Lucrezia Borgia

El Palau de les Arts continúa con el ciclo ‘Ópera desde casa’ con la emisión de ‘Lucrezia Borgia’, de Donizetti, protagonizada por la soprano Mariella Devia.

Tras finalizar la colaboración con Unitel con la emisión de ‘Fidelio’, Les Arts amplía la oferta de ópera online, que se prolongará hasta el próximo 30 de abril. De esta forma, además de la ópera de Gaetano Donizetti, desde la web de Les Arts se podrá visionar también ‘Le cinesi’, de Gluck, el lunes 27, y ‘Il corsaro’, de Verdi, el jueves día 30.

A partir de las 20.00 horas del 24 de abril y hasta las 20.00 horas del lunes 27 de este mes, la web de Les Arts ofrece de manera libre y gratuita uno de los títulos de referencia del bel canto en un montaje de Emilio Sagi con dirección musical de Fabio Biondi.

La soprano italiana Mariella Devia, en una de sus últimas actuaciones antes de retirarse de los escenarios, encarna a la enigmática hija del papa Alejandro VI, uno de los papeles más exigentes de todo el repertorio belcantista. Le acompañan en el reparto el tenor estadounidense William Davenport, el bajo-barítono croata Marko Mimica y la mezzosoprano valenciana Silvia Tro Santafé.

El lunes 27, a partir de las 20.00 horas, Les Arts ofrece ‘Le cinesi’ de Gluck. Bajo la batuta de Fabio Biondi, la soprano italiana Désirée Rancatore, la mezzosoprano sueca Ann Hallenberg y la valenciana Silvia Tro Santafé, junto con el tenor italiano Anicio Zorzi Giustiniani, interpretan esta ópera en un acto, en versión de concierto, registrada en el Auditori de Les Arts.

La ópera ‘Le cinesi’ versa sobre las aspiraciones de tres mujeres chinas que, tras escuchar los relatos que circulan sobre Occidente, sienten la atracción de querer vivir su vida, sensibles al deseo de un mundo imaginario donde (aparentemente) hay una mayor libertad.

Cierra la programación de ‘Ópera desde casa’ ‘Il corsaro’, de Verdi, gracias a la colaboración del prestigioso canal de televisión Mezzo, que ha cedido para este propósito la grabación que hizo de esta obra durante sus representaciones en Les Arts en 2018.

El jueves 30 de abril, a las 20.00 horas, los espectadores tienen la posibilidad de descubrir, desde la web de Les Arts, una de las obras menos conocidas y representadas de Giuseppe Verdi, que la alemana Nicola Raab puso en escena en una nueva producción con Fabio Biondi en el podio.

El tenor Michael Fabiano encabeza el reparto de esta obra, en el que figuran también Oksana Dyka, Vito Priante, Kristian Mkhitaryan y Evgeny Stavinsky.

Fotografía: Tato Baeza

Mariella Devia

Llegaba Mariella Devia al Teatro Real con la intención de despedirse, aunque apenas se aprecien en ella indicios del menor declive vocal. No volveremos a verla en producciones operísticas, esas que le obligan a pasar largas temporadas fuera de su casa de Roma, pero si podremos escucharla hasta finales del 2019 en algunos recitales. Y nos dice adiós con las escenas finales de belcanto de dos óperas que fueron rescatadas durante las últimas décadas para el repertorio, en lo que se conoce como trilogía Tudor. En el caso de Anna Bolena, fue María Callas quien la resucitó. A María Stuarda le dieron brillo Monserrat Caballé o Joan Sutherland. Ambas obras y reinas acabaron formando parte del repertorio de una Mariella Devia que también ha reinado y como tal se despide.

Dice que no le gusta hablar de si misma, que prefiere expresar cantando y, a pesar de su sobriedad interpretativa, siempre refleja maravillosamente la intensidad del personaje que representa mediante una técnica impecable. Ha cuidado su voz y su carrera con inteligencia, sin prisa, sin forzar el instrumento, interpretando siempre aquellos roles que encajaban en su tesitura vocal como un guante. Ella misma nos decía: “La elección del repertorio es fundamental. He tenido una evolución en mi carrera, pero siempre manteniéndome en el ámbito del repertorio que yo manejaba. He evolucionado, pero siempre en el mismo ámbito”.

Siempre contenida, sin exhibiciones ni extravagancias, no las necesita. Su depurada técnica y su facilidad para la coloratura y el legato han sido marca de la casa a lo largo de su carrera. Pudimos verla hace un par de temporadas en Norma. Un papel que la mayoría de las sopranos a su edad han dejado de interpretar hace tiempo, pero que ella ha abordado hasta el final de su carrera de manera magistral.

