Trato de favor
Trato de favor, la nueva zarzuela kitsch

Zarzuela contemporánea
Música de Lucas Vidal
Libreto de Boris Izaguirre
D. musical: Andrés Salado
D. escena: Emilio Sagi
Escenografía: Daniel Bianco
Vestuario: Jesús Ruiz
Iluminación: Albert Faura
Coreografía: Nuria Castejón
D. coro: Antonio Fauró
Reparto: Ainhoa Arteta, Nancy Fabiola Herrera, Enrique Ferrer, Gurutze Beitia,
Amelia Font, María José Suárez, Amparo Navarro, Lara Chaves y Boris Izaguirre.

Continua la búsqueda para crear la zarzuela del siglo XXI. Esta vez el intento ha corrido a cargo del compositor Lucas Vidal y del libretista Boris Izaguirre, a los que el Teatro de la Zarzuela realizó el encargo en 2016.

EL libreto en un conjunto de situaciones imposibles y surrealistas, cuya localización puede ir entre los años 60 y la actualidad. La idea está inspirada en un hecho real, el ingreso en prisión, hace ya unos años, de la mismísima Sophia Loren. Boris Izaguirre saca petróleo de una situación así y crea una sucesión de escenas delirantes, desde la entrada en la cárcel de la protagonista Ana Mía, hasta su participación, también desde la cárcel, en el Festival de Eurovisión. Con numerosos guiños a la actualidad del concurso.

El surrealismo del que hace gala el libreto es, como no podía ser de otra manera, muy divertido e hizo las delicias de un público entregado que asistía al estreno con ganas de disfrutar.

La partitura de Lucas Vidal es un conjunto de músicas de diferentes géneros que no siempre forman un corpus musical homogéneo. Inicialmente presenta un estilo muy cinematográfico, un género que trabaja y conoce muy bien Vidal. Al mismo tiempo está salpicado de fragmentos de zarzuela tradicional, como la alusión directa a un chotis o un pasodoble. Todo ello mezclado con aspectos más modernos. La lírica no es precisamente el género más presente en esta obra que, al margen de la sucesión de elementos diferentes, se dejaba escuchar sin plantear conflictos y tenía un cierto factor sorpresa, que siempre es estimulante.

En el momento de la recreación del Festival de Eurovisión son varias las alusiones de música y libreto, tanto a musicales, como “Mamma mia”, como la participación de representantes españoles en pasadas ediciones del propio festival. Todo adornado con la presencia, desde el patio de butacas, del propio Izaguirre que interpreta un pequeño papel.

Todos estos elementos musicales se desarrollaban en una elegante escenografía de Daniel Bianco con dirección de Emilio Sagi. El maestro Sagi, que maneja como nadie las multitudes sobre el escenario, dispuso una cárcel muy ordenada, con sus galerías y patio, donde sucedía todo tipo de acontecimientos, desde la vida diaria de las reclusas, hasta el festival de Eurovisión.

La dirección musical estuvo a cargo de Andrés Salado, que fue muy acertada, si tenemos en cuenta la diversidad de géneros musicales. Supo dar a cada uno su carácter y diferenciarlos estilísticamente, con color y energía.

El coro, elemento esencial en esta obra, tuvo un papel muy destacado. Se podría decir que la mejor partitura era la escrita para ellos, que parecía un coro wagneriano entre el petardeo Kitsch.

El cuadro de voces contaba con la participación de nombres importantes. Empezando por la protagonista, interpretada por Ainhoa Arteta, que continúa en fase de recuperación vocal y que hizo un gran esfuerzo. Sobre todo, en algunos momentos en los que la partitura se disparaba hacia el agudo.

Nancy Fabiola Herrera, que daba vida a Mayka, directora de la cárcel, sacó toda su capacidad dramática, que no es poca, y pudo lucirse en sus arias.

Amparo Navarro, como Chelo, tuvo los momentos más inspirados, sobre todo en su aria final. Su rol se encontraba entre el drama y el surrealismo cómico, y en ambos casos estuvo muy bien.

María José Suárez, como Venenosa y Amelia Font, como La Colombiana, tenían unos roles con una carga mucho más teatral que resolvieron brillantemente, aunque todos los personajes estaban provistos de una potente comicidad. Genial el personaje de Cuca, interpretado por Lara Chaves.

El único hombre que habitaba la cárcel, Enrique Ferrer, como Juan Miguel, no aportó gran lucimiento a su personaje, no sé si por tesitura, pero se le vio apurado.

Destacar la brillante actuación de Gurtze Beitia, como Mercedes, una especie de gobernanta de la cárcel que empieza siendo un personaje sensato y con autoridad, para descubrirse como el elemento corrupto ante el éxito de la reclusa más famosa.

Se puede decir que hay cierto desequilibrio con algunos personajes que aparecen y desaparecen, como Chelo o Juan Miguel, pero todos forman parte de un divertido universo.

Una obra que da para pensar, ¿es una zarzuela? ¿es un musical? ¿qué es Trato de favor? En cualquier caso, es una obra divertida que está más cerca del planteamiento de la zarzuela tradicional, que otras que hemos visto recientemente. Y es posible que sea un punto de partida real para que la zarzuela continue su andadura hacia el futuro.

Texto: Paloma Sanz
Fotografías: Elena del Real

Trato de favor

La zarzuela contemporánea Trato de favor, compuesta por Lucas Vidal y escrita por Boris Izaguirre, es, tras Policías y ladrones —estrenada esta misma temporada—, el más reciente encargo y estreno absoluto del Teatro de la Zarzuela. Esta nueva zarzuela, que cuenta con la dirección de escena de Emilio Sagi y en la que los maestros Andrés Salado y Salvador Vázquez alternan en la dirección musical, se suma a las más de 800 composiciones líricas de autores españoles estrenadas en este mismo escenario de la recién bautizada Plazuela de Teresa Berganza.

En esta ocasión, como decimos, son dos nuevos nombres los que se unen a la nutrida lista de creadores del género: el del compositor de proyección internacional Lucas Vidal y el del conocido y reconocido escritor y presentador de televisión Boris Izaguirre, que han creado una obra divertida –por momentos encantadoramente disparatada–, repleta de situaciones y personajes desternillantes, que nos muestra una Nueva Sociedad del país en la que todo el mundo querrá estar en la cárcel.

Y es que la historia de Trato de favor transcurre por completo en una cárcel de mujeres  en la que ingresa por motivos financieros colaterales una gran diva de la canción y el show business a la que dan vida las sopranos Ainhoa Arteta y María Rey-Joly, quien como Javier Tomé, Cristina Faus y el maestro Salvador Vázquez, interviene en dos de las funciones programadas. La pregunta está en boca de todos: ¿Cómo sobrevive una diva en prisión?

Lucas Vidal desvela su gusto por la zarzuela desde muy temprana edad, hasta el punto de llegar a convertirse en una obsesión: «Tan lejos llevé mi pasión –dice el compositor– que cuando estudiaba a los grandes de la música clásica empecé a realizar versiones “zarzueleras”, tratando de que Bach se acercara a Sorozábal, de que Beethoven acariciara a Bretón, de que Mozart se convirtiera en Chueca…».

Sueño cumplido: zarzuela para todos

Y llegó el día en que pudo cumplir uno de sus más recurrentes sueños con el encargo de este Trato de favor por parte del Teatro de la Zarzuela. Un proyecto que «sin ningún género de duda» se sitúa «entre los más especiales y emocionantes» en          que ha participado nunca: «Me ha permitido crecer como artista y ha hecho posible que aquel pequeño niño zarzuelero de siete años que giraba obsesivamente la manivela de un organillo antiguo, cumpla su sueño de demostrar al mundo que la Zarzuela, definitivamente, es para todos».

El director de escena de esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela, Emilio Sagi, veterano en el género y gran colaborador del coliseo que dirigió durante una década, explica que Trato de favor «está en la línea de las obras de la primera mitad del siglo XX». Y nos invita a descubrir cómo conecta perfectamente con la forma de hacer de Francisco Alonso o Pablo Sorozábal. Sagi está convencido de que «todos sentiremos algo porque la música combina, como en aquellas obras, lo popular con músicas y ritmos actuales». Y por experiencia bien sabemos que «por encima de todo, lo importante es que el público lo pase bien, que el espectáculo sirva de diversión y de emoción a todo tipo de espectador».

Por su parte, Andrés Salado, que colabora por primera vez con La Zarzuela —al igual que Salvador Vázquez—, revela que está «feliz por este debut en uno de los grandes teatros de este país, rodeado de un equipo artístico y técnico de ensueño». En este sentido afirma que «esta zarzuela no solamente será una hito histórico en nuestro país, sino que también demostrará que nuestro género lírico está más vivo que nunca. Trato de favor —explica— es un homenaje a la zarzuela a lo largo de su historia hasta nuestros días y también una fantasía que hará al público volar y sonreír en cada minuto de la representación». Y concluye que con esta divertida historia de Las Albricias –nombre ficticio de la prisión– todos se dejarán llevar «porque estamos ante una gran fiesta de nuestra cultura».

Cómica, absurda, humana

Esta nueva zarzuela, con un tono decididamente cómico, absurdo y humano, cuenta con un reparto doble y con un equipo artístico que tiene todas las cualidades para encandilar con creces al público. Junto a las ya citadas Ainhoa Arteta y María Rey-Joly, que interpretan al personaje protagonista de Ana Mía, están las mezzosopranos Nancy Fabiola Herrera y Cristina Faus en el papel de la directora del centro penitenciario, los tenores Enrique Ferrer y Javier Tomé como Juan Miguel, el único hombre que cumple condena en esa peculiar cárcel, compositor y productor musical, y antiguo novio canalla de Ana Mía; la cantante-actriz Gurutze Beitia como Supervisora General de Prisiones; en los roles locos y divertidos de las internas, la soprano cómica Amelia Font, la mezzosoprano María José Suárez y la actriz-cantante Lara Chaves; y la soprano Amparo Navarro, que encarna a la “doncella” de la diva encarcelada y que asume varios de los momentos claves de la trama. La función contará también con un “cameo” del propio Boris Izaguirre, y el elenco lo completan un cuerpo de seis bailarinas, dos figurantes y una música en escena, la pianista Celsa Tamayo.

En lo que concierne al equipo artístico, además del talento, la magia y el oficio de Sagi, Salado y Vázquez, el espectáculo cuenta con la asombrosa escenografía de Daniel Bianco, el siempre atractivo y por momentos deslumbrante vestuario de Jesús Ruiz, con la poesía lumínica de Albert Faura y con la ágil y eufórica coreografía de Nuria Castejón.

La función del 19 de mayo será grabada por Radio Clásica de RTVE para su emisión en fechas próximas.

Estamos ante una zarzuela Contemporánea: una farsa divertida, sin gravedad ni crítica demoledora, pero repleta de buena música con la que Vidal nos deleita y con un argumento peculiar y sorprendente con el que Izaguirre nos divierte. Todo listo para entrar en la prisión de Las Albricias de la mano de este loco vodevil, de esta nueva Zarzuela.

Tutto Verdi International Awards

La Fundación BBVA, Leo Nucci, Pier Luigi Pizzi, Daniela Barcellona, Juan Jesús Rodríguez, Riccardo Frizza, Emilio Sagi y el Coro de Ópera de Bilbao, recibieron anoche los premios Tutto Verdi International Awards, creados por ABAO Bilbao Opera, en una gala-recital en el Teatro Arriaga, presentada por Iñaki Gabilondo y Udane Goikoetxea.

Los premios Tutto Verdi International Awards “son el reconocimiento y agradecimiento a todos los artistas, instituciones y personalidades ligadas al universo verdiano, que han participado y hecho posible un proyecto único en el mundo de la ópera”, explicaba en su intervención el presidente de ABAO Bilbao Opera, Juan Carlos Matellanes. “Un proyecto que ha dado mucho a Bilbao, nos ha proporcionado repercusión internacional y nos sitúa a la altura de las instituciones líricas más relevantes”, evocaba Matellanes.

La escultura del premio, obra de Perodri Joyeros, es una recreación completamente artesanal del emblemático sombrero de copa del compositor, elaborado con hilo de plata sobre peana de mármol. Piezas únicas para homenajear a quienes han contribuido significativamente a impulsar el proyecto Tutto Verdi.

DESDE LA VETERANÍA HACIA LA PROMESA FUTURA EN EL UNIVERSO VERDIANO

El veterano periodista Iñaki Gabilondo daba la bienvenida al acto y recordaba que “este empeño ambicioso y exhaustivo ha convertido a Bilbao durante estos diecisiete años en la ciudad verdiana por antonomasia”. La joven soprano Fan Zhou interpretaba la primera actuación de la noche con un aria de la ópera I masnadieri, acompañada de Francesco Izzo, catedrático de Música en la Universidad de Southampton, editor general de las Obras Completas de Giuseppe Verdi y director científico del Festival Verdi de Parma.

