El año pasado por agua

El premiado y tantas veces elogiado Proyecto Zarza  del Teatro de la Zarzuela, o lo que es lo mismo: zarzuela hecha por jóvenes para jóvenes, regresa un año más al escenario de la plazuela de Teresa Berganza, y en esta ocasión lo hace con ‘El año pasado por agua’ de Federico Chueca y Joaquín Valverde. La versión del libreto de Ricardo de la Vega es de Enrique Viana. Esta es la octava temporada de esta iniciativa que tiene como propósito primordial divulgar el género entre las jóvenes generaciones, de tal forma que los nuevos espectadores se acerquen a la zarzuela sin prejuicios y con el objetivo ideal de afianzar el futuro del género.

En las 14 funciones que el Teatro ofrecerá entre el 23 de febrero y el 1 de marzo (11 escolares y 3 abiertas al público general) será la Maestra Lara Diloy quien se encargue de la dirección musical, y Marta Eguilior la responsable de la dirección de escena y la escenografía. Como ya es habitual, la obra estará interpretada por 18 cantantes-actores de entre 18 y 33 años elegidos a través de un proceso de audiciones en el que nuevamente concurrieron cientos de artistas.

En esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela, el vestuario es de Betitxe Saitua, la iluminación de Alfonso Malanda y la coreografía de Cristina Arias. Por tercer año consecutivo se ha contado también con el director del Coro Titular del Teatro, Antonio Fauró, que ha trabajado en la preparación de las voces de los cantantes-actores que participan en la representación y que estarán acompañados por una orquesta de cámara integrada por ocho jóvenes músicos.

Mensaje positivo, optimismo obligado

La versión que el dramaturgo, actor y cantante Enrique Viana ha escrito sobre el texto de Ricardo de la Vega habla de un mundo en peligro, el nuestro, amenazado por todas las terribles consecuencias derivadas del cambio climático. Y pese a las más que pesimistas alarmas, hay en la historia un mensaje positivo; como dice el propio autor: “Detrás de la zarzuela hay una crítica, una conciencia, un aviso, una llamada de atención para que el mundo de hoy sea mejor mañana”.

Por su parte, Marta Eguilior señala que no por casualidad la historia transcurre un 31 de diciembre. El apellido de Chueca, uno de los dos “ilustres” compositores de la obra, “rotula, hoy día, uno de los barrios más coloristas y libres de Madrid. ¿Por qué no abrazar tan mágica conjunción y llevar a escena un espectáculo lleno de lentejuelas y festividad? ¿Por qué no convertir esta representación en la celebración de la Nochevieja, en una revista con sus luces y sus sombras? De la vida que se va, la que cambia. La oportunidad de un año nuevo”. Así aborda la directora la función, para acercarse y abrazar los planteamientos de Viana: “¿Y si ahora se acercase ese «fin»? ¿Y si no hubiera manera de frenar el deshielo de los glaciares? ¿Los termómetros desorbitados?”, y también con el optimismo casi obligado de aquel: “¿Y si en la última noche del año hiciéramos el balance de lo bueno y malo y tuviéramos la oportunidad de tomar nuevas decisiones para evitar ese cataclismo, mejorar al planeta, a nosotros mismos?”.

Las funciones se presentarán en la sala principal del Teatro de la Zarzuela, y, como de costumbre, se alternarán pases escolares (para alumnos de ESO y Bachillerato) con funciones para el público general. Tal y como se ha venido haciendo en las siete ediciones precedentes, tras el espectáculo se celebrará un coloquio entre el público y los artistas.

Una de las funciones escolares del viernes 1 de marzo será grabada y emitida días después a través de las cuentas de Facebook y YouTube del Teatro, en las que quedará disponible.

Ainhoa Arteta y Ramón Vargas

La soprano Ainhoa Arteta y el tenor Ramón Vargas, que la pasada temporada protagonizaron el concierto de regreso a los escenarios de la cantante tras unos meses complicados que la mantuvieron forzosamente alejada del público, vuelven ahora un año después al mismo escenario del Teatro de la Zarzuela para ofrecer el próximo lunes 6 de febrero un recital íntegramente de música española.

Como era de esperar, la nueva cita con estas dos figuras mundiales de la lírica, que de nuevo contarán con Javier Carmena como pianista, ha desatado una extraordinaria expectación que les llevará a cantar, una vez más, ante un teatro abarrotado y a todas luces entregado al arte de ambos intérpretes.