Esta soprano, ligera en sus inicios, que fue ampliando el repertorio a la vez que su voz, hasta llegar a darle el cuerpo que hoy tiene, nos ha dejado una extraordinaria muestra de roles belcantistas, “Me hubiera gustado cantar Verdi entero, Don Carlo, que es una ópera estupenda, Otello, que me ofrecieron una vez, pero después de haberlo considerado, escuchado y leído, soy consciente de cuales son mis medios y no se si iba a ser fiel a lo que estaba escrito o sería capaz de satisfacer al público”.

Muy bien acompañada en el escenario del Teatro Real por el bajo Javier Franco como Lord Rochefort en Anna Bolena y Giorgio Talbot, en María Stuarda. El tenor Alejandro del Cerro como Lord Riccardo Percy y Conde de Leicester. El tenor Enmanuel Faraldo, como Sir Hervey. El barítono Gerardo Bullón, como Lord Guglielmo Cecil y la mezzosoprano Sandra Fernández, como Smeton y Anna Kennedy. La dirección estuvo a cargo de José Miguel Pérez-Sierra, que supo llevar a la Orquesta y Coro Titulares del Teatro, a pesar de los pocos ensayos que se realizan para estos recitales.

Se marcha una de las últimas divas, aunque es el ejemplo más claro de anti-diva, entre largas ovaciones de un público consciente y agradecido. Solo podemos sentirnos afortunados por haber podido disfrutar de su arte.

Fotografía: Javier del Real

Mariella Devia

El próximo domingo, 28 de octubre, a las 18:00 horas, el Teatro Real vivirá una cita inolvidable junto a una de las intérpretes más queridas y admiradas por los grandes teatros líricos del mundo, Mariella Devia. La gran soprano italiana, tras su despedida de la ópera escenificada, ofrecerá un concierto especial en el que dirá adiós al público de Madrid antes de su retirada definitiva.

Para su última aparición en el escenario de la plaza de Oriente, Mariella Devia ha elegido un programa dedicado a Donizetti y a dos personajes de referencia en su repertorio: Maria Stuarda y Anna Bolena, dos reinas inglesas con vidas perseguidas por la intriga, de historia controvertida, cuyo cruento final ha sido dibujado con magistral dramatismo por el compositor de Bérgamo.

Estará acompañada en este emotivo concierto, que dará comienzo al ciclo Voces del Real, por el Coro y la Orquesta Titulares del Teatro Real, bajo la dirección musical del maestro José Miguel Pérez Sierra. Junto a ellos, darán réplica a la gran diva, en diferentes escenas de las mencionadas óperas, las voces de los tenores Alejandro del Cerro y Emmanuel Faraldo, los barítonos Javier Franco y Gerardo Bullón y la soprano Sandra Ferrández.

Mariella Devia es una cantante excepcional. Su perfecta línea de canto, su fraseo delicado, su dominio de la coloratura y el control de los recursos, han hecho de ella una de las intérpretes de referencia para las nuevas generaciones. Con una carrera construida sobre el trabajo constante, afianzada sobre la técnica y la cuidadosa elección de los papeles que la han cimentado, Devia ha destacado especialmente en la interpretación de personajes con importantes exigencias dramáticas como Norma, Lucia de Lammermoor, Violetta Valery (La traviata), Maria Stuarda o Anna Bolena.

Con la sabiduría de los grandes, que saben decir adiós antes de ser desplazados por la crudeza del presente, Mariela Devia ofrece su despedida ante un público que todavía guarda en su memoria la extraordinaria reina Isabel I de Inglaterra, en la inauguración de la Temporada 2015-2016 del Teatro Real con Roberto Devereux, y su última invocación a la Luna, en Norma, otro mes de octubre, de 2016, en este mismo escenario.

José Miguel Pérez-Sierra

El director madrileño José Miguel Pérez-Sierra acaba de triunfar en Chile al mando de Il Barbiere di Siviglia, de Gioachino Rossini, un compositor que conoce como pocos desde su temprano debut hace ya una década en el Festival de Pésaro (Italia) dedicado a la obra del célebre autor. El 19 de octubre se pondrá al mando de su ópera Tancredi en una producción de Pier Luigi Pizzi en el Teatro Petruzzelli de Bari, conocido como “La Scala del sur de Italia”. Serán seis funciones al mando de dos repartos alternativos que se extenderán hasta el 25 de octubre (días 19, 20, 21, 23, 24, 25/X) para regresar inmediatamente a Madrid donde el día 28 le espera su vuelta al Teatro Real. Allí subirá al podio para acompañar a la legendaria soprano italiana Mariella Devia en un programa que se adentra en lo más granado del repertorio belcantista romántico, en el que ambos se mueven como pez en el agua. Se trata de revisar las escenas finales de las óperas Maria Stuarda y Anna Bolena, ambas de Donizetti, contando para ello con el Coro y Orquesta Titulares del coliseo lírico madrileño.