Seguidamente la subdirectora de la Fundación BBVA, Laura Poderoso, recogió el premio a la Mejor Institución de manos de Javier Hernani, vicepresidente de ABAO Bilbao Opera. Al recibir el premio Laura Poderoso aseguraba que “Bilbao merece tener una temporada de ópera de excelencia como este Tutto Verdi. Estamos honrados de recibir este galardón de reconocimiento a nuestro apoyo y extiendo nuestras felicitaciones a ABAO y a todos los premiados esta noche”.

El premiado como Mejor Director de Orquesta, Riccardo Frizza, que no pudo estar presente, agradeció el premio por “inesperado. Me hace mucha ilusión recibirlo de una asociación de amantes de la ópera”. Enrique Sáez fue el encargado de recoger el premio en su nombre, de manos del Rector Magnífico de la Universidad de Deusto, Jesús Guibert.

“Que este premio transmita fuerza a los artistas que luchan por conseguir sus objetivos” señaló en su turno un emocionado Juan Jesús Rodríguez, premio a la Mejor Voz Masculina. “Este es un premio auténtico, un reconocimiento honesto y es un honor haber sido elegido. Quiero rendir homenaje a los artistas que han desaparecido, a los que están desapareciendo o desaparecerán porque han perdido las fuerzas. No estáis olvidados”. El barítono onubense que obsequió a los presentes con una interpretación de la ópera Ernani, celebraba anoche su cumpleaños. Entregó el premio Ana Otadui, presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia.

Tras una breve presentación de las piezas que se iban a disfrutar en la gala por parte de Francesco Izzo, el tenor Davide Tuscano interpretaba una pieza de I Lombardi alla prima crociata y la soprano Alessia Panza junto al barítono Gabriel Alonso, un dúo de Ernani.

EL VALOR DE LA EXPERIENCIA Y LA EMOCIÓN DE LO NUEVO

Iniciaba el segundo bloque del acto, el premio a la Mejor Dirección de Escena para Emilio Sagi, quien reconocía que, “me siento especialmente honrado de recibir este premio ya que soy Ilustre de Bilbao y he dirigido este Teatro. Amo al público de Bilbao y espero que ellos me amen también a mí”. Pedro Azpiazu, consejero de economía del Gobierno Vasco, entregaba el premio al emocionado regista.

El presentador Iñaki Gabilondo, miembro del Comité de Honor Tutto Verdi fue el encargado de hacer entrega del Premio Especial al Coro de Ópera de Bilbao que recogió su presidente, Juan Carlos Ibáñez. “Tutto Verdi nos ha permitido vivir toda la evolución del compositor a través de los títulos representados. Me siento muy pequeño rodeado de tantos y tan grandes artistas. Gracias ABAO por este reconocimiento que recojo en nombre de todos los que formamos el Coro de Ópera de Bilbao”.

Seguidamente subió al escenario el alcalde de Bilbao, José María Aburto, para entregar el premio a la Mejor Voz Femenina a Daniela Barcelona, quien en su agradecimiento señalaba que, “estoy muy orgullosa de este premio. Siempre me he sentido muy bien cantando en Bilbao y se lo dedico a la ABAO y a la ciudad”. La mezzosoprano italiana interpretó una pieza de Il Trovatore acompañada por Alessandro Vitiello al piano.

Luis Gago, guionista y coordinador del evento junto con Francesco Izzo, presentó las siguientes actuaciones de la noche a cargo de Fan Zhou que cantó la famosa aria “Caro nome” de Gilda en Rigoletto, Gabriel Alonso el dramático aria de Stankar de Stiffelio y de nuevo Fan Zhou con Davide Tuscano el dúo del tercer acto de La Traviata.

Massimo Gasparón recibió de manos de Iñaki Irusta, expresidente de ABAO Bilbao Opera, el premio a la Trayectoria Profesional en la Dirección de Escena para Pier Luigi Pizzi, que aseguraba por vídeo echar mucho de menos Bilbao.

El último premio de la noche fue para el gran barítono Leo Nucci por su Trayectoria Profesional como cantante. El carismático artista protagonizó uno de los momentos más emotivos de la gala, con su interpretación del fragmento “Cortigiani” de Rigoletto. Juan Carlos Matellanes, presidente de ABAO Bilbao Opera, le hizo entrega del galardón, que el artista agradeció con sentidas palabras, “decir que estoy emocionado es poco. La primera vez que canté en ABAO fue en 1978. Mi esposa Adriana, con quien quiero compartir este honor, también ha cantado muchas veces en Bilbao”. El barítono, que el día anterior cumplió 81 años, interpretó el “Cortigiani” de Rigoletto con la maestría que le caracteriza y el público respondió puesto en pie con una gran ovación.

Las últimas actuaciones musicales corrieron a cargo de Gabriel Alonso con una pieza de I due Foscari y de Alessia Panza, Davide Tuscano y el Coro de Ópera de Bilbao con una escena de Il Trovatore. Cerró la actuación musical el Coro, con una extraordinaria interpretación del emotivo “Coro di Zingari”, también de Il Trovatore.

Iñaki Gabilondo concluía la gala recordando que “la música de Giuseppe Verdi no ha dejado jamás de interpretarse, convocando fielmente desde hace casi dos siglos a los mejores cantantes, a los mejores directores de orquesta, a los mejores directores de escena y, por supuesto, a espectadores siempre deseosos de emocionarse con su música y con su profundo conocimiento del alma humana”.

CONGRESO VERDI FOR THE AGES: PASADO, PRESENTE Y FUTURO

En el mes de mayo y coincidiendo con las funciones de Il Trovatore, ABAO Bilbao Opera presenta una nueva actividad cultural de carácter y repercusión internacional, el Congreso Verdi for the Ages: Pasado, Presente y Futuro.

El congreso, que reunirá a algunas de las figuras más relevantes del universo verdiano para debatir los diversos aspectos de las obras del compositor, tendrá lugar los días 27, 28 y 29 de mayo en el Bizkaia Aretoa de la Universidad del País Vasco y será de acceso gratuito.

Durante tres días, musicólogos, críticos, historiadores, sociólogos, agentes, directores artísticos e intérpretes, debatirán sobre el pasado, el presente y el futuro de la obra verdiana, desde documentos históricos a prácticas escénicas, marketing o tecnología, hasta el sector lírico en el contexto actual. Serán seis sesiones temáticas en formato de ponencia libre, mesa redonda o talleres, y se espera una amplia participación de aficionados, curiosos y público en general.

El cantor de México

Les Arts se adentra en la opereta con ‘El cantor de México’, de Francis López, que se estrena este próximo 4 de noviembre, con la actriz Rossy de Palma y el tenor José Luis Sola como protagonistas, bajo la dirección musical de Óliver Díaz y escénica de Emilio Sagi.

El director artístico de Les Arts, Jesús Iglesias Noriega, ha presentado en conferencia de prensa este título, que se representará en la Sala Principal hasta el 12 de noviembre, acompañado por Óliver Díaz, Nuria Castejón, coreógrafa y adjunta de dirección de escena, Rossy de Palma y José Luis Sola.

Iglesias Noriega ha enmarcado la apuesta por un género, inédito hasta la fecha en la programación, dentro de la vocación de Les Arts por convertirse en un auténtico teatro musical en el que todo el público encuentre su propio espacio.

“Por eso, hemos escogido una de las producciones más aplaudidas de los últimos años, que reúne todos los requisitos para cautivar a quienes se acerquen a Les Arts a descubrir la opereta y disfrutar de dos horas y media de un espectáculo ágil y optimista, lleno de humor, con una música de gran belleza y de ritmos pegadizos, sin olvidar la exuberante y colorista puesta en escena de Emilio Sagi.”

Francis López compuso para el tenor Luis Mariano —uno de los grandes mitos del género en España y Francia durante los años 50 y 60— ‘El cantor de México’, cuyo título original es ‘Le chanteur de Mexico’, que se estrenó, con un éxito arrollador, el 15 de diciembre de 1951 en el Théâtre du Châtelet de París.

En 2006, la obra regresó a ese mismo escenario de la mano de Emilio Sagi, para poner de nuevo al público francés en pie con su brillante adaptación de la obra, en una aplaudida producción con Rossy de Palma, que once años después, traducida y adaptada al español y con la polifacética actriz, causó también sensación en la inauguración de la temporada del Teatro de la Zarzuela de Madrid en 2017.

Les Arts estrena este viernes la celebrada coproducción del teatro madrileño con la Ópera de Lausana, con dirección escénica de Sagi, escenografía de Daniel Bianco, vestuario de Renata Schussheim, iluminación de Eduardo Bravo y coreografía de Nuria Castejón.

La vistosa propuesta de Sagi se sumerge en un universo que bordea lo ‘kitsch’, con una espectacular escenografía de Daniel Bianco, que recrea un mundo tropical, sofisticado, sensual en la estética tecnicolor de los grandes musicales de Hollywood.

Un delirio de colores, acompañado también de una partitura sumamente versátil, en la que se suceden estilos y géneros tan variados como boleros, ‘swing’, mambo, canción vasca, folklore mexicano… donde el público reconocerá numerosas melodías y se familiarizará pronto con otras tantas, como apunta su director musical Óliver Díaz, que ya dirigió el estreno de la opereta en Madrid.

Para esta nueva versión de ‘El cantor de México’, Emilio Sagi ha adaptado el antiguo libreto, poniendo la ficción de la opereta dentro de la ficción del rodaje de la película, en la que el protagonista masculino deja de pronto la producción y el equipo debe buscar inmediatamente un sustituto para el ‘partenaire’ de Eva Marshall, la insufrible y egoísta diva cinematográfica del momento, que encarna Rossy de Palma.

A su lado, el pamplonés José Luis Sola, quien ya recibió el reconocimiento de público y crítica en Madrid en el estreno de ‘El cantor de México’, interpreta a Vicente Etxebar, el apuesto tenor vasco y aspirante a estrella que pronto despertará el interés de la caprichosa actriz.

Enrique Baquerizo, en la piel del productor Riccardo Cartoni, Sylvia Parejo (Cricri, su secretaria), Toni Marsol (Bilou), José Luis Martínez (señor Boucher), Ana Goya (señora Cécile), María José Suárez (María), Nagore Navarro (Lupita), Miguel Huertas (el maestro del coro) y Eduardo Carranza (Tizoc) completan el reparto.

Les Arts programa ‘El cantor de México’ los días 4, 6, 9, 10 y 12 de noviembre en la Sala Principal. Los precios de las localidades oscilan entre 28 y 70 euros.

I Puritani

ABAO Bilbao Opera comienza su 71º Temporada con la última ópera de Vincenzo Bellini. Obra maestra, cumbre del bel canto, narra una historia de amor y locura en el contexto de la revolución puritana del XVII en Inglaterra. Se han programado cuatro funciones los días 15, 18, 21 y 24 de octubre en el Euskalduna Bilbao. Las representaciones darán comienzo a las 19:30h excepto la del sábado 15 que comenzará a las 19:00h.
 
Testamento musical, décima y última ópera de Bellini, que falleció prematuramente a los 34 años cuando había logrado, pese a tener una carrera tan corta, ser considerado un gran compositor, se estrenó en París en 1835 con enorme éxito de público y la alabanza de sus homólogos. Conocida como una de las joyas de Romanticismo, desarrolla una apasionada historia de amor, traición y locura, en el trasfondo de la guerra civil inglesa que enfrentó al poderoso Cromwell y sus puritanos con los eduardianos partidarios de los Estuardo. El libreto de Carlo Pepoli está basado en Têtes rondes et cavaliers, de Jacques-François Ancelot y Joseph Xavier Boniface Saintine.

UNA ÓPERA CON GRAN EXIGENCIA VOCAL Y DESTACADOS INTÉRPRETES

La música compuesta por Bellini requiere en esta ópera la máxima exigencia vocal de los cantantes que interpretan los personajes protagonistas. Tal es el caso de Elvira Valton, un papel extenuante y de gran dificultad que recae en la espléndida Jessica Pratt, una de las sopranos de coloratura más relevantes en la actualidad. “Son vergin vezzosa” del primer acto, una pieza con aires de polonesa donde la soprano tiene que mostrar todo un abanico de tonalidades, requiere una fortaleza vocal extrema. Otros momentos destacados de la protagonista son: “Ah, vieni al tempio”, acompañado del coro femenino, “Quì la voce soave” otra “aria de la locura” arropada por una música melancólica, o la cabaletta “Vien diletto”, todo un alarde para la soprano.
 
El tenor guipuzcoano Xabier Anduaga interpreta a Arturo Talbo, el joven capitán enamorado de Elvira. Una voz noble y potente, llena de apasionada expresividad, para afrontar un personaje con arias de gran dificultad lírica, como la conocida cavatina “A te, o cara” del segundo acto o “Credeasi miseria”, una pieza que impresiona por la sonoridad y los agudos que exige la partitura. Otro momento muy conocido es el dúo de amor con Elvira “Vieni fra queste braccia”.
 
Debuta en ABAO Bilbao Opera con el rol de Riccardo Forth el barítono polaco Andrzej Filończyk, el despechado rival de Arturo. Destaca el joven intérprete por su solvencia escénica y voz fresca y contundente. Sus grandes momentos en la ópera son: el aria “Ah per sempre io ti perdei”, introducido por un solo orquestal; la cabaletta “Bel sogno beato” y los famosos dúos “Se tra il buio un fantasma vedrai” y “Suoni la Tromba” donde se combinan dos voces graves cuya inclusión, nada habitual en la época, fue un consejo de Rossini al compositor.
 
