiana in Algeri (1813), Il turco in Italia (1814), Il Barbieri di Seviglia (1816) o La Cenerentola (1817), sumieron en un flagrante olvido las óperas serias que compuso en su período napolitano, entre 1815 y 1823. En títulos dramáticos como Otello (1816) y La donna del lago (1819), renunció al heroísmo neoclásico, para dejarse ganar por el clima romántico, que estaba comenzando a nacer. Rossini concluyó esa brillante etapa, en 1823, con el estreno de Semiramide, última de sus treinta y cuatro óperas italianas, partiendo ese mismo año hacia Francia, donde seguirá componiendo comedias como Il viaggio a Reims (1825) y Le Comte Ory (1828), títulos dramáticos como Le siege de Corinthe (1826), Moïse et Pharaon (1827); y, sobre todo, su monumental Guillaume Tell (1829), que sienta las bases del melodrama romántico, y con el que concluyó su ciclo operístico cuando solo tenía treinta y siete años.

Tancredi fue compuesta por Rossini en diciembre de 1812 y enero de 1813, con libreto de Gaetano Rossi a partir de la obra teatral Tancrède de Voltaire. El estreno tuvo lugar el 6 de febrero de 1813 en el Teatro la Fenice de Venecia, y la ópera concluía con un final feliz. El 20 de marzo de ese mismo año, Rossini estrenó en Ferrara una versión revisada que incluía diferentes cambios, siendo el más significativo un nuevo final de carácter trágico, cuyo texto fue escrito por el poeta Luigi Lechi. Este final no gustó al público, y Rossini elaboró una nueva versión, estrenada en Milán, en diciembre de 1813, que sintetizaba las ofrecidas en Venecia y Ferrara, con la inclusión del final feliz. Durante veinte años, hasta 1833, la ópera fue representada con cierta asiduidad, cayendo posteriormente en el más absoluto de los olvidos. La partitura y texto del final trágico llegó a desaparecer, siendo descubierto por el musicólogo Philip Gossett, quien elaboró una edición crítica, en 1976, a partir de la versión estrenada en diciembre de 1813, pero concluida con el final trágico de Ferrara. La recuperación definitiva de esta ópera se produjo cuando esa edición crítica se estrenó en La Ópera de Houston (Texas), en 1977, con la participación como Tancredi de la gran mezzo norteamericana Marilyn Horne, quien se convertirá en la gran avalista de esta ópera, que interpretó durante más de una década en diferentes teatros de todo el mundo, habiéndonos legado hasta ocho grabaciones en directo, entre ellas la toma en video realizada en el Teatro del Liceu de Barcelona, en 1989. La mezzo Daniela Barcellona interpretó Tancredi por primera vez en el Festival de Pesaro de 1999, convirtiéndose desde entonces en un Tancredi referencial. Ello se pone de manifiesto en diferentes tomas en audio y video, sobre todo el DVD comercializado por TDK, de unas funciones que tuvieron lugar en el Teatro Comunale de Florencia, en octubre de 2005, junto a uno de los grandes interpretes de Argirio: el tenor argentino Raúl Giménez. En España, Daniela Barcelona ha interpretado Tancredi en bastantes ocasiones: La Coruña (2003), Oviedo (2004), Teatro Real de Madrid (2007), Teatro de La Maestranza de Sevilla (2009), y ahora en las recientes funciones que han tenido lugar en el Palau de Les Arts, donde se ha representado la versión crítica de Philip Gossett con el final trágico de Ferrara.

El Tancredi representado en Valencia es una coproducción de la Ópera de Lausanne y el Teatro Municipal de Santiago de Chile, con dirección escénica de Emilio Sagi, trasladando la acción del Siglo XI, en la época de Las Cruzadas, al siglo XIX, en el período italiano del Risorgimento. La acción comienza en el gran salón de un palacio, con columnas de mármol y grandes ventanales con bellas vidrieras policromadas, donde muchos comensales se reúnen alrededor de una gran mesa, ataviados con vistosos y recargados uniformes diseñados por Pepa Ojanguren, habitual colaboradora de Emilio Sagi. Ese mismo escenario se va transformando, mediante rápidos desplazamientos de sus paredes y una cambiante iluminación, en diferentes espacios escénicos: el reducido e intimista donde se desarrolla el dúo de Tancredi y Amenaide del Acto I, ya en el Acto II, se convierte en el elegante despacho de Argirio o en la cárcel donde recluyen a Amenaide.