Más adelante se apuntan en la agenda del maestro Pérez-Sierra La donna del lago (Rossini) en la Opéra de Marseille (Francia), Tosca (Puccini) en el Opéra-Théâtre de Metz (Francia) y la zarzuela El barberillo de Lavapiés (Barbieri) en el madrileño Teatro de La Zarzuela.

http://josemiguelperezsierra.com/

José Miguel Pérez-Sierra

Después de su regreso a la Ópera de Las Palmas al mando de la ópera Turandot de Puccini, el director español José Miguel Pérez-Sierra debutó a finales de junio en París con un concierto (Théâtre des Champs-Élysées junto a la Orchestre National d’Ile-de-France, el Chœur Régional Vittoria d’ Ile-de-France y diversos solistas vocales) centrado en la obra de Gioachino Rossini, uno de los máximos exponentes del bel canto romántico, compositor al que el maestro español está especialmente unido desde los inicios de su carrera. Durante las próximas semanas Pérez-Sierra continuará centrado en Rossini, autor del que ya es una referencia a nivel internacional.

En julio vuelve un año más al Festival Rossini de Wildbad (Alemania), esta vez para dirigir L’equivoco stravagante los días 13, 18, 22, 26 y 29 de julio, mientras que, ya en septiembre, regresará a la Ópera Nacional de Chile para ponerse al mando de seis funciones del clásico Il barbiere di Siviglia, con funciones los días 20, 22, 25, 26, 27 y 28 de septiembre en el Teatro Municipal de la capital chilena.

Más tarde, en octubre, viajará a Bari (Italia) para dirigir otra obra maestra rossiniana, Tancredi, para reencontrarse ese mismo mes con el público del Teatro Real de Madrid cuando se ponga al mando de un concierto junto a la legendaria soprano italiana Mariella Devia, una de las grandes estrellas belcantistas de las últimas generaciones.

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Mariella Devia

Roberto Abbado dirige la Orquestra de la Comunitat Valenciana en este concierto que incluye piezas orquestales de Bellini, Rossini y Verdi.

La soprano italiana, que recientemente se ha despedido de la ópera escenificada, está considerada como una de las grandes divas del género.

Mariella Devia interpreta en el Palau de les Arts sus papeles más exitosos del repertorio belcantista el próximo sábado, 2 de junio, en el Auditori.

La soprano hará un repaso por algunas de las páginas que han cimentado sus 45 años de carrera como gran estrella del género, después de su apoteósica retirada de la ópera escenificada el pasado 19 de mayo en La Fenice de Venecia con tres funciones de ‘Norma’, de Bellini.

Acompañada por la Orquestra de la Comunitat Valenciana, y dirigida por Roberto Abbado, interpretará arias como ‘Di mia vita infelice’ de ‘Tancredi’, de Rossini; ‘Casta Diva’, de ‘Norma’, de Bellini, o ‘Merce dilette amiche’ de ‘I vespri siciliani’, de Verdi, que se intercalarán con pasajes como las oberturas de ‘Semiramide’, de Rossini, o ‘Luisa Miller’, de Verdi.

Mariella Devia ha sido aclamada por la crítica y el público como una de las grandes divas por su agilidad vocal, registro agudo y dominio absoluto de la técnica, que ha exhibido en los principales teatros del circuito internacional.

Su primer encuentro con el público de Les Arts tuvo lugar en 2008 con la ‘Gala Puccini’, que Plácido Domingo dirigió con motivo del 150 aniversario del nacimiento del compositor de Lucca. Su debut operístico, no obstante, llegaría siete años después.

En 2015, la soprano de Chiusavecchia protagonizó su primera ópera en escena en València, en una nueva producción de ‘Norma’, de Bellini, a la que seguiría en 2017 otra nueva producción de ‘Lucrezia Borgia’, de Donizetti, con la que Les Arts realizó su primera incursión en la emisión de ópera en ‘streaming’.

Reconocida por su trabajo con las nuevas generaciones de intérpretes, Mariella Devia ofreció el pasado mes de abril una serie de clases magistrales de canto a los artistas de la novena promoción del Centre Plácido Domingo.

Palau Les Arts

El Palau de les Arts comercializa hasta el próximo domingo, 24 de septiembre, los nuevos abonos para la temporada 2017-2018 a través de su página web o de forma presencial en las taquillas.

Les Arts ofrece para el próximo curso siete turnos de abono que combinan cinco títulos de ópera en la Sala Principal -‘Don Carlo’, ‘Peter Grimes’, ‘Il corsaro’, ‘Tosca’ y ‘La damnation de Faust’-, junto con los espectáculos en el Auditori como la ópera en concierto ‘La clemenza di Tito’, el monográfico de Wagner que dirigirá Henrik Nánási, el treinta aniversario del Cor de la Generalitat con Plácido Domingo en el podio, la Séptima de Mahler bajo la dirección de Roberto Abbado, o el concierto que protagonizará la gran dama del bel canto Mariella Devia.