Debuta también en ABAO Manuel Fuentes como Giorgio Valton, el puritano coronel tío de Elvira. El bajo alicantino que conjuga fuerte emisión y notable expresividad dramática tiene momentos de gran solvencia vocal como la cabaletta “A quel suono al mio contento”, un largo dúo con la soprano protagonista con un impresionante solo orquestal al final, y los famosos dúos de voces graves del segundo acto.
 
Completan el reparto el bajo mexicano Alejandro López como Gualtiero Valton, el tenor vizcaíno Josu Cabrero como Bruno Robertson y la mezzosoprano catalana Laura Vila como Enrichetta di Francia, con un importante dúo “Non parlar di lei che adoro” precedido de un interludio orquestal.
 
El Coro de Ópera de Bilbao, dirigido por Boris Dujin, completan el apartado artístico.

GIACOMO SAGRIPANTI AL FRENTE DE LA EUSKADIKO ORKESTRA

Principal director invitado para repertorio operístico en la Fondazione Lirico Sinfonica Petruzzelli de Bari y director musical del Tbilisi Opera and Ballet State Theatre, Giacomo Sagripanti dirige a la Euskadiko Orkestra en la obra de Bellini. Considerado como uno de los directores más interesantes del panorama internacional, en 2016 obtuvo el premio como Mejor director joven en los Opera Awards.
 
La partitura de I Puritani recoge un trabajo orquestal y un lenguaje armónico superior a obras anteriores del compositor, con himnos heroicos, arias y dúos de compleja ejecución belcantista. La obra, donde destacan escenas llenas de lirismos vertiginosos, requiere una cuidada dirección que equilibre la efusividad melódica y las necesidades interpretativas y dramáticas, con el reto de darle peso, carácter y emotividad. En ABAO se interpreta la edición crítica de Fabrizio Della Seta de la versión de París.
 
UNA PRODUCCIÓN ELEGANTE, SIMBÓLICA Y LLENA DE CONTRASTES

Espejos, cristal y arena conforman un universo elegante y simbólico retratado en blanco y negro, lleno de elementos abstractos y ensoñaciones que trasmiten los sentimientos más allá del realismo en un espacio escénico minimalista. Las rosas rojas en el blanco suelo arenoso y el vestido dorado de la reina juegan al contraste de colores en la puesta en escena.
 
Sin recurrir a artificios teatrales Emilio Sagi crea imágenes poderosas, cristalinas. “Desde el primer momento en que comencé a trabajar sobre esta genial partitura”, afirma el director, “vi claro que no quería hacer esta función de una manera realista, sino dentro de un mundo abstracto de ensoñación, que reflejara ese cristal melódico que recorre toda la obra”.
 
Para esta coproducción del Teatro Real y el Municipal de Santiago de Chile, Emilio Sagi, recientemente galardonado con la Medalla de Oro de las Bellas Artes, ha contado con algunos de sus colaboradores habituales: Daniel Bianco que se hace cargo de la escenografía, Eduardo Bravo quien dirige la exquisita iluminación y la añorada Pepa Ojanguren que firma un poético vestuario de época.
 
La escenografía de Daniel Bianco cambia a lo largo de la ópera con lámparas de araña que suben y bajan, sillas blancas, transparencias, espejos negros, cortinajes y un juego escénico a dos niveles con acción en primer o segundo plano a modo de encuadres, ayudada por una sofisticada iluminación. Doce metros cúbicos de material arenoso cubren el escenario de una blancura espectral en cada representación.
 
“Pienso que esta ópera”, dice Sagi, “hay que tratarla de una manera muy especial, y nunca de manera realista, pues su verdad dramática radica en esa morbosa nostalgia de la melodía infinita del maestro Bellini”.
 
INTRODUCIÓN A LA OBRA DE BELLINI EN EL CICLO «EL ABC DE LA ÓPERA»

El ciclo “El ABC de la Ópera” tiene como objetivo promover el conocimiento de la ópera en sentido participativo, construyendo a través de conferencias y encuentros con expertos, una red de experiencias culturales innovadoras, en espacios de participación asequibles a toda la sociedad.
El programa descubre los aspectos más relevantes de cada título de la temporada, en una conferencia la víspera del estreno en el Auditorio de la Universidad de Deusto, en colaboración con DeustoBide.
 
El viernes 14 de octubre, Giacomo Sagripanti, el director musical y responsable de la ejecución del título en ABAO, será el encargado de desvelar los entresijos de esta ópera y la obra de su compositor.
 
Para acceder a esta actividad gratuita es necesaria acreditación previa a través de la web de ABAO o llamando al teléfono 944 355 100, desde el lunes 10 de octubre.
Como importante novedad y para que todas aquellas personas interesadas puedan disfrutar de este ciclo desde cualquier lugar, la conferencia será retransmitida en directo a través del canal de ABAO Bilbao Opera en YouTube.
 
25 DE OCTUBRE DÍA MUNDIAL DE LA ÓPERA

El Día Mundial de la Ópera es una jornada de concienciación sobre el impacto positivo y el valor de la ópera para la sociedad. Tanto la cultura como la ópera contribuyen a desarrollar la tolerancia y la comprensión, abrir la mente y poner a las personas en contacto con fuertes emociones universales.
 
El Día Mundial de la Ópera se celebra el 25 de octubre, aniversario de Georges Bizet y Johann Strauss II, y es el día en que todos los relacionados con este arte: teatros, profesionales, aficionados… celebran y comparten con toda la sociedad el valor de la ópera con una campaña mundial a través de redes sociales.
 
Este año, la campaña se centra en los jóvenes y se les invita a que bajo el lema “Unboxing Opera”, compartan con pequeños vídeos en redes sociales su experiencia y entusiasmo al descubrir las emociones y sentimientos que transmite la ópera, etiquetando su testimonio con los hashtags #WorldOperaDay y #UnboxingOpera.
 
Esta efeméride está organizada por Opera America, Ópera Latinoamérica y Opera Europa, a la que pertenece ABAO Bilbao Opera a través de la organización nacional Ópera XXI

Don Gil de Alcalá
Don Gil de Alcalá triunfa en el Teatro de la Zarzuela
Manuel Penella compone Don Gil de Alcalá en 1932. Escribió la música y el libreto, inspirado por las novelas de enredo de Valle-Inclán y Jacinto Benavente. Pero su mayor estímulo lo encontró en la pieza teatral “El sí de las niñas”, de Leandro Fernández de Moratín.

Hasta ese momento el panorama musical español se caracterizaba por la variedad de tipologías musicales: sainetes, zarzuelas o revistas, entre otros. Pero a partir de 1910 se inicia un cierto declive del género chico y empiezan a triunfar zarzuelas en dos actos, al estilo de la opereta vienesa, y con una estructura más importante, similar a la ópera cómica.

El resultado es una ópera en tres actos, cuya escena situó Penella en el México del siglo XVIII, cuando aún pertenecía a la Nueva España. El autor conocía bien los países sudamericanos, y quiso con esta obra rendir un sentido homenaje a los lugares que había recorrido, gracias a su espíritu aventurero.

En la obra subyace una crítica a los matrimonios acordados que se realizaban en la época y, a través de un divertido enredo, plantea la celebración de un matrimonio desigual, entre una dama y un rufián de la corte, que no era bien visto por las clases altas a la que pertenecía la joven. Todo con un desarrollo argumental muy próximo a la ópera buffa, realizado con gran ingenio y con una escritura musical bien delineada y refinada.

En este regreso de Son Gil de Alcalá al Teatro de la Zarzuela, la dirección de orquesta corrió a cargo de la Asistente de dirección Lara Diloy, por indisposición del titular Lucas Macías.
La joven Lara Diloy es una de las pocas directoras de orquesta españolas del circuito actual y posee un amplio conocimiento del repertorio sinfónico y operístico, como quedó bien demostrado en esta representación. Siempre pendiente de los cantantes, supo imprimir a la orquesta el brío y la chispa que caracteriza esta obra. Se pudieron apreciar los delicados matices en la orquestación de una partitura de inspiración clásica, como lo es esta. Diloy demostró al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, esa seguridad que solo es fruto del trabajo y el talento. Habrá que seguirla de cerca.

La escenografía proviene del Teatro Campoamor de Oviedo, donde se representó en 2017. Se trata de una única estancia a la que se van sumando elementos que crean los distintos ambientes, siempre coloniales y siempre elegantes, como es habitual en sus directores, Emilio Sagi y Daniel Bianco, y que son ya marca de la casa, como las lámparas o la perfecta disposición sobre el escenario de todos los participantes. Exquisito también el vestuario de la recordada Pepa Ojanguren. Todo realzado por la impecable y romántica iluminación de Eduardo Bravo.

El cuadro de cantantes está formado por dos repartos de gran calidad. En este primero el tenor canario Celso Albelo se encarga de dar vida al protagonista, Don Gil de Alcalá. Lo hace con la musicalidad de su hermosa línea de canto, imprimiendo al personaje una modesta comicidad, Albelo es capaz de mucho más en la faceta interpretativa. Donde no ahorró esfuerzos fu en la parte vocal. Ese timbre que acaricia y la riqueza de matices vocales.

A su lado, como Niña Estrella, la soprano Sabina Puértolas, que representa a una chispeante, a la par que inocente, prometida de Don Diego, aunque enamorada de Don Gil. Bien en la habanera a dúo con Maya, pero le faltó expresividad en otros momentos importantes de su actuación.

Carol García dio vida a Maya, la criada de Niña Estrella, que compuso un personaje divertido y desenfadado. Destacó brillantemente en su habanera a dúo con Sabina Puértolas y fue la pareja ideal, en lo vocal y en lo interpretativo, del Chamaco de Carlos Cosías, que redondeó una magnífica actuación, llena de gracias y viveza.

El Don Diego del barítono Manuel Esteve estuvo muy bien definido, tanto en su línea de canto, como en el carácter del personaje, arrogante y formal.

El sargento Carrasquilla ha sido interpretado por Simón Orfila. Fue el personaje más simpático del reparto y el más celebrado por el público en sus agudas intervenciones de pícaro sevillano.

Como Madre Abadesa, María José Suárez, una habitual en este escenario que siempre aporta valor.
A buen nivel estuvieron el resto de comprimarios, con Miguel Sola a la cabeza, como gobernador; Pablo López, como virrey de Nueva España; David Sánchez, en el rol de Padre Magistral; Ricardo Muñiz, como maestro de ceremonias; y los miembros del cono, Paula Alonso y Rosa María Gutiérrez, como Lucía y Rosita, respectivamente.

Un Don Gil de Alcalá, que ha vuelto al Teatro de la Zarzuela 23 años después y que siempre está de moda. Con esa picaresca española de otras épocas. O no…

Don Gil de Alcalá

El director de escena Emilio Sagi vive uno de los momentos más dulces de su carrera. Recién celebrados sus 40 años sobre los escenarios, acaba de recibir la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y su extraordinaria trayectoria ha sido reconocida con el Premio Ópera XXI. Y es que el Teatro de Sagi, inconfundible, es pura magia. Inteligente y siempre luminoso. Elegante. Sublime. Ahora, su ciencia teatral recala por enésima vez en el Teatro de la Zarzuela donde del 5 al 22 de mayo se rendirá homenaje al maestro Manuel Penella con 14 funciones de su ópera cómica ‘Don Gil de Alcalá’ en una versión escénica elegante y enormemente divertida del director asturiano, que servirá para conmemorar los 90 años de la obra.

Desde el foso, el maestro Lucas Macías –debutante de lujo en el teatro de la plazuela de Jovellanos– conducirá con su intenso sello poético a la Orquesta de la Comunidad de Madrid, titular del Teatro, que pese a que ya está liberada de las restricciones que durante meses la han mermado a causa de la pandemia, en esta ocasión se presenta como una orquesta de cuerda y arpa, como exige la partitura original de Penella.

El ‘Don Gil de Alcalá’ que el público podrá disfrutar estos días, es la hermosa producción del Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo y el Teatro de la Zarzuela que Sagi estrenó en 2017 en el Teatro Campoamor. La de Penella es una obra muy cercana a la luminosidad y la viveza de la ópera italiana, pero con un tratamiento hispano. De ella el director de escena resalta sobre todas las cosas su “extrema belleza”, la ternura y las altas dosis de nostalgia. En esta ocasión, cuenta con los espléndidos trabajos de algunos de sus colaboradores más cercanos como Daniel Bianco en la escenografía, la tan recordada figurinista Pepa Ojanguren en el vestuario, Eduardo Bravo en la iluminación y Nuria Castejón en la coreografía.

Y como también es habitual en el Teatro, serán dos espléndidos y equilibrados repartos los que junto al Coro Titular del Teatro de la Zarzuela, dirigido por el maestro Antonio Fauró, desplieguen sobre las tablas esta trama en la que, en palabras de Emilio Sagi, se mezcla una historia de amor romántico, “cursilona y casi de telenovela”, con el “divertidísimo embrollo humorístico en que acaba convirtiéndose al estilo de las óperas bufas de Rossini”.

