Iphigenia en Tracia en el Teatro de la Zarzuela de Madrid

Se lanzaba el Teatro de la Zarzuela a una aventura valiente y arriesgada: programar una zarzuela barroca. Iphigenia en Tracia, del español José de Nebra con libreto de Nicolás González Martínez.

Al margen de los gustos, cada uno tiene el suyo, puede uno acercarse a esta producción viendo el vaso medio lleno o medio vacío. Y en esta ocasión existen argumentos para los dos puntos de vista. Veremos…

Si dejamos de tener en cuenta que la obra ha sido recortada hasta dejarla en apenas una hora y veinte minutos; que se ha prescindido de los personajes que no cantan, aunque aparezcan en la obra original; que las intérpretes, a excepción de María Bayo, no tienen experiencia en repertorio barroco; lo mismo ocurre con la orquesta, incluso con el director. Si de verdad conseguimos no tener todo esto en cuenta es, exclusivamente, para poder poner en valor la gallardía de atreverse a subir al escenario del Teatro de la Zarzuela una obra como esta.

José de Nebra, uno de los mejores compositores del barroco español es, para nuestra vergüenza, uno de los más desconocidos. Fue el compositor de la música de muchas de las producciones teatrales del Madrid de la época, antes de dedicarse a composiciones religiosas.
Iphigenia en Tracia fue estrenada el 15 de enero de 1747 en el Coliseo de la Cruz con el título Para obsequio a la deidad, nunca es culta la crueldad y Iphigenia en Tracia, con la colaboración del libretista Nicolás González Martínez, cuyas fuentes de inspiración fueron las obras referidas al mismo acontecimiento histórico de Eurípides y Goethe.

Y es de estas fuentes, de donde el director de escena Pablo Viar ha extraído los textos que, a modo de introducción de cada jornada, recita Iphigenia narrando los hechos. Se mantiene la estructura barroca de aria, recitativo, aria. Estas narraciones de Iphigenia, como un diálogo íntimo, potencian la dramaturgia de la obra.

Sobre el escenario, apenas aparece la alegoría de un bosque y las pinceladas, casi a tempo, elaboradas por el maestro Frederic Amat. Un gran rosetón se dibuja como si el pincel fuese un instrumento musical más. La iluminación de Albert Faura, crea un mundo onírico y de sombras que potencian música y texto. El vestuario está a cargo de Gabriela Salaberri que ha creado un elemento protagonista, casi el único atrezzo de la obra, que lo llena todo de color y animación.

El resultado escenográfico es de gran belleza, elegancia y equilibrio. Permite que la música sea la protagonista, acompañándola sin distraer.
Otra cosa es la ejecución musical y las voces. En la presentación de Iphigenia en Tracia, el director Francesc Prat se preguntaba: ¿qué hago yo aquí?. Y es una buena pregunta. Dirige con intención y pulso, pero haber sido ayudante de Ivor Bolton cuando éste preparaba alguna de las obras barrocas que presentó en el Real, no parece bagaje suficiente para abordar la obra de Nebra. Tampoco ayuda el hecho de que la Orquesta Titular del Teatro de la Zarzuela no esté sobrada de experiencia en este repertorio. Sí se notaron, aportando solvencia y rigor barroco, los refuerzos Cecilia Bercovich, concertino, Amat Santacana y Aarón Zapico, bajo continuo.

Las voces están lejos aún, a excepción de María Bayo, de poder interpretar de manera apropbiada un lenguaje musical como el que compone la partitura de Nebra. Estas jóvenes jóvenes intérpretes, entusiasmadas con su participación en la obra, necesitan alta algo más que efervescencia para sacar adelante unos personajes que requiere experiencia en el género.

María Bayo, pese a no estar en su mejor momento vocal, marca la diferencia sobre el escenario. Algo rígida en la interpretación, pero haciendo gala de sus tablas y experiencia. Conserva el hermoso timbre y una voz que se ha vuelto más lírica.

Erika Escribá-Astaburuaga, como Polidoro brilló en su papel y el tempo que marcó en escena. Ruth González, como Dircea, no convenció a nadie. Voz muy pequeña y con un vibrato exagerado.

La Cofieta de Lidia Vinyes-Curtis y Mochila de Mireia Pintó pusieron la nota más frívola y divertida. Sobre todo Vinyes-Curtis, a la que se le notaba una mayor experiencia en este género, sobre todo en la parte actoral.

Esta Iphigenia en Tracia deja mucho que desear. Sobre todo en lo musical. Pero como dijo Ruth González, “algo está pasando en el Teatro de la Zarzuela”. Y eso es evidente. No se lo pierdan.

Iphigenia en Tracia
José de Nebra (1702-1768)
Zarauela en dos jornadas
Libreto: Nicolás González Martínez
Estrenada en Coliseo de la Cruz de Madrid, el 15 de enero de 1747
Nueva producción del Teatro de la Zarzuela
D. musical: Francesc Prat
D. escena: Pablo Viar
Escenografía: Frederic Amat
Vestuario: Gabriela Salaverri
Iluminación: Albert Faura
Reparto: María Bayo, Auxiliadora Toledano, Ryth González,
Erika Escribá-Astaburuaga, Lidia Vinyes-Curtis, Mireia Pintó
Orquesta de la Comunidad de Madrid

Texto: Paloma Sanz
Fotografías: Javier del Real
Vídeo: Teatro de la Zarzuela

Críticas