Los precios oscilan entre los 648 euros del pase de Turno A en zona de visibilidad 1 y los 219,30 euros de los formatos más económicos, en zona de visibilidad 4, en el turno F. El abono de Les Arts incluye un descuento del 15% sobre el precio original de las localidades si se abona en un único pago, o de un 10% si se fracciona.

Además, el centro de artes mantiene por segundo año los abonos Mentor-Neo, que ofrecen un descuento añadido del 5 % a los titulares (mentor) que apadrinen a un joven abonado (neo) menor de treinta años y titular del Carnet Jove, que se beneficiará de un descuento del 60 %. En este sentido, el centro de artes recuerda que los abonos Neo están limitados a un máximo de veinte localidades por turno de abono, y que sus titulares sólo podrán renovarlo una temporada adicional siempre y cuando se mantengan en los límites de edad estipulados.

Los titulares del abono de Les Arts disfrutan de una serie de descuentos y promociones añadidas en la compra de productos y servicios del teatro, además de una atención personalizada en las taquillas, periodos de venta preferente para los espectáculos propios del centro operístico, tarifa plana para las instalaciones del aparcamiento de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, así como un 10 % de descuento en el restaurante Contrapunto.

Lucrezia Borgia Les Arts

Lucrezia Borgia de Gaetano Donizetti, se ha representado por primera vez en El Palau de les Arst y ha supuesto un verdadero triunfo para la soprano Mariella Devia, quien ha ofrecido toda una lección magistral de bel canto, acudiendo a todas las demandas vocales y escénicas de ese complejo y contradictorio personaje, siendo su labor premiada con sonoras ovaciones. El otro atractivo de estas representaciones ha sido la magnífica actuación de la mezzo valenciana Silvia Tro Santafé como el travestido Maffio Orsini.

Gaetano Donizetti (Bergamo, 29 de noviembre de 1797 – Bergamo, 8 de abril de 1848) fue uno de los más prolíficos compositores de óperas de toda la historia del género, con sesenta cinco títulos, en un período de veintiocho años, entre 1816 en que compone su primera ópera Il Pigmalione, hasta su último trabajo Caterina Cornaro de 1844. Durante su carrera conseguirá grandes éxitos con óperas como L’elixir d’amore (1832), Lucrezia Borgia (1833), Lucía di Lammermoor (1835), La fille du Regiment y La Favorite ambas de 1840, Don Pasquale (1843) y la famosa Trilogía Tudor compuesta por Anna Bolena (1830), Maria Stuarda (1835) y Roberto Devereux (1838). Durante la segunda mitad del siglo XX, ha habido una verdadera renacimiento de la obra donizettiana y muchas de sus óperas, entre ellas la Trilogía Tudor y Lucrezia Borgia, junto a otras menos conocidas, han sido recuperadas gracias al interés de cantantes como María Callas, Leyla Gencer, Monserrat Caballé, Joan Sutherland, Beverly Sills, y en tiempos más recientes de Edita Gruberova y Mariella Devia.

Ya, con una producción de cuarenta óperas, Donizetti compuso Lucrezia Borgia en el otoño de 1833, con libreto de Felice Romani, quien había realizado una adaptación de la obra teatral del mismo título de Victor Hugo, estrenada en febrero de aquel mismo año. Ópera estructurada en un prólogo y dos actos, con cuatro protagonistas: Lucrecia Borgia, su hijo secreto Gennaro, Alfonso D’Este duque de Ferrara, esposo de Lucrezia y Maffio Orsini amigo de Gennaro, junto a una serie de personajes secundarios, algunos con intervenciones de cierta relevancia. Su estreno tuvo lugar en el Teatro alla Scala de Milán el 26 de diciembre de 1833.

Las representaciones de esta ópera en sus primeros años de andadura, tuvieron problemas de todo tipo: cuando fue estrenada en París, en 1840, Victor Hugo interpuso una querella reclamando sus derechos de autor, teniendo Donizetti y Romani que reescribir la obra situando la acción en Turquía y denominándola La Rinnegata. Problemas con la censura de la época y también las protestas de los descendientes de la familia Borgia, hicieron que Donizetti tuviese que cambiar el nombre de su ópera cuando fue estrenada en diferentes ciudades: Eustorgia da Romano en Florencia, Alfonso duca di Ferrara en Trieste, Giovanna I di Napoli en Ferrara y Elisa da Fosco en Roma. Finalmente, la ópera recobró su título original siendo representada con frecuencia durante la segunda mitad del Siglo XIX.