En algún momento, a la búsqueda de un esteticista impacto visual, el planteamiento escénico resulta fallido, como en la secuencia de la batalla, en el Acto II, acotada en un espacio cuyo fondo es un panel donde están ensamblados muchos pequeños espejos, la oscuridad escénica solo es alterada por los focos de las linternas que portan figurantes y que se reflejan en los espejos, molestando seriamente a los espectadores. Resulta atractiva la escena final de la ópera donde puede verse un gran monumento funerario que en cuya base se produce la muerte de Tancredi en brazos de Amenaide. Señalar la falta de idoneidad del traje militar que porta Tancredi, encorsetando sus movimientos escénicos. Si exceptuamos la escena de las linternas deslumbradoras, resulta bastante apropiado el diseño de iluminación realizado por Eduardo Bravo, creando adecuados ambientes escénicos siempre en consonancia con el desarrollo de la acción.

Excelente dirección de Roberto Abbado, quien consigue una alta prestación de la Orquesta de la Comunitat Valenciana. El maestro Abbado conoce muy bien esta partitura, habiéndola dirigido en bastantes ocasiones, pudiéndose escuchar una magnífica grabación de estudio realizada por RCA, en 1995, donde dirigía a la Müncher Rundfunk Orchestra, con Vesselina Kasarova como Tancredi, la Amenaide de Eva Mei y el excelente Argirio de Ramon Vargas, exhibiendo una voz de gran belleza. Esta versión discográfica contiene los dos finales y el aria alternativa de Amenaide “Ah, se pur morir degg’io” que Rossini compuso para la versión de Ferrara.

Roberto Abbado se presentó con el brazo derecho inmovilizado por una lesión, lo que aún hizo más meritoria su labor directorial, que ya se puso de manifiesto desde la misma obertura (idéntica a la de otra ópera anterior de Rossini: La pietra del paragone) en cuya primera sección de corte claramente mozartiano, brillaron metales y maderas; y, una segunda sección, dominada por un reiterado crescendo orquestal, típicamente rossiniano, que se va alternando con la interpretación de una graciosa melodía donde destacan las intervenciones del violonchelo en conjunción con la flauta, fagot y toda la cuerda. Magnífico el sonido del preludio orquestal que introduce la gran escena de Tancredi del Acto I, con el continuo sonido de la cuerda grave acompañando a violines y maderas, junto a las lucidas intervenciones del oboe solista. Destacar el acompañamiento en el gran dúo de Amenaide y Tancredi en el Acto I, que finaliza con una brillante coda. También, la actuación orquestal en el final del Acto I: sexteto y concertante conclusivo. Ya, en el Acto II, resultó excelente la prestación del clarinete solista en el transcurso del aria de Isaura, seguida de la brillante ejecución de la música, de fuerte aliento sinfónico, que precede y acompaña el recitativo de Amenaide “Di mia vita infelice”. Muy bella la introducción y acompañamiento orquestal del aria de Roggiero en el Acto II. Resaltar el etéreo y tenue sonido camerístico de la cuerda, que acompaña la escena de la muerte de Tancredi. En los numerosos recitativos que contiene esta ópera, cabe destacar la excelente prestación del bajo continuo compuesto por pianoforte (José Ramón Martín), violonchelo (Rafal Jezierski) y contrabajo (David Molina). Buena labor concertante de Roberto Abbado siempre pendiente de las voces.

La gran mezzo triestina Daniela Barcellona ha hecho de Tancredi su papel más paradigmático, aportando su precisa vocalidad belcantista, gran interpretación dramática y una presencia escénica totalmente identificada con el personaje. Ya, resulta brillante su entrada escénica con la interpretación del recitativo “Oh patria, dolce e ingrata Patria”, que inicia con una mezza di voce, y donde exhibe una depurada línea de canto llena de expresividad, con excelentes regulaciones del sonido. El recitativo enlaza con el arioso “Tu che accendi questo core” para concluir con el famosísimo “Di tanti palpiti”, interpretado en el más puro estilo belcantista, ejecutando con maestría las pertinentes variaciones en la repetición iniciada con la frase “Sarà felice”, donde muestra su dominio de las agilidades, junto a unos agudos muy bien emitidos. Ya, en el Acto II, realiza una gran interpretación de la cavatina “Ah, che scordar non son” con la reiterada frase “L’adoro ancor” cada vez expresada con diferentes matices. Realiza una gran interpretación vocal y dramática del aria-rondó “Perché turbar la calma”, con una primera sección lenta, llena de tristes acentos, que deriva a otra mucho más rápida, iniciada con la agresiva frase “Traditrice! Io t’abbandono”, donde muestra su gran dominio de las agilidades con puntuales y precisas subidas al agudo. Se suceden esos cambios de ritmo lento-rápido, en un continuo crescendo, para concluir el aria con la heroica y reiterada frase “Al campo, al campo a trionfar” insertando poderosos agudos magníficamente emitidos. En un registro totalmente diferente, ya a punto de morir, dota de patéticos acentos el recitativo-aria “Oh Dio, lasciarte io deggio….Amenaide, serbami tua fe” conclusivo de la ópera.