El argumento se libera de ataduras históricas para narrar de forma clara las simpáticas aventuras, en tierras de Nueva España, de Don Gil, un capitán español, y Niña Estrella, una huérfana mestiza.

El papel principal, el de Don Gil de Alcalá, lo interpretan los tenores Celso Albelo –que varios lustros después regresa felizmente a una producción del Teatro de la Zarzuela–  y José Luis Sola; su enamorada, Niña Estrella, estará encarnada por las sopranos Sabina Puértolas e Irene Palazón. Y son números los papeles que destacan por su comicidad, como los del sargento Carrasquilla, a quien dará vida el bajo Simón Orfila; el sirviente indio Chamaco, cuyo rol será asumido por los tenores Carlos Cosías y Facundo Muñoz; la sirvienta india Maya, que interpretarán las mezzosopranos Carol García y Lidia Vinyes-Curtis; el papel del Gobernador del Estado de Veracruz, cuya peculiar personalidad será desentrañada por el bajo-barítono Miguel Sola; o el del Virrey de Nueva España del barítono Pablo López. Los también barítonos Manel Esteve y Eleomar Cuello se pondrán en la piel de quien es el tercer vértice del triángulo amoroso: el aristócrata español Don Diego.

También tienen importante presencia y voz en el relato la mezzosoprano María José Suárez como madre abadesa, el barítono David Sánchez como padre magistral o el tenor Ricardo Muñiz como maestro de ceremonias, acompañados todos ellos por 8 figurantes-bailarines.

Luis Sagi-Vela y “el dorado”

Emilio Sagi reconoce que siempre había querido hacer el “Don Gil”, y “no solo porque es una obra maravillosa, con una música inspiradísima y una historia fresca y muy divertida –como si fuera un pequeño Mozart–“; le apetecía también meterse en ese fantástico mundo porque pocos años después de su estreno en Barcelona llegó a Buenos Aires y a México con su tío, Luis Sagi-Vela (quien la hizo y la grabó muchas veces), en el reparto. Aquellas funciones contribuyeron al éxito decisivo de la obra.

Y en esta producción que ahora se presenta, todo sucede, cómo no, con “el dorado” mexicano omnipresente. Casi toda la escenografía es del color del oro y los personajes van con las botas manchadas de barro, pero muy bien vestidos, aderezados con bordados y adornos dorados.

Una obra distinta

‘Don Gil de Alcalá’ es una obra “distinta” de Manuel Penella. Ciertamente hermosa, como el resto de su producción, y en la que el compositor valenciano apuesta una vez más por la lírica española, aunque esta vez desde una perspectiva más acorde con las tendencias europeas. Con este trabajo, Penella no solamente reconoce y homenajea la larga tradición lírica que él y otros creadores habían heredado y llevado al mundo americano, sino que también vuelve a demostrar que sabe crear una obra clásica que resistiría el paso del tiempo, incluso en un país donde nunca acabó de convencer la fórmula de la ópera en lengua española. Cuando Penella quiso acometer valientemente un homenaje a América con una obra tan inusual como clásica, tan preciosista como moderna, escribió ‘Don Gil de Alcalá’, que estrenó en el Teatro Novedades de Barcelona, y dos años después en el de La Zarzuela.

Una vez más volvió a salir con su compañía para representarla por el Nuevo Mundo, en la que sería su última gran empresa, aunque antes llegaría a los  escenarios de varios países y la llevaría pronto al cine en una producción mexicana: ‘El capitán aventurero’. Como buena parte de los proyectos que emprendió a lo largo de su vida, sus obras líricas son irrepetibles.

En muy diversas ocasiones ‘Don Gil de Alcalá’ ha vuelto a verse en el Teatro de la Zarzuela. Y ahora regresa, ya en pleno siglo XXI, como la gran creación del teatro musical que es.

La del manojo de rosas

Se adivinaba desde los primeros compases que esta volvería a ser una noche gloriosa en el Teatro de la Zarzuela. Y así fue. Ya en las dos funciones precedentes un duende había visitado el coliseo de la plaza de Jovellanos. Y en esta tercera, el público, extasiado por el prodigio que acababa de suceder en el escenario, premió al barítono Carlos Álvarez con largos aplausos y vítores. La razón: su imponente interpretación de ‘Madrileña bonita’ en la zarzuela ‘La del manojo de rosas’ de Pablo Sorozábal. Y el intérprete, que celebra estos días sus 30 años de carrera como solista, iniciada precisamente con esta histórica producción de Emilio Sagi, cedió finalmente a las peticiones de bis para abordar otra magistral versión de la popular romanza. Y a partir de ese momento, el delirio.

Miles de espectadores pudieron seguir el mágico instante en directo a través del canal de YouTube y la cuenta de Facebook del Teatro, donde ha quedado disponible para todo aquel que quiera volver a emocionarse.

Acompañaban al cantante en el reparto Ruth Iniesta, Vicenç Esteve, Ángel Ruiz, Milagros Martín, David Pérez Bayona, Sylvia Parejo, Enrique Baquerizo y César Sánchez entre otros cantantes y actores entre los que se encuentran siete integrantes del  Coro Titular del Teatro de la Zarzuela.

Esta producción, la más emblemática, viajada y aplaudida del Teatro de la Zarzuela cuenta en su equipo artístico con el escenógrafo Gerardo Trotti, la añorada diseñadora de vestuario Pepa Ojanguren, el iluminador Eduardo Bravo y la coreografía, de cuya reposición se encarga Nuria Castejón, es del también desaparecido y admirado Goyo Montero.

El Maestro Guillermo García Calvo, director musical de la casa, ocupa el podio del foso en estas funciones al frente de la Orquesta Titular del Teatro de la Zarzuela -Orquesta de la Comuni­dad de Madrid-.

‘La del manojo de rosas’ estará en cartel hasta el domingo 22 de noviembre. ¡Y cuántas noches especiales por delante!

Entre bambalinas

Ante la prolongada situación de confinamiento,  el Teatro de la Zarzuela ha potenciado su oferta y la actividad en sus redes sociales para mantener un contacto continuo con aficionados y artistas, y para contribuir a la difusión de cultura en estos tiempos en que se hace aún más necesaria. Bajo el nombre ‘Entre bambalinas en el Teatro de la Zarzuela’, a partir de mañana martes, 5 de mayo (19h00), el coliseo de la plazuela de Jovellanos iniciará una serie de encuentros entre su director, Daniel Bianco, y diferentes profesionales de la música y el teatro. El primer invitado a las bambalinas del histórico Teatro: el director de escena Emilio Sagi.

En esta primera semana también conversarán con Bianco la coreógrafa Nuria Castejón (miércoles 6), el barítono Luis Cansino (jueves 7) -reciente creador del Sindicato de Artistas Líricos ALE para la defensa del sector- y el director de orquesta Guillermo García Calvo (viernes 8), director musical del Teatro desde el pasado 1 de enero.

Entre los atractivos de la propuesta en redes del Teatro de la Zarzuela está la posibilidad de disfrutar en sus canales de YouTube y Facebook, en abierto y en alta definición, de las producciones estrenadas en el teatro desde junio de 2018. A esto se suman las decenas de títulos del Teatro incluidos en la Teatroteca del Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música (CDAEM).

Ambas instituciones pertenecen al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, INAEM, del Ministerio de Cultura, que bajo el hashtag #LaCulturaEnTuCasa promueve estos días la difusión de numerosas y muy diversas propuestas para su disfrute en los hogares.

Instagram @teatrodelazarzuela

YouTube https://www.youtube.com/playlist?list=PLGLWpLsLZlD3yQMXSUlr1j-8vWrBzctc-

Facebook https://m.facebook.com/TeatroZarzuela/?locale2=es_ES

Teatroteca http://teatroteca.teatro.es/opac/#indice

El Teatro Real presentará, entre el 30 de noviembre y 20 de diciembre, 14 funciones de Il pirata, de Bellini, en una nueva coproducción del Teatro Real y el Teatro alla Scala de Milán.

Fue precisamente en este templo de la lírica milanés donde tuvo lugar el estreno de la partitura en 1827. Vincenzo Bellini (1801-1835), entonces con 26 años, tenía ya dos óperas en su haber, estrenadas ambas en Nápoles, pero el éxito de Il pirata le abrió las puertas a una prolija y genial carrera como compositor operístico, segada por su prematura muerte en París, con apenas 34 años.

Con Il pirata, Bellini inicia una fecunda comunión artística con Felice Romani (1788-1865), poeta y dramaturgo de gran notoriedad que firmaría el libreto de siete de sus diez óperas, incluyendo la célebre Norma.

Romani parte del drama gótico Bertram, or The Castle of Saint Aldobrand  del escritor irlandés Charles Maturin (1782-1824) y crea un libreto de oscura, tempestuosa y fatalista savia romántica, con un trío amoroso en el que suspiran por el amor de Imogene su antiguo amante Gualtiero ─un noble arruinado, impetuoso y apasionado transformado en pirata─; y su esposo y padre de su hijo, al que desposó para salvar la vida de su progenitor, y al que debe obediencia y fidelidad.

El trágico final, con el asesinato del marido, la expiación del amante y la catártica locura de la desventurada heroína, dejan antever el germen del gran melodrama romántico, que también esboza Bellini en su música, de profundo aliento melódico, fuertes contrastes expresivos y un afán por engarzar y articular los recitativos, arias, caballetas, dúos y coros, en pro de la fluidez dramatúrgica de la trama.

Esta misma preocupación traspasa toda la música, que intenta sublimar sentimientos y pasiones hiperbólicos a través de una escritura vocal endiablada, sobre todo para los dos protagonistas: Gualtiero, que posee ya las contradicciones de un héroe byroniano, debe aunar vocalmente un canto elegíaco, la valentía áulica y el virtuosismo intrépido; e Imogene, abnegada esposa y madre, debe sofocar su amor corrosivo hasta la explosión de la locura y la ensoñación, alternando largas y excelsas melodías con saltos interválicos que expresan permanentemente su lucha interior y contrastes anímicos.

Quizás la extrema dificultad de ambos papeles haya contribuido al letargo de esta ópera durante casi un siglo, hasta que en 1958 Maria Callas interpretara a Imogene en La Scala, al lado de Franco Corelli y Ettore Bastianini, que no estaban, sin embargo, a su altura. Algunos años después Montesarrat Caballé ha cogido el testigo, concediendo a la trágica y desquiciada heroína de Callas un canto cristalino y casi sobrenatural, poético y estilizado, con sus inconfundibles y larguísimos fiati.

En la esta nueva coproducción de Il pirata, Emilio Sagi rehúye cualquier aproximación realista al libreto, creando un marco pictórico y simbólico adaptado a la dramaturgia de cada escena, para que fluya musicalmente el devenir trágico de los personajes, desprovistos de todos los artificios.

La ópera se ofrecerá por primera vez en el Teatro Real con tres distintos tríos protagonistas: los tenores Javier Camarena, Celso Albelo y Dmitry Korchak en el rol titular de Gualtiero; las sopranos Sonya Yoncheva, Yolanda Auyanet y Maria Pia Piscitelli como Imogene; y los barítonos George Petean, Simone Piazzola y Vladimir Stoyanov como Ernesto. Estarán secundados por el tenor Marin Yonchev (Itulbo), el bajo Felipe Bou (Goffredo) y la soprano María Miró (Adele).

Maurizio Benini, gran experto en el repertorio lírico italiano, que en el Real ha dirigido Tosca (2004), L’elisir d’amore (2006) e Il trovatore (2019), volverá a colocarse al frente del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real debutando una partitura que poco a poco recupera el lugar que le corresponde, más allá del virtuosismo y belleza de sus melodías.

Fotografía: Javier del Real

Katiuska

Después de una temporada, la 17/18 complicada, el Teatro de la Zarzuela inauguraba la 18/19 con una expectación y glamour más propia de la Escala de Milán, pero en castizo.

Nadie quiso perderse el acontecimiento que empezaba con un cartel de relumbrón. Katiuska, de Pablo Sorozábal. Tras 37 años de ausencia en el teatro de la calle Jovellanos, llegaba con un reparto a la altura de cualquier teatro de ópera de primera fila: Ainhoa Arteta, que actúa solo dos días, Carlos Álvarez, cuya ausencia estas temporadas del Teatro Real nos está permitiendo verle a menudo en su faceta más zarzuelera, y Jorge de León.

Katiuska se estrenó en Barcelona en 1931 y pocas son las ocasiones en las que se volvió a representar. Esta vez se recupera el “canto de la tierra”, que desapareció en la grabación del 58 con Pilar Lorengar y Alfredo Kraus. El maestro Sorozabal, antes de morir, revisó la obra y mostró su deseo de que este fragmento volviese a interpretarse.

Y es en esta ocasión, y de la mano del maestro Guillermo García Calvo, cuando se representa casi en su totalidad, puesto que han sido eliminados para esta versión algunos de sus diálogos. El resultado es una obra breve, pero ágil y con ritmo.