Sonarán páginas indispensables de nuestra lírica: de ‘La Gran Vía’ de Federico Chueca y Joaquín Valverde, a ‘La isla de las perlas’ de Pablo Sorozábal, de ‘Luisa Fernanda’ de Federico Moreno Torroba a ‘Mirentxu’ o ‘El caserío’ de Jesús Guridi, de ‘La Dolorosa’ de José Serrano o ‘La Tempranica’ de Gerónimo Giménez a la ópera ‘El gato montés’ de Manuel Penella, pasando incluso por el reciente estreno absoluto de ‘El orgullo de quererte’ del propio Javier Carmena.

Todo indica que volverá a ser una noche difícil de olvidar.

El Proyecto Zarza del Teatro de la Zarzuela nació hace ahora cuatro temporadas con una clara y necesaria intención: popularizar en el siglo XXI el género que le da nombre. Dentro de este firme objetivo, el público joven tiene una relevancia decisiva. Conseguir que este se aproxime sin miedo y exento de prejuicios a la zarzuela, dando así continuidad al género y afianzando su futuro, es el afanoso y feliz propósito de la iniciativa.

Por esta razón el Teatro de la plazuela de Jovellanos puso en marcha el Proyecto Zarza, una de sus iniciativas estrella, dirigido a un público juvenil de entre 12 y 18 años. El título escogido en esta cuarta edición es ‘Agua, azucarillos y aguardiente’ de Federico Chueca, y estará interpretado por jóvenes cantantes de entre 18 y 30 años elegidos a través de un riguroso proceso de audiciones en las que participaron más de 300 chicos y chicas. Puede decirse que estos cantantes y actores forman hoy por hoy la joven compañía del Proyecto Zarza.

‘Agua, azucarillos y aguardiente’, en esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela, es una versión libre de la obra de Chueca firmada por el dramaturgo y novelista Nando López a partir del libreto que Miguel Ramos Carrión escribiera a finales del XIX. La dirección musical y la escénica correrán a cargo, respectivamente, de Óliver Díaz (desde el piano) y de Amelia Ochandiano, y los diecisiete actores-cantantes estarán acompañados por una orquesta de cámara integrada por ocho jóvenes músicos. Todas las funciones serán en la sala principal del Teatro de la Zarzuela del 2 al 7 de marzo, y se alternarán pases escolares (para alumnos de ESO y Bachillerato) y funciones para el público general (6 y 7 de marzo) con un total de 11 sesiones. En las citas escolares, tras el espectáculo se celebrará un coloquio entre el público y los artistas.

La función escolar del viernes 6 de marzo (11h00) será emitida en directo a través de Facebook, YouTube y la página web del Teatro.

Un viaje poético a través del tiempo

Este “pasillo veraniego en un acto” está hecho, por tanto, por jóvenes y para jóvenes, siguiendo la filosofía prioritaria del proyecto: acercar el género a las nuevas generaciones; y qué mejor manera de hacerlo que utilizando su propio lenguaje. Ochandiano sostiene al respecto que “es ahora, en pleno siglo XXI, cuando tenemos ante nosotros el reto de ofrecer este pequeño pedazo de la historia más brillante de nuestro teatro musical a las nuevas generaciones.” Y afirma que “la verdadera afición por el teatro o en este caso la afición por el teatro musical o la zarzuela, nace de asistir a espectáculos, de vivir experiencias teatrales realizadas desde el rigor, la excelencia y el lenguaje contemporáneo que requiere el hacer teatro; porque hacer teatro –señala– lleva implícito el presente, es un compromiso con nuestro momento y con nuestra visión de hombres y mujeres de hoy en día.”

Esta nueva versión mantiene todos los números musicales, pero cambia los textos no cantados, adaptando los personajes originales al siglo XXI y haciendo que Federico Chueca sea un personaje más. La propuesta escénica convierte la obra en un viaje poético a través del tiempo, donde presente y pasado se mezclan en el relato de una noche mágica en un Madrid que, como apunta Nando López, «se vuelve pasillo». Un homenaje a Madrid como referencia de lugar de encuentro, de cruce de caminos y destinos, de espacio de búsqueda y depósito de esperanzas, “un lugar para soñar”, como señala la propia directora de escena, que nos acerca a una obra clave de nuestra lírica a través de esta sugestiva, dinámica y fresca apuesta que una vez más celebra el compromiso del Teatro con los jóvenes artistas y los jóvenes espectadores.

Lunes 2 de marzo                     10h00 y 12h30 (funciones escolares)

Martes 3 de marzo                   10h00 y 12h30 (funciones escolares)

Miércoles 4 de marzo               10h00 y 12h30 (funciones escolares)

Jueves 5 de marzo                    10h00 y 12h30 (funciones escolares)

Viernes 6 de marzo                   11h00 (función escolar)

Viernes 6 de marzo                   19h00 (función abierta)

Sábado 7 de marzo                   19h00 (función abierta)

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