Gran interpretación como Amenaide de la soprano Jessica Pratt, en posesión de una voz de atractivo timbre, bien proyectada, con dominio del canto legato, excelentes regulaciones de sonido y un absoluto dominio de la coloratura: trinos, escalas, notas picadas, junto a agudos y sobreagudos muy bien emitidos. También, cabe destacar su magnífica actuación escénica. Todo ello, ya se pone de manifiesto en su cavatina inicial “Come dolce all’alma mia” . En el Acto II, dota de gran lirismo su recitativo-aria “Di mia vita infelice…..No, che il morir non è”, con melancólicos acentos y excelente capacidad para las medias voces y las regulaciones de sonido, emitiendo bellas notas en pianissimi. Sus momentos más brillantes se producen en el recitativo-aria “Gran Dio!…..Giusto Dio che umile adoro” donde en recitativo y primera parte del aria, muestra una depurada línea de canto llena de expresividad, emitiendo preciosos filados, apianando la voz incluso en las notas agudas. Ya, en la segunda parte del aria, donde la música retoma el crescendo de la obertura, puede constatarse la capacidad de la cantante para la coloratura, emitiendo notas picadas con verdadera precisión, subiendo con facilidad al agudo y sobreagudo y finalizando el aria con un impresionante Mi5.

De calidad extrema resultan los dos dúos interpretados de Pratt y Barcellona, especialmente la sección central del segundo “Ah, come mai quell’anima”, con acompañamiento de la cuerda en pizzicato.

El personaje de Argirio es interpretado por el tenor chino Yijie Shi, magnífico cantante rossiniano, a pesar de su poco atractivo timbre. Durante sus numerosas intervenciones mostró un elegante fraseo y excelente ejecución de las agilidades. Especialmente brillante resultó su interpretación del recitativo-aria “Oddio crudel! Qual nome….Ah! segnar invano io tento”, ofreciendo en el recitativo, un canto lleno de expresividad; y, en el aria, momentos meditativos apianando la voz, junto a otros de auténtico canto de bravura con brillantes subidas al agudo y sobreagudo. Muy bien en su dúo con Tancredi del Acto II.

El bajo Pietro Spagnoli, tiene una voz en exceso lírica para el papel de Orbazzano y su interpretación no pasó de discreta, a pesar de tener verdaderas oportunidades de lucimiento, ya que en esta versión de Tancredi se inserta el aria “Alle voci della gloria” (inmediatamente antes del dúo de Tancredi y Argirio del Acto II) que habitualmente es omitida. En el papel de Isaura, la mezzo Martina Belli mostró una voz grande aunque un tanto gutural, con buen dominio de las agilidades, en la interpretación de su aria “Tu che i miseri conforti” del Acto II. La joven soprano Rita Marqués perteneciente al Centro de perfeccionamiento Plácido Domingo, se lució en su aria “Torni alfin ridente”. Excelentes los números de conjunto que cierran el Acto I, sobre todo el concertante final. Magnífica actuación del Coro de la Generalitat Valenciana (en este caso solo voces masculinas) en sus numerosas intervenciones, destacando su interpretación en el Acto II del Coro di Saraceni: “Regna il terror nella citta”.

Estas funciones de Tancredi estuvieron dedicadas a la memoria del director de orquesta y musicólogo Alberto Zedda, fallecido el pasado mes de marzo, cuya labor ha sido esencial en la recuperación de toda la obra rossiniana.

 

Tancredi

El Palau de les Arts Reina Sofía cierra la temporada lírica con su primera incursión en la ópera seria de Gioachino Rossini, ‘Tancredi’, que se estrenará el próximo viernes, 23 de junio en la Sala Principal.

El intendente de Les Arts, Davide Livermore, ha presentado este título hoy en conferencia de prensa junto con Roberto Abbado, director musical; Emilio Sagi, director de escena; la mezzosoprano Daniela Barcellona (Tancredi); la soprano Jessica Pratt (Amenaide); el tenor Yijie Shi (Argirio); y el barítono Pietro Spagnoli (Orbazzano).