Dice García Calvo que encuentra en las obras de Sorozábal una cercanía, poesía, franqueza y cariño que no aparecen en ningún otro repertorio. Algo que nos tendría que hacer sentir muy orgullosos. Se ambienta en la Revolución Rusa de 1917 y está llena de números cómicos, casi surrealistas, perfectamente alternados con músicas románticas de gran lirismo que describen el triángulo amoroso entre los tres protagonistas. Perfectamente instrumentada, cuenta con gran variedad de colores e instrumentos que describen lugares y situaciones, como las mandolinas que aportan el color ruso.

La escenografía de Daniel Bianco y dirigida por Emilio Sagi, evoca un montaje cinematográfico inspirado en los años 30 en los que se estrenó Katiuska y en las divas de la época, más princesas que actrices, cuando el cine presentaba a sus protagonistas con vidas ideales que ayudaban a salir de la rutina a un público entregado a sus ídolos. Se trataba de un gran marco lleno de escombros, los del régimen zarista. Una escenografía vistosa pero un poco austera para o que Sagi acostumbra. No faltó, claro está, uno de sus elementos fetiche, la luna.

Ainhoa Arteta, con una impresionante presencia escénica, interpreta una princesa Katiuska elegante y glamurosa. Destacó por sus pianos.

Carlos Álvarez está en un momento vocal extraordinario. Empezó algo destemplado pero fue el gran triunfador de la noche con ese timbre baritonal tan atractivo que dotó de gran personalidad a su personaje de Pedro Stakof.

Jorge de León lució su poderosa voz en un papel difícil, aunque breve, como príncipe Sergio.

Los comprimarios estuvieron a gran altura dando una clase magistral de interpretación y saber estar en un escenario, y sin perder un ápice de calidad cuando les tocaba cantar o bailar. Antonio Torres como Bruno Brunovich, Milagros Martín como Olga, la joven novia de Boni, el asistente del coronel interpretado por Emilio Sánchez. Enrique Baquerizo dio vida a un hilarante Amadeo Pich, el viajante catalán vendedor de medias. Y  Amelia Font como Tatiana, tía de Boni y dueña de la posada. Espléndido también el Coro del Teatro,

En definitiva, una noche de música y teatro para disfrutar que nadie se debe perder.

Il mondo della luna

El Palau de les Arts estrena el jueves 8 de marzo ‘Il mondo della luna’, de Joseph Haydn, en el Teatre Martín i Soler, sede del Centre Plácido Domingo.

Jonathan Brandani, director musical, y Emilio Sagi, director de escena, han presentado hoy en conferencia de prensa esta hilarante ópera bufa sobre los engaños a un inocente burgués apasionado por la astronomía.

La obra se representa en montaje del Teatro Arriaga de Bilbao en coproducción con la Ópera de Montecarlo, que ganó en 2013 el Premio Campoamor a la mejor nueva producción. Daniel Bianco (escenografía), Pepa Ojanguren (vestuario), Albert Faura (iluminación) y Nuria Castejón (coreografía) conforman el equipo creativo de ‘Il mondo della luna’.

Brandani y Sagi trabajan desde principios de febrero con los artistas del Centre Plácido Domingo que integran el elenco: Vicent Romero y Moisés Marín (Ecclitico); Olga Syniakova (Ernesto), César Méndez y Jorge Eleazar Álvarez (Buonafede); Annya Pinto (Clarice), Giorgia Rotolo y Elena Schirru (Flaminia), y Andrés Sulbarán (Cecco).

El reparto se completa con la mezzosoprano Nozomi Kato, antigua alumna del Centre, en el papel de Lisetta, junto con la participación de tenores y bajos del Cor de la Generalitat Valenciana.

Jonathan Brandani, maestro italo-norteamericano que desarrolla una emergente carrera en Europa y Estados Unidos, hace su debut con la Orquestra de la Comunitat Valenciana. El joven director, que destaca por sus incursiones en el repertorio antiguo con su formación en L’Eloquenza, considera que Haydn propone una música “muy significativa, de gran riqueza y profundidad”.

“La partitura presenta páginas complejas y de gran dificultad, junto con el reto de los recitativos, que suponen una valiosa experiencia para los jóvenes artistas, que pueden profundizar en el clasicismo vienés y en la comedia de la ópera bufa italiana”, ha matizado.

Asimismo, Brandani ha subrayado la capacidad de Haydn para crear “musicalmente un mundo imaginario a través de la música en la Luna. Un lugar lleno de serenidad, paz, expresividad y emotividad, y casi utópico”.

Se trata, además, de la segunda ocasión en que Emilio Sagi trabaja con los jóvenes cantantes del Centre Plácido Domingo. En el año 2012, el ‘regista’ de Oviedo presentó en València la primera zarzuela de este proyecto: ‘El dúo de La Africana’, de Fernández Caballero.

El director ovetense señala que la elección del título supone “un gran acierto para los artistas del Centre, por sus exigencias y los muchos papeles del reparto, ya que los jóvenes cantantes han de hacer gala de habilidades escénicas y musicales”.

“Es una ópera deliciosa, de música estupenda. Es una comedia en la que unos jóvenes pretenden hacer entrar en razón a un señor mayor, determinista, machista y chapado a la antigua, para que dé libertad a sus hijas para hacer lo que quieran en sus vidas”, explica Sagi.

Basado en una obra de Carlo Goldoni, comediógrafo italiano que tanto escribió sobre los cambios sociales de finales del siglo XVIII, el libreto cuenta un divertido complot para lograr que el acaudalado protagonista (Buonafede) consienta los matrimonios de sus hijas (Clarice y Flaminia).

Ante las pretensiones del progenitor, que quiere desposar a las jóvenes con ricos aristócratas, los interesados pretendientes (Ecclitico y Ernesto) se aprovechan de su interés por los astros para urdir el engaño y hacerle creer que viajará a la Luna.

En este montaje, que traslada el enredo al siglo XX, Sagi convierte ‘El mundo de la luna’ en el mundo del espectáculo, lleno de bailarines, magia y sorpresas, y un sinfín de cosas extrañas para un sencillo burgués como Buonafede.

Las entradas para ‘Il mondo della luna’ tienen un precio único de 35 euros. Además del estreno el día 8 de marzo, el Teatre Martín i Soler acogerá más funciones los días 10 y 14 de marzo. El aforo de la representación del día 12 está reservado al público del Programa didáctico, dentro del Plan de acción social de Les Arts.

Dedicatoria

El Palau de les Arts dedicará las representaciones de ‘Il mondo della luna’ a la memoria del director de orquesta español Jesús López Cobos. El reconocido maestro, que falleció el pasado viernes 2 de marzo, fue el encargado de dirigir esta misma obra en su estreno, en mayo de 2013, en el Teatro Arriaga de Bilbao.

El centro de artes recuerda su visita a València, en noviembre de 2010 en el Auditori, cuando dirigió la Orquestra de la Comunitat Valenciana en un brillante programa de música española, con Plácido Domingo y Virginia Tola como solistas, que posteriormente se presentó en el Festival Castell de Peralada

El Cantor de México

Llegaba al Teatro de la Zarzuela la opereta El Cantor de México. Compuesta en 1951 por el francés, pero de origen hispano americano, Francis Lopez, y escrita para ser interpretada por el famoso Luis Mariano, que llegó a interpretarla en más de 850 ocasiones.

Su director de escena, Emilio Sagi, adaptó y actualizó el libreto inicial, algo desfasado, para su estreno en 2006 en el Théàtre du Châtelet. La producción que ha llegado a Madrid bajo la dirección escénica de Daniel Bianco es, como denominó su compositor, una opereta gran espectacle. Una brillante y espectacular escenografía, donde los cambios de escena se producen permanentemente y con gran dinamismo, recreando el ambiente de los clubes de la época y de los espectáculos de Carmen Miranda.

Muy importante es el trabajo del director musical Óliver Díaz al frente de la Orquesta Titular del Teatro de la Zarzuela. Una obra como ésta, cercana a la revista y llena de melodías de repertorios completamente distintos a los que acostumbra, como jazz, mambos o boleros, no resulta fácil de dirigir por la variedad de material musical. El resultado es de una calidad indudable.

Al frente del reparto encontramos al tenor José Luis Sola, evocando a Luis Mariano, pero con dificultades. Escaso volumen de voz y ausencia de sonido, salvo en los agudos, donde el brillo y el color tienen mucha presencia.

El personaje de Cricri corre a cargo de la soprano Sonia de Munck. Consigue un buen nivel interpretativo, pero no logra que su voz se escuche. Mucho menos cuando es acompañada por otros cantantes o crece el volumen de la orquesta.

El experimentado Luis Álvarez interpreta brillantemente al empresario Ricardo Cartoni, acompañado de una espectacular Ana Goya, que da vida a la hilarante Señorita Cécile. Al frente del reparto teatral está Rosi de Palma, como Eva Marshall, una diva kitsch que se alza con el protagonismo de la obra gracias a su personalidad y su potente presencia escénica.

El Teatro de la Zarzuela comienza la temporada con una obra diferente, un espectáculo que es puro divertimento. Quiere lanzar con ello un mensaje, la Zarzuela quiere llegar a todos los públicos y abrirse a la sociedad.

El Cantor de México

El Teatro de la Zarzuela abrirá el viernes 6 de octubre (20:00h) la temporada 2017/2018, y lo hará con el estreno en Madrid de la opereta ‘El cantor de México’ del compositor francés de origen hispanoamericano y ascendentes vascos Francis Lopez. La obra se presenta en una nueva producción del Teatro en coproducción con la Ópera de Lausanne. La escena ―ingeniosa, divertida y por momentos ciertamente espectacular― que sitúa la trama en el rodaje de una película de cine, está firmada por Emilio Sagi, responsable también de la versión libre a partir del libreto de Félix Gandera y Raymond Vincy, y la dirección musical correrá a cargo de Óliver Díaz, responsable musical de la institución, que estará al frente de un sugerente reparto encabezado por Rossy de Palma, así como del Coro Titular del Teatro y de la Orquesta de la Comunidad de Madrid. El público podrá disfrutar de 18 funciones hasta el 29 de octubre. La función del jueves 26 de octubre se retransmite en directo en Radio Clásica de Radio Nacional de España a partir de las 20h00

La nueva temporada de La Zarzuela echa a andar de esta especial manera, “con el firme compromiso de tender la mano a todos los públicos. Las 161 funciones que compondrán el nuevo curso estarán dirigidas tanto al espectador habitual del Teatro, como a aquellas personas que se acercan a él con curiosidad e inquietud de conocer, e incluso a quienes aún no saben lo que sucede entre los centenarios muros del coliseo”, así lo afirma su director, Daniel Bianco.

Dos serán los repartos que den vida a ‘El cantor de México’, esa historia que cuenta las venturas y desventuras de un joven ingenuo que en París descubre el amor y el éxito en tecnicolor. Junto a Rossy de Palma, que dará vida a la gran vedete Eva y a la Coronela Tornada, formarán el extenso elenco los tenores José Luis Sola y Emmanuel Faraldo, en el papel del joven Vincent, el barítono Luis Álvarez, en el del empresario Cartoni, responsable de la producción cinematográfica, las sopranos Sonia de Munck y Sylvia Parejo, que encarnarán a la bella Cricri, ayudante de este y enamorada en secreto de Vincent, o los barítonos Manel Esteve y Toni Marsol, que harán las veces de Bilou, el mejor amigo de Vincent y a su vez enamorado de Cricri no tan en secreto. También aportarán su talento los actores Ana Goya, como la señorita Cecile, ayudante de Monsieur Boucher, director de la película, que será el actor César Sánchez, y Maribel Salas, Nagore Navarro, Eduardo Carranza y Natán Segado, que interpretarán al resto de actores y actrices del filme que se rueda dentro de la escena, y en la que también harán su papel 17 figurantes y 12 bailarines.

La propuesta que presenta el Teatro de la Zarzuela muestra una escenografía fantástica, al más puro estilo kitsch, ideada por Daniel Bianco, donde se recrea un mundo tropical, sofisticado, en tecnicolor, propio de ese cine que persigue el gran espectáculo. Para lograr el efecto visual apropiado a este planteamiento es importante asimismo el vestuario diseñado por Renata Schussheim, la iluminación de Eduardo Bravo y la coreografía de Nuria Castejón.

También su música, tal vez más cercana al musical que a la opereta, es multicolor; llena de influencias norteamericanas e hispanoamericanas; aquellas que llegaban al París de los años veinte del siglo pasado, y de las que esta ciudad se apropiaba como si fueran suyas. Charlestón, swing, mambo o bolero, los numerosos estilos que irán sonando a lo largo del espectáculo pondrán a prueba a la orquesta, que será, en una sola velada, una formación sinfónica una banda de jazz, un grupo de mariachis o una agrupación de bolero.

La obra y el éxito

‘El cantor de México’ fue compuesta por Francis Lopez, músico francés de origen hispanoamericano (padre peruano y madre argentina) y de abuelos vascos, para el popular cantante de voz prodigiosa y gloriosa sonrisa, Luis Mariano. Se estrenó en el Teatro Châtelet de París en 1951 con un éxito descomunal. Cinco años después, la versión cinematográfica, también con Luis Mariano como cabeza de cartel, recogió asimismo el aplauso unánime del público de entonces.