En 1904 fue estrenada en el Metropolitan neoyorkino con Enrico Caruso como Gennaro. Durante la primera mitad del Siglo XX, las representaciones fueron muy escasas, destacando la que tuvo lugar en 1933, en conmemoración del centenario del estreno, en el transcurso del primer Maggio Musicale Fiorentino, con un extraordinario reparto que incluía a Giannina Arangi-Lombardi (Lucrecia), Beniamino Gigli (Gennaro), Gianna Pederzini (Orsini) y Tancredi Pasero (Alfonso).

La verdadera recuperación de Lucrezia Borgia se produjo en 1965, durante las representaciones que tuvieron lugar en el neoyorkino Carnegie Hall, con Monserrat Caballé como Lucrezia, sustituyendo a una indispuesta Marilyn Horne y que supusieron el gran lanzamiento internacional de la soprano catalana, constituyendo durante bastantes años una de sus grandes interpretaciones.

Destacar también, las magníficas creaciones que realizaron de este personaje: Leyla Gencer, Joan Sutherland, Beberly Sill, y en años más recientes, Renée Fleming, Edita Gruberova y Mariella Devia. El personaje de Gennaro, ha sido magníficamente interpretado por tenores españoles como Jaime Aragall, Josep Carreras; y, sobre todo, el gran Alfredo Kraus. Donizetti realizó dos versiones de Lucrezia Borgia: la primera estrenada en Teatro alla Scala de Milán en 1833, con la dificilísima cabaletta final de Lucrezia “Era desso il figlio mio”, y una segunda, en 1840, también representada en ese mismo teatro, donde Donizetti compuso un nuevo final anulando la cabaletta y sustituyéndola por el aria de Gennaro “Madre, se ognor lontano”.

Al final de los años sesenta del pasado siglo, el director de orquesta y musicólogo Richard Bonynge, descubrió una copia del recitativo-aria de gran belleza y dificultad “Partir degg’io…T’amo qual s’ama un angelo”, compuesta por Donizetti para el Gennaro del tenor ruso Nikolai Ivanov y de la que Alfredo Kraus realizó extraordinarias interpretaciones. En las muchas representaciones de Lucrezia Borgia dirigidas por Richard Bonynge se inserta ese recitativo-aria y también, fundidos, ambos finales, con el aria de Gennaro y la cabaletta de Lucrecia en la que puede llamarse “Versión Bonynge”. Esta es una opción alternativa que se incluye en diferentes producciones. Existen dos magníficas grabaciones realizadas en estudio, la primera editada por el sello RCA en 1966, e interpretada por Monserrat Caballé, Alfredo Kraus, Shirley Verrett y Ezio Flagelo con dirección de Jonel Perlea. La segunda editada por DECCA en 1978, e interpretada por Joan Sutherland, Jaime Aragall, Marilyn Horne e Ingvar Wixell con dirección de Richard Bonynge, donde ya se incluyen los dos finales y el recitativo-aria “Parti degg’io…T’amo qual s’ama un angelo” al comienzo del Acto II.

En estas representaciones valencianas se optado por la versión del estreno en el Teatro alla Scala, en 1833. Se trata de una producción del Palau de Les Arts dirigida escénicamente por Emilio Sagi, que es un reciclaje ¡mejorado! de los que Sagi dirigió en Bilbao (2001) y Oviedo (2004), con la escenografía de Llorenc Corbella, a base de grandes paneles móviles, sobre los que se proyectan dibujos abstractos que adquieren relevancia gracias al magnífico diseño de iluminación de Eduardo Bravo, alternando tonalidades cálidas y frías en función del desarrollo de la acción y el estado psicológico de los personajes.

En la primera escena del prólogo, esos paneles perfectamente alineados en sentido decreciente y con una profusa iluminación dorada, reproducen una gran sala del palacio Grimani en Venecia, lleno de figurantes, entre ellos Gennaro y sus amigos, que bailan y se divierten durante los festejos del carnaval veneciano. Ya, en la escena segunda, de manera súbita, los personajes desaparecen excepto Gennaro que permanece dormido, la iluminación se torna más tenue, y al fondo del escenario puede verse la llegada de una góndola de la que desciende Lucrecia, acercándose a Gennaro, produciéndose un rápido movimiento de los paneles que confiere a la estancia un carácter claramente intimista.

El escenario recupera al final del prólogo, las grandes dimensiones iniciales con la aparición del grupo de amigos de Gennaro que increpan durísimamente a Lucrezia. La escenografía adquiere un auténtico atractivo visual al comienzo del Acto I, donde unos pocos paneles de diferentes alturas con una brillante iluminación que les confiere un color gris plateado, reproducen la entrada del palacio de Ferrara (residencia de Lucrezia y su marido el duque Alfonso D’Este) con grandes letras apoyadas verticalmente sobre el escenario con el apellido BORGIA, que se reflejan sobre un pulido suelo escénico. La B inicial es desmontada por Gennaro para convertirse en la palabra ORGIA, que será el desencadenante de todo el drama posterior. También, en ese Acto I, de nuevo, el rápido movimiento de los paneles acota el despacho privado del duque, quien mantendrá una fuerte discusión con su esposa Lucrezia, y en esa estancia aparece reproducido espacialmente el famoso “Hombre de Vitruvio” dibujado por Leonardo de Vinci, un símbolo netamente renacentista, que sitúa la acción en un concreto espacio temporal.