El también director artístico del teatro de ópera ha recordado que se dedicarán las representaciones de ‘Tancredi’ a la memoria de Alberto Zedda, máxima autoridad en la obra del compositor de Pésaro, que ejerció, además, de primer director artístico del Centre Plácido Domingo:

“Qué mejor homenaje podemos rendirle, que ofrecer un Rossini con los mejores mimbres artísticos que se pueden encontrar en el panorama operístico actual, a la altura de su Rossini Opera Festival de Pésaro o de los mejores teatros del mundo”, ha explicado Livermore.

Roberto Abbado, por segundo año consecutivo, cierra la oferta de Les Arts con este título, que compagina con el concierto que dirigirá en el Palau de la Música con la soprano Anna Caterina Antonacci y la Orquestra de la Comunitat Valenciana el día 30 de junio.

Según destaca el maestro milanés: “Rossini ha sido el compositor de ópera más grande de su tiempo, con gran influencia no sólo en la ópera italiana sino también en la francesa. Lo más fascinante es el desarrollo innovador, no hay otro italiano que haya empujado la ópera hacia adelante como él, era como si tuviese un telescopio para mirar el futuro”.

“Siempre utiliza -continúa el director- un idioma muy típico y reconocible, por eso la dificultad como intérpretes es que debemos saber distinguir para hacer que ese mismo idioma funcione de forma distinta en una ópera seria o en una ópera bufa”.

Sobre los diferentes finales, Roberto Abbado matiza que de los tres que existen: Venecia, Ferrara y una versión milanesa con otros personajes, el final trágico (Ferrara, marzo 1813) que se verá en Les Arts, corresponde “según mi visión al ideal de ‘Tancredi’ que Rossini había pensado, además de ser muy innovador porque en él la música se va desintegrando para terminar en silencio”.

Se trata de la séptima puesta en escena que Emilio Sagi presenta en el enclave cultural valenciano tras sus celebradas propuestas para ópera española y zarzuela: ‘La Bruja’ y ‘El rey que rabió’, ambas de Ruperto Chapí; ‘Luisa Fernanda’, de Moreno Torroba; ‘El dúo de ‘La Africana’, de Fernández Caballero, ‘Katiuska’, de Pablo Sorozábal y ‘Lucrezia Borgia’, de Donizetti.

El montaje, coproducido por la Opéra de Lausanne y el Teatro Municipal de Santiago de Chile, cuenta con escenografía de Daniel Bianco, vestuario de Pepa Ojanguren e iluminación de Eduardo Bravo.

El reputado director de escena ovetense emplea una estética “inspirada en los principios del siglo XX, pero con un corte atemporal” para “ganar en credibilidad y dar una imagen menos acartonada del libreto”. “La música de Rossini -apunta- es universal y moderna también, por eso funciona hacer un montaje alejado de la narración original palabra por palabra, que no es otra cosa que una historia de caballeros y héroes”.

Daniela Barcellona, voz rossiniana de referencia, regresa a Les Arts con uno de sus papeles fetiche, Tancredi, que le ha acompañado toda su carrera desde su debut en Pésaro en 1999. Se trata de su tercera actuación en el centro operístico, tras cantar en la Gala Puccini bajo la batuta de Plácido Domingo en 2008, encarnar a Didon en ‘Les Troyens’, con Valery Gergiev, en 2009, y presentar por primera vez el rol de Amneris en ‘Aida’ en 2010.

“Para mí, Tancredi es un rol muy significativo, porque ha sido el papel que ha hecho toda mi carrera. Cuando lo debuté sabía que suponía una gran responsabilidad, ya que antes de mí lo había cantado Lucia Valentini Terrani. Como personaje, lo sigo amando muchísimo, es poético y muy positivo, tanto que pese a que piensa que Amenaide no lo ama, se bate por ella”, subraya la mezzosoprano italiana.

Jessica Pratt interpreta a Amenaide, su primer papel en Valencia. La soprano, nacida en Inglaterra pero criada en Australia, es una de las voces con mayor presencia en la escena internacional. Desde su debut en 2007 como ‘Lucia di Lammermoor’, su nombre es imprescindible en las grandes producciones de bel canto en Europa y Estados Unidos, que le ha llevado a conseguir numerosos galardones en todo el mundo.