En 2006, este mismo equipo artístico que ahora la presenta en el Teatro de la Zarzuela en una nueva versión en castellano de Emilio Sagi, recuperó la obra para ponerla en escena en el mismo Teatro parisino que la vio nacer 55 años antes. Otro éxito arrollador: el público en pie cada noche durante dos meses, y futura reposición con idéntico resultado.

Daniella Barcellona y Jessica Pratt en Tancredi

El valenciano Palau de Les Arts, ha cerrado brillantemente la temporada con cinco representaciones del rossiniano Tancredi, que han reunido un magnífico elenco vocal encabezado por Daniela Barcellona como Tancredi y Jessica Pratt en el papel de Amenaide, junto a la excelente prestación de la Orquesta de la Comunitat Valenciana dirigida por Roberto Abbado. También, cabe señalar la interesante propuesta escénica de Emilio Sagi. Curiosamente, y siendo las representaciones de mayor calidad que han podido verse durante toda la temporada, la asistencia del público no ha sido masiva, pudiendo contemplarse bastantes huecos en el aforo del teatro valenciano. Eso sí, el público asistente aplaudió con gran fuerza las magníficas prestaciones de cantantes y orquesta.

Gioachino Antonio Rossini (Pesaro, 1792 – París, 1868) muy pronto se sintió atraído por la ópera. En 1810, con solo dieciocho años, estrenó en el Teatro Samuele de Venecia su primer trabajo importante La cambiale di matrimonio, al que seguirá al año siguiente L’ equivoco stravagante. Obtendrá su primer gran éxito con La pietra del Paragone estrenada en el Teatro alla Scala de Milán, en 1812, convirtiéndose en un compositor tremendamente prolífico, ya que antes de finalizar ese año, había estrenado dos nuevas óperas: La Scala di seta y L’ocasione fa il ladro. Sorprende la capacidad de Rossini para componer paralelamente, en un escaso período de tiempo, una comedia como Il Signor Bruschino, y Tancredi (su primera ópera seria) ambas estrenadas en Venecia respectivamente el 27 de enero y 6 de febrero de 1813. El éxito de las obras cómicas de Rossini, puede ocultar su gran importancia como compositor de óperas serias. Grandes títulos como L’italiana in Algeri (1813), Il turco in Italia (1814), Il Barbieri di Seviglia (1816) o La Cenerentola (1817), sumieron en un flagrante olvido las óperas serias que compuso en su período napolitano, entre 1815 y 1823. En títulos dramáticos como Otello (1816) y La donna del lago (1819), renunció al heroísmo neoclásico, para dejarse ganar por el clima romántico, que estaba comenzando a nacer. Rossini concluyó esa brillante etapa, en 1823, con el estreno de Semiramide, última de sus treinta y cuatro óperas italianas, partiendo ese mismo año hacia Francia, donde seguirá componiendo comedias como Il viaggio a Reims (1825) y Le Comte Ory (1828), títulos dramáticos como Le siege de Corinthe (1826), Moïse et Pharaon (1827); y, sobre todo, su monumental Guillaume Tell (1829), que sienta las bases del melodrama romántico, y con el que concluyó su ciclo operístico cuando solo tenía treinta y siete años.

Tancredi fue compuesta por Rossini en diciembre de 1812 y enero de 1813, con libreto de Gaetano Rossi a partir de la obra teatral Tancrède de Voltaire. El estreno tuvo lugar el 6 de febrero de 1813 en el Teatro la Fenice de Venecia, y la ópera concluía con un final feliz. El 20 de marzo de ese mismo año, Rossini estrenó en Ferrara una versión revisada que incluía diferentes cambios, siendo el más significativo un nuevo final de carácter trágico, cuyo texto fue escrito por el poeta Luigi Lechi. Este final no gustó al público, y Rossini elaboró una nueva versión, estrenada en Milán, en diciembre de 1813, que sintetizaba las ofrecidas en Venecia y Ferrara, con la inclusión del final feliz. Durante veinte años, hasta 1833, la ópera fue representada con cierta asiduidad, cayendo posteriormente en el más absoluto de los olvidos. La partitura y texto del final trágico llegó a desaparecer, siendo descubierto por el musicólogo Philip Gossett, quien elaboró una edición crítica, en 1976, a partir de la versión estrenada en diciembre de 1813, pero concluida con el final trágico de Ferrara. La recuperación definitiva de esta ópera se produjo cuando esa edición crítica se estrenó en La Ópera de Houston (Texas), en 1977, con la participación como Tancredi de la gran mezzo norteamericana Marilyn Horne, quien se convertirá en la gran avalista de esta ópera, que interpretó durante más de una década en diferentes teatros de todo el mundo, habiéndonos legado hasta ocho grabaciones en directo, entre ellas la toma en video realizada en el Teatro del Liceu de Barcelona, en 1989. La mezzo Daniela Barcellona interpretó Tancredi por primera vez en el Festival de Pesaro de 1999, convirtiéndose desde entonces en un Tancredi referencial. Ello se pone de manifiesto en diferentes tomas en audio y video, sobre todo el DVD comercializado por TDK, de unas funciones que tuvieron lugar en el Teatro Comunale de Florencia, en octubre de 2005, junto a uno de los grandes interpretes de Argirio: el tenor argentino Raúl Giménez. En España, Daniela Barcelona ha interpretado Tancredi en bastantes ocasiones: La Coruña (2003), Oviedo (2004), Teatro Real de Madrid (2007), Teatro de La Maestranza de Sevilla (2009), y ahora en las recientes funciones que han tenido lugar en el Palau de Les Arts, donde se ha representado la versión crítica de Philip Gossett con el final trágico de Ferrara.

El Tancredi representado en Valencia es una coproducción de la Ópera de Lausanne y el Teatro Municipal de Santiago de Chile, con dirección escénica de Emilio Sagi, trasladando la acción del Siglo XI, en la época de Las Cruzadas, al siglo XIX, en el período italiano del Risorgimento. La acción comienza en el gran salón de un palacio, con columnas de mármol y grandes ventanales con bellas vidrieras policromadas, donde muchos comensales se reúnen alrededor de una gran mesa, ataviados con vistosos y recargados uniformes diseñados por Pepa Ojanguren, habitual colaboradora de Emilio Sagi. Ese mismo escenario se va transformando, mediante rápidos desplazamientos de sus paredes y una cambiante iluminación, en diferentes espacios escénicos: el reducido e intimista donde se desarrolla el dúo de Tancredi y Amenaide del Acto I, ya en el Acto II, se convierte en el elegante despacho de Argirio o en la cárcel donde recluyen a Amenaide.

En algún momento, a la búsqueda de un esteticista impacto visual, el planteamiento escénico resulta fallido, como en la secuencia de la batalla, en el Acto II, acotada en un espacio cuyo fondo es un panel donde están ensamblados muchos pequeños espejos, la oscuridad escénica solo es alterada por los focos de las linternas que portan figurantes y que se reflejan en los espejos, molestando seriamente a los espectadores. Resulta atractiva la escena final de la ópera donde puede verse un gran monumento funerario que en cuya base se produce la muerte de Tancredi en brazos de Amenaide. Señalar la falta de idoneidad del traje militar que porta Tancredi, encorsetando sus movimientos escénicos. Si exceptuamos la escena de las linternas deslumbradoras, resulta bastante apropiado el diseño de iluminación realizado por Eduardo Bravo, creando adecuados ambientes escénicos siempre en consonancia con el desarrollo de la acción.

Excelente dirección de Roberto Abbado, quien consigue una alta prestación de la Orquesta de la Comunitat Valenciana. El maestro Abbado conoce muy bien esta partitura, habiéndola dirigido en bastantes ocasiones, pudiéndose escuchar una magnífica grabación de estudio realizada por RCA, en 1995, donde dirigía a la Müncher Rundfunk Orchestra, con Vesselina Kasarova como Tancredi, la Amenaide de Eva Mei y el excelente Argirio de Ramon Vargas, exhibiendo una voz de gran belleza. Esta versión discográfica contiene los dos finales y el aria alternativa de Amenaide “Ah, se pur morir degg’io” que Rossini compuso para la versión de Ferrara.

Roberto Abbado se presentó con el brazo derecho inmovilizado por una lesión, lo que aún hizo más meritoria su labor directorial, que ya se puso de manifiesto desde la misma obertura (idéntica a la de otra ópera anterior de Rossini: La pietra del paragone) en cuya primera sección de corte claramente mozartiano, brillaron metales y maderas; y, una segunda sección, dominada por un reiterado crescendo orquestal, típicamente rossiniano, que se va alternando con la interpretación de una graciosa melodía donde destacan las intervenciones del violonchelo en conjunción con la flauta, fagot y toda la cuerda. Magnífico el sonido del preludio orquestal que introduce la gran escena de Tancredi del Acto I, con el continuo sonido de la cuerda grave acompañando a violines y maderas, junto a las lucidas intervenciones del oboe solista. Destacar el acompañamiento en el gran dúo de Amenaide y Tancredi en el Acto I, que finaliza con una brillante coda. También, la actuación orquestal en el final del Acto I: sexteto y concertante conclusivo. Ya, en el Acto II, resultó excelente la prestación del clarinete solista en el transcurso del aria de Isaura, seguida de la brillante ejecución de la música, de fuerte aliento sinfónico, que precede y acompaña el recitativo de Amenaide “Di mia vita infelice”. Muy bella la introducción y acompañamiento orquestal del aria de Roggiero en el Acto II. Resaltar el etéreo y tenue sonido camerístico de la cuerda, que acompaña la escena de la muerte de Tancredi. En los numerosos recitativos que contiene esta ópera, cabe destacar la excelente prestación del bajo continuo compuesto por pianoforte (José Ramón Martín), violonchelo (Rafal Jezierski) y contrabajo (David Molina). Buena labor concertante de Roberto Abbado siempre pendiente de las voces.

La gran mezzo triestina Daniela Barcellona ha hecho de Tancredi su papel más paradigmático, aportando su precisa vocalidad belcantista, gran interpretación dramática y una presencia escénica totalmente identificada con el personaje. Ya, resulta brillante su entrada escénica con la interpretación del recitativo “Oh patria, dolce e ingrata Patria”, que inicia con una mezza di voce, y donde exhibe una depurada línea de canto llena de expresividad, con excelentes regulaciones del sonido. El recitativo enlaza con el arioso “Tu che accendi questo core” para concluir con el famosísimo “Di tanti palpiti”, interpretado en el más puro estilo belcantista, ejecutando con maestría las pertinentes variaciones en la repetición iniciada con la frase “Sarà felice”, donde muestra su dominio de las agilidades, junto a unos agudos muy bien emitidos. Ya, en el Acto II, realiza una gran interpretación de la cavatina “Ah, che scordar non son” con la reiterada frase “L’adoro ancor” cada vez expresada con diferentes matices. Realiza una gran interpretación vocal y dramática del aria-rondó “Perché turbar la calma”, con una primera sección lenta, llena de tristes acentos, que deriva a otra mucho más rápida, iniciada con la agresiva frase “Traditrice! Io t’abbandono”, donde muestra su gran dominio de las agilidades con puntuales y precisas subidas al agudo. Se suceden esos cambios de ritmo lento-rápido, en un continuo crescendo, para concluir el aria con la heroica y reiterada frase “Al campo, al campo a trionfar” insertando poderosos agudos magníficamente emitidos. En un registro totalmente diferente, ya a punto de morir, dota de patéticos acentos el recitativo-aria “Oh Dio, lasciarte io deggio….Amenaide, serbami tua fe” conclusivo de la ópera.

Gran interpretación como Amenaide de la soprano Jessica Pratt, en posesión de una voz de atractivo timbre, bien proyectada, con dominio del canto legato, excelentes regulaciones de sonido y un absoluto dominio de la coloratura: trinos, escalas, notas picadas, junto a agudos y sobreagudos muy bien emitidos. También, cabe destacar su magnífica actuación escénica. Todo ello, ya se pone de manifiesto en su cavatina inicial “Come dolce all’alma mia” . En el Acto II, dota de gran lirismo su recitativo-aria “Di mia vita infelice…..No, che il morir non è”, con melancólicos acentos y excelente capacidad para las medias voces y las regulaciones de sonido, emitiendo bellas notas en pianissimi. Sus momentos más brillantes se producen en el recitativo-aria “Gran Dio!…..Giusto Dio che umile adoro” donde en recitativo y primera parte del aria, muestra una depurada línea de canto llena de expresividad, emitiendo preciosos filados, apianando la voz incluso en las notas agudas. Ya, en la segunda parte del aria, donde la música retoma el crescendo de la obertura, puede constatarse la capacidad de la cantante para la coloratura, emitiendo notas picadas con verdadera precisión, subiendo con facilidad al agudo y sobreagudo y finalizando el aria con un impresionante Mi5.

De calidad extrema resultan los dos dúos interpretados de Pratt y Barcellona, especialmente la sección central del segundo “Ah, come mai quell’anima”, con acompañamiento de la cuerda en pizzicato.

