David Cantalejo Gómez (Bilbao, 1985) se ha alzado ganador de la XXX edición del Premio Jóvenes Compositores Fundación SGAE – CNDM 2019 que convocan conjuntamente la Fundación SGAE y el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), y cuya final se celebró ayer en el Auditorio 400 del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. El bilbaíno ha obtenido el primer premio “Xavier Montsalvatge“, dotado con 6.000 euros, por su obra La noche de Walpurgis y se convierte además en compositor residente de la Red de Músicas de Juventudes Musicales de España durante la temporada 2020-2021. “Este premio reconoce el fruto de mucho esfuerzo y trabajo diario, recibirlo es un impulso y como compositores nos obliga a superarnos”, ha declarado Cantalejo. Sobre La noche de Walpurgis, obra con la que ha conquistado el galardón, David Cantalejo ha explicado: “Quería recrear la atmósfera de las hogueras, las brujas, el movimiento del fuego, que es central en la pieza, cómo se aviva y cómo desaparecen las llamas, evitando recurrir a sonidos programáticos”.

Pilar Jurado, presidenta de SGAE, hizo entrega del primer premio al compositor y recordó como ella misma se alzó con este galardón en 1997, después de haber sido finalista tres años antes: “Este certamen evidencia el compromiso de la Sociedad General de Autores y Editores con la creación sinfónica, son unos premios de gran transcendencia en el sector y, para un joven compositor, el recital de hoy supone la mejor carta de presentación y un impulso al desarrollo de sus carreras”.

Palmarés completo
De este modo, el palmarés completo de la XXX edición del Premio Jóvenes Compositores Fundación SGAE – CNDM 2019 queda configurado de la siguiente forma: María del Pilar Miralles Castillo (Almería, 1997), conquistó el segundo premio “Carmelo Alonso Bernaola” (3.000 euros) con su obra Overthinking IC; Antón Alcalde (Rianxo, A Coruña, 1992), se alzó con el tercer premio “Francisco Guerrero Marín” (1.5000 euros) con su pieza Firefly (after ‘Tokio Blues’), mientras que Bruno Angelo (Brasil, 1985)  recibió la mención honorífica «Juan Crisóstomo Arriaga» (1.200 euros) por su trabajo Res nata. Reflexión ontológica sobre el ornamento. Todos ellos cuentan con menos de 35 años de edad.

El conjunto instrumental KOAN 2, bajo la dirección de José Ramón Encinar, estrenó ayer las cuatro composiciones, dentro del ciclo Series 20/21 del CNDM. Además, y como en cada edición, la Fundación SGAE editará un disco promocional que reunirá las cuatro obras finalistas del certamen, con el fin de contribuir a su posterior promoción y difusión. El jurado, que estuvo compuesto por los compositores Carlos Fontcuberta Llavata, Junkal Guerrero Langara, Alejandro López Román, Jesús Torres Ruiz y Ana Vázquez Silva, ha seleccionado estas obras de un total de 22 presentadas a concurso.

Compositor Residente de la Red de Músicas
Al primer premio se suma también la designación de Cantalejo como Compositor Residente de la Red de Músicas de Juventudes Musicales de España. El bilbaíno recibe así el encargo de tres obras de música de cámara que serán estrenadas e interpretadas dentro del circuito de Red de Músicas durante la temporada 2020 – 2021 y se le otorgarán 1.000 euros por cada pieza. “Este es nuestro granito de arena para paliar la dificultad de los compositores de música contemporánea en general, y los jóvenes en particular”, ha expresado Antonio Martín, secretario general de Juventudes Musicales de España tras la entrega del premio. El compositor residente escogerá tres formaciones de los seleccionados en la Red de Músicas que las estrenarán e interpretarán en todos los recitales que ofrezcan en este circuito que organiza más de 200 conciertos al año.

Acerca del premio
La Fundación SGAE y el CNDM convocan anualmente este premio con el propósito de estimular la creación en el campo de la música clásica contemporánea entre los jóvenes creadores de hasta 35 años, contribuir al desarrollo y conocimiento social de nuevos lenguajes, tendencias y modos de expresión musicales. Creado en 1987 por la SGAE, se ha convertido en uno de los más importantes certámenes de su tipo, por su nivel de organización y su rigurosidad, por el prestigio de los intérpretes y de los jurados participantes. A través de sus veintinueve ediciones, el premio ha servido de escaparate promocional en los inicios profesionales de algunos de los autores contemporáneos que actualmente gozan de un mayor reconocimiento, y cuyas obras son habituales de los circuitos internacionales dedicados a la música actual.

Entre los ganadores de sus anteriores ediciones destacan nombres ya consolidados dentro del panorama de la composición actual, con carreras internacionales que demuestran la buena salud de la creación musical española: Agustín Charles, Mauricio Sotelo, José María Sánchez-Verdú, Jesús Rueda, Jesús Torres, Pilar Jurado, Gabriel Erkoreka, Ramón Humet, Juan Cruz Guevara, Jesús Navarro, Oliver Rappoport o Nuria Núñez, entre muchos otros, han sido protagonistas de esta cita indispensable en el apartado de la composición para ensemble a nivel nacional.

Acerca del ganador
David Cantalejo (Bilbao, 1985)
Estudió composición en el Conservatorio Superior de Navarra Pablo Sarasate con Joseba Torre y piano en la Escola Superior de Música de Catalunya bajo la supervisión de Eulàlia Solé. Ha ganado el primer premio en varias ediciones del Concurso de Composición Durango Hiria, entre otros, además de certámenes de música de cámara siendo miembro del dúo de flauta y piano Iceberg. Forma parte como compositor e intérprete del Centro de Música Contemporánea Garaikideak. En el año 2016, la Orquesta Sinfónica de Navarra estrena Elegía del silencio para acordeón y orquesta, dentro del Festival NAK. Algunas de sus obras han sido publicadas por la editorial Da_sh Editions y la asociación Silboberri.

Acerca de La noche de Walpurgis
La inspiración de la obra surge a raíz de la festividad pagana de la Noche de Walpurgis, celebrada en regiones de Europa Central en la noche del 30 de abril al 1 de mayo, donde según la tradición conjuraban brujas a través de danzas y fuego. Las grandes hogueras formadas desde una chispa, y que hace falta avivar para que no se extingan, son las que me generan una imagen de un gesto musical que irá elaborándose desde diferentes puntos de partida a lo largo de las siete secciones de la pieza, sustentadas por un sistema modal y rítmico, donde el número 3 (y el ya mencionado 7) están constantemente presentes. En mi lenguaje muestro especial interés por los cambios súbitos de carácter, la insistencia en los registros extremos de los instrumentos y por lo relativo a los opuestos aplicados a diferentes parámetros musicales como son los contrastes de dinámica, el colapso sonoro desde la quietud frente a la disolución de una gran textura, o el estatismo contra la vorágine rítmica.

Fotografía: Fundación SGAE

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