“Tancredi’ -añade Jessica Pratt- fue la primera ópera de Rossini que vi en Italia y también la que me hizo enamorarme del bel canto. Amenaide es un papel muy interesante tanto escénica como musicalmente. La música es increíblemente hermosa, aunque también supone un reto porque tiene mucho que cantar: dos duetos, tres escenas y el final primero… Físicamente es muy exigente, pero yo adoro los desafíos”.

En el apartado masculino, Les Arts cuenta con otras dos figuras de contrastado prestigio que también hacen su primera incursión en el centro operístico valenciano: Yijie Shi (Argirio) y Pietro Spagnoli (Orbazzano).

El tenor chino Yijie Shi está en primera línea de la escena operística después de ser la revelación en el Rossini Opera Festival de 2008 con el papel de Cavalier Belfiore en ‘Il viaggio a Reims’, al que siguió un sonado éxito por el papel protagonista en ‘Le comte Ory’ en 2009.

Pese a su juventud, Yijie Shi cuenta ya con el reconocimiento de los teatros de ópera más prestigiosos como el Metropolitan de Nueva York, la Ópera de San Francisco, el Théâtre des Champs Élysées de París, la Accademia Nazionale di Santa Cecilia en Roma, el Maggio Musicale Fiorentino, el Rossini Opera Festival de Pésaro, la Deutsche Oper de Berlín o La Fenice de Venecia, y ha trabajado con directores como Roberto Abbado, Zubin Mehta, Kent Nagano y Alberto Zedda.

Nacido en Roma, el barítono Pietro Spanogli es uno de los intérpretes de referencia en el repertorio de Donizetti, Mozart y Rossini gracias a papeles como Figaro y Conte Almaviva en ‘Le nozze di Figaro’; el rol protagonista en ‘Don Giovanni’; Guglielmo y Don Alfonso en ‘Così fan tutte’; Dandini y Don Magnifico en ‘La Cenerentola’: Belcore y Dulcamara en ‘L’elisir d’amore’; Sulpice en ‘La fille du regiment’ o Malatesta en ‘Don Pasquale’.

Cierran el elenco de ‘Tancredi’, la emergente mezzosoprano Martina Belli (Isaura) y la soprano del Centre Plácido Domingo Rita Marques (Roggiero).

‘Tancredi’ es un ‘melodrama heroico’ en dos actos con libreto en italiano de Gaetano Rossi, que fue representado por primera vez en el teatro La Fenice de Venecia el 6 de febrero 1813. El texto está basado en la tragedia ‘Tancréde’, que escribió Voltaire en 1759.

Además del día 23, Les Arts ha programado otras representaciones de la ópera de Rossini los días 25, 27 y 29 de junio además de una última función el 1 de julio.

Daniela Barcellona

Aclamada en los más célebres teatros operísticos como la gran intérprete de Rossini, Daniela Barcellona es, desde hace años, una de las cantantes más codiciadas de la escena internacional. Sus dotes interpretativas y su virtuosismo vocal han sido ovacionados en todo el mundo y su presencia es habitual en los más famosos festivales y escenarios líricos: Salzburgo, BBC Proms, Metropolitan Opera House de Nueva York, Bayerische Staatsoper de Munich, Deutsche Oper de Berlín, Semperoper Dresden, Royal Opera House, Opéra national de París, Staatsoper de Viena… Desde el próximo 23 de junio, y hasta el 1 de julio, interpretará en el Palau de les Arts de Valencia su famoso rol protagónico en Tancredi de Gioachino Rossini.

Considerada por crítica y público como la mejor Tancredi de la actualidad, Daniela Barcellona debutó en el rol de Tancredi en 1999, en el Rossini Opera Festival de Pésaro, convirtiéndose, de inmediato, en la estrella favorita del más famoso festival rossiniano.

En el extraordinario currículum de la multipremiada mezzo italiana, figuran los directores más prestigiosos de la escena internacional: Claudio Abbado, Alberto Zedda, Sir Colin Davis, James Levine, Riccardo Muti, Georges Prêtre, Roberto Abbado, Riccardo Chailly, Bruno Campanella, Kent Nagano, Daniel Barenboim o Valery Gergiev, entre otros.

Daniela Barcellona regresa al escenario de les Arts, con el maestro Roberto Abbado como director musical y la producción firmada por Emilio Sagi para la Ópera de Lausanne y el Teatro Municipal de Santiago de Chile. La soprano Jessica Pratt (Amenaide), el tenor Yijie Shi (Argirio) y el barítono Pietro Spagnoli (Orbazzano) completan el reparto de esta ópera seria de Rossini, que clausura la temporada del coliseo valenciano.

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