El personaje de Argirio es interpretado por el tenor chino Yijie Shi, magnífico cantante rossiniano, a pesar de su poco atractivo timbre. Durante sus numerosas intervenciones mostró un elegante fraseo y excelente ejecución de las agilidades. Especialmente brillante resultó su interpretación del recitativo-aria “Oddio crudel! Qual nome….Ah! segnar invano io tento”, ofreciendo en el recitativo, un canto lleno de expresividad; y, en el aria, momentos meditativos apianando la voz, junto a otros de auténtico canto de bravura con brillantes subidas al agudo y sobreagudo. Muy bien en su dúo con Tancredi del Acto II.

El bajo Pietro Spagnoli, tiene una voz en exceso lírica para el papel de Orbazzano y su interpretación no pasó de discreta, a pesar de tener verdaderas oportunidades de lucimiento, ya que en esta versión de Tancredi se inserta el aria “Alle voci della gloria” (inmediatamente antes del dúo de Tancredi y Argirio del Acto II) que habitualmente es omitida. En el papel de Isaura, la mezzo Martina Belli mostró una voz grande aunque un tanto gutural, con buen dominio de las agilidades, en la interpretación de su aria “Tu che i miseri conforti” del Acto II. La joven soprano Rita Marqués perteneciente al Centro de perfeccionamiento Plácido Domingo, se lució en su aria “Torni alfin ridente”. Excelentes los números de conjunto que cierran el Acto I, sobre todo el concertante final. Magnífica actuación del Coro de la Generalitat Valenciana (en este caso solo voces masculinas) en sus numerosas intervenciones, destacando su interpretación en el Acto II del Coro di Saraceni: “Regna il terror nella citta”.

Estas funciones de Tancredi estuvieron dedicadas a la memoria del director de orquesta y musicólogo Alberto Zedda, fallecido el pasado mes de marzo, cuya labor ha sido esencial en la recuperación de toda la obra rossiniana.

 

Lucrezia Borjia

Fabio Biondi y Emilio Sagi firman ‘Lucrezia Borgia’, de Gaetano Donizetti, la primera nueva producción de la Temporada 2016-2017 del Palau de les Arts Reina Sofía, que se estrenará el domingo 26 de marzo, a las 18.00 h.

El maestro palermitano y el director de escena ovetense han presentado hoy en conferencia de prensa este título basado en el retrato que hizo Victor Hugo de la enigmática hija del papa valenciano Alejandro VI.

Durante su intervención han estado acompañados por los principales protagonistas del montaje: la soprano Mariella Devia, la mezzosoprano Silvia Tro Santafé, el tenor William Davenport y el bajo-barítono Marko Mimica.

‘Lucrezia Borgia’ supone también un hito en la historia de Les Arts, puesto que será la primera ópera que se emita en ‘streaming’ el próximo 1 de abril, a través de ‘The Opera Platform’. La transmisión es posible gracias al acuerdo suscrito con la Agència Valenciana del Turisme y se enmarca dentro de la promoción de la Ruta de los Borja. De esta forma, durante el intermedio entre los actos I y II, se ofrecerá contenido audiovisual sobre la huella de la poderosa estirpe en la Comunitat Valenciana, además de las habituales entrevistas con el elenco de la producción y conexiones desde el teatro.

Fabio Biondi se adentra en la ópera belcantista en Les Arts después de sus recientes éxitos con la OCV en los repertorios barroco y clasicista. Con el reto de presentar el belcanto de Donizetti desde un prisma diferente, con un lenguaje historicista, el director musical de Les Arts completará su labor filológica alrededor de este periodo de la lírica italiana con ‘Italia más allá de la ópera’, un nuevo capítulo del ciclo de música de cámara que acogerá el Espai Los Toros el 30 de marzo.

Para Emilio Sagi, se trata del sexto montaje -el tercero de producción propia- que se presenta en el enclave cultural valenciano tras sus celebradas propuestas para ópera española y zarzuela: ‘La Bruja’ y ‘El rey que rabió’, ambas de Ruperto Chapí; ‘Luisa Fernanda’, de Moreno Torroba; ‘El dúo de ‘La Africana’, de Fernández Caballero, y ‘Katiuska’, de Pablo Sorozábal.

La puesta en escena con escenografía de Llorenç Corbella, vestuario de Pepa Ojanguren e iluminación de Eduardo Bravo, supone la primera visita del oventense durante esta temporada, que se cerrará también con una producción suya: ‘Tancredi’, de Rossini.

El libreto de Felice Romani, con quien Donizetti firmó éxitos como ‘L’elisir d’amore’ o ‘Anna Bolena’, toma como referencia el drama homónimo de Victor Hugo, más vinculado con la leyenda y mito alrededor de Lucrecia Borja que con su verdadera historia. La ópera se desarrolla en Ferrara, donde Lucrezia Borgia, desposada con el duque Alfonso d’Este, transita entre las contradicciones que arroja su figura pública frente a los sentimientos hacia su hijo secreto Gennaro.

Musicalmente, ‘Lucrezia Borgia’ es una de las partituras más endiabladas de Gaetano Donizetti, especialmente para su protagonista, un papel que en la historia de la lírica ha quedado reservado a voces legendarias, entre las que destacan Montserrat Caballé o Joan Sutherland.

La soprano Mariella Devia, considerada como la última gran dama del bel canto, encarna en Les Arts a la controvertida protagonista. Célebre por sus interpretaciones de Bellini y Donizetti, la diva italiana debutó en el centro de artes en el ‘Homenaje a Puccini’ que dirigió Plácido Domingo en 2008, y regresó en 2015 para ‘Norma’, uno de los papeles por los que obtuvo el ‘International Opera Award’ en 2016.

La mezzosoprano valenciana Silvia Tro Santafé canta el papel de Maffio Orsini. Intérprete de referencia en el repertorio haendeliano y rossiniano, ha actuado en los principales teatros y festivales líricos europeos, con directores como William Christie, René Jacobs, Lorin Maazel, Neville Marriner, Yehudi Menudin y Alberto Zedda. Tras su presentación en Valencia con ‘Orlando’, de Händel, en el año 2007, regresó en 2014 para ‘L’italiana in Algeri’.

El tenor estadounidense William Davenport, que inauguró la Pretemporada con ‘L’elisir d’amore’, también de Donizetti, presenta su segundo papel en Les Arts: Gennaro, el hijo secreto de Lucrezia Borgia. Con una ascendente carrera en América del Norte, el cantante de Maryland destaca por sus incursiones en el repertorio italiano.

Cierra el cuarteto protagonista el bajo-barítono croata Marko Mimica como Alfonso d’Este. El intérprete de Zagreb, calificado por la crítica como una de las voces del futuro, desarrolla una emergente carrera con actuaciones en Berlín, Palermo, Pésaro, Roma y, próximamente, París.

El elenco de ‘Lucrezia Borgia’ se completa con los cantantes del Centre Plácido Domingo Fabián Lara (Liverotto), Andrés Sulbarán (Vitellozzo), Alejandro López (Gazella), Moisés Marín (Rustighello), Andrea Pellegrini (Gubetta) y Michael Borth (Astolfo). Participan también Simone Alberti (Petrucci), José Enrique Requena (Ujier) y Lluís Martínez (Una voz) junto con el Cor de la Generalitat Valenciana, que dirige Francesc Perales.

Además del estreno el día 26 de marzo, Les Arts ha programado otras representaciones los días 29 de marzo y 1, 5 y 8 de abril.
The Opera Platform

Desde 2014, ‘The Opera Platform’ (TOP) ofrece una temporada europea de ópera en directo mediante acceso gratuito a través de su portal (http://www.theoperaplatform.eu/en), con el objetivo de atraer y cultivar nuevos públicos.

El proyecto está cofinanciado por el programa ‘Creative Europe’ de la Comisión Europea, en asociación con 15 teatros de 12 países europeos y cuenta con una audiencia potencial de dos millones de espectadores.

Les Arts ha sido invitado a participar en la presente temporada con la emisión de ‘Lucrezia Borgia’ de Donizetti, para la que cuenta con la colaboración de la Agència Valenciana del Turisme en una iniciativa que aúna la divulgación de la lírica a toda la sociedad junto con la promoción de la Comunitat Valenciana como destino cultural.

Después de su emisión, ‘Lucrezia Borgia’ estará todavía disponible seis meses más en la plataforma para quienes deseen verla durante ese periodo. El único requisito para disfrutar del espectáculo es disponer de conexión óptima a Internet.

Lectura dramatizada

Les Arts ofrece, con motivo de estas representaciones, una lectura dramatizada de ‘Lucrèce Borgia’, obra teatral en tres actos y prosa que Victor Hugo estrenó en París el 2 de febrero de 1833.

En el texto -un paradigmático ejercicio del imperante Romanticismo que latía con enorme vitalidad en los años 30 del siglo XIX-, el dramaturgo francés ofrece un retrato en negativo de la ilustre hija del Papa Borgia. Un retrato que va más allá de los suaves contornos de la mujer hermosa; un retrato que afila el perfil trágico de la asesina que fue también mujer utilizada y humillada.

Pepe Galotto, de La Farsería, dirige en el Aula Magistral este montaje que está orientado hacia el público del Programa Educativo los días 4, 6 y 7 de abril junto con una representación el domingo 9, a las 18.00 h, abierta para el público general.

Las Bodas de Figaro

El Teatro Real ha comenzado su temporada teniendo que dar explicaciones a las numerosas modificaciones que está teniendo la anunciada nueva temporada. Vaya por delante el hecho de que el Teatro ha vivido en los últimos meses una situación complicada. El fallecimiento de su anterior director artístico, Gerard Mortier, y el nombramiento como sustituto del actual, Joan Mataboch, no son una anécdota. Como tampoco lo es preparar una temporada con apenas seis meses en un mundo en el que se trabaja con márgenes mucho más amplios.
Los diferentes cambios en la programación se deben a distintos motivos. El estreno mundial de La ciudad de las mentiras, de Elena Mendoza, basada en textos de Julio Cortazar, se aplaza hasta el 2017 sin que hayan quedado claros los motivos. Se cae del cartel Fidelio, en esta ocasión el responsable es Alex Ollé, de la Fura dels Baus. Gollescas se ofrecerá en versión concierto, y no con la puesta en escena de José Luis Gómez y el pintor Eduardo Arrollo. En Hänsel und Gretel se sustituye la dirección escénica. Inicialmente iban a ser Joan Font, de Els Comediants, y Agatha Ruiz de la Prada los encargados, pero finalmente será Laurent Pelly.
También se cae del cartel la soprano Natalie Dessay en La fille du régiment. Aquí el Teatro no tiene nada que ver, ha sido la propia cantante quien anunció su retirada de los escenarios operísticos para dedicarse al recital. A cambio la sustituye Aleksandra Kurzak, que viene de tener un apoteósico triunfo en Viena con este mismo papel.
Esperemos que no se produzcan nuevas bajas en una temporada que puede denominarse de transición, dados los acontecimientos y dificultades que la han marcado.

Comienza la temporada con una reposición (y van tres en cinco años) de la producción que de Las bodas de Figaro realizó Emilio Sagi.
Esta obra, inspirada en un texto del polémico Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais, que gracias a su maestría en el manejo de la sátira, estaba considerado como el azote de la nobleza. La misma que caería durante la Revolución Francesa y a la que tenía soliviantada con sus obras y escritos políticos.
La trilogía de Figaro escrita por Beaumarchais trata de representar el momento socio-político que vivía Europa. La caída de la aristocracia, representada en la figura del Conde y la Condesa de Almaviva, y el ascenso de las clases populares, con el criado Figaro como protagonista. Estos textos sirvieron de inspiración tanto para la composición de El barbero de Sevilla a Rossini, que se interesó más por la primera parte de la trilogía, como Las bodas de Figaro a Mozart, que se inspiró en la segunda parte.

Mozart decidió encargar a su nuevo libretista, Lorenzo Da Ponte, la adaptación del texto para su ópera. No fueron pocos los cambios que Da Ponte introdujo en la obra, sobre todo para conseguir rebajar el elevado tono crítico y transformarlo en una obra bufa. La ópera se estrenó en Viena en 1786, apenas tres años antes de iniciarse la Revolución Francesa. Compositor y libretista colaboraron más tarde en Cosí fan tutte y Don Giovanni.

La escenografía de Sagi es clásica y convencional. En algunos momento resulta desangelada, pero la responsabilidad de llenar un escenario aunque en éste escaseen los elementos, no es tanto del director de escena, sino de los propios artistas.

Al clasicismo y romanticismo que sí tiene la escenografía, contribuyen en gran medida el hermoso vestuario de Renata Schussheim, y la adecuada iluminación de Eduardo Bravo. Emilio Sage sabe dotar a sus obras de brillo y vistosidad. En esta ocasión, la incorporación de un cuerpo de baile y sus castañuelas, dan a la obra un toque castizo que dio vida a la obra.

Si bien Ivor Bolton es un excelente director, en estas bodas de Figaro no se puede decir que haya acertado con el tempo y mucho menos con el carácter de la obra. Su dirección careció de chispa y brío desde la apagada obertura. No tenía espíritu, lo que es imperdonable en una ópera bufa como es esta. Decir en su favor que estuvo pendiente en todo momento de los cantantes.