Ya, en el Acto II, Gennaro junto a una maqueta de la ciudad de Ferrara son elevados del escenario donde se desarrollan malévolas intrigas, en un intento de plasmar, simultáneamente, en diferentes planos dramáticos, el crudo mundo real y el fantasioso en que se mueve Gennaro. De gran impacto visual resulta la trágica escena final de la ópera, donde el espacio escénico acotado por los paneles, está tenuemente iluminado con fríos colores azulados que contrastan con el precioso vestido rojo que exhibe Lucrezia, creado por Pepa Ojanguren, quien triunfa plenamente tanto en los elegantes y glamurosos vestidos diseñados para Lucrecia, como en las sobrias e intemporales vestimentas del elenco masculino.

Fabio Biondi que en la actualidad comparte con Roberto Abbado la dirección musical del Palau de Les Arts, ha conseguido auténtica fama con su conjunto Europa Galante, en los repertorios barroco y mozartiano. Lucrezia Borgia era su primera incursión en el repertorio belcantista, al menos en este teatro. Biondi ha intentado darle auténtico protagonismo a la orquesta, ofreciendo una lectura de carácter historicista, incluyendo en el foso un pianoforte. Sin embargo, en esta partitura lo más importante son las voces, que resultaron, por momentos, perjudicadas por un excesivo volumen orquestal.

Su dirección pecó de cierta lentitud en momentos del prólogo y del Acto II. No obstante, estaba al frente de la magnífica Orquesta de la Comunidad Valenciana, con excelentes prestaciones de metales y maderas, sobre todo de flautas, clarinetes y el precioso sonido del oboe solista. También, destacar las excelentes intervenciones del arpa acompañando las interpretaciones solistas de Lucrezia.

Los mejores momentos orquestales se produjeron en la obertura cuyos sombríos acordes iniciales derivan a una música alegre y desenfadada que, sin solución de continuidad, introduce la festiva y colorista primera escena. Muy conseguido ese precioso tema musical que de manera recurrente marca la presencia de Lucrezia en su gran escena del Prólogo, y que reaparecerá en el magnífico trío del Acto I. Destacar también, la interpretación orquestal en conjunción con el coro y las voces solistas en el gran concertante con el que finaliza el Prólogo. Así como, esa coda instrumental –típicamente donizettiana- conclusiva de la vibrante cabaletta de Lucrezia y Gennaro al final del Acto I.

El gran atractivo de esta Lucrezia Borgia ha sido la magnífica interpretación de la soprano Mariella Devia, quien a punto de cumplir sesenta y nueve años, sigue mostrando su gran técnica, con una perfecta colocación y proyección de la voz, absoluto dominio del canto legato, con gran control del fiato en las regulaciones de sonido; y, en posesión de todas las cualidades que requiere el “bel canto”.

Ya en su entrada escénica, al comienzo del recitativo “Tranquillo ei posa” nos ofrece una magnífica “messa di voce”, y después, afronta con maestría y absoluto dominio de las agilidades la famosa aria “Com’ è bello! Quale incanto”, en cuya segunda parte “Mentre geme il cor sommesso”, ofrece complejas variaciones y notas bellamente adornadas, sobre todo en las frases finales del aria “Gioia sogna, ed un angio. Non ti desti che al piacer”. Impresionante esa nota en piano que sostiene durante varios compases al final del Prólogo.

También, muestra auténtica fuerza dramática en el dúo con Alfonso del Acto I. Ya, en el Acto II, realiza una gran interpretación del bellísimo Largo “M’odi, ah! M’odi, io non t’imploro”, con una expresiva y dramática utilización de la coloratura. Y, en la conclusión de la ópera, ofrece una deslumbrante interpretación de la cabaletta “Era desso il figlio mio”, página de absoluto virtuosismo, donde muestra su dominio de las agilidades en la ejecución de trinos y complejas escalas, imprimiendo al canto, por momentos, un ritmo vertiginoso, para concluir con la emisión de un impresionante sobreagudo.

Excelente la mezzo Silvia Tro Santafé en su interpretación de Maffio Orsini, mostrando una gran musicalidad, dominio de todos los registros y buena resolución de las agilidades. Todo ello se pone de manifiesto desde el mismo inicio de la ópera, cuando canta “Nella fatal di Remini e memorabil guerra…..Là nella notte tacita….” donde manifiesta su entrañable y ambigua relación con Gennaro. Dota de auténtica fuerza dramática a frases como “Maffio Orsini, signora, son io” dirigiéndose con desprecio a Lucrezia al final del Prólogo. Asimismo, realiza una gran interpretación del largo dúo con Gennaro del Acto II, el que se intercala el precioso arioso “Onde a lei ti mostri grato”, donde Silvia Tro muestra su impecable línea de canto. Deslumbrante resulta su interpretación del famoso brindis “Il segreto per esser felice” en cuya segunda parte “Profittiamo degl’ anni fiorenti”, inserta con maestría una serie de variaciones.