Con Andreas Wolf hemos asistido a la representación del Figaro más insípido y tieso que se ha visto. Un personaje tan chispeante como Figaro no puede ser solventado con tanta rigidez. Su voz es agradable, hermosa a veces, pero un personaje con tanta importancia teatral requiere, no solo un esfuerzo en la interpretación, también cualidades para ello.
Sylvia Schwartz fue una Susana a la altura de Figaro, no se si por convencimiento o por influencia de éste, pero hicieron buena pareja en la falta de expresividad en la interpretación. La solidez de su voz no acierta en esta ocasión con el personaje.
Luca Pisaroni, como Conde de Almaviva, fue de lo mejor de la noche junto a la Condesa, Sofia Soloviy. Ambos hicieron gala de buen oficio sobre el escenario, pero sobre todo, dotaron a sus personajes de empaque y distinción. Soloviy fue aplaudida en algunas de sus arias, sobre todo en “Dove sono”, por su calidad musical y extraordinarios legatos.
Elena Schneiderman tampoco se lució con su Cherubino. Lejos también, como el resto del reparto, de la comicidad que caracteriza a esta obra y la chispa traviesa de su personaje que casi pasa desapercibido.
El resto del reparto se perdió en medio del aburrimiento de la representación. Los intentos de José Manuel Zapata por recrear un Don Basilio jocoso y gracioso, no fueron suficientes.
Unos intérpretes sin soltura, rígidos, sin dar pie al más mínimo detalle teatral, ofrecen como único resultado el aburrimiento para un público que llega al Teatro predispuesto al disfrute.

LE NOZZE DI FIGARO
Wolfgang A. Mozart (1756-1791)
Ópera buffa en cuatro actos
Libreto de Lorenzo da Ponte, basado en la comedia La folle journée, ou Le mariage de Figaro (1784) de Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais.
D. musical: Ivor Bolton
D. escena: Emilio Sagi
Escenógrafo: Daniel Bianco
Figurinista: Renata Schussheim
Iluminador: Eduardo Bravo
Coreografía: Nuria Castejón
D. coro: Andrés Máspero

Reparto: Luca Pisaroni, Dofia Soloviy, Sylvia Schwartz, Andreas Wolf,
Elena Tsallagova, Helene Schneiderman, Christophoros Stamboglis,
José Manuel Zapata, Gerardo López, Khatouna Gadelia, Miguel Sola,
Pilar Moránguez, Celine Kot.
Coro y Orquesta titulares del Teatro Real

Rigoletto

Interpretar más de 500 veces a un mismo personaje sin caer en lo rutinario, es más que un mérito, es arte, oficio y pasión. Y Leo Nucci, sobrado de facultades, a estas alturas de su vida está lleno de recursos en escena, y también fuera de ella. Sabe muy bien como gestionar las emociones de un público, el de Bilbao, que le esperaba con entusiasmo después de sus últimas cancelaciones en I Due Foscari y Nabucco.

Su interpretación de Rigoletto fue de menos a más. El calentamiento de su voz y del público llegó con el dúo Ah!, solo per me l´infamia, que fue el preámbulo a un magnífico Cortiggiani vil raza y una impecable y dramática vendetta que fue bisada. A pesar de alguna carencia en el fiato, que le llevó a acortar alguna frase, la capacidad vocal de Leo Nucci es prodigiosa en un hombre de 71 años. Demostró gran conocimiento de la partitura y del concepto de drama verdiano. Su voz conserva su color y características casi intactas a pesar de los años. Y Rigoletto es sin duda su personaje. No interpreta a Rigoletto, se transforma en él.

Y si Leo Nucci se había llevado todo el protagonismo inicial, la noche reservaba una gran sorpresa, la soprano rumana Elena Mosuc en el personaje de Gilda. Era su debut en Bilbao y eso siempre genera una cierta expectación, más bien esperanza, esa que nunca se pierde. Y tuvimos la ocasión de asistir a un acontecimiento cada vez más escaso, sobre todo tratándose de una obra tan clásica. Una de esas obras que cada uno tiene referenciadas en la cabeza con sus cantantes, director, escenario… y que difícilmente hacen hueco a ninguna otra versión.
Apareció Elena Mosuc, con esa discreción y delicadeza escénica con la que Verdi describió al personaje de Gilda. Llegó entonces Caro nome, y empezaron a temblar los recuerdos para dejar paso a este momento. Elena Mosuc posee unos recursos canoros que dificilmente se despliegan ya sobre un escenario. Bien por falta de ellos, por miedo o por vergüenza. La facilidad para el legatto. Apianar una nota con lánguido abandono y terminarla con un sutil crecendo. Todo ello con una finezza y un gusto exquisito.  Se permitió algún sobreagudo y agilidades como regalo a un público que en ese momento estaba absolutamente entregado.  El oficio y experiencia tanto de Leo Nucci como de Elena Mosuc, se observó también en el perfecto empaste de las dos voces protagonista.

La interpretación de Ismael Jordi, como Duca di Mantova, bajó algún escalón el nivel interpretativo respecto a los otros dos protagonistas. Empezó algo destemplado y mejoró en el segundo y tercer acto. Su voz ha mejorado en los últimos años pero no termina de convencer. Su color cambia con facilidad y es muy evidente el cambio de pasaje que desestabiliza algunos agudos. Pero su canto es refinado y elegante. No tiene mala presencia en escena, pero quizá el porte es escaso para el personaje de Duca. Sobre todo cuando apareció en el escenario María José Montiel con una Magdalena temperamental, exuberante y, sobre todo, castiza. Muy bien en el cuarteto, equilibró y redondeó el magnífico cuadro de cantantes. No estuvieron a su altura sus compañeros de correrías, ni Felipe Bou, como Sparafucile, ni Javier Galán interpretando a Marullo.
Ainhoa Zubillaga, como Giovanna, tampoco convenció. No posee una bonita voz. La sensación es de pesadez, de un angustioso dolor en la emisión. La nitidez en el fraseo es inexistente.

La dirección musical ha sido con diferencia lo más flojo durante toda la representación. Sorprendió la cancelación del director Daniel Oren, que ha sido sustituido por Miguel Ángel Gómez Martínez. La dirección de éste último ha pecado de una lentitud excesiva. Unos tiempos dilatados en exceso, que no favorecían el dramatismo pero sí el hastío en algunos momentos.

Hay escenografías que envejecen muy mal. Tal es el caso de la que nos ocupa, de Emilio Sagi, que se estrenó en este mismo teatro hace siete años. Su reposición ha estado a cargo de Ricardo Sánchez-Cuerda y el resultado es oscuro y pobre. No se reconocen en él elementos clásicos o conocidos. Los cambios y transiciones se realizan a la vista del público mediante plataformas móviles. Obligaba a los cantantes a moverse entre los elementos como en un laberinto. La dirección de actores falla en algunos momentos en los que Rigoletto queda fuera de escena siendo el protagonista. Quiere ser una escenografía sencilla, pero se queda en simple.
La iluminación, a cargo de Eduardo Bravo, quiere ayudar a crear una atmósfera tenebrosa, pero resulta tacaño y la luz, escasa.

La Bilbao Orkestra Sinfonikoa tuvo una actuación discreta, más por carencias de la dirección musical que de recursos de los maestros que la forman.
El coro brilló y contribuyó al éxito de la representación. Bien en las entradas y contundente en los cuadros de conjunto.

Habrá quienes opinen que el éxito del estreno de este Rigoletto es exagerado, que en la sala se encontraba mucho tiffosi nucciniano. La realidad es que la ópera y quienes participan en ella solo tienen una obligación, encender pasiones. Misión cumplida.

El Teatro es el lugar que acoge todas las grandes pasiones, y parece que aquí nada puede ocurrir de manera sosegada”. Con estas palabras trataba de explicar el
Director General del Real, Gregorio Marañón en declaraciones recientes, la opereta que se representa en este teatro en las últimas semanas  a cuenta del cambio en la dirección artística.
En esta ocasión, las pasiones no se han trasladado al escenario. La temporada no ha comenzado con un estreno, como viene siendo tradicional. Lo ha hecho con la reposición del “Barbero de Sevilla” de Sagi que ya se estrenó aquí en 2005 con gran éxito. En aquella ocasión la obra de Rossini estaba encabezada por Juan Diego Flórez y María Bayo. Si bien no es fácil superar este reparto, no se entiende muy bien que en esta ocasión se haya recurrido a dos repartos mayoritariamente noveles y con numerosas carencias,  vocales e interpretativas. El Teatro Real debe aspirar a mucho más en un estreno de temporada si quiere de verdad ocupar un lugar entre los grandes.
Emilio Sagi ha presentado en esta ocasión una escenografía más pulida y con extraordinarios detalles,  creando cuadros independientes que formaban un conjunto homogéneo. Con una iluminación delicada y algunos efectos que, por su sencillez, resultaron vistosos y originales. Tal es el caso de la escena de “la calunnia”, interpretada por el bajo Dimitry Ulyanov. No ocurrió lo mismo con la tormenta, donde la imaginación estuvo ausente. Un escenario donde los elementos se desplazaban alegre y ordenadamente. Incluidos los figurantes y bailarines, un tanto excesivos en sus guiños a Sevilla, parecían estar perfectamente alineados. Sagi planteó la escenografía con una importante carga de locura y frescura, pero los intérpretes, y sobre todo la dirección musical, impusieron una racionalidad muy alejada de la inspiración e ingenio que Rossini demostró a la hora de su composición.

El joven director checo, Tomas Hanus, se estrenaba en el Real con una obra que conoce bien, su debut como director fue precisamente con el Barbero de Sevilla. A pesar de este aparente conocimiento de la obra, quedó claro desde el principio que el espíritu rossiniano no habita en él. Una dirección rutinaria, sin vitalidad, rígida y pobre, esperando siempre una remontada que nunca llegó. Una obertura en la que la prometedora delicadeza inicial de los violines, dio paso a unos vulgares metales y un conjunto musicalmente alejado de la brillantez a la que nos estaba acostumbrando.

El primer acto resultó interminable. La falta de chispa y de personalidad se notó en los momentos que debían ser de mayor esplendor. Grandes dificultades con los concertantes. La stretta del final del primer acto quedó deslucida y los crecendi fueron inexistentes.
De este primer reparto destacar la interpretación de la mezzosoprano italiana Serena Malfi. Sin duda es esta tesitura de voz la que mejor construye el personaje de Rosina, y la joven Malfi, con una voz segura y de sobrado volumen, resolvió con dignidad su partitura. Demostró soltura en el baile baile al final de la obra y cierta gracia. Lástima la falta de química con Almaviva de la que ella no es la única responsable. Un helador Dmitry Korchak, que para eso es ruso, y la triste influencia de la dirección musical, reforzaron la escasa empatía entre ambos.
Dmitry Korchak, el Conde Almaviva, fue de menos a algo. Sin volumen, sin gracia, falseando los pianos y desafinando al inicio. Estuvo toda la noche reservándose para su aria final. El público, que todo lo perdona cuando está deseoso de disfrutar, le aplaudió en los saludos.
Antes de dar comienzo a la función, se anunció el resfriado del Figaro de Mario Cassi. A pesar de ello, no pareció tener dificultades en los tonos medios y altos. Pero las agilidades, numerosas en este personaje, no podían ser ejecutadas sin una ostensible falta de volumen. A veces apenas se le escuchaba. Se le agradece no ser un Figaro histriónico, aunque resultara algo tosco y poco interesante.
Bruno Simone como Bartolo, fue el único, junto a Susana Cordón, en provocar alguna sonrisa entre el público. Pero Bartolo es un personaje que tiene que tener mucha más picardía. Ocurre lo mismo con Don Basilio, interpretado esta vez por Dmitry ULyanov, que debe vivir ya en el Teatro. Su profunda y oscura voz de bajo se agradece porque esta tesitura escasea, pero la falta de teatralidad en la interpretación en un personaje buffo, lo mata.
La única que repite en esta producción, con respecto al estreno de 2005, es la joven y más entusiastamente aplaudida Susana Cordón.  Su Berta resultó ser el personaje más simpático y divertido de la noche. EL mejor momento de la obra fue su aria que interpretó junto al criado Ambrogio, magistralmente interpretado por Eduardo Carranza.

Pero la temporada no ha hecho más que empezar y, como decía un espectador al final de la representación, “no perdamos la fe”. El año se presenta, cuanto menos, entretenido.

Il barbiere di Siviglia
Gioachino Rossini (1792-1792)
Melodramma buffo en dos actos
Libreto de Cesare Sterbini, basado en la obra homónima
de Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais
D. musical: Tomas Hanus
D. de escena: Emilio Sagi
Iluminador: Eduardo Bravo
Coreografía: Nuria Castejón
D. coro: Andrés Máspero
Reparto: Dmitry Korchak, Bruno de Simone, Serena Malfi,
Mario Cassi, Dmitry Ulyanov, Susana Cordón, Isaac Galán,
José Carlo Marino, Eduardo Carranza

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