El joven bajo-barítono croata Marko Mimica, en el papel de Alfonso D’Este duque de Ferrara, exhibe unos poderosos medios vocales junto a una buena actuación escénica. Muy notable y llena de nobles acentos resulta su interpretación en el Acto I del recitativo-aria-cabaletta “E l’ultium’alba è questa……Vieni: la mia vendetta…..Mai per cotesti insani”. Floja actuación del tenor norteamericano William Davenport como Gennaro, con dificultad para proyectar la voz. Resulta discreta su interpretación del aria en el Prólogo “Di pescatore ignobile”, y muestra todas sus carencias en los dúos con Lucrezia, sobre todo en la vibrante cabaletta “Infelice! Il veleno bevesti!” con la que finaliza el Acto I.

Buenas prestaciones del resto de los interpretes, casi todos procedentes del Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo, en especial el bajo Michael Borth y el tenor Moises Marín, respectivamente Astolfo y Rustighello, sobre todo en su sombrío dúo del Acto I. Como siempre, resulto magnifica la actuación del Coro de la Generalitat Valenciana, dirigido por su titular Francesc Perales.
Texto: Diego Manuel García Pérez
Fotografías: Tato Baeza

Pérez-Sierra

El consagrado director musical madrileño José Miguel Pérez-Sierra regresó en agosto al Belcanto Opera Festival Rossini de Wildbad (Alemania) para dirigir un concierto que posteriormente se editará en disco. Este mes de septiembre comienza el curso dirigiendo Il Trittico de Puccini en la Opéra de Metz (Francia), un fresco operístico «verdaderamente fascinante», según palabras del maestro, «ya que es como un resumen de toda la obra pucciniana y, en realidad, de todo el melodrama italiano como género al pasar por la tragedia en Il Tabarro, la pasión materna en Suor Angelica y el humor más corrosivo en Gianni Schicchi«. Las funciones serán los días 30 de septiembre y 2 y 4 de octubre.

Posteriormente, José Miguel Pérez-Sierra se trasladará a la temporada de ópera de Bilbao para inaugurar el curso de ABAO-OLBE con Lucrezia Borgia (Donizetti), una de las obras maestras del bel canto romántico, repertorio en el que el músico madrileño es un reconocido experto internacional. En este regreso ante el público bilbaíno, colaborará con otras dos referencias en el estilo como son el tenor español Celso Albelo y la soprano rumana Elena Mosuc.

Más tarde, y siempre en el ámbito operístico, el maestro español se trasladará a Italia para ponerse al frente de la raramente programada ópera de Vincenzo Bellini Adelson e Salvini en el Teatro Pergolesi de Ancona (11 y 13 de noviembre), todo un acontecimiento cutural.

Después le esperan su debut ante el podio de la Orquesta y Coro Nacionales de España en el Auditorio Nacional de Madrid (18, 19 y 20 de noviembre) antes de dirigir a la legendaria Mariella Devia, una de las reinas del bel canto romántico, en la gala Alfredo Kraus en Las Palmas de Gran Canaria (24 de noviembre) y a ese mito viviente de la ópera que es Leo Nucci en el Palacio de la Ópera de A Coruña (9 de diciembre).

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RobertpDevereux

Vieja, calva y desdentada. Así presenta a Isabel I de Inglaterra el libretista Salvatore Cammarano en la ficción creada para la ópera de Donizetti. Una mujer poderosa, vencida por su grotesca decrepitud, aunque para sus súbditos siempre fuera la encarnación de la virtud.

Iniciaba temporada el Teatro Real con Roberto Devereux. Una de las óperas de la trilogía Tudor de un Gaetano Donizetti sumido en el abismo tras la pérdida de toda su familia. Un abismo parece también la oscura escenografía creada por el australiano Alessandro Talevi. Sencilla y sin distraer de la música y las escenas, algo que siempre se agradece, pero su permanente y casi completa oscuridad acaba pesando a lo largo de la representación.

Los austeros figurines de Madeleine Boyd, negros como es escenario, tan solo se permitieron adornar con un poderoso rojo a Elisabetta. La iluminación, que todo lo oscurece, tiene destellos de elegancia y descanso para los ojos. Todo para reflejar la asfixia que se respiraba en la corte inglesa del siglo XVII.

Joan Matabosch comentó en rueda de prensa que se había programado Roberto Devereux cuando se habían conseguido las voces adecuadas. Y ciertamente son las voces el verdadero tesoro de esta producción que viene de la Ópera de Cardiff.  Para otra ocasión dejaremos la discusión  sobre la conveniencia de estrenar temporada con una obra de alquiler en un teatro como el Real.

No es fácil hacer frente a un personaje como Isabel I en ninguna de las obras de la trilogía Tudor. Pero es sin duda la Elisabetta de Roberto Devereux la que cuenta con mayores dificultades. Se precisa una soprano con facilidad para las agilidades dramáticas y unos buenos apoyos para las notas más graves.
Una Spinto ágil y delicada nada fácil de encontrar. María Callas, sin ir más lejos, se enfrentó a Anna Bolena, regalándonos algunas de las mejores caracterizaciones del personaje, pero nunca se enfrentó ni a María Stuarda ni a Roberto Devereux.
La gran Joan Sutherland interpretó en numerosas ocasiones a María Stuarda y en alguna ocasión a Anna Bolena, ya muy al final de su carrera, pero nunca se atrevió con el rol de Elisabetta de Roberto Devereux. Más alejado de sus posibilidades bocales por ser más dramático que lírico.

Posiblemente sea Mariella Devia una de las mejores sopranos que en la actualidad aborde este complicado papel. Domina todos los terrenos del personaje. De intenso dramatismo, sin abandonar el marcado belcantismo de Donizetti. Le faltó algo más de apoyo en los graves, esos que acompañan los momentos más dramáticos del personaje, no se si por tesitura o madurez.

Ella misma confesó que nunca antes había interpretado un personaje mayor que ella. La Devia, a sus 67 años, es capaz de quedar por encima de la orquesta con un pianisimo. El volumen de su voz es extraordinario. Cuando sea joven quiero ser como es ahora Mariella Devia. Su “Ah ritorna qual ti spero”, junto con el dramático final, han sido los momentos de mayor intensidad.

Si Isabel I estaba bien representada con la gran Mariella Devia, no menos importante ha sido la interpretación de Gregory Kunde, encargado del rol de Roberto Devereux. Su comienzo con “Donna Reale!” con voz contundente y esmaltada, marcó la línea de su actuación, llena de elegancia y acompañada de su imponente presencia escénica. Los matices heroicos que imprime a sus personajes siempre están en esa línea belcantista que tan hermosamente domina.

Marco Caria no desentonó en ningún momento del extraordinario reparto. Su duque de Nottingham estuvo a gran altura. Aunque nos hubiera gustado escuchar al titular previsto inicialmente, Alessandro Luongo.

Otra de las grandes triunfadoras de la noche fue la valenciana Silvia Tro Santafe. Su línea de canto es extremadamente refinada. Al igual que su fraseo exquisito y esos agudos apianados tan conmovedores y poco habituales en una contralto. Sus graves resonantes, su bellísimo timbre y una voz caudalosa quedaron de manifiesto en sus intervenciones. Principalmente destacada estuvo en el dúo con Roberto del segundo acto, y el “All’ambrascia ond’io mi struggo”, a dúo con su esposo, duque de Nottingham, en el tercer acto. Esperamos volver a escucharla pronto en Madrid.

El coro Intermezzo, ese personaje que embellece todas las obras en el Teatro Real, estuvo en su línea de exquisitez habitual. Protagonista en alguno de los momentos de la escena con mayor carga dramática.

El maestro Bruno Campanella demuestra ser uno de los mayores expertos en belcanto al mando de la dirección musical. Su profundo conocimiento de la partitura y del caracter de la obra le permitió ser emotivo en la obertura, sobre todo los compases del himno de Inglaterra, y con agilidad, brío y dramatismo repartidos adecuadamente. Unicamente faltó un poco de ira en algunos momentos.

Un buen comienzo de temporada. La primera completamente elaborada por Joan Mataboch. Espectantes estamos. Esto no acaba más que empezar.

Texto: Paloma Sanz
Fotografías: Javier del Real
Vídeos: Teatro Real

ROBERTO DEVEREUX
Ossia il conte di Essex
Gaetano Donizetti (1797-1884)
Tragedia lírica en tres actos
Libreto de Salvatore Cammarano, basado en la tragedia Elisabeth d´Angleterre de Jacques-Fraçois Ancelot.
Producción de la Welsh National Opera de Cardiff, 2013
D. musical: Bruno Campanella
D. escena: Alessandro Talevi
Escenografía y figurines: Madeleine Boyd
Iluminación: Matthew Haskins
D.coro: Andrés Máspero
Reparto: Mariella Devia, Gregory Kunde, Silvia Tro Santafe, Marco Caria, Juan Antonio Sanabria, Andrea Mastroni, Sebastián Covarrubias,Koba Sardalashvili.
Orquesta y Coro Titukares del Teatro Real
Teatro Real, Madrid 25 de septiembre de 2015

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